¿PERSONA O PERSONAJE?
Contemporánea de Aspasia, al decir de Platón, con la diferencia de que ésta fue una persona real y de Diotima tenemos serias dudas acerca de si existió o no.
La hipótesis de los historiadores es que se trata de un personaje, así Bury, Wilamowitz y Natorp sostienen su carácter ficticio con dos argumentos, uno fuerte y otro débil. El argumento fuerte hace referencia al hecho de que no existan otros testimonios históricos antiguos diferentes a los de Platón en el Banquete que hablen de ella. Sobre su persona sólo Platón en época clásica ha hablado, no así algún otro de los discípulos de Sócrates, como sí hicieron de Aspasia. Después de Platón, en época pos imperial, ha sido mencionada por autores como Luciano, Clemente y Proclo, entre otros.
El argumento débil que la hace personaje de ficción es su condición femenina. Es bien sabido que todos los interlocutores de los diálogos platónicos son hombres. Sólo en dos ocasiones Platón utiliza a dos mujeres para exponer algún tipo de opinión. En los dos casos será Sócrates quien hable por ellas, ya que nunca están presentes, sino a través del recuerdo. En el caso de Diotima, dada la imposibilidad-dificultad de que una mujer, sacerdotisa de Apolo, asistiese a un banquete, lugar reservado sólo para mujeres de mala reputación. ¿Pero y en el caso de Aspasia? El Menéxeno no es un banquete. En este segundo caso, entiendo que Platón no se molesta en presenciarla dado que su discurso, esencialmente retórico, es un constructo artificial, muerto y memorístico, conforme a guión, en el cual no se manifiesta la verdad de la mayéutica. En cualquier caso, nunca Platón se atrevió a ceder la palabra a ninguna mujer. Ni a enfrentar a Sócrates con ninguna. Hubiese estado bien hacerlo en el Menéxeno, como en el Gorgias.
Es curioso el paralelismo que existe en los orígenes de la filosofía entre filosofía y mántica. Según Laercio, Themistoclea, sacerdotisa délfica, fue maestra de Pitágoras en asuntos morales. Diotima lo sería de Sócrates, al decir de Platón en Banquete 201d, en asuntos amorosos o en los misterios de Eros.
Así Diotima, sacerdotisa y filósofa, enseña a Sócrates-Platón porque ella es sabia en el amor y otras muchas cosas.
Defendiendo el carácter real y existente de Diotima se encuentran W. Kranz, A.E. Taylor o M. E. waithe. El argumento más fuerte utilizado es que todos los otros personajes de sus diálogos son reales, históricos.
Jadwiga Łuszczewska utilizó el seudónimo de Diotima. Aquí, haciéndose pasar por vidente en una antigua pintura de Józef Simmler de 1855