LAS DOS ASPASIAS
Al intentar profundizar en la figura de Aspasia, he encontrado una amplia información en la que nos es presentada bajo lo que podríamos llamar “las dos Aspasias”, la hetaira y la filósofa. Mi acercamiento a Aspasia ha hecho que la contemple con una cierta inclinación a destacar su papel como pensadora y como mujer, y en lo principal, como filósofa.
Michel CORNEILLE
ASPASIE AU MILIEU DES PHILOSOPHES DE LA GRECE -1672-
En cuanto a su posible relación con el mundo de las hetairas, prefiero pensar que pudo ser muy similar al que encontramos en Safo.
De su vida, salvo su unión matrimonial a Pericles y la existencia de un hijo común, así como su posterior matrimonio con Lisiclés, apenas sabemos nada. Todo son hipótesis especulativas; si llegó a Atenas con 20 años, si era cuñada de Alcibiades, si montó un burdel o una escuela para mujeres.
Dada la mala calidad educativa hallada en Atenas para las mujeres en general, no sería de extrañar que se dedicase a dichas actividades pedagógicas.
Sabemos que nació en Mileto y vivió en Atenas, donde probablemente murió. Desconocemos tanto su fecha de nacimiento, como la de su muerte, aunque se aceptan como convencionales las del 470 a.C. para su nacimiento y la del 401 a. C. para su muerte. De gran inteligencia, me parece asombroso que sólo la conozcamos gracias a que se casó con Pericles, ya que si no habría quedado toda su actividad oculta en la “memoria dañada”. O ¿quién sabe?, tal vez hubiese hecho escuela y Sócrates igualmente la hubiese visitado, junto a sus discípulos.
Puede ser que durante los años anteriores a su unión con Pericles Aspasia, como mujer libre, extranjera, gozase de una libertad desconocida para la mayoría de mujeres atenienses, encerradas de por vida en la privacidad del gineceo. Es al parecer en este momento cuando pudo desarrollar su actividad pedagógica como maestra de muchachas y que sea este el lugar del que le viene la fama y la mala reputación que Aristófanes, Plutarco y Ateneo han inmortalizado para la memoria histórica; Aristófanes creando la imagen de hetaira en Los acarnienses, y Plutarco y Ateneo haciéndose eco de tal noticia; en definitiva, amplificando la imagen aristofánica.
Vivió en Atenas en un universo cultural rutilante. Conoció a Anaxágoras y Protágoras; estuvo en contacto con Sócrates y estuvo en la memoria de Antítenes, Esquines y Platón, quienes le dedicaron tres libros: los diálogos Aspasia de Antístenes y Esquines y el Menéxeno de Platón; Jenofonte también la recordó en su Económico y en Recuerdos de Sócrates.
Nicolas Andre Monsiau -Aspasia conversando con los hombres más ilustres de Atenas, 1806
Sufrió un proceso judicial, el cual no está del todo claro si fue por medismo, es decir, tener actitudes pro-persas, por proagogeía, es decir, por hetaira o proporcionar mujeres libres con fines sexuales a su esposo Pericles, o por impiedad, en cuyo caso se plantearía la figura de una Aspasia atea, siendo el infame Hermipo, su acusador.
Diopites, siendo legislador hacia el 430 a. C. elaboró un decreto según el cual "debían ser denunciados quienes no creyeran en las cosas divinas o dieran explicaciones (físicas) sobre los fenómenos celestes". No fue Aspasia la única persona perteneciente al círculo intelectual y político de Pericles que se vio acosada por este decreto. Fidias, Anaxágoras y Protágoras también lo sufrieron, así como el discípulo de Aspasia, Sócrates.
[...] Aspasia fue acusada del crimen de irreligión, siendo el poeta cómico Hermipo quien la perseguía [...] Diopites hizo también decreto para que denunciase a los que no creían en las cosas divinas, o hablaban en su enseñanza de los fenómenos celestes; en lo que, a causa de Anaxágoras, se procuraba sembrar sospechas contra Pericles (Plutarco: Vida de Pericles XXXII). En este enlace puedes ver un artículo interesante sobre las implicaciones políticas de la muerte de Sócrates.
en cuanto a las fuentes:
De Aspasia conservamos, si hemos de hacer caso a Ateneo V, 219c, unos versos transmitidos por él mismo. Platón le atribuye el discurso del epitafio del Menéxeno, así como el discurso fúnebre de Pericles en el primer año de la Guerra del Peloponeso. Por tanto tres testimonios escritos nos quedarían de ella, a cuál más problemático.
