Santi Herrero

Si hay un piloto al que tengamos especial cariño y admiración, ése es Santiago Herrero, fallecido prematuramente a los 28 años corriendo el Tourist Trophy de la Isla de Man de 1970.

Madrileño de nacimiento y bilbaino de corazón, éste extraordinario piloto dejó un imborrable recuerdo en quienes le conocieron y pudieron admirar sus logros.

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Con 12 años enredaba en el taller de motos que Gabriel Corsín -piloto de MV Avelló, entre otras marcas- regentaba en Vallecas. Él fue el primero en orientar y aplacar la sed de carreras del chaval. Años después, en una de sus habituales visitas a Madrid, Luis Bejarano, patrón de la marca Lube, le vio correr y le preguntó si de verdad quería ser corredor.

Santiago Herrero, que entró en el Departamento de Carreras de Lube, llegó a ser campeón de España absoluto de 250 cc desde 1967 a 1969. En sus primeros años con la marca baracaldesa viajaba, por ejemplo, a Miranda de Ebro (Burgos) en un viejo Seat 1500. No era una fórmula muy lujosa de desplazarse, pero sí más notable que hacerlo en un motocarro como José Angel Mendívil, quien luego fue campeón de España en motocross.

Herrero destacó, pero Lube no progresó pese a los ajustes del ingeniero alemán Hermann Meier. Paco Bultó, el gran patriarca de Bultaco, le contrató un tiempo, luego Eduardo Giró le fichó para Ossa pero el piloto siguió residiendo en Bilbao.

Con una Ossa 250 monocilíndrica de válvula rotativa disputó 17 grandes premios del llamado Continental Circus, cuando el mundial de motociclismo era muy europeo. Logró la victoria en 4 GP''s y totalizó 11 podios. Su última gran victoria fue en el Gran Premio de Yugoslavia en la primavera de 1970. No se registró otro triunfo español en el mundial hasta 14 años después, el de Sito Pons en 1984.

En 1969 fue líder del campeonato del mundo hasta que su moto patinó y cayó en el lluvioso día vivido en el circuito de Opatija. El australiano Kel Carruthers se hizo campeón y Herrero acabó tercero (en 1968 había terminado séptimo).

Al año siguiente, avería en Alemania, segundo en Francia, vencedor en Yugoslavia y accidentado en el famoso Tourist Trophy de Man cuando iba tercero. Sufrió la caída en la milla 13 en Westwood Corner. Después de dos días negros peleando por la vida en el Nobles Hospital de Douglas, hacia las 14,00 horas falleció, con 28 años.

Días después, en el aeropuerto de Sondika, Juan Antonio Samaranch puso sobre el féretro la medalla al Mérito Deportivo, y Santi Herrero sigue en la memoria de los nostálgicos del deporte.

Reseña biográfica publicada en AS Motor con motivo del 40 aniversario de su fallecimiento