La profesora Alonso en una conferencia impartida en el IES Rosalía. D. GONZÁLEZ
Amparo Alonso Betanzos (Vigo, 1961) es catedrática en el área de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial en la Universidad de A Coruña (UDC). En los últimos años ha participado en alrededor de 20 proyectos competitivos, ha dirigido 7 tesis, publicado 54 artículos en revistas científicas y 50 artículos en proceeding de congresos.
En su curriculum vitae cuenta con más de 350 publicaciones en revistas o libros internacionales y la posesión de 8 patentes. También ha sido nombrada académica correspondiente de la sección de matemáticas de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de España (RAC), logro que describe como “un inmenso honor, pero también una gran responsabilidad”.
—Usted es Catedrática del área de Ciencias de la Computación y Tecnologías de la Información de la Universidad de A Coruña y una especialista reconocida en Inteligencia Artificial. ¿Cómo y cuándo descubrió esta pasión por este campo y cómo fue su formación para dedicarse a esta profesión?
—Cuando empecé a trabajar en Inteligencia Artificial no teníamos todavía un grado en Inteligencia Artificial ni mucho menos. Tampoco había Facultad de Informática en Galicia. Yo estudié una licenciatura, me especialicé en ingeniería química y para hacer lo que ahora sería en trabajo fin de máster, me uní a un grupo de la Facultad de Física que trabaja en ingeniería biomédica. En concreto, trabajamos en intentar utilizar precisamente Inteligencia Artificial para poder clasificar los resultados de unos test que se le hacían a las mamás durante los embarazos. La verdad es que me gustó mucho la aplicación porque me pareció bastante novedosa, muy bonita y me gustó la lógica de la programación. Entonces, desde que acabé la carrera, prácticamente me dediqué a la informática. En concreto, a la Inteligencia Artificial. Y al año siguiente volví a la Universidad de Santiago con una tesis en este campo que tiene que ver con la obstetricia y cvon el intentar ver la salud de los fetos y las madres durante el embarazo, y ya me quedé en ese campo. Después hice un doctorado en Estados Unidos en temas también relacionados con Inteligencia Artificial en entornos médicos. Finalmente, cuando volví a España, volví a Coruña, a la UDC, y ya seguimos trabajando en temas de desarrollo de nuevos algoritmos y de aprendizaje automático, que es una de las ramas de la Inteligencia Artificial. Lo cierto es que toda mi vida me he dedicado a eso y siempre ha sido una especialidad que me ha entusiasmado porque creo que puede contribuir mucho a mejorar, en muchos campos, la eficiencia y el diagnóstico, y puede ayudar a los humanos a hacer las cosas mejor.
—Respecto a los que dijo de los campos, ¿cuál cree que es en el que más se necesita la IA y por qué?
—Yo creo que necesitamos la IA en muchísimos campos. Se necesita la IA en la industria para ser más eficientes, ya que la eficiencia es un problema y la productividad también. Con ella no solo seremos más eficientes, sino que vamos a poder reducir problemas que tienen que ver con el uso de la energía o la contaminación. También en áreas como la de la salud nos va a ayudar mucho porque la IA es capaz de ver muchos datos que una persona no sería capaz de inspeccionar y también nos ayudará a llegar hasta ver las características específicas de cada persona para ser mucho más concreto a la hora de solucionar su problema. Incluso seríais capaces de ver si una persona tiene más probabilidades de desarrollar una enfermedad y de estar atento a esas situaciones o, en educación, para ayudar a llegar mucho más concretamente a los estudiantes o al desarrollo de nuevos fármacos. Por ejemplo, con el COVID se desarrollaron las curas no solo porque ya había investigación, sino porque la IA te ayuda a descifrar caminos que, en principio, van a tener menos éxito que otros, además nos ayuda a poder centrarnos en los experimentos que realmente deberíamos de hacer. Hay muchísimos campos en los que ayuda porque ahorramos mucho dinero.
—De acuerdo con su experiencia, ¿cuáles son y sobre todo serán los beneficios y peligros de la IA de aquí en adelante?
—Creo que los beneficios superan mucho a los peligros que, por supuesto, también los hay, como en todas las tecnologías. Como dije anteriormente, la Inteligencia Artificial nos ayuda a ser más eficientes en muchos campos y a mejorar muchos aspectos del conocimiento en áreas como la medicina o la educación.
