Las fotos se degradan al subir a la web porque no se han optimizado, principalmente al no ajustar su resolución y peso, y al comprimirlas excesivamente. Para evitarlo, debes escalar las imágenes al tamaño adecuado para la web, usar el formato JPEG con una calidad de entre 70-80, y utilizar la vista previa para encontrar el equilibrio entre calidad y peso antes de exportarlas.
Pasos para optimizar imágenes en GIMP
Escala la imagen:
Ve a Imagen > Escalar imagen y ajústala a las dimensiones necesarias para la web (por ejemplo, no más de 1920 píxeles de ancho si es una imagen de fondo).
Si el ancho y el alto no se escalan proporcionalmente, la imagen se verá distorsionada.
Exporta en formato JPEG:
Ve a Archivo > Exportar como.
Cambia la extensión del archivo a .jpg y haz clic en Exportar.
Ajusta la calidad de la compresión:
En el diálogo de exportación de JPEG, aparecerá un control deslizante para ajustar la calidad.
Activa la opción "Mostrar la vista previa" para ver el impacto en la calidad de la imagen y el tamaño del archivo en tiempo real.
Ajusta la calidad a un valor entre 70 y 80 para obtener un buen equilibrio entre tamaño y calidad. Los valores más bajos comprimen más la imagen, lo que reduce el detalle.
Haga clic en Exportar para guardar la imagen optimizada.
Por qué ocurre la degradación
Compresión con pérdida: El formato JPEG utiliza una compresión con pérdida, lo que significa que se eliminan algunos datos de la imagen para reducir el tamaño del archivo. Cada vez que se guarda un archivo JPEG, se le aplica más compresión y se produce más degradación.
Resolución excesiva: Subir imágenes con una resolución mucho mayor a la que se necesita para la web hace que la página tarde más en cargar, ya que el navegador tiene que descargar y renderizar un archivo innecesariamente grande.