LUCAS LUGO PÉREZ, ADRIANA GONZÁLEZ CORES, MARTA CASTRO SALGADO, ADRIANA GONZÁLEZ LEIRA, ZELTIA GARCÍA REBOREDO, NICOLÁS OTERO CARBALLIDO, ÁGATA PAZ REY, ANTÍA BALSA MACEIRAS, MARTÍN VARGAS ZEGERS, UXÍA CEBREIRO MARTÍNEZ, LUCAS FERNÁNDEZ MAYO, EDUARDO CAMBEIRO VILLAR, ROSALÍA IGLESIAS ZOTES, BRAIS COMESAÑA GORGOSO Y TEO TOJA SUÁREZ | Barcelona, Vigo y A Coruña
Las profundidades de los mares y océanos representan un mundo fascinante, en gran parte desconocido, y que apenas se está comenzando a comprender. En este reportaje se explora la vida abisal y las tecnologías que permiten descubrir sus secretos a través de cuatro expertos que han dedicado sus vidas a su estudio. Desde la flora que habita en la oscuridad hasta la fauna que vive a temperaturas muy bajas. Además, se explora la innovación tecnológica, que permite no solo observar, sino también interactuar con el fondo marino, ampliando la comprensión de este ecosistema vital para el planeta y abriendo nuevas posibilidades para la investigación.
Investigación de los ecosistemas submarinos
Los centros de investigación marina pretenden entender cómo funcionan los océanos y cuál es su dinámica. En ellos trabajan científicos de diferentes disciplinas, tal y como momenta el geólogo Daniel Rey García, geólogo y catedrático de Estratigrafía en la Universidad de Vigo (UVigo): “Las campañas científicas para estudiar los ecosistemas abisales se preparan durante meses y los científicos que van a bordo de los buques oceanográficos trabajan durante 24 horas haciendo turnos”. En este sentido, la flota oceanográfica española es una de las más importantes de Europa, y a bordo de estos barcos se encuentran equipos de muestreo, prospección y aparatos acústicos. Las investigaciones se realizan intentando hacer el mínimo impacto en los ecosistemas submarinos, como indica el geólogo.
Contaminación de los océanos
Los ecosistemas más contaminados son aquellos que están cerca de las zonas más pobladas o donde hay mucho tráfico marítimo, pero la realidad es que la contaminación alcanza todas las partes del océano. Tal y como afirma Daniel Rey, coordinador del grupo de investigación en Geología Marina y Ambiental de la UVigo, “se han encontrado plásticos de caramelos en el fondo de las Marianas a 10.000 metros de profundidad”.
Aunque es complicado estudiar estos ecosistemas por su profundidad, las expediciones científicas aseguran que el plástico ya ha invadido todos los rincones del mar. También explican que el océano está interconectado: lo que contaminamos en un lugar afecta a todo el planeta. A pesar de la capacidad que tiene el mar para diluir contaminación, el que haya basura en las profundidades demuestra que ningún sitio se salva de ella. Un ejemplo de esta contaminación se puede ver en el blanqueamiento de los corales, una percepción que tiene la mayoría del alumnado de 1º ESO del Instituto Rosalía de Castro encuestado para este reportaje.
El científico de la UVigo analiza la relación que existe entre el clima de la Tierra y los fondos de los océanos, y explica que en los sedimentos marinos de nuestro planeta quedan reflejados los cambios que sucedieron a lo largo del tiempo. Gracias a los ejemplos del geólogo se conoce una función importante de los océanos, y es que estos actúan como reguladores del clima. Además, también se sabe que los sedimentos llegan hasta las fosas abisales y la relación existente entre la geología, el clima y la vida marina.
Contaminación en las fosas
El catedrático Daniel Rey afirma que las zonas más contaminadas del océano son las más cercanas a las ciudades y a las rutas marítimas, pero la basura llega incluso a fosas abisales como las Marianas. Aunque es complicado estudiar estos ecosistemas por su profundidad, las expediciones científicas nos aseguran que el plástico ya ha invadido todos los rincones del mar. También explica el profesor Rey que el océano está interconectado: lo que contaminamos en un lugar afecta a todo el planeta. A pesar de la capacidad que tiene para diluir contaminación, el que haya basura en las profundidades demuestra que ningún sitio se salva de la contaminación. Un ejemplo de esta contaminación lo podemos ver en el blanqueamiento de los corales.
Es más fácil llegar a Marte que al fondo marino
Aunque parezca increíble, el conocimiento existente sobre las profundidades marinas es casi inexistente. Tal y como afirma el profesor Rey, “sabemos más de la topografía de Marte, del relieve de Marte, que el relieve de los fondos marinos”. Y la explicación está en lo difícil que es explorar el mar. El espacio es más predecible, el océano es un entorno agresivo, una “sopa química” de alta densidad, cargado de iones que pueden corroer los materiales más resistentes, “como las barandillas de acero inoxidable, que se acaban oxidando con el simple contacto con el agua salada”. Y eso ocurre, según Rey, porque a mayor profundidad, más fuerza y más presión, algo que en las profundidades es enorme y supone un reto para los vehículos de exploración.
