Nace en Cesarea de Capadocia en torno al 330. Sus padres son Basilio y Emelia. Es la mayor de 10 hemanos de los cuales al menos tres llegaron a alcanzar el grado de santos para el cristianismo y son Basilio Magno, Gregorio de Nisa y Pedro de Sebaste. Santa y virgen. Fue educada por su madre en la enseñanza de las Sagradas Escrituras.
Como era bastante habitual, a la edad de 12 años fue prometida en matrimonio pero el novio murió. Esto hizo que ella renunciase ya a casarse y se quedó con su madre al cuidado de las tareas domésticas y al cargo de la educación de sus hermanos y hermanas.
“El hermano de Macrina, el gran Basilio, retornó después de su largo periodo de educación, ya un hábil retórico. Él estaba envanecido más de la cuenta con el orgullo de la oratória y despreciaba a los dignatarios locales, superando según su própia opinión a todos los hombres de liderazgo y alta posición.
No entanto, Macrina lo tomó por la mano, y con tal rapidez lo llevó también en dirección a la marca de la filosofia, que renunció a las glórias de este mundo y despreció la fama ganada por el discurso (...) Su renúncia a la propriedad fué completa, para que nada debiera impedir una vida de virtud.” Vida de Macrina [966C]
Parece ser que fue ella quien actuó de maestra espiritual y guía intelectual de sus hermanos y que fue quien les introdujo en los valores del cristianismo primitivo, así como en el desprecio de las vanidades del mundo. Se retiró con su madre y otras compañeras a la práctica ascética y al amor a Dios.
“Así, habiendo sido todas las cosas para el joven — padre, profesora, tutora, madre, donadora de todos los buenos consejos — ella produjó tales resultados que, antes que la edad de la infancia hubiera pasado, cuando él aún estaba desvistiendo el primer florecimento de la tierna juventud, aspiró a la alta marca de la filosofia.”Vida de Macrina [972C]
Tras la muerte de su madre Emelia, Macrina repartió todos sus bienes y pasó a vivir en la más absoluta pobreza.
Su biografía nos ha quedado a través de su hermano Gregorio. Allí nos cuenta dos milagros que Macrina hizo, por los cuales alcanzó la santidad: el primero fue que recobró la salud cuando su madre hizo sobre ella la señal de la cruz y un tumor le desapareció; el segundo caso fue cuando curó de una enfermedad en el ojo a una niña.
En el primero de ellos su hermano dice así:
“Entonces, cuando la noche llegó, después de cuidar de su madre como siempre, ella fué para el santuario y suplicó por toda la noche a Dios por la cura. Un torrente de lágrimas cayó de sus ojos al suelo, y ella utilizó el lodo hecho de sus lágrimas como um remédio para su enfermedad. Cuando su madre se sintió desanimada y otra vez le insistió para que ella permitiera que el médico la viera, ella dijo que seria suficiente para la cura de su mal, que su madre le hiciera la señal sagrada en el local con su própria mano. Cuando su madre colocó la mano en el seno para hacer la señal de la cruz, la señal actuó y el tumor desapareció.” Vida de Macrina [992B]
El segundo:
“su apariencia [de la niña] era repulsiva y causaba pena, la membrana alrededor de su ojo era más ancha y emblanquecida por la enfermedad” (VM [996 D]).
Así que:
“Su hermano [Pedro] estaba insistiendo para que yo me quedará y compartiera la mesa de los filósofos, y la santa señora no queria dejar que mi mujer se fuera antes que preparara una comida para ellos y las entretuviera con las riquezas de la filosofia. Y besando a la niña, como era natural, y colocando sus lábios en sus ojos, ella vió la enfermedad de la pequeña y dice — “si me concedes el favor de dividir nuestra comida, te daré a ti a cambio una recompensa no inmerecida por tal honor.”
“Cúal es?”, dice la madre de la niña.
“Yo tengo un remedio”, dice la gran señora, “que es poderoso para curar enfermedades en los ojos.” VM [998 A]
Dado que los hombres no creerán estas historias, Gregorio dice que omitirá contar otros muchos que realizó la santa:
“Muchos hombres juzgan lo que es creible en una historia por la medida de su própia experiencia. Mas lo que excede la capacidad del oyente, los hombres reciben con insulto y sospecha de falsedad, [como algo] muy remoto de la realidad. Consecuentemente, omito aquella extraordinária acción agrícola en la época de hambre, [de modo] como el maíz alivió las necesidades,a pesar de distribuído costantemente, no sufrió ninguna diminución perceptible, permaneciendo siempre en cantidad lo mismo que era antes de ser distribuído a las necesidades de los suplicantes. Y después de eso, hubo acontecimentos aún más sorprendentes, los cuales yo podría contar. Curas de enfermedades, expulsiones de demónios y previsiones verdaderas sobre el futuro. Se cree que todos sean reales, así mismo que aparentemente inacreditábles, por aquellos que los investigaron con cuidado. Mas por la mente carnal son juzgados fuera de lo posíble. (los grifos son nuestros)” Vida de Macrina [1000 A]
La importancia de Macrina:
Basilio, el Grande, es considerado el padre del monacato oriental y su regla fué inspirada en la que Macrina escribió para su retiro en Anesi. (BROWN, 1990: 243).
El ideal de Macrina hizo que se desarrollase las normas y vida monacal de la religión ortodoxa, de la mano de Balilio, y por ende, su influencia el la constitución del monacato cristiano, que posteriormente, tantas mujeres abadesas produciría como forma de escapar al control femenino y poder disponer de un ámbito de poder para dedicarse al estudio y la investigación.
Con Macrina nace el ideal ascético cristiano femenino. Su ascetismo, su virginidad, su celibato, su santidad, serán el modelo que el cristianismo primitivo reservaba al papel de la mujer para los siguientes 14 siglos.
Fuentes de consulta: