Zimbabwe, Botswana, Namibia, Sudáfrica 2004

Algunas fotos en este álbum (próximamente álbum específico)

24/07/04-18/08/04

Previos:

Propuesta de viaje en foro de Lonely Planet.

Se apunta Arantxa, del País Vasco.

Me retiro debido a problemas en el trabajo.

Conozco a Arantxa.

Dos semanas antes, me apunto finalmente al viaje, a raíz de la aclaración de la situación laboral.

Carnet de conducir internacional.

Christian y Susana me cuidarán los gatos.

Salida el día 24/07/04 de Barcelona, a las 19:40. Billete electrónico con Swiss Air (QP726U, Z7U690). Llego a Zurich a las 21:30. De allí a Johannesburgo (22:20-08:35). En este último avión conozco a Mariette, chica holandesa que trabaja en algo del azúcar y que ha vivido bastante tiempo en Johannesburgo. Tenemos tele a la carta, y me trago el festival de Montreux de 1991-92, con Robert Cray, B.B.King, Bobby McFerrin, Ray Charles, Miles Davis y Buddy Guy, entre otros.

25/07/04

El avión llega tarde y hay una cola larguísima para los visados. El avión de Manu, Arrate y Arantxa, que viene con la British Airways desde París va a llegar muy tarde, justo para coger el avión hacia Victoria Falls.

Voy a buscar el billete a British Airways (BA6285, 11:25-13:00), y me dicen que tendré que coger yo el avión y esperar a la gente allí, pues a ellos les proporcionarán otro billete en el avión posterior. De todas maneras, los espero, y cojo el avión a última hora.

Me espero en el aeropuerto de VF. Allí me duermo y me despiertan riéndose el personal del aeropuerto para decirme que ya han llegado mis amigos.

Nos vamos al campamento Victoria Falls Backpackers. Allí nos abroncan, con razón, por no avisar del retraso.

Paseo por la tarde hasta mi campamento de hacía dos años. Allí contactamos con Shingui, de Bambatsi Safari Company, y contratamos el safari al Delta del Okavango.

Cena de pipas y charla con un americano de la Air Force y un chico holandés de paso alrededor del fuego.

26/07/04

A las 7:00 nos vamos hacia Chobe, después de que el personaje del campamento (Pier) nos estafa la primera noche. Quedamos en hablar a la vuelta. Le dejamos el equipaje y todo mi dinero.

Antes recogemos a Okchun (Corea del Sur) y a Isabelle (Bélgica), que vendrán con nosotros al Delta.

Cruzamos la frontera de Botswana y cambiamos de vehículo (después de pisar el desinfectante).

Sacamos dinero de Botswana, con unas comisiones espantosas: cobran un mínimo de 10 dólares por cambiar dólares. De forma que si quieres cambiar 5 dólares, todavía les debes otros 5 y tú te quedas sin nada.

Safari por tierra (furgona) en el Chobe Park: Vemos leones, elefantes cruzando el río, hipopótamos tumbados en rebaño, búfalos, gacelas (impalas), kudus…

Comida.

Crucero fantástico por el Chobe al atardecer: manadas de elefantes, cruzando el río, hipopótamos, águilas, pájaros pescadores, cocodrilos. Elefante en el río a menos de metro y medio, y yo sin carretes.

Cena y sueño en tienda de campaña.

27/07/04

Desayuno: montones de monos robando las sobras.

Salida hacia Maun.

Parada a comer (choped).

Seguimos hacia el delta.

Sitatonga  Camp.

Cenamos y nos vamos a charlar alrededor del fuego con unos holandeses muy majos y con Isabelle.

28/07/04

La típica agencia de blancos que controla todas las actividades desde el Sitatonga nos lleva hacia un embarcadero, donde Mocoros (barcas hechas del tronco de un árbol), nos llevarán entre las hierbas hacia el campamento. Leti tiene problemas de vías de agua en su bote, que lleva a Arantxa y Arrate. Nuestros guías son Costa, Kenneth, Leti y Biti.

Nuestro campamento es un pequeño descampado. Allí instalamos las tiendas, y los guías nos construyen un váter con avisador de ocupado (rollo visible de papel higiénico).

Las chicas guías hacen cestos de mimbre, y me quedo observándolas.

Primer paseo por el Delta. Vemos un chacal y cebras y bisontes en estampida.

Cenamos tortilla de patatas.