Uno de los descubrimientos más importantes de los últimos años en ciencia, ha sido el cómo se doblan las proteínas o cómo completar los mapas del genoma humano. Eso nos permite tener, por ejemplo, una medicina de mucha más precisión y mucho más personalizada. Por otra parte, podemos, utilizando los robots Da Vinci, realizar operaciones quirúrgicas mucho más precisas y hacer la incisión donde se debe. Además, permite que sea mucho menos traumática una operación porque ser realiza con mucha menos agresividad y ayuda a los pacientes a recuperarse más rápidamente. Por otra parte, también ayuda en otros entornos como puede ser la agricultura de precisión o la ganadería de precisión, ayudando a reducir los problemas del cambio climático. Es decir, que puede ayudarnos en muchísimas cosas como en la educación, haciéndola mucho más personalizada, pero también en el comercio para aprovechar las cualidades de cada cliente, que son diferentes.
Por último, como retos, tenemos unos cuantos; por ejemplo, intentar que los sistemas respeten los derechos humanos y que nos ayuden con la privacidad de nuestros datos. Sobre todo, uno que está bastante de moda, que es el tema de los deepfake; es decir, lo que sería el grabar y recoger falsificaciones que, además, se pueden diseminar muy rápido por las redes. Además, está también todo lo que tiene que ver con los sesgos pueden pasarnos desapercibidos en los datos o en los algoritmos, en general.
En suma, sí que se está trabajando bastante en el tema de regulación en lugares como Europa para intentar que la Inteligencia Artificial esté al servicio de las personas.
—¿Cuál cree que será el campo más afectado por el desarrollo de la IA y por qué?
—En realidad afecta a todos los campos. Incluso nosotros, en la UDC, estamos trabajando en aspectos que tienen que ver con psicología, con la sociología, con la filosofía o con el lenguaje natural. No solamente estamos hablando de la aplicación de la Inteligencia Artificial a campos de la ciencia o a campos de la industria, sino también a campos que tienen que ver con las ciencias sociales o con las humanidades. Yo creo que ahí también nos pueden ayudar en muchas cosas; por ejemplo, estamos usando las ciencias sociales para ver cómo las personas toman decisiones y así ayudarnos a construir sistemas que tengan en cuenta cómo las personas reciben ayuda de un sistema inteligente. Yo no sabría decirte cuál es el grupo que está más afectado, porque incluso estamos trabajando en lo que se llama la "frontera de las humanidades" en lo que es la creatividad, ayudando a las personas a que sean más creativas en sus ámbitos de trabajo, que incluso pueden ser entornos que tienen que ver con la creación de novelas, de textos, de música o de guiones para películas, de forma, por el momento, asistida. Eso también descubre los problemas que pueden ir asociados a estas actividades y que tienen que ver, por ejemplo, con la propiedad intelectual, con el uso de conjuntos de datos que pueden tener piezas que han creado personas y cuyo uso hay que justificar.
—¿Podría especificar más lo que dijo con la educación personalizada con la IA?
—Si yo sé que a la hora de explicar en clase elaboro unos ciertos materiales en una presentación que son los mismos para todos, pero a lo mejor hay un alumno que aprende mejor con imágenes o con ejemplos, la IA me puede ayudar a llegar mejor con un material adaptándolo a cada estudiante. Por otra parte, si tengo un sistema que ayuda a los estudiantes a resolver sus dudas ese tema se pueden usar 24 horas al día 7 días a la semana, yo como profesor tengo tiempo para descansar. Entonces, de esa forma la IA te puede ayudar a resolver tus dudas y solo llegarías al profesor con dudas más concretas y, así, él o ella te pueden ayudar mejor.
—¿Cuál cree usted que será el medio tecnológico que más se desarrollará a lo largo del tiempo?
—Es muy difícil contestar a esa pregunta. Yo creo que, cada vez más, nos centraremos en cómo va a ser la interfaz, cómo nos vamos a comunicar con los ordenadores y cómo esas comunicaciones van a ser cada vez más agradables para los humanos. Es decir, a tener una Inteligencia Artificial que esté más presente. Ahora mismo nos hemos acostumbrado, a que las interfaces son cada vez más naturales y a poder comunicarte con la Inteligencia Artificial hablando naturalmente o escribiendo algún texto y que la inteligencia artificial te conteste. Yo creo que esto, cada vez más, se va a procurar que sea de mayor nivel, que sea más fácil comunicarse con una Inteligencia Artificial.
—Cada vez la IA está más presente en nuestras vidas, especialmente en la de los jóvenes. ¿De qué modo cree usted que en un futuro esto podría cambiar la vida de los jóvenes?
