1900

Aguinaldo

Por Jaime Bofill Calero, PhD

Aguinaldo 1900

Para finales del siglo 19, el folklor jíbaro sigue siendo un tema de gran interés entre los intelectuales criollos. De las obras de Manuel Fernández Juncos, que tratan esta temática podemos mencionar Costumbres y tradiciones de 1883. En varias ocasiones el autor hace mención de los tiples y las bordonúas que se usan para acompañar los aguinaldos que se cantan después del año nuevo, especialmente en tiempo de reyes, octavas y octavitas.

A cambio de estos aguinaldos, cuenta el autor, se piden “licores, pasteles, bizcochos, cazuela, manjerete, y arroz con perico”. Por su parte Francisco del Valle Atiles hace un estudio mas científico del jíbaro en su obra El campesino puertorriqueño (1887). Del Valle Atiles muestra asombro ante la ingeniosidad del jibaro a la hora cantar sus “villancicos, llamados aguinaldos “con instrumentos rústicos como el tiple, la vihuela, la bordonúa, el cuatro, las maracas y el güiro. Según Del Valle Atiles una de las maneras de mejorar las condiciones morales del jíbaro es expurgando su catolicismo de creencias falsas y supersticiones como la brujería, los hechizos, el mal de ojo y el espiritismo. La religiosidad popular del jíbaro queda retratada en el cuadro “El velorio” (1885) de Francisco Oller. En esta se esta celebrando la muerte de un niño, rito conocido en el campo como el baquiné o el florón. Durante el baquiné se le cantaban aguinaldos al niño de alma pura como despedida “a la otra vida” y con la esperanza de que este “angelito” velara por sus familiares desde el cielo. En “El velorio”, Oller magistralmente yuxtapone lo sagrado y lo profano, la alegría y la embriaguez de algunos cantando y el estado mas contemplativo de otros que lo lloran. De acuerdo a los estudios etnográficos de Kacho Montalvo (1992) los aguinaldos de baquiné aún seguían vivos como tradición oral en las zonas rurales del suroeste de Puerto Rico para finales del siglo 20.

Posiblemente la descripción mas detallada del aguinaldo como tradición campesina no las ofrece dos escritores bajo los pseudónimos de Matamba y Mostaza en Las fiestas de reyes de 1896. De su estampa, obtenemos un cuadro completo de una trulla navideña en el cual el aguinaldo sirve de ofrenda musical al dueño del hogar que a su vez agasaja a los visitantes con un banquete de comidas típicas, licores, y bebidas al cual también se le llama “aguinaldo”. En Las fiestas de reyes los trullistas inician la fiesta cantando coplas tradicionales de aguinaldo como: “Esta era la casa que yo te decía, donde se paseaba la virgen María” y “Abrannos la puerta que estamos en la calle y dirán la gente que esto es un desaire”. Estas coplas aun persisten hasta el día de hoy como parte del cancionero navideño.

Para principios del siglo 20, a pesar de la incipiente industrialización de la isla y el cambio de soberanía, la tradición del aguinaldo permanece viva, especialmente entre el campesinado puertorriqueño. La investigación etnográfica realizada por John Alden Mason entre 1914 y 1915 es testimonio de la gran riqueza de poesía oral que abunda entre la “gente común” de Puerto Rico. Mason recopila cientos de aguinaldos, los que cataloga de acuerdo a dos estructuras poética, 1) de cuarteta (copla) y 2) decimilla. Durante este periodo el etnólogo estadounidense produce además grabaciones etnográficas. Entre sus grabaciones aparecen una variedad de aguinaldos sobre temas religiosos, especialmente la navidad y los reyes magos, y otros de tipo secular (amor, históricos). Mason además documenta cánticos de baquiné.

Durante las primeras décadas del siglo 20 varios artistas puertorriqueños comienzan a comercializar el folklor jíbaro mediante grabaciones con los sellos Edison, Columbia, Victor y Pathé. Algunos de los pioneros en grabar música jíbara en el formato de conjunto típico (mayormente instrumentos de cuerdas, voz, y percusión) son: Gracia López, Parrilla y Carrillo, el Dr. Arturo Ygaravidez y Joaquin Rivera y el Quinteto Borinquen. Entre sus grabaciones encontramos “Aguinaldos Puertorriqueños” (1909, Edison) de Gracia López y Jorge H. Santoni, “Aguinaldo de Nochebuena” (1910, Columbia) del Dr. Ygaravidez, y un aguinaldo cagueño erróneamente titulado “Seis mampellé” (1910, Columbia) por Parrilla y Carrillo. Varias orquestas como la Orquesta Euterpe y la Orquesta Cocolía hacen grabaciones instrumentales de aguinaldos durante las primeras décadas del siglo 20 con el sello Victor.

Por otro lado, como parte de la cancionero popular de navidad el aguinaldo se acomoda al ritmo de plena. En la discografía puertorriqueña, aparecen conjuntos como “Los sureños” desde el 1929 interpretando aguinaldos al son de plena como “Las navidades” (plena-aguinaldo). El género de plena-aguinaldo lo seguirán cultivando artistas como Toñin Romero (De lejanas tierras) y Ramito, así también entre “la gente común” como parte de la tradición popular navideña.

Instrumentación:

Mayormente intstrumentos de cuerda (cordofonos) como el cuatro, el tiple, la bordonúa (similar enregistro a la guitarra), y la vihuela; (idiofonos) maracas, güiro(carracho, calabazo) y sonajeros.Elacordeon y la marimbula, aunque más raros, también forman parte del conjunto típico.

Ejemplos representativos

  • Aguinaldo cagueño: En caratula sale titualdo erroneamente “Seis mampelle”, Parrilla y Carrillo, Columbia (1910).

  • “Aguinaldo de nochebuena” Dr Ygaravidez (1910, Columbia)

  • Varios ejemplos de “aguinaldos” en las grabaciones etnográficas de la Colección de John Alden Mason (1914-15)

A los Santos Reyes (Aguinaldo). Sung on Three Kings Day [Announcement in Spanish at the beginning]. Baldomero Angulo - vocals, and Arcángel Hidalgo - vocals [Guitar role unidentified]. ca. January 1, 1915, Puerto Rico, Utuado. (03:46)

Courtesy of Indiana University Libraries’ Archives of Traditional Music Indiana University, Media Collections Online/[Puerto Rico, Utuado, 1914-1915]/collected by J. Alden Mason

Deposited at the Archives of Traditional Music by the American Museum of Natural History.

Aguinaldo Cagueño, Hilario Filomena, grabado en Loiza, Puerto Rico, c.a 1914.

Hilario Pizarro Filomena. Según se desprende de su tarjeta de inscripción del ejército de los Estados Unidos, fechada el 28 de octubre de 1918, Hilario era un hombre negro que residía y trabajaba como bracero en el barrio Medianía Alta en Loíza. Tenía 28 años en el momento que Mason lo grabó. Era un hombre, de acuerdo al documento, delgado y de mediana estatura.

Courtesy of Indiana University Libraries’ Archives of Traditional Music Indiana University, Media Collections Online/[Puerto Rico, Utuado, 1914-1915]/collected by J. Alden Mason

Deposited at the Archives of Traditional Music by the American Museum of Natural History.