29/07/04

Paseo muy tempranero por el delta: vemos gacelas y cebras.

6 horas de asueto.

Kenneth aprovecha para hacer un barquito de madera para vender como souvenir.

Nos vamos en mocoro a ver hipopótamos.

Volvemos durante la puesta de sol, magnífica.

Cenamos y cantamos.

30/07/04

Paseo por el delta. Bisontes corriendo (el movimiento es similar al de un tio vivo) y esqueletos de elefantes.

Vuelta en mocoro al embarcadero.

Vamos al poblado de los guías, donde machaco un poco de mijo, vemos sus casas, reforzadas con botellas y decoradas con chapas de refrescos.

Me niego a darles propinas a los guías, porque considero que no han hecho nada para ganar un extra a su sueldo, por lo cual se enfadan.

En el camión de vuelta veo unos árboles preciosos, con las hojas de un dorado brillante.

Me voy a dar una vuelta fuera del campamento Sitatunga, hasta la carretera, que me sienta de perlas. Por el camino veo multitud de huellas de pájaros, jabalíes, quizás antílopes…

El Delta desde una avioneta. Isabelle se sienta con el conductor, ya que se está sacando el carnet de piloto. El sistema de seguridad del aeropuerto es fantástico: dejas el machete en la mesa y lo recoges al otro lado del detector de metales. El agua parece limonada, así que desistimos de beber. Desde el aire vemos elefantes cruzando, jirafas…

De vuelta, me voy a dar un paseo hasta la carretera con Isabelle. La noche es magnífica y preciosa, aunque no se pueden ver bien las estrellas porque la luna está casi llena y la luz es intensísima.

Cena barbacoa de pollo.

Manu y yo vamos de bares con Shingui y Vusa (conductor) y en un bar de un hotel Manu y Shingui juegan al billar.

31/07/04

Volvemos a Victoria Falls, despidiéndonos de Isabelle, que va hacia Zambia, y de Okchun, que va a Namibia.

Por el camino vemos elefantes en el barro, una jirafa y avestruces.

Vamos a la oficina de Bambatsi, donde hablamos con Brayer. Mi valoración del viaje no ha sido buena, ya que hemos perdido mucho tiempo y el resultado, en cuanto a visión de animales y explicaciones del guía no me ha convencido. Después nos enteramos de que habíamos ido al peor campamento de los que hay en el Delta.

Vamos al Backpackers a relajarnos (aunque Pier me gasta una broma con mi dinero que no me gusta nada, debido al carácter poco amistoso que mostró a nuestra llegada. Más tarde empiezo a entender que quizás tuviera un mal día entonces).

Nos vamos a las cascadas a ver el arcoiris de la luna llena (lunar rainbow). Es fantástico, aunque no es de colores, sino blanco. La luna está preciosa. Mis compañeros acaban muy pronto y me esperan fuera. Empiezo a sospechar que nuestros objetivos no son los mismos.

Cenamos en Mama Africa con Vusa y Shingui: gusanos de seda, kudu (excelente), cocodrilo, jabalí... Primer problema grave. Shingui me propone llevarnos a sitios locales al día siguiente, y propongo al grupo invitarle a cenar como pago en Boma, mañana. Parece que no hay problema.

Pero sí que lo hay: las dos chicas, al final de la cena, dicen que se tiene que pagar la cena de hoy también porque si no sería un agravio comparativo con Vusa, aunque precisamente antes de ir a cenar habíamos quedado en que cada cual se pagaba lo suyo, porque ellos ya habían cobrado de Bambatsi. Manu y yo nos negamos porque no le vemos sentido, y ellas, por sus narices, les pagan la cena. Mal rollo.

1/08/04

Paseamos por la ciudad. Allí hablo con un grupo de cantantes Ndebeles y me proponen visitar su poblado al día siguiente.

Paseo por el mercado.

Comemos pizza.

Hablo con las chicas y les digo que, según he quedado con Manu, pagaremos nosotros dos esa noche la cena a Shingui, asumiendo un posible error de entendimiento la noche anterior (ellas sostienen que yo le dije a Shingui de pagarle la cena sin contar con el grupo).

Vamos con Shingui a visitar un bar típico donde somos los únicos blancos en 5 años. Encontramos a los cantantes de la mañana, que me visten y nos ofrecen chibuku, su cerveza oficial. Allí está todo el mundo viendo un partido de fútbol local, excepto dos tipos que juegan a las damas con chapas de refrescos, unas para arriba y otras vueltas.