¿Existe flora en el fondo del océano?
Concepción Herrero, catedrática de Microbiología de la Universidad de A Coruña, habla de las microalgas y cianobacterias y de cómo estos microorganismos no solo son la base de la cadena trófica marina, sino que son microorganismos casi invisibles y que por ello casi no se aprecian, pero eso no significa que no sean fundamentales para la vida en los océanos. Sin embargo, la falta de luz en las profundidades marinas hace que allí no haya esa flora que estudia la investigadora coruñesa.
Sin embargo, sí afirma que la contaminación llega incluso a la fosa de las Marianas, a más de 10 kilómetros de profundidad y que puede ser muy perjudicial para ese ecosistema. Algo que puede deducir de sus estudios sobre las microalgas y las cianobacterias en los fondos de la plataforma continental gallega. Allí han estado trabajando sobre el cultivo de las microalgas y cómo conseguir que crezcan más, analizando como las condiciones de cultivo y la composición del medio que actúa en ellas les afecta. En particular, han estudiado el efecto de los metales pesados, de pesticidas, de los emergentes y de otros contaminantes, porque, al ser el primer nivel de la cadena trófica, evidentemente la composición química de cualquier contaminante que les afecte va a transferirse a lo largo de toda la cadena.
Cada tipo de contaminante va a tener un efecto diferente, que los expertos han estudiado a nivel de estructura celular. Se han hecho estudios de microscopía electrónica y algunos estudios de composición bioquímica, pero también estudios fisiológicos sobre qué vía se ve afectada fundamentalmente la fotosíntesis.
Por eso, cuando los contaminantes ya llegan a un nivel en el que les afecta a la fotosíntesis, les afecta al crecimiento, y muchas veces dejan de dividirse. A veces no mueren inmediatamente e incluso podríamos decir que engordan porque aumentan su tamaño si llegan a dividirse, pero dejan de realizar su función.
Por esa razón a los expertos como Concepción Herrero les sorprende que haya algún núcleo de respuestas que son comunes a distintos contaminantes: “Y estos son más importantes en la columna de agua a no ser que estemos hablando de zonas costeras, donde hay poca profundidad; ahí sí que vamos a tenerlas al fondo y, justamente, las zonas costeras son las que están más contaminadas porque son las que están recibiendo los aportes terrestres”.
Por lo tanto, según la profesora de la Universidad de A Coruña, “el principal problema es la contaminación de las aguas, tanto en la costa como en las aguas más profundas. Muchos de los contaminantes que van al agua son de cosas que usamos todos los días, como cremas o productos de limpieza. Estos son los contaminantes emergentes, que son substancias que no se consideran inicialmente contaminantes, pero que, si se van acumulando en las zonas costeras y en aguas dulces, pueden tener efectos negativos. También hay otros más conocidos, como lo pueden ser los pesticidas o los metales pesados. Aunque no todos afecten directamente a la flora submarina, sí que con el paso del tiempo pueden dañar su funcionamiento o crecimiento”.
Y eso no afecta solamente al fondo marino sino que, según Herrero, “uno de los efectos más importantes es que las microalgas dejen de hacer la fotosíntesis, por lo cual dejarían de producir oxígeno y eliminar CO2, algo que empeoraría gravemente el cambio climático”.
Por lo tanto, para la científica, hay que buscar soluciones para estos problemas, como no contaminar ríos y mares, y consumir menos productos que luego vayan a acabar en las aguas. Muchas veces no nos damos cuenta, pero usar mucha crema solar o tirar productos al desagüe puede acabar afectando al mar. También es importante que haya leyes e investigaciones que controlen mejor estos contaminantes, para evitar que lleguen al agua. En este sentido, para Concepción Herrero está muy claro: “A veces tenemos muy claro lo que es un contaminante, pero hay otros comportamientos que también llevan a problemas de contaminación”.
Encuesta realizada a los alumnos de 1º de ESO del IES Rosalía de Castro. / A.C.
Explorando y descubriendo la fauna marina
En un mundo donde los mares y océanos siguen siendo uno de los territorios menos explorados de nuestro planeta, científicos como Jesús Souza Troncoso, biólogo de la Universidad de Vigo, dedican su vida a descifrar los misterios de los fondos marinos. Entre sus descubrimientos más significativos destacan, al principio de su carrera, moluscos como “especies nuevas de nudibranquios que son las babosas marinas” en las costas gallegas y posteriormente gasterópodos a gran profundidad en fosas abisales y muchos más en animales desconocidos en la Antártida, que como señala Souza “es un territorio inexplorado”. Además, afirma que hay miles y miles de especies por descubrir. Pero “explorarlas completamente va a ser prácticamente imposible”. Por otra parte, señala que “aún queda mucho por hacer y, además, no vamos a poder tener todo controlado porque el planeta es muy cambiante”.
