Venus

LA VIDA EN VENUS

Una pregunta que nos hacemos frecuentemente los interesados en el universo es: ¿Es posible hallar vida más allá del planeta Tierra?, y si es así, ¿dónde se encontraría dicha vida? Muchos responderían a esta pregunta afirmando que seguramente existe vida en Marte, “el planeta de los extraterrestres”. Sin embargo, lo sorprendente es que nadie nunca se ha preguntado por la existencia de la vida en otros planetas el Sistema Solar, como es el caso de Venus, por ejemplo. Un caso bastante digno de observación.

Para empezar, debemos resaltar que Venus es el segundo planeta del Sistema Solar más próximo al Sol y el tercer planeta más grande después de Júpiter y Saturno. Se caracteriza por no tener ningún satélite pero a diferencia de otros planetas, una gran cantidad de volcanes, en total 1600.

Una de las características más destacadas de Venus, es el apodo “El Gemelo” con el cual se denomina, debido al tamaño similar que guarda con respecto a la Tierra.

Pero, ¿sabemos cómo son a ciencia cierta las condiciones de la vida en este planeta?

Los científicos han descubierto a lo largo de varias investigaciones que la atmósfera de Venus está repleta de CO2 lo que provoca un efecto invernadero y eleva la temperatura de superficie en dicho planeta a 464ºC. Por consiguiente, su ciclo noche-día tarda 243 días terrestres ya que su rotación es muy lenta. Además, como la presión de aire en la superficie es 90 veces más espesa que la nuestra al llover cae lluvia ácida desde el cielo. Después la lluvia derrite y aplasta cualquier forma de vida.

Otro factor que imposibilita la vida en Venus es que este planeta carece de escudo magnético protector en su centro y no puede rechazar las radiaciones solares que nos abrasaría en segundos, y dejan el planeta seco y tóxico.

Sin embargo, ¿era así Venus hace millones de años?

Los investigadores de la Universidad de Wisconsin sugieren que Venus tuvo un clima habitable con océanos poco profundos habitados por microorganismos que al evaporarse todo tipo de agua líquida allí presente se elevaron a las nubes donde las temperaturas son de 0-60ºc. Además, aquí los microorganismos se habituaron a la presión atmosférica, alimentándose de pequeñas gotas de agua potable, CO2 y ácido sulfúrico.

A pesar de todo, la vida en Venus tuvo sus días contados. Debido al exceso de calor en el planeta, que provocó un recalentamiento y convirtió la superficie de dicho planeta en un infierno. Esto añadido a los cambios en su rotación o ángulo de eje se cree que generó un cambio climático sin retorno, con una presión desorbitada, una falta destacable de oxígeno y una abundante lluvia ácida expuesta a radiaciones solares peligrosas.

Sabemos que las últimas misiones espaciales de sondas enviadas a Venus realizadas por la Agencia Espacial Japonesa, con la sonda Akatsuki en 2006, pudieron realizar una cartografía completa de temperaturas atmosféricas y formaciones geológicas y volcánicas (identificando cráteres). Aunque lamentablemente, no hay esperanzas de señales de vida actualmente en el planeta. No obstante, no hay que tirar la toalla, ya que la búsqueda de vida extraterrestre en Venus ha representado para nosotros una búsqueda incansable hacia lo desconocido.

A raíz de esto, los científicos americanos Harold Morowitz y Carl Sagan, continúan planificando nuevos sistemas y recursos de investigación para una posterior colonización de científicos en Venus.

Por otra parte, la Agencia Espacial Rusa y La NASA prevén una trepidante misión espacial para el 2020, con naves equipadas de orbitadores, módulos de aterrizaje, y estaciones de superficie con plataforma aéreas movibles, todo ello con un seguimiento informatizado de alta tecnología desde la base espacial en la Tierra.

Y quizás, con ayuda de todo esto una vida futura en Venus será posible, pero mientras tanto, el calor que imposibilita el desarrollo de vida aquí hace que el planeta sea hermoso por fuera pero infernal por dentro.

Autora: Victoria Claudia Gomez Alfonso