Puesta de sol en Boma. Elefantes y búfalos bebiendo. Encontramos a Ana, una chica de Cantabria que vive allí y que dice que quiere montar un cibercafé ya que los echaron de sus tierras cuando la desamortización de Mugabe.

Cena en Boma. Pastón inmenso que nos dejamos en la invitación a Shingui, gran beneficiado de nuestro mal rollo.

2/08/04

Spar.

Voy a ver a Douglas Siatimba, bibliotecario de VF. Según parece, le dijo a Arantxa que iba a estar en Bulawayo esa semana. Tod me dice que pase después, y charlamos.

Vamos a comprar el billete de autobús hacia Namibia (Pier me recoge por el camino y me baja en coche. Me explica varias cosas muy interesantes sobre psicología africana).

Compro también postales, que no enviaré porque vale 2000 pelas enviarlas.

Vamos al mercado de artesanía y después a comer. A estas alturas, ya vamos cada uno por nuestro lado.

Vamos al spar y a ver a Brayer, que nos monta un viaje para el día siguiente a un poblado Ndebele (Monde Village).

Vamos a las Cascadas a ver la puesta de sol. Allí nos volvemos a indignar, con queja por escrito incluida, ya que no podemos pagar ¡con moneda del propio país! Tenemos que pagar en dólares o, en sustitución, la misma cantidad en euros, con lo cual se paga más.

Vamos corriendo para verlo todo antes de la puesta de sol, aunque al final el parque cierra antes de que el sol acabe de caer y nos lo perdemos. Manu ya se ha enganchado a mí por completo, mientras ellas dos han acabado hace rato la visita.

Cenamos embutido, y cháchara (Manu y yo).

3/08/04

Vamos al Spar con Brayer a comprar cuadernos, bolígrafos, harina, aceite… para el poblado (Monde Village).

Vamos a Monde Village con Vusa. Visitamos la escuela: aulas, pozo, director, aula, fotos al grupo de alumnos, que cantan para nosotros. Según parece, la escuela la pagan los del poblado. Quien no tiene dinero, no puede ir a la escuela, aunque se hacen esfuerzos para que todo el mundo pueda ir. Les damos parte del dinero que le íbamos a dar al jefe de la tribu, porque parece que no hay demasiada sintonía entre ellos, aunque avisándoles que se lo vamos a decir. 

El hijo del jefe nos conduce hacia la casa del jefe del poblado, Paul M. Mpala. Allí nos enseña su casa, nos da a conocer a su familia, y a su antecesor en el cargo, que por viejo le ha traspasado los poderes. No me explica sus concepciones religiosas, dice que por falta de tiempo.

De vuelta a VF, compro unas jirafas de más de metro y medio cada una, que nos agobiarán bastante durante el viaje por el tamaño. Pero es que me las dejan a ¡20 dólares americanos las 2! Ni 3000 pesetas, oiga. La más bonita será para Christian y Susana. La más alta para mí. Son de Mukwua o Mackmarula.

En VF me las envuelven, con papel y cartón.

Vamos a comer, y después vuelvo a pasar por la biblioteca, donde Tod no está.

Vamos al Backpackers, donde aclaramos el entuerto del primer día. Pier está encantador. Antes Manu y yo hemos pasado por el Backpackers Bazaar para ver posibilidades de engancharnos a un camión en Etosha. Parece que hay posibilidades, pero aguardamos una llamada que no nos harán. Esto viene a raíz de la intuición de que no hay nada planificado y de que las cosas no van por buen camino. Arantxa y Arrate no han abierto la boca desde que empezamos el viaje. No participan en las visitas, no preguntan nada, y parece que su único interés es hacer las 4 fotos y largarse.

Empiezo a preparar una planificación de lo que queda de viaje con Manu, ya que me he dado cuenta, para mi alarma, que no hay la más mínima planificación sobre nada.

Las chicas nos enganchan y parece ser que quieren participar, aunque me acaban dejando más claro que estamos más colgados que los jamones El Pueblo.

Me quedo en compañía de un grupo alrededor del fuego (que en ndebele se llama boma).

4/08/04

Cogemos el autobús Intercape desde VF hasta Tsumeb (son 14 horas y llegamos a la 1 de la madrugada).

El autobús sale media hora tarde desde antes entre la frontera de Zimbabwe y la de Zambia. Según parece, los de Zimbabwe quieren hacer pagar al autobús un pastón por recoger a la gente desde VF, así que a partir de entonces la recogen pasada la frontera.

