285-305 aproximadamente. Nace en Alejandría, en una acomodada familia y parece ser que tuvo acceso a la cultura. Hasta aquí todo normal. El problema viene cuando al parecer se le apareció Cristo y a partir de entonces dedicó su vida a él. ¿Por qué digo que esto es un problema? pues porque su aparición se da en muy contadas ocasiones y casi siempre sin un motivo trascendental. Además, este hecho hizo que su vida cobrase un sentido.
Dedicada a Dios, fue sabia en retórica, filosofía, geometría y otras disciplinas. Así fue hasta el punto de que intentó convencer al Emperador Maximiano para que se convirtiese al cristianismo, abandonando el paganismo. Indignado el Emperador y sorprendido por su audacia, la puso a debatir con 50 filósofos, a los que convenció al punto de que ellos sí abandonaron el paganismo y pidieron allí mismo bautismo. Lo mismo ocurrió para la Emperatriz Eutropia. Maximiano mandó matar a los cincuenta filósofos y a su mujer. Y condenó a muerte a Catalina.
Por lo demás, no se le conoce obra alguna.
Simeón Metafrastes, Vidas de Santos, volumen 116, nos cuenta la historia de su martirio
Al ir a darle tortura, los útiles para tal fin se rompieron, como no queriendo participar de tal hecho. Al final fue decapitada y su cuerpo se encuentra enterrado en el Monte Sinaí, en el templo que lleva su nombre.
Como en el caso de Diotima, nos queda la duda de si fue una persona histórica o si por el contrario se trató más bien de un personaje ficticio ideado por la imaginería cristiana para velar la real muerte de Hipatia, así al menos apuntaría Amelia Valcarcel[1], que se trata de una ficción encubridora.
[1] Artículo publicado en El País y del que puedes consultar copia en línea.