X Memorial Jesús Inza

Post date: Jun 22, 2015 9:46:37 PM

El pasado domingo 21 de Junio, un grupo de 15 amigos nos juntábamos en la sidrería de Loiu para celebrar esta ruta homenaje por décimo año. La jornada salió del todo veraniega, ideal para disfrutar de la ruta que habían preparado Juan y Román, haciendo el segundo de guía y quedando el primero a cargo del coche escoba.

La primera etapa de la ruta era Sondika, al objeto de visitar al amigo Unai que nos había invitado a concentrarnos allí con las motos, visita que dadas las circunstancias no fue posible alargar mucho. Tras tomar un trago en la txozna cortesía del propio Unai, seguimos la ruta que nos llevaba por el Txoriherri hasta El Gallo y de allí a Usánsolo, Lemoa y Artea hasta Orozko.

Fue poco antes de llegar a Orozko y con apenas 50 kms de ruta cuando ocurre el primer incidente de la ruta: La Lube Renn empieza a quedarse en las subidas y termina parándose. Una breve inspección revela que es un problema “en la inyección de gasolina”. No inyectaba nada ya que su deposito estaba mas seco que la mojama. Total, que la Renn al carro hasta la gasolinera de Orozko, donde arreglan rápidamente “el problema en la inyección”, y de paso ajustan también la brida del turbo para que subiese mejor los puertos ;-). Gran parte de la jornada sirvió para mostrar tarjetas amarillas, rojas y de todos los colores al sufrido “presi”, especialmente por los guardianes de la ortodoxia motera, Román y Aurelio.

Pese a la nueva “bomba de inyección” la Renn sigue en el carro hasta el fin del tramo de la mañana. Aprovechando esa circunstancia, Román decide enroscar la oreja a la Yamaha y lleva al grupo a un ritmo desconocido para él, y recorremos como el rayo la zona de Kuartango, Subijana y las Salinas de Añana en dirección a carreteras burgalesas del Valle de Losa, parando en Quincoces de Yuso donde descansamos a la sombra en una estupenda área recreativa. Allí nos juntamos con Tito y familia, y pudimos admirar el “juguete” que había sacado a pasear: un precioso y diminuto Austin Seven de 1935, que tuvimos ocasión de inspeccionar y conocer a todo detalle. También aparecía el amigo Paco con su K75, que nos acompañaría el resto de la jornada.

Tras la comida, la charla, los cafés y los chascarrillos con motivo del incidente de la jornada, tocaba despedirse de Tito y familia y tomar ya el camino de vuelta por Peña Angulo, Artziniega, y Sodupe hasta Loiu, donde unas cervezas y una lata de sardinas servirían de colofón a 200 kilometros de buena ruta en un día espectacular.

Sólo queda agradecer a los organizadores el esfuerzo y el acierto en preparar esta bonita ruta homenaje.