LA PROGRAMACIÓN COMO INSTRUMENTO DE MEJORA.
Entender la programación bajo esta perspectiva convierte al docente en un investigador de lo que sucede en el aula, frente al simple técnico-ejecutor.
La programación adquiere el carácter de hipótesis a comprobar, y con ella el maestro debe dotarse de instrumentos, herramientas, materiales válidos y objetivos, para descubrir y comprender lo que sucede en el aula, tarea investigadora que le permitirá incidir positivamente en el proceso de enseñanza.
Así, lejos de lo que suele ocurrir, la investigación no es quehacer de "agentes externos" (políticos o liberados de la tiza) alejados de las aulas, si no de una tarea activa y directa del profesorado que analiza la realidad y la complejidad de los procesos en los que se ve implicado.
El profesor es un poseedor de recursos técnicos y didácticos, de conocimientos y de habilidades necesarios para desempeñar, de modo racional y funcional, su trabajo, lo cual supone un gran reto y una gran responsabilidad. Debe ser crítico de su propia práctica docente y el objetivo de esta reflexión crítica es corregir e innovar, para acercarse a la realidad educativa y mejorar la calidad de la enseñanza.
En resumen, ante la nueva escuela y los nuevos retos sociales, la acción docente, tanto a nivel individual como de equipo, debe basarse en la reflexión, investigación e innovación, fundamentalmente en cuatro campos principales:
Este modelo de Programación como hipótesis de trabajo permite; la valoración y transformación de la propia enseñanza, la reflexión sobre lo que queremos y podemos hacer en el aula, y sobre todo, la reflexión sobre lo que quisimos y no pudimos, o no supimos, hacer en el aula.
Por Manuel Navarro Anguita.
Material de mi autoría, creado con la ayuda de la academia Forma2 en Guadix, Granada.