Siguiendo el rastro del Tren de La Robla

Post date: Jul 1, 2016 1:08:45 PM

El pasado 27 de Mayo un grupo de socios de Motoclásica Bizkaia iniciábamos una ruta de tres días que pretendía seguir la pista al tren hullero de La Robla, ciñéndose lo más posible al trazado de la via y documentando algunas de sus estaciones.

VIERNES 27

En la plaza de Gatika se juntaron una mezcla de motos de todas las épocas, desde las veteranas BMW R50 y NSU Max de los años ‘50, y la modesta dos tiempos Lube Izaro del ‘64, La R65 del 82…hasta la modernísima Honda NC750 con apenas dos meses de antigüedad en su haber. La asistencia en viaje estaba garantizada por las hábiles manos de Julián Sesma, que llevaba en su furgoneta medio taller a cuestas y un carro remolque que esperemos no haya que ocupar.

Acudió a despedirnos Leixuri, alcaldesa de Gatika, con la que comentamos el plan de viaje y nos hicimos unas fotos. Pasadas las 10 de la mañana la expedición se pone en marcha comandada por Javi en la Lube, rumbo a la primera estación y cabecera de la línea, en Lutxana-Barakaldo.

No habíamos recorrido ni cinco kilómetros cuando el pedal de cambio de la Izaro se parte por una soldadura y detiene la caravana. Por suerte Agustín vive allí cerca y consigue el repuesto, aunque también hay que ajustar el nivel de aceite de su NSU ya que era excesivo y goteaba mucho manchando la goma trasera.

Media hora después se reanuda la marcha y hacemos escala en Lutxana, para documentar el inicio del trazado. Seguimos después hasta Balmaseda, siguiente etapa, y aprovechamos para fotografiar el Tren Histórico que hace el recorrido turístico. Allí despedimos a nuestro campeón José Angel, que no pudo acompañarnos a la ruta ya que un homenaje se lo impedía.

La caravana prosigue por Espinosa de los Monteros y Soncillo hasta siguiente estación, Arija, en el Pantano del Ebro. El reloj se nos ha echado encima y no llegaremos a tiempo para visitar el Museo de Mataporquera, por lo que avisamos y lo dejamos para la vuelta del domingo.

La preciosa carretera de Montesclaros nos acerca a la emblemática estación cántabra, y aprovechamos para repostar.

Salimos paralelos a la vía por Bercedo hacia Néstar, donde paramos a comer al aire libre el magnífico lomo ibérico obsequio de nuestro querido Elicesio Sabugo.

Las veteranas monturas siguen sin protestar, pero la excesiva vibración provoca que la Lube Izaro pierda la placa de matrícula, hábilmente recuperada por Aurelio y recolocada por la presta asistencia de Julián, nuestro ángel de la guarda.

La CL-626 nos lleva por Cervera de Pisuerga hasta Guardo, donde ocurre un curioso incidente. Wences se había adelantado a repostar su Honda, y se queda esperando en el apeadero de Guardo. El resto de la tropa va a la vieja estación…¡ sin darse cuenta ninguno que son dos las estaciones en Guardo ! Minutos después Wences encuentra la vieja estación, y tras las fotos vamos al bar “Los Candiles”, que atesora material ferroviario y muchas fotos del viejo Hullero, que admiramos mientras tomamos unos cafés.

Atravesamos tramos de enorme belleza, cruzamos innumerables pasos a nivel y franqueamos apeaderos situados en tierra de nadie. El tiempo acompaña y disfrutamos tremendamente, evocando la aventura que debía suponer hace un siglo recorrer estos parajes en pleno invierno, con aquellas humeantes locomotoras, el traqueteo de los vagones de madera…. Aquellas máquinas arrastaban no sólo personas, sino también la hulla que alimentaba los voraces hornos de la industria vizcaína.

La ruta avanza hacia Cistierna, en cuya estación podemos visitar la “placa” giratoria que da acceso a los viejos talleres aún en uso. Ya estamos casi al final de la ruta, sólo nos queda Boñar, donde paramos en una fábrica de embutido a aprovisionarnos de los productos de la zona, y visitamos la estación, esta vez coincidiendo con el moderno convoy que acaba de parar.

