La dificultad del acceso a los recursos básicos es uno de los mayores problemas en la sociedad de hoy en día, y la situación en algunos casos como el de la vivienda es muy complicado por diferentes causas, como su coste o el precio de los alquileres: “El principal problema para el acceso a vivienda de España y Galicia son los precios, que están muy altos. Esa es la principal preocupación que hay ahora”, admite la Conselleira de Vivenda e Planificación de Infraestructuras, María Martínez Allegue. Este problema, el hambre cero o una educación de calidad son parte de la Agenda 2030 y se reconocen como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Por esta razón SCQ+ ha hablado con expertos o responsables de estos ámbitos como la directora y el gerente de la cocina económica de Santiago, Sor Clara Gallego y Javier Brage, la Conselleira de Vivenda y el Conselleiro de Educación, Román Rodríguez con el objetivo de conocer de su boca la situación en la lucha contra el hambre y el acceso a una vivienda digna y asequible y a una educación pública y de calidad.
Como afirma la Conselleira, que todo el mundo pueda tener o alquilar una casa es un reto enorme para su departamento: “Es cierto que a día de hoy una de las principales preocupaciones que tienen no solo los gallegos, sino también a nivel nacional y a nivel europeo, es que los precios de la vivienda, para vivir o para comprar, están muy elevados”. Por lo tanto, afirma que “necesitamos suelo donde poder construir vivienda” para “entre todos, facilitar que haya más vivienda para que más gente pueda acceder a ella y tenga un precio más barato”. Pero advierte que que hay dificultades “como consecuencia de hechos como la guerra de Ucrania, que ha hecho que los materiales de construcción suban su precio, por lo que a un constructor le resulta más caro construir vivienda”.
Otro problema grave, según María Martínez, es que “los que tienen menos de 36 años tienen más difícil encontrar una vivienda y, por lo tanto, tenemos varias medidas como el hecho de que por lo menos el cuarenta por ciento de las viviendas que construimos será para vender la menores de 36 años y, al menos el 25 por ciento, para vender la menores de 23 años”. Además, añade que, por otra parte, “la falta de acceso a la educación puede causar varios problemas como reducir el nivel económico y aumentar la desigualdad”. Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, admite Allegue que alguna gente por falta de dinero, experiencia laboral o consumo de sustancias no consiguen alcanzar la posibilidad de acceder a una vivienda: “Hay gente que vive en la calle y en cuyo caso no es un problema de que no haya vivienda, sino que el problema es que estas personas no tienen dinero, no tienen capacidad o no están en condiciones para llevar una vida como la llevamos la mayoría de la población”, admite la Conselleira cuando se le pregunta sobre el acceso de las personas sin hogar a una vivienda.
Sin embargo, la Conselleira es optimista y afirma que los precios se irán reduciendo según se hagan más viviendas y se vayan rehabilitando otras. Por lo tanto, su precio irá bajando siendo cada vez más accesible: “Primero, como en todo en esta vida, hay que invertir, y es por eso que desde la Xunta de Galicia triplicamos los presupuestos destinados a la construcción de viviendas públicas y a su rehabilitación”. Además, para los más jóvenes también tienen en esta Consellería planes: “Lo que queremos hacer es ayudar a la gente joven a emanciparse, a tener su primer hogar, y, por eso, también estamos haciendo los primeros alojamientos construidos específicamente para la juventud”.
Por otra parte, el acceso a la alimentación en una ciudad como Santiago sigue siendo un problema principalmente para los emigrantes porque, como dice Sor Clara, “son personas migrantes que vienen en busca de trabajo, sobre todo de África y también un porcentaje importante de Hispanoamérica, que en su mayoría es gente joven”. Como en el caso de la vivienda, hay personas que no tienen recursos materiales o una preparación escolar adecuada y les es complicado encontrar trabajo. Por eso, según Sor Clara, en la Cocina Económica “se intenta motivarlos mucho, porque tienen que estar dos años o tres esperando en la regularización para recibir el permiso de residencia y el permiso de trabajo, por lo que la trabajadora social se centra en motivarlos para hacer cursos de formación profesional que les puedan servir después, cuando ya les den la regularización para encontrar más fácilmente un puesto de trabajo; porque ellos vienen con sus estudios de allá, pero no están reconocidos aquí. Entonces necesitan algún título que esté certificado en nuestro país y que les facilite el acceso al puesto laboral”.