—Creo que nos va a cambiar la vida un poco a todos, ¿no?
Cada vez estamos usando más herramientas que tienen que ver con la Inteligencia Artificial, y las estamos usando de forma natural. Yo creo que estáis creciendo en un mundo en el que esas herramientas ya las veis de manera natural, pero a lo mejor a las personas mayores les resulta un poco más difícil. Sin embargo, yo creo que sí está cambiando la vida de todos nosotros ya, pues todos utilizamos dispositivos móviles para ver mapas, para tener servicios que antes no teníamos, y así sabemos por dónde va a venir el autobús, cuánto va a tardar en llegar o si quieres llamar a un vehículo tipo Uber. Pero también para estudiar las direcciones en un mapa, encender el teléfono móvil con la huella y millones de otras cosas que vais haciendo diariamente y que cuando yo era joven, no podíamos hacer. Y lo hacéis con Inteligencia Artificial. Entonces, claro que está suponiendo un cambio, pero lo que pasa es que los cambios tienen ciertos momentos en los que son importantes y grandes, y algunos de esos cambios los estáis teniendo ahora. El uso de los chatbots, por ejemplo, va a influir en la forma en la que vais a desarrollar vuestras capacidades y también la educación.
—Como usted dijo en una entrevista, “En el entorno profesional cada vez utilizamos más herramientas que trabajen con IA“. ¿Qué opina de la utilización que se hará de herramientas como ChatGPT o del uso de ordenadores portátiles con acceso a la IA en recintos escolares en el futuro?
—Yo creo que ChatGPT tiene la facultad de poder ser usado rápidamente para acceder a algunas búsquedas que a lo mejor antes se hacían de otra forma. Yo creo que eso también va a implicar un cambio en la manera en la que se nos educa porque cuando yo era joven lo normal era consultar en enciclopedias, y para eso tenías que ir a una biblioteca. Casi todo eran textos escritos y lo recuperabas de ahí. Después, cuando apareció internet, hizo que ya, en vez de tener una enciclopedia o tener que ir a una biblioteca para buscar en muchos libros, no fuese así y que estuviéramos buscando eso en internet. En la actualidad tenemos la posibilidad de que ChatGPT, busque cosas por nosotros y nos dé información, pero hay que tener cuidado porque, por ejemplo, hay estudiantes de informática que lo pueden utilizar incluso para que les hagan programas. Eso está bien si lo usas para poder aprender, pero debemos tener cuidado porque lo podemos usar mal y “copiar cosas” para intentar solucionar problemas más rápido y eso, aunque se puede hacer físicamente, no es una buena forma de usarlo, ya que no te sirve para mejorar como persona.
Entonces yo creo que necesitamos una nueva educación de cómo usar esas herramientas para nuestro bien, porque, si no, podemos acabar por no tener las habilidades que necesitamos. Por otra parte, con el ChatGPT también podemos usar parte de nuestro tiempo en no tener que estar recuperando información que a lo mejor nos llevaba más tiempo buscar, y, al mismo tiempo, podemos desarrollar otros aspectos como ser más críticos con lo que lees y no creerte todo lo que cuentan o ves en internet. Aunque eso ya pasaba anteriormente con las fuentes que se estaban utilizando y cómo las estábamos utilizando. Es decir, se debe enfocar la educación de una forma distinta.
—Usted dijo que «No se debe diseñar una herramienta sin tener en cuenta a qué tipo de personas va dirigida». ¿De qué manera piensa que esta fórmula se aplica correctamente y de qué modo se verán afectados los jóvenes, en especial los niños y adolescentes, si no se emplea su propuesta en el desarrollo futuro de la IA?
—Es evidente que las herramientas que vais a tener ahora van a ser muy distintas a las que tuvieron las generaciones anteriores, especialmente con esta explosión de la Inteligencia Artificial generativa, que es lo que son esos chatbots tipo ChatGPT o Le chat. Yo creo que hay que aprender a utilizarlas con cuidado porque es importante que preservéis vuestras habilidades. Lo que pasa es que, a lo mejor, la habilidad que más tenéis que trabajar es la habilidad de desarrollo del espíritu crítico o la resiliencia; es decir, de ser capaces de tener todas las herramientas que puedes utilizar para ser capaz de conseguir la información que necesitas alrededor. Y yo creo que, efectivamente, os va a afectar mucho, pero también tenéis que ser constructivos con cómo las utilizáis ya que también se aprende cómo no utilizarlas para copiar, pero sí utilizarlas para explotar precisamente vuestras capacidades.