En los últimos kilómetros de la ruta pasamos de largo las estaciones de La Vecilla y Matallana, que visitaremos el día siguiente. Llegamos por fin a La Robla y su estación, donde conviven los anchos de vía estrecha y ancha . Abrazos, enhorabuenas y fotos. Las monturas se han portado bien y el carro de asistencia llega vacío. Hemos disfrutado tremendamente, y sólo queda volver sobre nuestros pasos hasta Matallana y Serrilla, donde nos esperan a cenar en El Molino de la Ropería, nuestro alojamiento. Miguel Angel , motero también, y Elena, fantástica cocinera, nos harán disfrutar de estos días de estancia en este antiguo molino harinero reconvertido en hotel rural.

SABADO 28

El día amanece nublado, con amenaza de lluvia. Ha llovido por la noche y la previsión no es buena. Julián va repasando las máquinas, que se han mojado a la noche. Desayunamos y salimos hacia Matallana, donde nos hacemos unas fotos bajo una bonita réplica del tren de La Robla.

Luego seguimos en dirección La Vecilla, donde paramos en la estación y Agustín y Jon aprovechan para comprar unos dulces.

Allí nos reunimos también con nuestro amigo Roberto y su mujer, que aparecen con una veterana Ducati dispuestos a acompañarnos en la ruta mañanera. Roberto y su hermano nos mostraron el año pasado su magnífico museo de Cifuentes, en La Alcarria.

Se pone a llover y enfilamos hacia cascada de Nocedo, que nos acercamos a visitar. Luego subimos a Valdorria, impresionante pendiente que hace esforzarse mucho a las monturas mas veteranas, tanto en subida como en bajada. Atravesamos las hoces de Valdeteja y la lluvia arrecia, con lo cual paramos a debatir y abortamos el plan de la subida al puerto de Vegarada.

Volvemos sobre nuestros pasos y subimos por el collado de Valdeteja para cambiar de valle y regresar al Hotel. La Lube Izaro se acatarra con tanta agua, pero vuelve a la carretera. Se despiden Roberto y señora y regresamos al hotel, todos hechos una sopa. La visita a las cuevas de Valporquero también queda abortada, no podemos circular así.

Nos cambiamos de ropa, comemos y por la tarde vamos en la furgo a visitar el Museo Ferroviario de Cistierna, y ya muy apurados por la hora, el Museo de la Minería de Sabero, impresionante edificio de una antigua ferrería que conserva parte de la maquinaria original, y muchos artefactos que dan fe de la actividad minera que tuvo esta zona durante siglos. Jon y Agustín se animan con las motos y el tiempo les respeta, sale el sol y pueden disfrutar de la ruta.

DOMINGO 30

Dia también nublado, volvemos a las monturas que vuelve a revisar Julián. A la NSU le da un buen repaso, ajustando el avance del encendido, ya que los días pasados iba con poca fuerza y no sonaba del todo bien.

Nos despedimos de Elena y Miguel Angel, que nos han tratado estupendamente, y comandados pos Agustín enfilamos hacia mataporquera donde nos esperan a mediodía para visitar el Centro de Interpretación del Ferrocarril de La robla, y comer una putxera al estilo cántabro. La NSU va mucho mas ágil, y en Cervera de Pisuerga nos encontramos con Jonan y su K75, que venía desde Bilbao a buscarnos y hacer parte de la ruta.

Llegamos con sol a Mataporquera, y disfrutamos de la visita y de la joya que atesoran, una impresionante maqueta y diorama ferroviarios, con trenes, estaciones, cambios de vía….¡ espectacular ! Tras la visita, olla ferroviaria de patatas con carne en el Gurugú, y salimos hacia Reinosa en dos grupos, quedando en la gasolinera. Horror, allí Aitor se da cuenta de que ha perdido la bandolera con toda la documentación, llaves….vuelve a Mataporquera y nada, allí no está, en la furgo tampoco….desolación total. Wences llama al restaurante y…allí está ! Vuelve a salir zumbando, y tras una hora de dimes y diretes ya estamos en condiciones de salir hacia el pantano del Ebro y dirección Villarcayo, eso sí, bajo lluvia intensa de nuevo.

La lluvia nos acompañará ya toda la ruta hasta Gatika, donde llegamos casi a la hora prevista. Prueba conseguida, hemos llegado todos, enteros y el carro de asistencia vacío!

Ha sido una ruta muy bonita, recomendable, aunque no hemos tenido suerte con la climatología. La próxima vez…¿Por qué no en el tren?