Los animales de las profundidades marinas presentan adaptaciones únicas que les permiten vivir con a temperaturas extremas. Como comenta Jesús Souza, “el metabolismo es muy bajo, las temperaturas ahí abajo están alrededor de 2 °C, la musculatura es débil y, en algunos casos, hay gigantismo o enanismo”. El biólogo marino señala que incluso algunos peces abisales tienen la vejiga natatoria atrofiada o inexistente. Además, muy en las profundidades tienen los ojos muy pequeños o incluso no ven: “Algunos son ciegos porque no los necesitan y tienen los ojos muy pequeños”. Por otro lado, estando a determinada profundidad también suelen tener los ojos muy grandes porque, como afirma el profesor Souza, “aún pueden aprovechar algo de luz”.
Contaminación: causas y efectos
El investigador advierte sobre el grave problema de la contaminación marina y, particularmente, sobre “el tema de los microplásticos que llegan hasta 11.000 metros. Hay trabajos donde se mira el contenido del estómago de determinados crustáceos en los que se han encontrado microplásticos”. Para él están claras las causas: “Todo lo que tiramos en el centro de Santiago, Madrid y Manhattan va a acabar en el mar más tarde o temprano”. Incluso llega a las zonas abisales más profundas: “En las Fosas de las Marianas, a casi 11.000 metros de profundidad, hay plásticos” porque “toda la actividad humana en tierra va a acabar de una manera u otra en el mar”. Por lo tanto, este científico recomienda reciclar, reutilizar y reducir para proteger nuestro planeta porque para Sousa hay que “intentar que las cosas tengan un uso mucho más largo, ya que no hay un planeta B. Y, si lo hay, no vamos a poder llegar”.
Encuesta realizada entre los alumnos de 1º de ESO del IES Rosalía de Castro. / M.C.
Un inmenso mundo por descubrir
Para investigar los fondos marinos, la tecnología es muy útil. En el pasado disponíamos de muchos menos avances tecnológicos y, por lo tanto, el campo de investigación que podíamos abarcar era mucho menor. Raúl Bardají Benoch, ingeniero e investigador del Instituto de Ciencias del Mar (CSIC) de Barcelona afirma que “uno de los grandes desafíos que hay ahora mismo es cómo transmitir estos datos dependiendo de la profundidad de donde quieras analizar el agua”. En la actualidad, el océano sigue siendo un gran misterio que hay que seguir investigando y el ingeniero oceanográfico cuenta que “en el fondo del mar, queda muchísimo por descubrir. Cada mes, se descubren cosas nuevas, incluso cada día. Está muy poco analizado”. En resumen, se ha avanzado mucho, pero aún queda mucho camino por recorrer: “El mar es un gran desconocido en la tierra, sobre todo porque es muy grande”, afirma el científico.
Cada día que pasa, los investigadores descubren nuevas formas de analizar las profundidades, y crean nuevas piezas clave de robots para acceder al fondo marino para que la presión no les afecte y, como indica Bardají, así poder realizar nuevos descubrimientos: “Hay muchas especies que aún no conocemos o no las hemos podido catalogar”. Por eso, estos avances de ingeniería marina permitirán conocer mejor los ecosistemas de los océanos y mares.
Sin embargo, estos avances tecnológicos pueden suponer también cosas no tan positivas, que, según el ingeniero, se están corrigiendo: “Sin querer, porque no sabemos hacerlo de otra manera, generamos cierta contaminación, y eso es malo”. Por eso, muchos investigadores como Bardají están tratando de eliminar ese impacto negativo para poder investigar los mares y océanos sin contaminarlos. Pero para esto, el ingeniero afirma que: “es imprescindible poner dinero en cualquier tipo de investigación”. Y en esta, en las profundidades marinas, todavía más. Sin embargo, para él, vale la pena: “Cada cosa que haces interviene un poco para que toda la sociedad, la tecnología, todo mejore, y, por eso, la financiación es una de las cosas más importantes en este ámbito”.
En suma, queda claro que el mundo submarino es mucho más fascinante y complejo de lo que solemos imaginar. Cuatro expertos han analizado cómo en los ecosistemas de los fondos marinos animales y microorganismos logran sobrevivir en condiciones a veces extremas, y cómo la tecnología está permitiendo descubrir especies y paisajes que antes eran inaccesibles. También han destacado la importancia de nuestras acciones y de la contaminación para su futuro. Por eso, cuidar y proteger los océanos no es solo una tarea de científicos, sino de todos nosotros, ya que de ello depende la supervivencia de nuestro planeta. Así, aseguraremos que este asombroso mundo bajo el agua siga asistiendo y sorprendiendo a futuras generaciones.
Por eso, aunque ya la Agenda 2030 habla de cuidar la tierra para un futuro mejor y más sostenible, la pregunta es si estaremos a la altura de nuestras obligaciones y responsabilidades para un futuro mejor con el medio. Aunque Jesús Souza asegura que “vamos a tener planeta para rato", porque “no nos queda más remedio como especie”, cuidar lo que nos rodea es nuestra obligación, pero antes hay que tomar medidas como no tirar plástico al mar o intentar reducir la huella de carbono. Sin embargo, se está viviendo la oleada de calor más grande en un mes de mayo desde hace cincuenta años en lugares como Zamora, Sevilla o, incluso, Extremadura. Por eso es importante no dejarlo todo para un futuro remoto e impredecible. Porque la Tierra no es un juguete ni sus recursos son infinitos.