Las fuentes que tenemos acerca de Aspasia no son muchas pero abarcan varios siglos, del V a.C al VI d.C. Solana Dueso[1] ha recogido en su libro 34 testimonios y ha realizado un estudio pormenorizado del Menéxeno de Platón. De los 34 fragmentos 17 la presentan como retórica.
De entre los contemporáneos que escribieron sobre ella: Cratino, Eúplis, Aristófanes, Platón, Jenofonte, Esquines socrático y Antístenes, conservamos tan sólo los escritos de Platón y Jenofonte, así como los de Aristófanes. Jenofonte y Aristófanes la conocieron personalmente. Platón y Esquines la conocieron muy jóvenes y ella ya mayor.
De Antístenes sabemos que escribió un diálogo titulado Aspasia; al menos así nos lo cuentan Diogenes Laercio VI, 9 y Ateneo. En esta obra parece ser que mostraba a una Aspasia lujuriosa y placentera[2]. Y que de alguna manera, sería continuación de la visión que la comedia había dado de Aspasia. También nos presenta dos momentos muy emotivos en la relación entre Aspasia y Pericles y que son cuando se saludan y despiden con un beso; el segundo es cuando Pericles lloró ante el tribunal en la defensa de Aspasia por la acusación de impiedad. Y también nos habla de los hijos legítimos de Pericles, quienes no han heredado las virtudes políticas de su padre, por el contrario, son claros ejemplos de individuos infames, pues uno convive con un hombre que se dedica a la prostitución y el otro, íntimo y seguidor de Eufemo, que se dedicaba a burlarse vulgarmente de la gente, Ateneo, 220 d. Al parecer, este diálogo de Antístenes vendría a criticar a Aspasia, a Pericles y a los hijos de éste. No parece ser la visión de Antístenes muy favorable a la imagen intelectual que desarrollará Esquines.
De Esquines sabemos por Laercio que escribió un diálogo titulado Aspasia, (Laercio, II, 1). Compuso su obra Aspasia entre el 393-384 a. C., hoy perdida, como tantas otras. El diálogo de Esquines presentaba a Aspasia como una mujer sabia y hábil en hablar, que tenía escuela[3]. De esta obra nos quedan noticias a través de dos fuentes, una es Cicerón, De inventione, acerca de un ejemplo de razonamiento inductivo cuya protagonista es Aspasia; la otra fuente es Ateneo V, 220b, donde nos habla del carácter maldicente de Esquines al hablar tanto del hijo de Calias, a quien llama estúpido, como al tratar de las mujeres jonias, a las que considera, en general, adúlteras y zorras. Para Bárbara Elhers[4], éste diálogo sería una respuesta a la imagen lujuriosa y placentera que Antístenes habría dejado de Aspasia. También podría situarse la Aspasia de Esquines como reacción a una comedia de Hermipo (el infame acusador de ateos) en la que trataría sobre la conducta de Aspasia. En cualquier caso, la intención de Esquines es la de presentar a una mujer, que ha sido vilipendiada por la comedia y por el diálogo de Antístenes el cínico, como una mujer sabia e influyente en política.
Jenofonte la menciona en dos obras: Económico y Recuerdos de Sócrates. En Económico III.14 Sócrates habla de ella en relación al matrimonio y a la educación de las mujeres. En Recuerdos de Sócrates Aspasia se muestra contraria a la mentira para conseguir un matrimonio conveniente. Jenofonte y Esquines muestran a una Aspasia preocupada por conseguir matrimonios óptimos que hagan funcionar una casa. Desde aquí podríamos comenzar a rastrear un posible pensamiento ético.
Platón es quien mejor confirma la actividad de Aspasia como maestra de retórica en el Menéxeno. El Menéxeno coincide con la apertura de la Academia y sabemos que ya por entonces había alguna escuela de retórica más en Atenas[5]. La tesis de Solana Dueso es que el Menéxeno pudo servir como texto académico para ilustrar a los alumnos de Platón: Fedro o Hipócrates, (así como el Protágoras), acerca del modelo de la oratoria pública de su tiempo: el de Aspasia.
Éste diálogo habría sido escrito, según Clavaud, como un posicionamiento de la Academia platónica justo antes de abrirla, frente a la retórica; de otro lado, en respuesta a la Aspasia de Esquines, que como hemos dicho, la presentaba como culta, sabia y capaz de poder educar a los hijos de Calias, como así se lo recomienda Sócrates y nos lo transmite Cicerón, De inventione...
