Ruth Benavides-Piccione (Madrid, 1976) es científica titular del Instituto Cajal, donde está dedicada al estudio de la estructura de las células piramidales de la corteza cerebral, en particular en el cerebro humano. Recibió el grado de Doctora en la Universidad Complutense de Madrid, en junio de 2004. Desde 1998 ha estado trabajando en el estudio de la microorganización de la corteza cerebral. Su experiencia particular consiste en analizar, mediante inyecciones intracelulares en tejido fijado, el diseño dendrítico y estructural de las células piramidales, en particular de las espinas dendríticas, de la corteza cerebral humana, en condiciones normales y patológicas (Síndrome de Down, epilepsia, enfermedad de Alzheimer), así como en otras especies de mamíferos y condiciones experimentales.
La neurobióloga Ruth Benavides-Piccione recalca que "hay que ver la Inteligencia Artificial como una herramienta positiva e intentar aprender a utilizarla". Además, la investigadora le da mucha importancia a "avanzar más en el tratamiento de distintas enfermedades como la del Alzheimer". También habla de un proyecto internacional en el que participa, llamado Blue Brain en el que dice que "forman parte una variedad de grupos y disciplinas".
—Usted es bióloga e investigadora. También vimos que lleva trabajando muchos años en esto. ¿Cómo y por qué se interesó por esta rama de la ciencia y cómo fue su formación?
—Soy en la actualidad científica titular del Instituto Cajal, un instituto de neurociencia en Madrid donde nos dedicamos a estudiar el cerebro. Yo empecé biología y no tenía muy claro a qué rama quería dedicarme, pero, cuando una de esas asignaturas fue de neurociencia, me interesó mucho aprender y estudiar, incluso trabajar en cómo pensamos y qué nos hace a nosotros ser personas. Por eso dediqué mi trabajo al estudio de la neurociencia.
—¿Cuáles son las consecuencias de usar IA en la neurociencia y qué cosas buenas cree usted que aporta?
—Últimamente estamos desbordados con la Inteligencia Artificial. Nosotros en nuestro laboratorio no aplicamos directamente la Inteligencia Artificial, puesto que somos un laboratorio donde analizamos la estructura del cerebro. Cogemos el tejido y analizamos cómo son sus conexiones neuronales; es decir, cómo son las neuronas. Pero sí que colaboramos con ingenieros, matemáticos e informáticos que sí son expertos en Inteligencia Artificial. Por todo esto, últimamente, nos estamos dando cuenta de que podemos avanzar muchísimo más, tanto en la generación de herramientas que nos permitan analizar mejor nuestros datos, como en crear nuevas formas de visualizar o de extraer información de nuestros experimentos. Por eso es un avance muy importante el que ahora las diferentes disciplinas trabajemos en conjunto para conseguir resultados.
—Estamos en los inicios de la aplicación científica de la IA. ¿En cuántos años piensa que podremos usar de manera completamente perfeccionada la IA en este campo?
—Esto avanza muy rápido. En la actualidad, tanto a nivel nacional como internacional, existen grandes proyectos que se están desarrollando directamente enfocados trabajando con IA, puesto que es un campo muy potente en la ciencia. Como en cualquier otro campo, esta herramienta permite avanzar a pasos gigantes, sobre todo la manera de extraer la información. No sabría decirte cuánto, pero es seguro que con esta Inteligencia Artificial seremos capaces de avanzar mucho más rápido siempre que supervisemos, también, con nuestra inteligencia humana.
—¿Que se siente trabajar con uno de los mejores investigadores de nuestro país, Javier De Felipe?
—Es un honor, la verdad, aprender y haber desarrollado toda mi carrera científica junto a Javier De Felipe, que es una eminencia tanto nacional como internacional. Compartimos el interés por el estudio del cerebro y, en particular, del cerebro humano. Y yo aprendo todos los días en el trabajo. Trabajamos juntos y siempre estamos discutiendo sobre los diferentes aspectos y los resultados que estamos teniendo, por lo que es un lujo trabajar con él.
—Dicen que el uso de la IA por parte de los menores produce que no tengan imaginación. ¿De qué modo cree usted que eso es cierto y por qué?
