Atenais no conforme con el testamento reclamó a sus hermanos una tercera parte de la herencia que creía, le correspondía.
Los hermanos se negaron y la pusieron en la calle. Es acogida por la hermana de su madre que la ayuda a reclamar judicialmente la herencia y para ello parte Atenais hacia la capital del Imperio: Constantinopla, donde será acogida por una hermana de su padre. Curiosa relación entre las mujeres de ambas familias ayudando a la niña a reclamar algo justo. Llega a la corte para protestar ante Pulqueria, la hermana de su futuro marido Teodosio II, y es seleccionada para ser su esposa, pues era la mujer que Teodosio estaba buscando: joven, bella, con educación.
Atenais aceptó y comenzó su proceso de conversión de Atenais en Elia Eudocia, que calcula Gregorovius en torno al 414. Por lo tanto, siete años duraría la formación de socialización para dejar a la pagana Atenais, y entrar en la cristiana ortodoxa Elia Eudocia. El 7 de junio de 421 se casó con Teodosio. Contaba pues con 20 ó 21 años.
Como esposa: llegó a ser Emperatriz, pero nunca dispuso de poder o influencia sobre la política de su marido, el cual estaba más influenciado por su hermana Pulqueria. No llegó a tener la relevancia ni a influir, como Julia Domna.
Como madre: tuvo tres hijos. Dos niñas y un niño.
Como mujer:
Está claro que hubo de pasar de las enseñanzas de los clásicos griegos dadas por el sofista Leoncio, su padre, probablemente con las lecturas de los libros de Platón, Aristóteles y los sofistas griegos, a las lecturas del testamento antiguo y o nuevo, así como a las obras de los padres de la iglesia con sus pecaminosas visiones de la mujer.
Que en un principio la conversión de pagana a cristiana fuese honesta en su persona, no lo sabemos, pero que llegó a interiorizarlo es un hecho que podremos ver en su escrito del santo Cipriano, convirtiéndose finalmente en una gran devota que viajará en dos ocasiones a Jerusalén, donde morirá finalmente.
De su personalidad destaca el gesto estoico al llamar a sus hermanos a la corte bizantina para agradecerles el hecho derivado de su actitud injusta, pues gracias a ella, Atenais llegó a Constantinopla y se hizo Emperatriz. No se vengó asesinándolos, muy al contrario, los nombró cargos políticos, relativamente importantes. Este hecho sorprende, pues denota la psicología de Atenais que siempre parecía hacer una lectura positiva de los hechos y parece que como consecuencia de ello, sabía virar en cada momento, reconociendo que sin la tormenta no habría serenidad.
Aunque no fuese una mujer política, donde sí tomo partido fue en los conflictos teológicos habidos durante estos años entre nestorianos y monofisistas. En Nicea, 325, se elevó a dogma de fe la igualdad en esencia del hijo respecto al padre. Arrianos y atanasianos cuestionaron la naturaleza divina de Cristo junto a su existencia humana histórica. Nestorio, obispo de Constantinopla en 428, negaba que la virgen María fuese madre de dios, sino sólo de Jesus.
Las consideraciones sobre la naturaleza de Cristo y su nacimiento dividieron a la iglesia.
Aquí, el causante de la muerte de Hipatia, Cirilo, acusó a Nestorio de herejía dividiendo la natrualeza de Cristo. Las dos escuelas teológicas de oriente, Alejandría y Antioquía se enfrentaron. Nestorio fue declarado hereje en 430 por el papa Celestino. Hereje por creer que María sólo era madre de Jesús.
(Esto me recuerda que tengo por ahí un trabajo aparcado desde hace un tiempo y que lleva por título La iglesia y los Derechos Humanos, o de cómo los Derechos Humanos y el feminismo ya estaban contenidos en el cristianismo.)
Eudocia-Atenais intervino en las disputas teológicas. Más tarde se adhirió a las tesis monofisistas.
Colaboró Eudocia-Atenais con la cultura pero sin protagonismo alguno. Así en 425 Teodosio, con la colaboración de Eudocia, volvió a fundar la universidad de Constantinopla. La dotó con 3 oradores, 10 gramáticos de oratoria latina, cinco sofistas y 10 gramáticos de lengua griega. Ciento cuatro años más tarde Justiniano prohibirá la enseñanza de la filosofía en Atenas y confiscará sus rentas que ascendían a unas 1000 piezas de oro.
Realizó dos viajes a Jerusalén, uno en 438 hasta 439. A su vuelta a Constantinopla las cosas comenzaron a torcerse por una curiosa historia en la que los protagonistas son Paulino, el amigo de juventud de Teodosio, éste, Eudocia y una sorprendente manzana, tanto por su tamaño como por sus consecuencias. En ella Paulino es asesinado en Cesarea por orden de Teodosio ante la sospecha de infidelidad con Eudocia.
El asesinato de Paulino hizo que Eudocia marchara por segunda vez a Jerusalén, de donde ya no volvería. Si fue por voluntad propia o desterrada es algo que no sabemos. Si fue un destierro tiene algún sentido, pero si fue por voluntad propia es difícil de entender, salvo por una beatitud que parece haberse enquistado; también pudo ser que por una ofensa a su honor quedase allí toda la vida; o que por celos y discusiones de pareja, ella, calumniada, decidiese voluntariamente irse, en sorprendente acto veritativo. Más bien parece ser esta hipótesis dado que en 460 cuando muere, continúa insistiendo en su inocencia y la de Paulino.