El hecho de poner a Aspasia como protagonista de lo que se va a decir es importante, porque dentro de la abundante literatura platónica, sólo en dos diálogos Platón atribuye un rol protagonista a una mujer; en el Banquete se hablará por boca de Diotima de Mantinea, y en el Menéxeno se pondrá en boca de Sócrates el discurso de Aspasia. No hay más mujeres individuales en Platón, sólo “lo mujer”.
No le falta razón a Waithe cuando piensa que Aspasia representaba una amenaza intelectual tanto para Esquines como para Platón. Ambos llevaron a cabo exposiciones de su figura de una crítica destructiva. Antístenes la hace dada al lujo y al placer. Esquines reconstruye esa imagen mostrando su talento y su sabiduría, para que Platón destruyera esa sabiduría por tratarse de retórica, pseudociencia que no busca la verdad.
Actividad profesional:
Varios de sus contemporáneos escribieron sobre ella: Cratino, Eúplis, Hermipo, y la pléyade antes citada. Pero hemos perdido sus obras, así como testimonios que nos ayudarían a entender su pensamiento. El extravío de las obras que se referían a ella, y en general a toda mujer que representase un modelo no adaptado al rol y status ideológico de su época, ha tenido como común denominador al silencio histórico, que se ha cernido sobre todo autor que expresaba la diferencia, (tampoco ha quedado nada o mucho de los presocráticos, ni de los sofistas, ni de Epicuro, ni de, ni de, ni de), pero con especial y cruenta alevosía contra las mujeres.
Y aquí habría que hacer una doble pregunta: ¿por qué no han pervivido, no ya sus posibles escritos o sus pensamientos, sino tan siquiera todos estos diálogos que llevaban su nombre? ¿Por qué en cambio ha pervivido la imagen de hetaira, perdiéndose la de filósofa? Porque la única fuente es Aristófanes, ya que Plutarco y Ateneo lo usan a él como fuente histórica antigua, obviando las demás referencias.
Lo cierto es que al igual que ocurrió con Sócrates, su discípulo, las visiones que de ella dieron difieren considerablemente.
Como consejera matrimonial: Jenofonte será una fuente para esta actividad educativa: consejera matrimonial o experta en asuntos matrimoniales y economía doméstica. Esta línea de Jenofonte se ve apoyada por la actividad poética que realizó Aspasia. Aquí hemos de desarrollar la relación con el modelo del oikós y ponerlo en relación con la tradicional función que las filósofas tuvieron desde época de Theano, a la hora de organizar filosóficamente la vida familiar y el comportamiento de las mujeres casadas. En especial teniendo en cuenta que las mujeres no eran educadas a partir de los ocho años de edad, sino exclusivamente para organizar las tareas domésticas. También Ateneo, V, 219c-e;
Como maestra de retórica: como ya hemos dicho la fuente principal es el diálogo Menéxeno de Platón; además de los 17 testimonios que aporta Solana Dueso y que hablan de ella como retórica y filósofa. Esquines, Antístenes, Jenofonte y Platón dicen que Aspasia fue maestra de retórica de Sócrates.
Nicolas Andre Monsiau, Socrates y Alcibidades en la casa de aspasia, 1798.
Por lo tanto, podemos aceptar que Aspasia era experta en retórica.
Que fue maestra de Pericles-Sócrates-Lisiclés, así como de los discípulos de Sócrates y los amigos de la familia Aspasia-Pericles, y de una serie de mujeres libres que iban a escucharla, parece un hecho probado.
Esta actividad filosófica de Aspasia ha hecho que se plantee una de las hipótesis más curiosas y atractivas de su figura, harto disimulada por su hetairismo.
Una lectura feminista de Aspasia:
El movimiento de liberación femenina:
Bruns propuso la hipótesis, a comienzos del siglo XX, de que entre el siglo V-IV a.C. hubo un movimiento emancipatorio femenino en Atenas[6]. Esta idea no ha tenido mucho eco posterior, pero ayudaría a comprender tres hechos importantes, uno el proceso por impiedad que sufrió Aspasia y su círculo de amistades: Fidias, Anaxágoras, Empedocles, y Sócrates; dos, el hecho de que tras Aspasia, tanto Sócrates como Platón considerasen a la mujer un individuo con las mismas capacidades que el hombre, frente a autores de una misoginia tal como Hesíodo o Semónides; y en tercer lugar también nos ayudaría a interpretar el hecho de que en un período que comprende entre el 431 y el 385, se produjeran una serie de obras en la literatura trágica y cómica que tenían como tema la reivindicación del espacio público por parte de las mujeres, ya sea en Medea, Lisistrata o Las Asambleistas.