La frontera de Zambia también es muy simpática. Si quieres un pase de un día para ir a las VF, el visado cuesta 10 dólares. Pero si quieres un pase de un día para pasar con el autobús a Namibia (sin pisar suelo de Zambia), son 25 dólares. Y aún contentos, porque a un chico al que dejo dinero y que es británico, ha de pagar 65.

Bueno, al menos llegamos a tiempo y a la 1 de la madrugada del 5 estamos en Tsumeb, en el campamento Mousebird.

5/08/04

Me levanto para ir a mirar los alquileres de coche (resulta que Arantxa no ha mirado nada, ni disponibilidad, ni precios, ni nada). Según parece, ellas no ven necesaria tanta prisa, pero ante mi determinación de ir a mirarlo solo, se vienen todos como accionados por un resorte.

No hay coches grandes en ninguna de las dos oficinas, y nos avisan que no podemos ir a ver los Himba con los coches que nos ofrecen, pues la carretera no lo permite.. Asimismo, preguntando en Mousebird nos avisan de la posibilidad que no haya plazas en los campamentos de Etosha. Arantxa pasa olímpicamente de mover un dedo, y empiezo a llamar a los campamentos.

Arantxa y yo vamos a buscar el coche mientras Manu y Arrate se quedan a esperar llamada de una agencia que nos va a ofrecer un viaje por las tribus, que resulta ser demasiado caro.

Arantxa me recrimina por el camino mi “poca participación” (según parece, se había enfadado porque cuando ella tenía que resolver el problema de la cuenta en el backpackers de Victoria Falls, la dejé a ella, ya que había hecho la reserva por correo electrónico, se suponía que sabía hablar inglés, y ya estaba un poquitín harto de tener que dar la cara siempre por todo. Ella me miró como si la hubiese dejado colgada, porque ya contaba que lo resolvería yo). Además, me dijo que ella no aceptaba críticas ni recriminaciones porque había sido la única que había hecho algo del viaje (que ya vemos en qué consistía: mirar horario del autobús, la reserva del primer campamento (el más caro que había), y el safari del Okavango (también fantástico)). Yo le respondí que no recriminaba a nadie, porque no tenía derecho como paquete de última hora que venía.

Alquilamos el coche, un Toyota Corolla. Unas chicas (7) se meten en el asiento trasero del coche para acompañarnos al campamento, que no encontramos. Problemas de adaptación al coche, que se conduce por la derecha.

Llegamos a Etosha: en la puerta nos dan las instrucciones, que Manu se carga con su habitual desparpajo sacando medio cuerpo por la ventana para sacar las fotos. La entrada es muy barata, y lo bonito que tiene este parque es que puedes entrar con tu coche y recorrerlo libremente (aunque siguiendo unas normas, como no pasar de 60 km/hora). Vemos por el camino jirafas, elefantes, antílopes, zorro, cebras en la carretera…

Llegamos al primer campamento, Halili, donde me baño en la piscina y conocemos a unos asturianos.

Mirador: cada campamento tiene una poza, mantenido por ellos, donde los animales van a beber por la noche. Está preparado con asientos, como un anfiteatro, y focos. Allí aparecen rinocerontes peleándose y bebiendo.

Manu y yo empezamos a hacernos la comida, aprovechando que tenemos cocina en nuestro precioso bungalow.

Vuelvo a descubrir el cielo africano por la noche, precioso con su Vía Láctea.

6/08/04

Envío las postales.

Nos vamos camino al segundo campamento, que no tenemos contratado, dejando las jirafas en el primero, ya que tenemos que volver.

Por el camino, vemos rebaños de cebras saliendo como fantasmas entre los árboles, una gran charca con avestruces, cebras, orix, ñús y antílopes de varios tipos. Es precioso.

En el segundo campamento, resulta que tienen sitio y decidimos quedarnos. Como no podemos, en principio, ir a los Himba, tendremos que volver al primer campamento para salir del parque. No obstante, le digo a Arantxa, cuya máxima ilusión de este viaje era ver a la tribu, que no tire la toalla y que vaya preguntando por los camiones y los grupos del campamento. Veo una actitud demasiado indolente y empiezo a observar que pasa olímpicamente de ello, quedándose en la poza durante todo el día. En la poza se reúnen elefantes bañándose (incluso pequeñitos), cebras, antílopes, algún zorro y jabalíes.