—Yo pienso que es cuestión de intentar adaptarnos todos a la manera en que esta Inteligencia Artificial nos está permitiendo darnos información, a la que, de otra manera, no tendríamos acceso. Tenemos que verla como una herramienta positiva e intentar aprender a utilizarla. No se trataría de copiar directamente lo que la Inteligencia Artificial te dice, sino una herramienta que nos permita integrar la información de forma que el ser humano no es capaz de hacerlo, ya que lo hace a una velocidad impresionante. Finalmente, esa información debemos filtrarla y extraer de ahí lo que consideremos, con el objetivo de mejorar nuestra manera de trabajar.
—¿Cuál cree que es la enfermedad neurológica más mortal que se podría curar con ayuda de la Inteligencia Artificial, ya sea investigando o, incluso, operando?
—Creo que el Alzheimer es una de las más extendidas en la actualidad. Pienso que con un poco de suerte vamos a avanzar mucho, no solo en todas las enfermedades, sino en todos los campos de la Inteligencia Artificial. Esto va a permitir avanzar y proveer de herramientas y procesos mucho más rápidos de lo que las personas en nuestros laboratorios y con nuestros experimentos somos capaces de generar. También creo que avanzaremos mucho más rápidamente de lo que, sin esa ayuda, podríamos hacerlo. Va a ser una gran ayuda porque ya es una realidad.
—Usted nos comentó que no le gustaba darle pantallas a los niños a temprana edad. ¿De qué modo cree que le afectará a los niños que usan mucho las pantallas o videojuegos esta actividad en el futuro?
—Esos niños y niñas están perdiendo un tiempo muy valioso en poder organizar su cerebro de manera efectiva. Es cuestión de que si tú le dedicas muchas horas a pasar el tiempo en modo automático, te estás perdiendo esa oportunidad que tiene tu cerebro de aprender. Siempre vamos a tener la oportunidad de aprender, y no es que los mayores no puedan aprender, ya que tu cerebro es plástico toda la vida, pero la capacidad de modificar tu cerebro cuando eres pequeño es mucho mayor que cuando eres adulto Por eso es un tiempo realmente perdido el que le estás dedicando al móvil o a las pantallas en general, cuando podrías estar pensando. Además, te conviene estar resolviendo ejercicios matemáticos, pensando o incluso jugando a juegos de estrategia, resolviendo estos juegos de misterio. Es simplemente razonar, tener el cerebro trabajando para resolver conflictos y que se formen esas conexiones que de otra forma, si no se utilizan, se pierden.
—Muchos profesores se quejan de que sus alumnos usan ChatGPT para hacer trabajos, aunque ya hay aplicaciones para detectar esto. ¿Cuáles cree usted que son los posibles efectos de este uso en el sistema neurológico de los adolescentes?
—Lo que hace ChatGPT es que coge la información que nuestro cerebro no sería capaz de coger ni en mucho tiempo ni a esta velocidad. Con lo cual nosotros nos estamos beneficiando de este trabajo de búsqueda que ChatGPT es capaz de generar en un minuto. Lo que no deberíamos dejar de hacer es evaluar y críticamente pasar por esa información, para seguir pensando, seguir razonando y seguir integrando la información, tanto la que nos da ChatGPT como la de otras fuentes, y conseguir así conformar el trabajo que nosotros queremos generar. Así estaríamos haciendo el esfuerzo de aprender. Si no, simplemente, estaríamos copiando lo que ChatGPT nos dice sin hacerlo pasar por nuestros cerebros.
Así que tenemos que hacer el esfuerzo para no dejar de pensar y utilizar esta capacidad, que para eso la tenemos y que además es plástica y mejora cuanto más se utiliza, para poder razonar. Porque si dejamos de pensar y no utilizamos nuestras neuronas, entonces es como hacer ejercicio, ya que estas, se quedan vagas y van a decir: “hoy no trabajamos”. Por lo tanto, cuanto más trabajemos, más activas las tenemos, más ramificaciones se van generando y se realizan más conexiones que nos van a permitir ser mejores y aprender las cosas.
—En el Instituto Cajal tienen un proyecto llamado Blue Brain. ¿En qué consiste y qué avances supone para la curación de enfermedades neurodegenerativas?