Sin embargo, según Sor Clara, el hambre en el mundo es provocado por diversas causas que dificultan su erradicación: “Las causas del hambre en el mundo son muchísimas, desde los problemas climáticos que ahora estamos viviendo, al abuso de los poderes públicos, que emplean los dineros en cosas menos importantes”. Por esta razón, según ella, “lo más básico no se atiende, como los temas de agricultura, que está totalmente sin desarrollar y sin salir adelante”. Sin embargo, ella culpa a la corrupción y a la mala gestión de los recursos que impiden que las ayudas lleguen a quienes más lo necesitan: “Muchas veces las ayudas que reciben en esos países se las reparten unos cuantos por temas de corrupción y tienen a la población sin formación”. Además, “los países ricos se han llevado la riqueza de los países pobres y los han dejado sin recursos”.
Finalmente, está el acceso general de toda la población a una educación de calidad y en este sentido, el Conselleiro de Educación Román Rodríguez afirma que “es un derecho que tienen todos los niños y niñas de Galicia y que, afortunadamente, no hay que garantizarlo porque está establecido en la propia ley de la enseñanza obligatoria”. Además, menciona las enormes diferencias entre países con menor y mayor desarrollo: “Hay países que tienen situaciones de desarrollo que se denominan del tercer mundo, donde no hay servicios públicos, ni agua corriente en las casas y, a veces, no hay ni casas”. También alude a las diferencias de género, que “en algunos países musulmanes donde se discrimina muchísimo a las mujeres” no hay un trato educativo equitativo, justo y de calidad como, defiende, hay en Galicia. En ese sentido sitúa a España en un lugar privilegiado respecto a países de menor desarrollo: “Cuando se habla de desigualdad educativa, es complicado comparar la educación en países en desarrollo como Sudán con la educación de España. Claramente, ahí hay una enorme desigualdad”.
Soluciones ante la dificultad de obtención de recursos
Las soluciones para acabar con la gente que no recibe la educación necesaria, no necesitan ser actos enormes, sino acciones pequeñas, tal y como afirma el Conselleiro de Educación. A veces estas soluciones las tenemos al lado, “como los libros que tenéis en venta en la entrada del instituto y que ya darían recursos a niños que no pueden comparse libros”. Pero Román Rodríguez va más allá y defiende que “se deberían de tomar medidas en muchos países en los que hay niños que no saben ni leer ni escribir”, mediante “sistemas y modelos educativos para aprender lo más básico, porque aún hay muchas personas que no saben leer ni escribir”. Para él “tiene que ser una cuestión integral, de salud jurídica, de no abuso de los que tienen poder sobre los que no lo tienen, de creación de infraestructuras, de tener un trabajo digno y de que puedas vivir con seguridad. Y todo eso debe hacerse de una manera integral”.
Por otra parte, para paliar el hambre, según Sor Clara Gallego y Javier Brage, uno puede comenzar ayudando y ofreciéndose como voluntario en instituciones como la Cocinas Económicas, aunque advierten de que hay que “ser mayores de 18 años”. Otra cosa que también hacen estas entidades es apoyar a las personas en su busca de trabajo para que pronto no necesite ya sus servicios, como describe Sor Clara: “Nosotros lo hacemos a través de una trabajadora social que está en el centro de día, y la propia trabajadora social les enseña a hacer currículums para intentar buscar trabajo, pero también les enseña a administrarse bien para que aprendan a tener su dinero para la comida o para una pensión”.
En cuanto a la vivienda, la solución según la Conselleira debe venir de las políticas públicas facilitando la creación de viviendas nuevas, las ayudas para rehabilitar u ofreciendo alquileres asequibles. Unas medidas sobre todo destinadas a personas jóvenes o gente sin hogar. Por eso para ella “es fundamental ayudar a integrar en la sociedad a las personas con dificultades y concienciarlas de la importancia de formarse, de estudiar, de buscar un trabajo y de querer superarse a uno mismo, por lo que cada uno de nosotros tenemos que buscar ser independientes”.