—¿Usted cree que la IA puede volverse en algún momento contra los humanos?
—No existe ninguna evidencia de que las máquinas tengan voluntad propia, como vemos en películas tipo Terminator, por ejemplo. Eso es ciencia ficción y es el producto de alguien que ha escrito una novela. En este momento las máquinas y la Inteligencia Artificial no tienen esa capacidad y son algo que desarrollamos los humanos. Por lo tanto, es nuestra responsabilidad hacer máquinas que nos ayuden y no máquinas que vayan contra nosotros. Lo que sí hay que ser es un poco cauteloso y utilizar estas máquinas para suplir o para hacer de forma rápida algunas cosas, como se hace al usar ChatGPT o el traductor de Google, que ni siquiera es tan inteligente para traducir textos al inglés. Eso está muy bien porque te ayuda pues a refinar lo que tú eres capaz de escribir, pero no es bueno que lo uses para pensar que no hace falta saber inglés. A lo mejor en el futuro las máquinas permiten que tú hables en un idioma y ya directamente traduzcan a otro, pero yo creo que aprender un idioma te enseña más cosas: te enseña a pensar en otro idioma, te enseña a entender algunas nociones en otra lengua que igual son un poco diferentes. La idea sería utilizar bien las herramientas y ser responsable cuando las diseñas. Por eso es importante que haya códigos éticos en los desarrolladores pero también en las personas que usan la Inteligencia Artificial para saber cómo usarla bien.
Amparo Alonso recibió el premio María Josefa Wonenburger en 2020. | CEDIDA
—En Coruña se está estableciendo la sede de la Agencia Española de Supervisión de la IA. ¿Cuáles deberían ser los principales objetivos para controlar los problemas de hoy en día como la como los videos falsos o la invasión de privacidad?
—Eso es algo de lo que se ocupa la AESIA, que es esta agencia supervisora de la IA. De lo que se trata es de que en Europa tenemos una regulación sobre el uso de la IA a través de una legislación a la que le va a llevar unos añosinstaurarse. Hay unas cosas que estarán prohibidas para proteger a las personas, otras que se regularán, y la AESIA va a supervisar que todas las aplicaciones que se desarrollen que usen IA respeten las reglas, que no revelen datos privados de las personas, que sean difíciles de atacar de forma que podamos tener una huella para saber si esa información es original y si hay algo falsificado. Así que todas las aplicaciones que se desarrollen con IA van a tener que pasar por esa agencia y se les va a dar un sello indicando que sí están cumpliendo con esas normas.
—Pero esos son solo algunos de los problemas actuales y la IA posiblemente será mucho más potente en el futuro. ¿Cuáles serían las medidas más necesarias para que la IA no se use incorrectamente de ahora en adelante?
—La legislación europea no es solo una legislación basada en la aplicación, sino también basada en niveles de riesgo. Entonces, de lo que habla es de niveles de riesgo en general que pueden tener esas herramientas. Pero está claro que siempre que regulas algo no puede ser algo estático que hagas una vez, sino que necesitas que esa regulación avance. Por ejemplo, si lo comparamos con el tema de los coches, cuando surgen los automóviles, no había regulación sobre quién tenía que pasar antes en un cruce o por dónde teníamos que conducir; entonces, ese es un gran problema y por eso surgen una serie de normas de tráfico. No solo eso, sino que los coches han avanzado en los sistemas. Cuando yo era pequeña no había cinturón de seguridad o no había una regulación sobre cómo debe ir un bebe en un coche de una determinada forma en un determinado sitioen el coche. Esto lo mismo pasa con la Inteligencia Artificial; es decir, cuando vayamos desarrollando herramientas, que cada vez serán más sofisticadas también habrá que avanzar en la regulación, en la comprobación de todas esas cosas, de forma que cada vez seamos más seguros con las personas
—Sin embargo, la Inteligencia Artificial tiene también mucho potencial positivo. ¿De qué manera podría afectar de forma provechosa al mundo laboral y por qué?
