En el año 1943 se puso en funcionamiento el primer modelo de IA y desde entonces no ha parado de crecer y de actualizarse: “Realmente cuando yo lo elegí como campo, en la década de los noventa, no me imaginaba que pudiera tener esta evolución tan grande”, afirma la profesora Carmen F. Morante, directora del Instituto de Investigación de Ciencias de la Educación de la USC. También cree que va a avanzar más con el paso de los años: “Estamos viendo cosas limitadas porque todavía tienen mucho por andar, pero la tecnología evoluciona muy rápido”.
A pesar de que la Inteligencia Artificial no sea nada relativamente nuevo, las IA generativas como las conocemos sí lo son y todavía les queda un largo camino por recorrer: “Lo ya conseguido es poco y, aunque llevamos mucho tiempo con la IA, tal y como la conocéis vosotros, esta empezó en 2022 y ahora estamos en el 2025; no se ha conseguido casi nada y queda muchísimo por conseguir”, describe el profesor Javier Bellas, que imparte diferentes asignaturas relacionadas con el aprendizaje automático y la robótica autónoma en la Universidade de A Coruña (UDC).
Algo fundamental sobre estas IA generativas es saber usarlas con corrección, ya que, de ser así, pueden generar ciertos beneficios en las aulas, tal y como afirma el profesor Bellas: “La IA puede entrar en las aulas de muchas maneras, lo importante aquí es que nos demos cuenta de que hay que aprender a usarla, los profes y los estudiantes, todo el mundo”.
Esas primeras apariciones de la IA en los centros escolares empezaron en las décadas de los 50 y 60 con las primeras bases teóricas de la IA, las cuales intentaban simular la enseñanza de un profesor, aunque, como aclara el informático de la UDC, “no es posible que un profesor sea sustituido, pero le va a poder ayudar: proponiendo ejercicios, ayudando en casa, ya que no hay ninguna IA que pueda comprender hasta un nivel necesario para enseñar”.
Con todo el auge del internet y aprendizaje en línea, la IA ya empezó a integrarse en la educación mediante programas de informática e incorporaciones de competencias digitales en los alumnos, haciendo del antiguo sistema educativo uno muy anticuado, como asegura el profesor Bellas: “El problema es que los profesores siguen mandando los mismo trabajos que mandaban antes que ChatGPT, y eso ya no se puede hacer”.
En 2012, el Congreso aprobó la distribución de ordenadores portátiles a los alumnos para hacer una prueba de las nuevas tecnologías en las aulas antes de poder llegar a utilizar Edixgal, pero hubo mucha incertidumbre por cómo afectaría a los estudiantes, como afirma Javier Bellas: “Las cosas cuando arrancan, como las tecnologías nuevas, todo el mundo cree que va a ser terrible y que va a cambiarlo todo”.
Sin embargo, en la actualidad la IA está integrada en todos los aspectos de la educación. En 2014, aquí en Galicia surgió el Edixgal, que es una plataforma virtual en la que el alumnado tiene todos los libros de texto virtuales para promover la mejora en las competencias digitales, muy importantes a día de hoy, y estas herramientas son fundamentales para introducir la Inteligencia Artificial en las aulas, tal como afirma el catedrático de la UDC: “Estamos haciendo asignaturas para que aprendáis a utilizar la IA, estamos haciendo formación a los profesores para utilizar la IA, estamos haciendo leyes para que la IA pueda entrar en las aulas sin que haya ningún problema y se están haciendo un montón de cambios en la IA para que no impacte tanto, sobre todo en la educación”.
La profesora e investigadora Carmen Fernández Morante advierte sobre las potencialidades, pero también los peligros en el uso de la IA en las aulas y “les recomendaría prudencia a los profesores y, sobre todo, que no se dejen llevar por las presiones de las modas”. Esta investigadora describe cuándo hay que incorporar a la IA y cómo hacerlo: “El profesorado tiene que ser muy prudente en su incorporación, e incorporarla exclusivamente cuando tenga claro para qué y cómo, porque muchas veces la presión social lleva a hacer las cosas rápido y trae muchos más problemas que beneficios”.