Por la tarde volvemos al camino, donde vemos más animales desde el coche.

A la noche, descubro un grupo de españoles que al día siguiente van a ver a los Himba. Le digo a Arantxa quién es el guía y que hable con él. Pasa absolutamente, así que, enfadadísimo, me levanto yo y voy a buscarlo. Viene al bungalow, y muy amablemente me da toda la información para llegar, contactos, etc. Mientras me está explicando, llegan Arantxa y Arrate y se meten en su habitación. Cuando terminamos y el guía se marcha, sale Arantxa y me dice que nos ha estado escuchando y que qué bien. Me enfado y me voy a ver la poza. Según me dice Manu, Arantxa no sabe por qué me he enfadado.

7/08/04

A primera hora, me voy con Arantxa con el coche a buscar las jirafas. Evidentemente, no tarda ni 10 minutos en decir que pare para sacar fotos. Le niego, porque hay dos personas esperándonos, y se vuelve a enfadar.

Salimos hacia Opuwo.

Cuando tomamos la carretera mala, comienzo a desconfiar del coche, pues es demasiado arriesgado. Arantxa me calla y me acusa de pesimista.

Llegamos de noche y conseguimos un sitio en un campamento de un francés excesivo. Allí conocemos a un chico, Antón, que se ofrece a hacernos de guía. 

Cenamos en el restaurante del francés y después tenemos una charla con otros chicos españoles (unos entendidos en pájaros y otro que viaja solo en plan autoestop) muy interesante.

8/08/04

Al levantarnos, resulta que el francés nos dice que no tiene sitio para esa noche y que tenemos que irnos rápidamente para que no se nos haga de noche. Que tampoco podemos pasarnos por el bosque petrificado por la carretera, y que el guía no es muy de fiar.

Compramos aceite, azúcar, tabaco, esnifante y caramelos para los Himba y nos vamos a verlos. Resulta que el guía no tiene ni idea, y estamos a punto de cargarnos el coche. Nos acaba diciendo que todo está muy lejos, que en las aldeas no hay nadie…

Empiezo a preguntar cosas a los Himba y Arantxa me pregunta si podemos entrar a las casas para hacerles fotos. Le digo que se lo pregunte a ellos. Ella se rebota bruscamente y me dice que no quiere que vuelva a preguntar nada. Silencio muy tenso ante toda la tribu.

Sigo preguntando y decido que a partir de ahora es mi viaje  y que voy a hacer lo que a mí me interesa.

Se van los tres al coche a buscar las cosas mientras yo me quedo con toda la tribu a aprender de ellos. La pasta de colorante rojo (que traen desde el bosque petrificado, lejísimos) hecha a base de machacar una piedra y leche de burra las mantiene tersas e hidratadas y con eso se sienten vestidas y limpias. De hecho, si alguna mujer no la lleva, está sucia y está en período menstrual. Me enseñan cómo muelen el mijo: sin el típico garrote, sino con una piedra sobre otra.

Llegan los otros y empezamos a hacernos fotos (apréciese lo que han aprendido ellos sobre los Himba y el interés de Arantxa en saber cosas sobre ellos).

Nos vamos hacia Otjiwarongo, poco antes de llegar a Windhoek. Por el camino notamos un pequeño ruido en la rueda trasera del coche (posiblemente el disco de freno), y Arantxa me pasa rápidamente el volante.

Llegamos a Falkennest backpackers, un sitio muy hermoso y tranquilo con un bonito jardín botánico.

9/08/04

Buen desayuno y salimos hacia Windhoek.

En el albergue (Tramper’s Haven Backpackers, tranquilísimo y familiar), nos encontramos a Okchun. Les falta una cama y tengo que dormir en un colchón en el suelo. Por el mismo precio.

Llevamos el coche a lavar, vamos a American Express y vamos a comprar el billete de autobús de Windhoek a Ciudad del Cabo (ya hemos desistido de ver el resto de Namibia, por cuestión de tiempo y por falta de planificación).

Entregamos el coche.

Callejeamos y vamos al supermercado a comprar la cena.

En el albergue me hago una macedonia estupenda.

Manu, Okchun y yo hablamos ampliamente hasta tarde.

10/08/04

Vamos a desayunar, y yo voy a buscar el teatro. No hay función, pero me dejan entrar a verlo, y descubro una gran tienda con objetos de arte.

