China 2005

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09/08/05 - 23/08/05

09/08/05

Salida de Barcelona a las 15:45.

El avión se retrasa hasta las 17:00, y me hace perder el avión a Beijing (tenía que llegar a París a las 17:40, y cogerlo a las 18:55. Llego en el momento en que el otro está saliendo).

Pasan olímpicamente de darnos hojas de reclamación, y lo único que hacen es ofrecernos noche de hotel. Según parece, había overbooking en el vuelo hacia Nueva York, y por eso retrasaron el nuestro (no confirmado por la compañía).

Consigo que me cambien el billete de vuelta al día 23 (el día 22 no quedaban plazas).

Conozco a una chica de Guatemala, que hace danza y trabaja en NY.

En fin, a dormir hasta el día siguiente con una bolsita de Air France para pasar la noche.

10/08/05

Me voy a París un rato (2 horas). Veo Notre Dame i paseo por el río. Me sorprende gratamente París, espaciosa y con edificios amplios y bajos, muy elegantes.

Por fin me voy a Beijing. Toda la noche en el avión, llegando allí a las 10:40 (4:40 en mi país).

11/08/05

Autobús hasta Xidan, y bajo andando por la plaza de Tianamen, grandiosa, y por el hutong, hasta llegar al Far East International Youth Hostel.

El servicio de información y reservas del hostel me sorprende muy gratamente, tanto como el propio hostel, muy lujoso.

Reservo acrobacia (para esa noche) y teatro tradicional, (para la siguiente).

Veo la acrobacia. Extraordinaria (sobre todo, el chico que iba poniendose tazas por sombrero con un balancín, las chicas con los platos, las chicas de la bicicleta, y la equilibrista-contorsionista). Extraordinaria puesta en escena lumínica.

Los estúpidos del resto del grupo cogen unos taxis para ir a no se dónde y yo me voy caminando hasta el hostal. Allí alquilo una bici, y me voy a ver la Ciudad Prohibida de noche. Es mágica y muy agradable.

12/08/05

Voy andando por el Hutong, buscando galletas no caducadas (resulta que no lo estaban, oiga). Chaparrón inmenso que me cae, y espera bajo un portal a que escampe.

Sigo hacia la Ciudad Prohibida.

En la plaza de Tianamen me viene una chica diciéndome que es estudiante de caligrafía en la universidad y que si quiero ver una exposición que tiene allí al lado. Voy encantado.

Me explica la importancia de las cuatro estaciones, el significado del bambú (paso a paso), los colores, y algunas otras cosas.

Me regala una caligrafía en papel de arroz que dice así:

Centro: Friendship.

Arriba derecha: sello universidad.

Abajo izquierda: fecha, nombre (Abby).

Abajo siguiente: Good luck, happiness, honesty, peaceful.

Abajo siguiente: Daniel.

Abajo derecha: Spanish friend.

Entonces me dice que la tinta se irá en poco tiempo, al ser el papel de poca calidad. Y que, por un módico precio, me hace el mismo escrito en un papel mejor, con marco de seda y tubo de bambú. Le digo que no, y me voy con el “malo”.

Ciudad Prohibida: me cojo unos cascos-guía, y allá que me voy.

Primer contacto con grupo de turistas chino: me encuentro con pocos turistas extranjeros (muchos españoles). Todo lo demás, son turistas chinos, ultra folloneros, mal educados (empujones, a colarse tocan), horteras (con sus banderitas y sus micros de sonido infame)… Al cabo del tiempo comprenderé que es que son así: si se cuelan, es porque no piensan que esté mal: toda la vida lo han hecho. Si van a empujones, pues lo mismo: no entienden que les recrimines nada.

De esta manera, la visita a la Ciudad Prohibida me resulta incompleta: es un lugar mágico y cargado de historia, pero inalcanzable por el follón y la marea humana actual.

Estructura: Puertas, pabellón recepción, recepción pequeño, funcionarios (se hacían las pruebas finales de funcionarios), foso de separación (entre lo público y lo privado), pabellón emperador, pabellón intermedio, pabellón emperatriz, bosque.

Duermo en el jardín del emperador y vuelvo a empezar. Por cierto, me sale otra estudiante de caligrafía con la misma historia, y se enfada o pierde todo interés por ti cuando le dices que no vas a comprar nada.

Bien: volviendo al hotel: Voy al teatro tradicional (coincido con Guillaume y su chica):

Me impresiona mucho, sobre todo el teatro, que es una maravilla.

Voy a cenar al restaurante “Welcome”, donde una niña muy simpática me sirve y me enseña canciones de anuncios.

Duermo en Far East International Youth Hostel.

13/08/05

Avión a Guilin: 11:45 – 14:40.

En el aeropuerto contrato el crucero por el río y un paseo por las terrazas de arroz de Longshan. Es la Oficina Oficial de Turismo, pero me estafan una pasta, según me entero después. Empiezo a comprender que esto de cobrar lo que les da la gana cada uno es habitual, y que el hecho de comer por dos euros y para cualquier otra cosa sean 20 también es más que normal. Tendré que ir con cuidado.

Guilin Flowers Youth Hostel.

Alquilo una bicicleta para ir al parque de las siete estrellas, pero ya es muy tarde (van a cerrar), y encima me empiezo a encontrar fatal y tengo que volver al hostal.

Allí me encontraré con un tipo de Jaén muy salado, que me dice que ha estado en Huangshan y se la ha hecho entera, con un par de cordones. Fantástico.

También está Marie, mi compañera de habitación, que lee Harry Potter. Ella es inglesa, y da clases en la Universidad de Beijing, por vía de CIEE, sin la más mínima titulación. Me lo pienso.