—Este es uno de los grandes proyectos internacionales en los que nosotros hemos tenido la oportunidad y la suerte para participar. En él estamos formando parte de una variedad de grupos y disciplinas, tanto ingenieros como matemáticos como informáticos, como biólogos y médicos diferentes. Expertos en diferentes campos que estamos trabajando todos en conjunto para un mismo objetivo: intentar entender cómo funciona el cerebro e intentar poder modelarlo, intentar reproducir su funcionamiento. Primero, empezando con pequeñas partes del cerebro, pero con el objetivo final de poder formar el cerebro entero. Así seremos capaces de entender cómo funciona si somos capaces de comprender cada una de estas partes y remodelarlas. Pero así podremos también entender y modelar qué es lo que pasa en algunas enfermedades como, por ejemplo, la del Alzheimer, en la que algunas neuronas dejan de funcionar completamente. Nosotros podemos modelar esos cerebros y, estudiando la alteración de ciertas neuronas, podemos ver la variación en el cerebro y avanzar más en el conocimiento de las diferentes enfermedades.
—En España se diagnostican más de 40.000 casos de Alzheimer al año. ¿Cuál cree usted que es la causa principal?
—Existen varias causas, pero es verdad que se van detectando más casos en personas más jóvenes cada vez. Lo importante y en lo que nosotros estamos trabajando es en intentar ver cuáles son las alteraciones del cerebro previas a que los síntomas aparezcan. Porque ya antes de que aparezcan existe una fase previa en la que el cerebro se encuentra degradándose, ya que ciertas neuronas dejan de funcionar, pero todavía la persona no tiene síntomas. En ese tiempo, cinco o diez años antes de que la enfermedad sea visible, es cuando nosotros trabajamos para poder detectar con la mayor prontitud posible cuáles serían las afectaciones celulares que serían las responsables de ese posterior deterioro cognitivo. Y cuanto antes consigamos detectarlas, antes podremos empezar a tratar a los pacientes para que sus efectos se reduzcan.
—Las neurotecnologías con IA pueden ayudar a curar enfermedades crónicas como el Alzheimer. ¿De qué manera es posible esto en la actualidad y de qué modo ayuda a las terapias habituales?
—La Inteligencia Artificial es capaz de integrar información y podemos hacerle preguntas que nosotros, a lo mejor, con ensayos clínicos, tardaríamos mucho tiempo en hacer. Podemos utilizar esa capacidad de la Inteligencia Artificial de modelar e integrar información para poder avanzar más rápido en ensayos que puede ser que ni siquiera, en ningún momento, tengamos que experimentar en laboratorios, sino que directamente, por modelos de predicción y de modelización, seamos capaces de predecir y prevenir ciertas enfermedades como la del Alzheimer.
—En la web de Blue Brain dicen que “Todo hombre puede ser, si se lo propone, escultor de su propio cerebro”. ¿De qué modo puede esto conseguirse y cómo planean ustedes hacerlo?
—Es una frase muy bonita de Cajal y que todos los niños deberíais tenerla en la cabeza porque cada uno de nosotros somos escultores de nuestro propio cerebro; es decir, si tú te aplicas y pretendes aprender a tocar el piano, tu cerebro se esfuerza, se forman conexiones nuevas y, poco a poco, vas haciendo que tu cerebro, y, por tanto, tú seas capaz de aprender a tocar el piano. Por eso, si te esfuerzas mucho en aquello en lo que trabajas, serás capaz de obtenerlo; algunos con más o menos esfuerzo, dependiendo de las conexiones con las que partas ya predispuestas. Pero lo importante que todos tenemos que saber de nuestro propio cerebro es que somos capaces de modelarlo, que es plástico. Cajal es un investigador muy famoso en España, que obtuvo el premio Nobel por sus investigaciones sobre el cerebro, y decía esta frase que me acabas de comentar. Fue el que también hizo muchas investigaciones sobre la plasticidad del cerebro, mostrando cómo las conexiones entre las neuronas aumentaba cuando el cerebro se encontraba activo y se repetían ciertas actividades. Por eso esta frase tan bonita e importante de que nosotros podemos modificar nuestro propio cerebro y esculpirlo, de manera que consolidemos aquellas conexiones bien unidas.
—Ya que se pueden detectar enfermedades neurológicas degenerativas con IA, ¿cuál cree que es el futuro de la medicina neurológica usando esa herramienta?
