Las fotos se degradan al subir a la web porque no se han optimizado, principalmente al no ajustar su resolución y peso, y al comprimirlas excesivamente. Para evitarlo, debes escalar las imágenes al tamaño adecuado para la web, usar el formato JPEG con una calidad de entre 70-80, y utilizar la vista previa para encontrar el equilibrio entre calidad y peso antes de exportarlas. 

Pasos para optimizar imágenes en GIMP

Por qué ocurre la degradación