Aspasia como inspiradora de otras obras: a juicio de los investigadores, dos obras de Eurípides tratarían a Aspasia aunque sin citarla: Medea, donde Eurípides se posicionaría próximo a Aspasia, frente a la comedia y próximo al juicio de Aspasia por impiedad. Para Konishi[7], Aspasia sería la fuente de inspiración del personaje.
La segunda obra es Melanipa la filósofa. Conocida a través de Aristófanes, Platón, Aristóteles y Plutarco. Nos ha quedado un solo verso transmitido por Plutarco: “¿Zeus, quién es Zeus? Yo sólo sé de él de oídas”. Al parecer Melanipa expondría ideas de Anaxágoras, el ateo, según Auffret. Amalia González, en cambio, prefiere hacer una lectura por la cual Melanipa estaría más bien en lugar de una filósofa, ¿y por qué no Aspasia?
Es cierto que no existe prueba histórica alguna que lo confirme. Aunque tampoco hay una explicación alternativa que justifique ciertas frases de Medea o el protagonismo femenino de las comedias citadas de Aristófanes. Esperanza Rodriguez[8] cree que Aristófanes no era protofeminista, es decir, que no estaba a favor de esas tesis, sino más bien, que sus obras recogen una actitud social que existía en Atenas en aquellos momentos. Esperanza Rodriguez Monescillo. Lisistrata.
Así Solana Dueso apuesta por dicha hipótesis y ve a Aspasia como una educadora de mujeres libres que han tomado conciencia de la explotación a que están sometidas y de esta manera, una pionera en el movimiento de liberación femenino.
A modo de conclusión:
Ø Lo cierto es que Aspasia me parece una mujer extraordinaria ya que supo estar en el centro político e intelectual de Atenas. No se resignó a ser una esclava del gineceo y supo romper espectacularmente con los roles sociales que le estaban reservados a las mujeres casadas atenienses.
Ø Enseñó retórica a hombres y mujeres, cosa inaudita, pues no es frecuente en Atenas el que una mujer sea maestra de un hombre; menos aún de mujeres; hoy podemos decir que ninguna otra de las filósofas que vamos a desarrollar aquí, aun habiendo tenido escuela y formando a varones, jamás enseñaron a mujeres. Es esta una particularidad de Aspasia que nunca se ha tenido en cuenta. Su influencia puede verse en el hecho de que de entre todos los filósofos conocidos en la antigüedad, son Sócrates y Platón quienes afirman, defienden y creen que la mujer no sólo puede, sino que ha de ser educada, porque su naturaleza es igual a la del varón y por tanto, tiene las mismas capacidades.
Ø No dejó indiferentes ni a los filósofos ni a los escritores. Platón escribió un diálogo para desprestigiar su arte y elocuencia. Antístenes y Esquines hicieron sendos diálogos sobre ella. Jenofonte la recuerda en sus libros. La comedia y la tragedia también se ocuparon de ella.
Ø Quiero creer que Aspasia, lejos de aceptar el silencio que hace a la mujer prudente, tejió su personalidad al margen de los convencionalismos sociales de una Atenas inmoral que, consciente del peligro que suponía que las mujeres accediesen a la cultura y pensasen, las apartaba a la oscuridad del gineceo elaborando leyes que les prohibían socializarse mínimamente como personas.
Aspasia hizo que su rueca en lugar de hilvanar lana hilase la pasión por la cultura y el saber. Mostró que una mujer no es inferior a un varón y ayudó a pensar en la igualdad de los sexos y en la necesidad de educación, como claramente muestran Sócrates y Platón.
Tras ella otras muchas se vieron atraídas por la rueca, pero ésta ya era LA RUECA DE ASPASIA.
Delacroix http://nibiryukov.narod.ru/nb_pinacoteca/nbe_pinacoteca_artists_delacroix.htm
[1] Aspasia de Mileto. Testimonios y discursos, de la selección, prólogo y estudio introductorio de José Solana Dueso, Edt: Anthropos,1994
[3] Amalia González Suárez. Lo femenino en Platón, tesis doctoral, existe copia en línea:
http://www.ucm.es/BUCM/tesis/19911996/H/2/H2011601.pdf
[4] Amalia González Suárez: Aspasia. Ediciones del Orto, M-1997.
[5] Jesús Mosterín, Hª Fª, 4, Aristóteles.
[6] Aspasia de Mileto. Testimonios y discursos, de la selección, prólogo y estudio introductorio de José Solana Dueso, Edt: Anthropos,1994
[7] Amalia González Suárez: Aspasia. Ediciones del Orto, M-1997.
[8] Esperanza Rodriguez Monescillo. Lisistrata, en Mujeres en la Antigüedad,