—Yo creo que ni siquiera nosotros a día de hoy somos capaces de ver la proyección que tendrá y a veces estamos sorprendiéndonos nosotros mismos de las distintas aplicaciones que puede tener. Por lo tanto, creo que el ser humano se está empezando a dar cuenta todavía ahora de la potencialidad de esta herramienta que habrá que controlar y que, como todas las herramientas, para que no se vaya por el lado oscuro, habrá que dotarla de sus valores éticos. Hay una rama, ahora, que es la neuroética, que también es muy importante para poder controlar el uso de aplicaciones como esta y no sobrepasar los valores humanos.
—Usted ha comentado mucho lo que le pasa a las neuronas cuando pasamos mucho tiempo viendo una pantalla. ¿Qué es lo que le ocurre exactamente a nuestro cerebro en esos momentos?
—Nuestras neuronas en esos momentos no están pensando, sino que están actuando de manera automática, y, la corteza cerebral, que es la parte más externa, es también la que se encarga, o está más relacionada, con las funciones que diferencian a los humanos de otros mamíferos, como la capacidad de hablar o la abstracción. La parte frontal, que es la encargada de la planificación, no la tenemos activada y, por lo tanto, tenemos que intentar realizar actividades que nos pongan en funcionamiento las diferentes partes de nuestro cuerpo. No es lo mismo cuando una persona lee o cuando piensa o realiza diferentes ejercicios mentales. Está poniendo diferentes partes de sus circuitos en funcionamiento, y por eso aquellos que queramos mantener en forma son los que tenemos que continuar trabajando. Es algo así como cuando haces ejercicios muy potentes con los músculos del brazo, pero, si estás muy quieto, las piernas las tendrás muy débiles. Esto es igual: tienes que hacer diferentes actividades donde pongas a trabajar tu cerebro para que las diferentes partes de tus circuitos se mantengan activadas. Por eso no es bueno estar siempre haciendo lo mismo y hay que hacer diferentes cosas. No pasa nada por jugar un rato a la Play, pero hay que variar.
—Ya que hay muchos casos de Alzheimer¿a qué cree que se debe específicamente y cómo podría la Inteligencia Artificial ayudar en su tratamiento?
—Una de las cosas más importantes es determinar el momento en el que tu cerebro puede estar afectado por el Alzheimer, pero no tenemos manera de detectarlo. Entonces, son importantes aquellas herramientas que nos permitan extraer información de nuestro propio cerebro para conseguir con la mayor brevedad saber si nosotros vamos a tener una evolución del cerebro afectado por la enfermedad. Por eso, si aplicamos la Inteligencia Artificial en esa dirección, intentaremos conocer aquellos marcadores que nos permitan detectar cuanto antes la enfermedad del Alzheimer. Eso permitirá detectar la enfermedad antes de que los síntomas o las deficiencias cognitivas empiecen a aparecer. Ese sería uno de los mejores campos donde se podría aplicar, en particular la IA con el Alzheimer.
"Una de las cosas más importantes es determinar el momento en el que tu cerebro puede estar afectado por el Alzheimer, pero no tenemos manera de detectarlo"
—¿Cuál cree usted que podría ser un buen uso de ChatGPT para el desarrollo cognitivo de los adolescentes?
—Yo creo que tanto los alumnos como los profesores vamos o vais a tener que reestructurar la manera en la que tengamos que seguir pensando, razonando y extrayendo la información porque, lógicamente, copiando y pegando o reorganizando textos, que es básicamente copiar y pegar, no estamos aprendiendo mucho. Ni les sirve a los niños, ni nos sirve de nada a los profes.
Vamos a tener que utilizar esta herramienta, que es muy potente, pero de manera que lo que el profesor evalúe vaya a ser diferente. A lo mejor, no tanto hacer trabajos como antes, sino que, a partir de la información que ChatGPT te da, te puedas hacer otras preguntas para ver si tú has sido capaz de verdad de razonar e incluir en tu aprendizaje esa información que te han dado y, así, entenderla. Porque se trata de entender y aprender. Si ahora hay una fuente muy potente, que es ChatGPT y que nos da mucha información, debemos utilizarla para aprender. No solo para que pase del ordenador al trabajo pero sin pasar por nuestro cerebro.
—¿Con cuántos años nos recomienda a los adolescentes que usemos móvil y acceder a la IA y qué influencia tiene el uso de medios digitales en nuestro desarrollo cerebral?
