Mutación espantosa

Dan caminaba sobre las suaves hojas del bosque. Si no se daba prisa, llegaría tarde a casa y sufriría la transformación en pleno bosque, sin posibilidad de evitar así la carnicería.

Dan apretó el paso. Pero la noche no perdona. Y como una sombra maligna empezó a posarse sobre las espaldas de nuestro héroe. Ya la casa estaba cerca. Pero en medio de las tinieblas comenzaba a dibujarse la plateada cara de la luna. Dan cayó al suelo en un terrible calor que le abrasaba las entrañas. "¡No, otra vez no!", gritó, pero ya un vello espeso comenzaba a asomarse entre los suaves rasgos de la piel. Sin ser dueño ya de sus actos, Dan se arrancó la camisa y los pantalones y se arrastró desnudo por el suelo. Y entre gritos de agonía surgió la forma de Dan transformado. La noche tembló a sus espaldas y Dan, abriendo el hocico, alzó al aire la llamada que uniría a los lobos en un sólo propósito alrededor de él y que transformarían la noche en un diabólico festín de sangre. Sin poderse contener, y utilizando para ello toda la fuerza de sus ovejiles pulmones, Dan baló:

-¡Beeeee.........!