Lo más sorprendente es que como emperatriz prestó su autoridad a una herejía y una revolución que conmocionaron Palestina pg. 126 -32.
FUENTES:
De ella nos llegan noticias por Sócrates escolástico, quien dice de ella que era muy culta y con muchos conocimientos, Nicéforo, Zonaras, Evagnio , Focio y Malalas.
Sócrates y Evagnio nos dicen que escribió poesía; así como un anónimo que escribió la Crónica Pascual, y que la llama filósofa.
OBRA:
Según Sócrates escribió poesía: un poema en versos épicos de alabanza a su esposo por la victoria sobre los Persas en 422. In Theodosium Persarum Victorem. No se ha conservado.
También la paráfrasis del octateuco, según Focio, sección 183.
La paráfrasis de los profetas Zacarías y Daniel, escrita en griego. Focio 184.
Tres libros sobre el mártir San Cipriano. Focio 184.
No parece que haya escrito filosofía. Así que de filósofa poco. Más bien nada.
El fin de sus días los dedicó a escribir obras piadosas. Obras citadas por los bizantinos: Metáfrasis del octateuco: traducción de los cinco libros de Moises, del libro de Josue…
Focio cuenta la vida de los mártires Cipriano y Justina. La obra se dividía en tres libros. El primero contaba la historia de la hermosa Justina de Antioquía, cristiana que había convencido a sus padres de abrazar la nueva fe.
Tras un hechizo de amor del mago Cipriano para un joven, y tras no conseguir vencer la señal de la cruz, Cipriano se enamoró de Justina y recibió el bautismo cristiano, llegando finalmente a ser obispo de Antioquía.
En el segundo libro Cipriano cuenta cómo había aprendido el arte de la magia en sus viajes.
El tercer libro habla de los sufrimientos y muerte de Cipriano y de Justina, unidos ahora por un amor celestial. Ambos son víctimas de la persecución de Diocleciano y Maximino, siendo torturados y decapitados.
De las demás obras no conservamos nada. De esta historia de Cipriano y Justina nos quedan algunos fragmentos. Se han conservado los libros 1º y 2º aunque no completos. Principalmente se ha conservado el 2º “confesión de Cipriano”.
La historia es una ficción. Una imagen que la moral cristiana ha gustado de explotar, convirtiendo el ideal de mártir, en un fin ético.
A Eudocia-Atenais se le atribuyen también otro poema, los Homerocentones donde se cuenta la historia de la vida de Cristo en 2343 versos homéricos. Aunque también son atribuidos a Pelagio Patricio.
Muere en Jerusalén manteniendo su inocencia en la acusación de infidelidad con Paulino, en torno al 460.
CONCLUSIONES:
Hipatia y Atenais, dos modelos de consecuencialismo (adaptiativo en el caso de Atenais):
Contrapone Gregorovius[1] las figuras de Hipatia y Atenais. La una como símbolo del paganismo y Atenais como una figura de transición, renegada del paganismo por Pulqueria, su futura cuñada, una cristiana ortodoxa.
Si Hipatia representó el fin del paganismo en femenino, aunque continuasen quedando figuras y conocimientos relevantes, lo cierto es que Atenais representa esa mezcla en la que se fusiona paganismo y cristianismo; lo antiguo y lo nuevo; filosofía y cristianismo.
Que fue educada en la filosofía y el paganismo, de los que renunció ante la idea de ser emperatriz.
Poner en relación el esfuerzo de padres en educar a sus hijas como auténtico esfuerzo de emancipar en lo privado a las hijas: ¿Aspasia? Hipatia, Atenais. Olimpiodoro y Plutarco. Cleobulo. Antístenes?
De los maridos: ¿Pitágoras? ¿Porfirio?
De los hermanos: el hermano de Hiparquía,
[1] Ferdinand Gregorovius, Atenais. Edt:
BIOGRAFÍA:
La vida de Atenais está mejor documentada que la del resto de filósofas anteriores, ello es debido al sorprendente hecho de que llegó a ser Emperatriz del Imperio romano de oriente.
Como hija: sabemos que su padre fue un sofista llamado Leoncio y que fue profesor de filosofía en Atenas, promovido por Olimpiodoro el africano. No sabemos quién fue su madre, como en tantas otras mujeres filósofas, aunque sí que tuvo dos hermanos, Valerio y Gesio así como que éstos jugaron un papel decisivo en la vida de Atenais, pues debido a su avaricia, determinarán los sucesos posteriores de la vida de su hermana. Ella era la menor. No sabemos exactamente en qué año nació, pero se aceptan las fechas de 400 ó 401.
Atenais fue educada por su padre y probablemente por otros filósofos amigos suyos. Debió estudiar gramática, retórica y matemáticas, música y poesía, pues conocía la literatura, escribió en verso y comentaba y discutía a la manera sofística escolásticamente.
Curiosamente la muerte de su padre la pone en una situación difícil y anecdótica, pues en su testamento dejaba todo a sus hermanos, mientras que a ella sólo le dejaba 100 piezas de oro, pues creía Leoncio que le había dado una educación esmerada que, junto con su belleza e inteligencia, le bastarían sobradamente para vivir.
“determino que a mi querida hija Atenais se le den 100 piezas de oro, pues tiene suficiente con su fortuna, que supera a la de cualquier otra mujer.” Malalas XV,353.