themista de Lampsaco. (S. IV-III a. C.)
De Themista sabemos que es pionera en la escuela, junto a Batis. Clemente, en Stromata, IV, XIX, la hace esposa de Leonteo de Lámpsaco, hija de Zoilo de Lámpsaco, y madre desconocida. Desconocemos cuál pudo ser su relación discipular.
No conservamos correspondencia de Themista con Epicuro, aunque sí sabemos que Epicuro le escribe algunas cartas, dos en concreto, según Mènage. Para Lactancio, Instituciones, libro III, cap. XXV, fue tan destacable que la llamó la única mujer filósofa. También por Laercio, X, 20, sabemos que un libro de Epicuro llevaba por título A Themista.
Fuentes - Textos:
Laercio X,:
3. Dicen que andaba con su madre girando por las casucas y habitaciones populares recitando versos lustratorios, y que enseñó las primeras letras con su padre, por un estipendio bajísimo. Que prostituyó a uno de sus hermanos, y que él se servía de la meretriz Leontio. Que se arrogó los escritos de Demócrito acerca de los átomos y los de Aristipo acerca del deleite. Que no fue ingenuo ni legítimo ciudadano, como lo dicen Timócrates y Herodoto en el libro De la pubertad de Epicuro. Que en sus cartas aludió indignamente a Mitres, mayordomo de Lisímaco, llamándolo Apolo y rey. Que ensalzó y aduló a Idomeneo, a Herodoto y a Timócrates, que habían explicado sus dogmas hasta entonces oscuros; y lo mismo hace en las cartas a dicho Leontio, por estas palabras: «¡Oh Apolo rey, amado Leontillo, cuán grande alegría y conmoción llenó mi ánimo leída tu pequeña carta!» Y a Temista, mujer de Leonteo, le dice: «Estoy resuelto a ir corriendo a cualquiera parte que me llaméis vosotros y Temista, caso que vosotros no vengáis a verme.» Que a Pitocles, que era muy hermoso, le dice: «Aquí estaré sentado esperando tu ingreso divino y amable.» Que en otra carta a Temista cree persuadirla, como dice Teodoto en el libro IV Contra Epicuro. Que escribía a otras muchas amigas, singularmente a Leontio, a la cual amaba Metrodoro.
17. Fue también discípulo suyo Polieno de Lampsaco, hijo de Atenodoro, hombre benigno y amable, como lo llamó Filodemo. Lo fue igualmente su sucesor Hermaco Mitileneo (hijo de Agemarco, hombre pobre), el cual al principio seguía la oratoria. De éste quedan excelentes libros, que son éstos: veintidós Cartas acerca de Empédocles; De las Matemáticas, contra Platón y contra Aristóteles. Murió en casa de Lisias este varón ilustre. También lo fueron Leonteo Lampsaceno y su mujer Temista, a la cual escribió Epicuro. Fuéronlo asimismo Colotes e Idomeneo, también lampsacenos.
20. Tantos, pues, y tan grandes son como he dicho los libros de Epicuro; pero los más importantes son éstos: treinta y siete libros De la naturaleza; De los átomos y del vacuo; Del amor; Epítome de los escritos contra los físicos; Dudas contra los megáricos; Sentencias selectas; De las sectas; De las plantas; Del fin; Del criterio o regla; Queredemo o de los dioses; De la santidad o Hegesianax; cuatro libros De las Vidas; De las obras justas; Neocles, a Temista; Convite; Euríloco; A Metrodoro; De la vista; Del ángulo del átomo; Del tacto; Del hado; Opiniones acerca de las pasiones, a Timócrates; Pronóstico; Exhortatorio; De las imágenes mentales; De la fantasía; Aristóbolo; De la Música; De la justicia y demás virtudes; De los dones y gracia; (714) Polimedes; Timócrates, tres libros; Metrodoro, cinco; Antidoro, dos; Opiniones acerca de las enfermedades, a Mitre; Calístolas; Del Reino; Anamenes; Epístolas.