—Nos puede ayudar a ser mucho más eficientes en muchas tareas porque te puede hacer un cribado si tú en una empresa tienes que seleccionar personal con determinadas cualidades y te puede filtrar qué expedientes tienes que ver. Además, te puede ayudar a ser más personalizado en cuanto a cómo enseñamos a los alumnos. Ahora mismo los profesores con 50 alumnos les explican a todos de la misma manera porque no te puedes centrar solo en uno, pero la IA te puede ayudar a que esos materiales sean más personalizados para cada alumno de manera que cada alumno aproveche mejor las explicaciones. Además, te puede ayudar a poner notas o a hacer cosas burocráticas que te llevan tiempo y que no redundan en un aprovechamiento de tu tiempo. Por otra parte, si eres un abogado y tienes que estar buscando los antecedentes en una base de datos grande, si usas la IA te lo recupera antes y te ayuda que el tiempo que uses tú sea más de tu especialización; es decir, te permite usar la parte más creativa de tu trabajo. También te ayuda en la medicina personalizada, a tener mejor control en la industria o a tener menos desechos. En suma, nos puede ayudar en muchas cosas muy positivas como desarrollar una medicina mucho más personalizada que, al saber cuál es tu perfil genético, te ayuda a darte el medicamento concreto, la dosis concreta y de la forma específica que tú necesitas.
—Con respecto a los peligros de la IA, ¿qué medidas podemos tomar para frenar o reducir las falsificaciones de vídeos y mensajes en redes?
—De eso se tienen que ocupar las agencias que supervisan estas cosas, pero como usuarios también tenemos una responsabilidad. Si tú crees que algo no está hecho de forma adecuada, no lo transmitas, porque muchas veces esos vídeos falsos o esas situaciones falsas se diseminan muy rápido porque nosotros ayudamos también a difundirlos a través de las redes sociales. Por eso hay que intentar parar ese tipo de situaciones y, por supuesto, no usar herramientas para producir vídeos falsos porque algunas situaciones realizadas por alumnos de distintos sitios que quisieron hacer una broma pesada a algunos compañeros no son admisibles. No hacer estas cosas también entra dentro de nuestra responsabilidad.
—Ahora mismo varios países como China y Estados Unidos están compitiendo por lograr crear la mejor herramienta de Inteligencia Artificial. ¿De qué forma cree que en el futuro solo existirá una única herramienta a nivel global y qué beneficios y prejuicios tendría?
—Yo no creo que exista una única herramienta a nivel global, porque habrá seguramente varias herramientas. Lo que sí sería interesante es que hubiese una herramienta que nos permitiese regular a nivel global estas cosas; es decir, que todos los países se pongan de acuerdo en que hay ciertas cosas que no se deberían hacer y que tengamos en cuenta que la privacidad de las personas es importante o que es importante también que las herramientas que hagamos tengan ciertas características o condiciones. Seguramente igual que ahora habrá varias herramientas que tú puedes utilizar, como ChatGPT, pero también habrá el modelo chino, que es el DeepSeek, el modelo Francés, que es Le chat, el modelo español, que es el Lenguaje Alia o el modelo gallego, que es el modelo Carballo. Entonces tú podrás comunicarte usando distintas herramientas. Igual que ahora tienes también diferentes herramientas para diferentes cosas.
Otra cuestión será todo lo que tenga que ver con la parte geopolítica, y quién va a poder más en cuanto a poder económico y social. Yo creo que, en todo caso, lo que sería importante es que todos los países nos pusiéramos de acuerdo en el uso de la Inteligencia Artificial, un poco de la misma forma que nos hemos puesto de acuerdo en otros aspectos, como los éticos, que tienen que ver con la clonación en biología o con el uso de la energía atómica. En estos casos que existe un acuerdo más o menos internacional al respecto. Con la Inteligencia Artificial también deberíamos trabajar así.
—Como ya se sabe, la IA está mejorando cada vez más rápido. ¿De qué modo cree que en algún momento la IA podrá ser un peligro para la humanidad y cómo podremos evitarlo?
—Todo está en la responsabilidad que todos tenemos porque estamos desarrollando una herramienta poderosa. Aparte de esto, yo creo que en general todas las tecnologías tienen esta capacidad. Esto se ve claramente si volvemos al ejemplo de la energía atómica y nuclear, ya que la humanidad fue capaz de hacer una bomba, que no es un buen uso de la tecnología, pero después hemos sido capaces con esa misma tecnología de conseguir curas para el cáncer. Pues de esto se trata, de regular la tecnología para que sea algo que podamos utilizar para nuestra ventaja, de tener la responsabilidad de desarrollar herramientas de forma ética y usar las herramientas también de forma ética. Yo creo que cuando todos tengamos una conciencia desarrollada de qué cosas debemos desarrollar o no, o usar o no con Inteligencia Artificial, todos iremos en la senda adecuada. Pasa con cosas como un cuchillo. Yo tengo en mi casa cuchillos y todos los usamos para cortar el pan o para cortar la comida. ¿Se pueden utilizar con malos fines? Por supuesto que sí. ¿Está regulado que no se debe hacer? Claro. ¿Existe gente que lo hace? Claro que sí, pero digamos que no es el uso normal. Yo creo que la Inteligencia Artificial, con la diferencia tecnológica que hay entre un cuchillo y la IA, tenemos que buscar el sendero que nos ayude y no el que nos sea perjudicial.