Esta investigadora también revela su participación en proyectos experimentales para ayudar al profesorado a integrar las TIC y el trabajo por proyectos en las aulas como el programa europeo Erasmus+ ATS STEM en el que participó activamente profesorado del IES Rosalía: “Este era un proyecto que estaba orientado a cambiar la forma en la que los profesores trabajamos en el aula y, sobre todo, que la forma en la que trabajamos en el aula implique trabajar con otros profesores”. Es decir, el desarrollo de proyectos interdisciplinares como el que desarrolla este periódico digital, el Innova-Lab.
Por otro lado, la profesora Morante también habla sobre de nuevos proyectos de uso de la IA y de robots sociales como el de telepresencia para alumnado con enfermedades crónicas o de larga duración que están desarrollando en la actualidad en su equipo de investigación: “Cuando a uno se le detecta una enfermedad y tienen que pasar una cirugía o estar en el hospital o realizar un tiempo prolongado de curación, ese proceso impacta en sus emociones. A través de robots sociales controlados por el compañero o la compañera que está en el hospital o en casa convaleciente, garantizamos y facilitamos que esté en clase aprendiendo”.
Por otra parte, la profesora también participa en un proyecto llamado Tecnoeduc, que es grupo de investigación liderado por la profesora Beatriz Cebreiro, cuyos trabajos se comparten a través de una web con el objetivo de ayudar e informar al profesorado de las nuevas IA y de las estrategias que se deben seguir para implantarlas de una forma correcta.
Por eso es importante que estas líneas de investigación les ayuden a crear un aprendizaje más personalizado como ocurre con proyectos que hacen en colaboración con el Centro de Supercomputación de Galicia (CESGA), que “tiene un área de e-learning, y hay un equipo de investigadores que tienen capacidad de diseñar tecnología”. Gracias a las herramientas que consiguen crear, buscan que los profesores las usen para impartir sus clases.
Sin embargo, la profesora Morante explica por qué la IA no debería ser lo único que se usara en la educación, y que no puede sustituir el trabajo o la inteligencia del alumnado: “Es importante que distingamos y que sigamos teniendo muy claro lo que cada tecnología nos va a aportar, para qué nos va a servir y, sobre todo, que tengamos claro que la IA va a estar, pero no puede sustituir nuestra inteligencia ni puede hacer las cosas por nosotros. Simplemente, debe estar ahí para ayudarnos a hacer las cosas más rápidas, pero nunca debe resolver las cosas sin que medie un criterio humano”.
A pesar de esto, Morante defiende que la IA puede ayudar a los profesores a implantar sus clases: “¿De qué manera? Pues yo creo que estas herramientas pueden ayudar a generar tutores digitales que os ayuden en vuestro propio estudio personal, y que yo puedo entrenar mediante un prompt o crear un bot, que en un entorno cerrado controlado con un sistema y con una serie de materiales os ayude y os genere preguntas”.
Las aportaciones de la IA en el futuro
Según estos expertos la Inteligencia Artificial se integrará sin duda cada vez más en los centros educativos debido a que ofrecerán nuevas oportunidades, principalmente, si se tienen menos recursos, tal y como comenta Lucía Vicente, investigadora en la Universidad de Milán: “Las IA pueden gestionar millones de datos y esto se ve como una ventaja para entornos educativos desfavorecidos”. De este modo, “les permitirá personalizar la enseñanza y detectar sus dificultades”.
Además, también servirá de ayuda para los profesores, que a menudo tienen una carga de tareas es muy grande: “Sí que es verdad que a los profesores les pueden facilitar los tiempos, ya que tienen mucho trabajo y estas herramientas pueden facilitar alguna preparación de materiales y la búsqueda de información para sus clases”, añade Vicente.
Sin embargo, esta investigadora cree que “la utilización de la IA entre el profesorado es más bien escasa todavía y suele emplearse por este colectivo para la creación de contenido o la gestión de tareas administrativas, con el objetivo de reducir la carga de trabajo”. De este modo, “las tareas más automáticas se pueden delegar en estas herramientas para tener más tiempo para las actividades que importan de verdad como la creatividad y el razonamiento”.