—Yo tengo cuatro hijos: una tiene 19, otra 16, uno 13 y otro 8. Las de 19 y 16, más o menos, controlan bien el uso del móvil. Pero a partir de los trece, catorce años, todas estas generaciones que van de los trece, catorce para abajo, vosotros incluídos, creo que no deberíais tener acceso a móviles, por lo menos, hasta los dieciséis años, porque yo he tenido la oportunidad de ver a mis hijos como cada uno ha ido cogiendo los móviles. Ahora se usan antes los móviles y me parece un absoluto error. Yo le he dado el móvil a todos mis hijos a los doce, pero es verdad que he visto estos últimos años la evolución de cómo los niños han ido usando el móvil cada vez más, llegando a unos niveles exagerados. Las de 19 y 16 usan el móvil y parece que lo controlan, pero el de 13 ya controla mucho menos, y no me imagino cuando tenga móvil el de 8.
Por lo tanto, yo creo, con mi experiencia, que no dejaría que los niños tengan móvil, por lo menos, hasta los dieciséis, cuando el cerebro ya pudo madurar un poquito. El momento de la adolescencia no nos ha dado tiempo a hablarlo, pero es un momento donde el cerebro está cambiando mucho. Estas conexiones que se pueden modular con la actividad del cerebro, tú las puedes crear, pero en esa época de la vida, en la adolescencia, hay muchas conexiones que, si no las utilizas, van dejando de ser fuertes y potentes. Por eso es una etapa muy importante para que vosotros vayáis por el buen camino. Por eso tenéis que ir haciendo mucho esfuerzo en vuestro cerebro, para encajarlo, para desarrollarlo para lo que lo queréis, porque ese es el momento donde muchas conexiones se van a reorganizar. Y ya a los dieciséis años habrá pasado un poco y lo podréis aprovechar, si no habéis tenido toda la locura del móvil, que es una absoluta pérdida de tiempo para lo que se utiliza. Si no hubiera tanto descontrol en meterse en TikTok o en otras aplicaciones, y estar ahí perdiendo el tiempo, viendo imágenes que te quedas como tonto, tendrías tiempo de hacer otra cosa como tocar el piano, jugar, hacer deporte o desarrollar tu cerebro en unas actividades que te pueden servir en la vida y que son muchísimo más productivas que ese uso del móvil.
—Ya que ha habido mucha polémica entre los padres por usar medios tecnológicos en el colegio como Edixgal. ¿De qué manera cree usted que usar dispositivos tecnológicos para educación son algo positivo o negativo?
—Yo creo que todas las herramientas pueden ser positivas y tenemos, no que prohibir, sino aprender a utilizarlas. Todo controlado está bien. No es que el móvil no sea bueno, sino que los niños no tienen aún la capacidad por ellos mismos para controlar la manera de utilizarlo. Para los niños puede ser bueno, pero tendría que haber un trabajo muy desde el principio sobre cómo utilizar el móvil. En la actualidad no existe y por eso comentaba en la pregunta de antes que, como los niños no saben utilizarlo, creo que hasta los 16 años es mejor no dárselo. Pero si hubiera una educación sobre cómo usar el móvil, para qué utilizarlo y cuáles serían las herramientas positivas que nos ayudan, entonces también sería bueno tenerlo antes. Pero esa educación no existe. Por eso, cualquier herramienta digital supervisada por los profesores o los padres significa avanzar para ser más efectivos o para tener más capacidad de aprendizaje.
—Anteriormente comentó que hay que hacer diferentes actividades para el desarrollo neuronal. ¿Cuáles son las más recomendadas para el desarrollo cerebral de los adolescentes y por qué?
—Cualquier actividad que te ayude a razonar, pensar, resolver problemas o planificar. Todo eso va a estructurar tu cerebro, de manera que vas a ser capaz de tener tu cerebro organizado y con unos circuitos que sean suficientemente ricos. Porque el cerebro es capaz de establecer conexiones adicionales a aquellas con las que tú naces, por lo que si tú lo pones en un ambiente rico a trabajar, lo vas a tener muy activo y con muchas conexiones neuronales. Por eso, si luego tienes la mala suerte de tener una enfermedad neuronal que vaya a desconectar o desorganizar esos circuitos, si partes de un cerebro con muchas conexiones, puede que esa enfermedad te afecte algo menos si tu cerebro está muy bien dotado de conexiones que te permiten hacer las funciones que necesitas. Por estas razones, aquellos ejercicios que sean de pensar, razonar o de operaciones matemáticas te van a venir muy bien.