Vamos a los museos, al centro de artesanía y a la biblioteca. La biblioteca está muy bien surtida y tiene muchísimos usuarios. Me dan unos pósters estupendos de dinamización, de la Ministra de Cultura, Frankie Fredericks y alguien más que no podemos reconocer.

Siesta, cena y lectura.

11/08/04

Le digo a Arantxa que tendría que llamar a Cape Town para reservar la salida a ver a los tiburones. Me dice que si quiero que llame yo, y que si no no pasa nada. Ante el interés, llamo pero como pasa de preguntarme yo tampoco le digo nada.

Paseo por Pall Mall, donde montones de puestos de figuras están esparcidos.

Nos compramos unas hamburguesas en un puesto callejero donde una pareja de predicadores hacen las delicias de los transeúntes.

Cogemos el autobús a Cape Town.

Susto: el autobús se estropea. Suerte que vamos con otro autobús que nos espera más adelante, y que además se arregla la avería.

12/08/04

Llegamos a Cape Town. Nos vamos a Long Street Backpackers, típico Backpackers de borrachos, aunque bien situado.

Vamos a ver las agencias de viajes para ver los precios de los tiburones. Arantxa y Arrate compran los billetes de avión para volver a Johannesburgo. Manu y yo preferimos el autobús: mucho más barato, y nos ahorramos una noche de backpackers.

Será muy difícil hacer actividades, porque parece que está previsto que llueva los próximos días.

Planteo, ante lo caro que es, alquilar un coche, que allí son muy baratos, yo me quedo en Hermanus viendo las ballenas desde la playa, y los recojo a la vuelta.

Arantxa me dice por la noche que ha estado mirando el tráfico por la ciudad y que no se atreve a conducir. Le digo que cuál es su propuesta y vuelve a atacar. Manu dice que ya lo llevará él hasta la salida de la ciudad.

Voy a un concierto regae en Mama Africa, muy interesante, donde el batería es un mega crack, la gente crea coreografías, y el público se va metiendo en el grupo para cantar o tocar. Un grupo de rubios que se han pasado las dos últimas semanas filmando tribus son homenajeados.

13/08/04

Vamos a ver a los pingüinos. Cogemos el tren y cuando llegamos Arantxa plantea separarnos definitivamente, porque el mal rollo es evidente. Ni le respondo y me voy. Me sigue Manu y nos vamos a ver los pingüinos. Pasamos de llegar al Cabo de Buena Esperanza, porque es muy caro.

Volvemos a Cape Town y nos vamos al Waterfront, donde nos dicen que ir a Robben Island, donde está la cárcel de presos políticos donde estuvo Mandela será difícil por el tiempo.

El Waterfront es majete, pero demasiado europeo y turístico. En un pub de allí como unas barritas tipo fuet de diferentes animales.

14/08/04

Como llueve, me quedo jugando al billar, leyendo libros y voy a cambiar travellers cheques.

Veo un rato la tele y ceno.

Por la noche voy a un concierto infame de semijazz melódico y no aguanto ni media hora. Vuelvo a Mama Africa, donde me encuentro a Amina.

Amina es una buscona que al final me acaba pidiendo que le pague el taxi para ir a casa. Accedo, pero el taxista le da la pasta a ella y acabo recriminándoselo y perdiéndome el concierto acústico de Mama Africa.

Qué buenos están los cucuruchos con kit kat dentro.

15/08/04

Robben Island. Mareo enorme en el ferry.

Los guías de Robben Island son antiguos presos políticos, y explican sus vivencias, pero sin acritud. Consideran que no se ha de volver a repetir.

Comemos en el Waterfront y nos vamos a un mercadillo que sólo ponen los domingos y donde se reúnen todos los otros de la ciudad.

Allí compro la arena del desierto de Kalahari prensada por los de Soweto, los cojines y los collares.

16/08/04

Llueve, así que todo el día viendo olimpiadas.

Cogemos el autobús para Johannesburgo, otras 13 horas.

El aire acondicionado está estropeado y no podemos dormir hasta las 5:30 de la madrugada, que cojemos los sacos de dormir.

17/08/04

Cogemos un bus local al aeropuerto. Allí esperamos la salida del avión, a las 19:35.

En el avión veo The Ladykillers, de los Coen, con Tom Hanks.

18/08/04

Me pierden las maletas en el avión y me las traen por la tarde a casa. Las jirafas no están demasiado dañadas.