La IA tiene otros usos positivos que pueden beneficiar al alumnado, mejorando su rendimiento académico, siempre y cuando se utilicen correctamente estas herramientas, tal y como indica Lucía Vicente: “Para el rendimiento del alumnado creo que si se utilizan bien no son unas herramientas negativas. Se está estudiando mucho de qué forma crear estas herramientas de IA en la educación para que de verdad promuevan el aprendizaje y no que vayan deprimiendo el aprendizaje de los alumnos”. Los principales usos en el ámbito del alumnado debería ser la búsqueda de información y como indica esta investigadora, “ya se está trabajando en IA con las cuales tienes una conversación que no te da una respuesta directa, sino que te va guiando paso a paso para que seas tú el que razone”. Además, tal y como plantea Mª Alejandra Gamarra en Rededuca, también serán beneficios de la IA la personalización del aprendizaje, la retroalimentación instantánea, el acceso a recursos educativos avanzados y la automatización de tareas administrativas.
Además, según la investigadora de la Universidad de Milán, otro de los usos de la IA que puede resultar beneficioso para el alumnado puede ser en la preparación de los materiales “porque es un proceso muy lento y ayudará a que los alumnos puedan seguir el curso”.
Un diferente uso positivo de la IA, en este caso para el profesorado, es en la representación del temario a impartir en las clases. Como indica Lucia Vicente esto es algo “que se empieza a mejorar para crear presentaciones más fáciles y más atractivas para compartir con los alumnos, pero también para hacer juegos durante la clase que puedan promover la motivación”.
Sin embargo, no todo son ventajas, ya que existe el riesgo de que los estudiantes acaben dependiendo de las máquinas. Si no se les educa como es el uso responsable de la IA, podrían llegar a utilizar las herramientas digitales sin comprobar las respuestas.
Por otra parte, la IA afecta a la privacidad y a la seguridad de la gente y por eso, según Lucía Vicente, hay que tener mucho cuidado: “Yo creo que debemos reservar como humanos todos estos procesos. Y dejar la IA como un apoyo”. Pero esta investigadora no solo considera este peligro, sino también "la perdida de habilidades y el riesgo de que la información que nos está dando la IA nos confunda”.
Además, alerta sobre el “uso excesivo de las IA y cómo puede afectar al rendimiento de los alumnos, tanto de educación secundaria como de educación universitaria”. Incluso advierte que “se está viendo un poco que al final podemos volvernos más tontos”. Por lo tanto, esta investigadora defiende que “son las IA las que se deben adaptar al ritmo del aula”.
Aunque se especula con la posible sustitución de los profesores por la IA, la profesora Morante afirma que “la IA no puede sustituir a los actuales profesores”, aunque “cada vez que sale una tecnología nueva, siempre se dice que va a sustituir al profesor”. Aun así, afirma que “el profesor tendrá que convivir en los espacios de educación con esta herramienta y tendrá que dominarla”.
Por su parte, el profesor Bellas concuerda con ella y confirma que “la IA no se va a poder prohibir y tampoco otras cosas que vendrán. Entonces lo que vamos a tener que hacer es adaptarnos”.
La profesora Morante también afirma que hay dos retos fundamentales: “El primero es la formación del profesor sobre el alumnado en la competencia digital”. Además, “otro reto importante es ayudaros como alumnos sobre todo cuando estáis fuera de la escuela, que son los momentos en los que usáis de forma más intensiva y de otra manera las tecnologías, ya que hay que ser responsable con ellas y es necesario protegerse”.
Por su parte, el catedrático de la UDC está convencido que que en un futuro estas IA se podrían usar para dar clase de una manera mucho más entretenida mediante simulaciones y videos creadas por estas tecnologías: “Podréis hacer uso de la IA en clase para hacer las asignaturas mucho más entretenidas como historia, ciencia o en lengua. Con vídeos o simulaciones de realidad virtual creadas por el profesor de, por ejemplo, cómo era Santiago hace 150 años”.