—Respecto a lo que dijo, de “que nosotros estábamos más acostumbrados que los mayores, ¿de qué modo está impactando la IA en la vida de estas personas?
—Yo creo que hay veces en las que la tecnología deja un poco atrás a las personas que no están tan acostumbradas a usarla y, ¡claro!, nosotros estamos acostumbrados a usar nuestros aparatos móviles para casi todo: para que nos den consejos de cosas, para preguntarles a qué hora llega el autobús o para tener el banco en el teléfono. Por eso, a los mayores los estamos dejando un poco atrás y necesitamos invertir un poco más en eso; por ejemplo, mi madre tiene 87 años y ella es capaz de usar su móvil para hablar con sus amigas, para mandarse vídeos, para sacar dinero del banco o para saber a qué hora llega el autobús, pero, ¡claro!, hay que invertir un tiempo para que estas personas sean capaces de usar esos recursos y, a veces, las cosas van tan rápido que dejamos atrás a las personas que no son capaces de usar la tecnología. Los jóvenes habéis nacido casi usándola, sin necesidad de que nadie os enseñe nada especial.
—¿De qué modo cree que deberían de dar cursos para que la gente esté concienciada con la IA y por qué?
—Eso es complicado. En vuestro caso, en el caso de la docencia normal, de las enseñanzas normales, en Galicia la Xunta ahora ha habilitado la posibilidad de que aprendáis Inteligencia Artificial. Creo que es optativa y está en la ESO, aunque no sé exactamente cómo se arbitra, pero sí tendréis la posibilidad de aprender Inteligencia Artificial. Para las personas mayores que ya están trabajando están elaborando lo que se llaman cursos de microcréditos, que son cursos a los que puedes ir para saber cómo utilizar la Inteligencia Artificial en tu trabajo o para tener nociones de Inteligencia Artificial. Luego, para el público en general hay mucha divulgación en conferencias o en charlas que intentan explicar qué es la Inteligencia Artificial para que la gente lo entienda, pero nos queda camino por recorrer porque la divulgación exige mucho esfuerzo y, como en todo, hay gente que hace divulgación y realmente sabe de lo que habla, perotambién hay otras personas que saben menos del asunto y se dedican a divulgar y no son tan capaces desde el punto de vista científico. Pero yo creo en ese ámbito se está haciendo un esfuerzo importante y durante los últimos años es muy difícil que abras un periódico o veas la televisión sin que alguien te hable de Inteligencia Artificial.
—¿En cuáles de los trabajos en los que no se utiliza la Inteligencia Artificial cree que en un futuro será imprescindible?
—Habrá muy pocos trabajos en los que no utilicemos la Inteligencia Artificial, porque hay veces en las que incluso me sorprendo yo, ya que me toca la suerte de poder evaluar proyectos, becas, máster o gente que está haciendo el doctorado y la utilizan desde para estudiar la arqueología en Atapuerca, para identificar restos, para reconstruir, para poder averiguar qué es lo que estaba comiendo esa persona con las huellas que dejan sus mandíbulas. Son estas cuestiones que a mí me parecen interesantes y curiosas. Entonces, como también tengo la suerte de trabajar con gente de muy distintos ámbitos, desde ingenieros hasta gente que trabaja en filosofía o en política, casi todos ellos también van a usar la Inteligencia Artificial prácticamente para cualquier cosa: para estudiar restos arqueológicos, para estudiar la evolución de la lengua, para estudiar cómo afecta el uso de herramientas de Inteligencia Artificial a los votos, a la política o el uso de videos falsos. No hay ningún área en la que se me ocurra que la Inteligencia Artificial no pueda estar; incluso en áreas creativas. Tengo amigos que son músicos y que componen música y la están utilizando para inspirarse en música que tal vez ellos no hubieran pensado combinar de ese modo o con partes que son artificiales y que incorporan después a sus composiciones. En resumen, hay muchísimas áreas en las que no habrías pensado en principio que podría haber Inteligencia Artificial y sí la hay.