Conozco a una pareja de Premià, que llevan un montón de meses viajando por su cuenta, y van a seguir. Admirable, pero me voy a la cama.

14/08/05

Crucero por el río, con una petarda americana que no se calla ni con un bozal. Pegatina de turista, guía de paraguas, y conductor majete hasta el barco.

Desgraciadamente, la magia del río la pierde la ristra de barcos, uno detrás de otro, que circulan por el río.

Llegamos a Yangshuo, donde veo unas marionetas preciosas que buscaré por la tarde.

Wei, de Yangshuo Culture House, me viene a buscar en moto, y vamos al hostal. Allí me sorprendo muy gratamente. Hay que dejar el calzado abajo, me invita a una pelota de arroz con cacahuetes dentro envuelto en hojas y atado, y la gente de allí es majísima, sin siquiera llaves en las habitaciones (por cierto, las camas son grandiosas).

Me voy con unas francesas de paseo, y después me quedo buscando marionetas. No me gustan las que encuentro, pero tomo nota. El sistema es de dos palos en las manos y uno en la espalda.

La cena en el Culture House, famosa en el mundo entero, es de platos tradicionales repartidos por la mesa, todos deliciosos.

15/08/05

De camino hacia las bicis, me da un apretón, me meto en el toilet de un pedazo de hotel, y se me corta la diarrea al ver las instalaciones.

Alquilo una bicicleta, y me voy a los campos de arroz. Maravilloso, aunque como ha llovido a cántaros la noche anterior, me lleno de barro hasta las cejas. Llego hasta el puente del Dragón, y vuelvo por el lado contrario del río.

En ello me ayuda la guía de un grupo que va por allí, ya que hay que dejar el camino para meterse ¡por en medio de los arrozales!, con gran aventura, aunque ella va con una bicicleta de paseo y elegante como las chinitas.

Me encuentro con Brian, australiano, y (Annaline), sueca, escaladores, que van a hacer el mismo recorrido que yo. Los dejo comiendo, pero me los encontraré más adelante, y ya seguiremos juntos hacia la Colina de la Luna.

Allí una chinita nos sigue toda la colina arriba para vendernos por cuatro perras una coca-cola. Seguimos hasta arriba del todo, muy bonito.

Comemos en la colina, y vamos a la Auténtica cueva del agua, que, la verdad, no es para tanto, aunque se tenga que entrar con barca, tenga una piscina de lodo donde montones de chinos vestidos para la playa se bañan mientras un chiringuito espectacular los graba con cámara digital para allí mismo introducirlo en el ordenador, grabarlo en CD y venderlo. Tremendo.

Nos vamos pitando, pues tienen que devolver las bicis.

Me voy a la Culture House. La cena es, de nuevo, espectacular.

Me quedo hablando con Wei, me hace una caligrafía, veo un concierto espectacular en la tele, donde todo el estadio son músicos (cantantes, decenas de pianos, orquesta…).

Vienen unos españoles gritones y me cuentan sobre los masajes en Guilin. He de ir antes de la montaña.

Caligrafía (con buena tinta y buen papel):

Centro: Love

Izquierda: Nombre de artista (Eastern person), 2005 summer, nombre (Wei).

Izquierda 2: Yangshuo Culture House, Present.

Derecha: All the best wishes to Daniel Everything success.

16/08/05

Arrozales Longshan.

Nuestra guía, muy simpática y novata, se llama Olivia.

Mierda caca pedo culo pis: me encuentro sin batería. Seguramente la humedad ha echado a perder la batería. Una italiana me hace la foto con la indígena, y después esta me va  a buscar una pila, que no encuentra.

Por primera vez, la gente me pide que les haga fotos, en un marco incomparable, y no puedo hacerlas. Grrrrrrr.

Longshan es lo más precioso que he visto: una maravilla toda verde con terrazas.

Intimo con Olivia. No obstante, cuando después le digo que la  comida, según la agencia está incluida, y ella no lo entiende así, se le funden los cables. Como ya intuía, y después confirmaré, a los chinos les es imposible aceptar un error o algo no positivo. Empiezan a decir que no lo entienden, o se ponen nerviosos, o dan trescientas soluciones, a menudo estúpidas, pero no aceptan el error.

Bueno, los italianos son simpáticos, y como con ellos.

Una señora china me dice en el autobús dónde puedo encontrar marionetas en Beijing.

Busco en Guilin los masajes, pero no los encuentro y me meto en otros, que creo que no son muy buenos, y además la señora me dice cosas en chino que no entiendo. Eso sí, la que me hace el masaje de pies, a pesar  de estar más atenta a la serie de televisión que a mí, lo hace muy bien.

Vuelvo al hostal, donde me encuentro a la pareja de Premià, que han estado de hospital con una piedra en el riñón (él), y nos vamos a cenar. Bien.

17/08/05

Avión a Tunxi:

Guilin 8:10 – Guangzhou 9:05

Guangzhou 12:20 – Tunxi 13:55

Aunque el segundo para en Hefei durante una hora porque hay temporal en Huangshan.

El taxista hacia el hostel intenta estafarme de nuevo, después de darme cincuenta vueltas buscando a un amigo suyo que tiene un hotel. Por esta vez, consigo escaparme.

El Huangshan International Youth Hostel es una maravilla de madera, muy majo, y con una gente encantadora, sobre todo la simpática chinita que atiende, extraordinaria.

Conozco a Andrés, un español con dos pelotas que acaba de venir de la montaña.

Allí me quedo, comprando avituallamiento, cenando (cena de la preciosa chinita) y descansando.

18/08/05

Camino a la montaña me encuentro con Aaron, y posteriormente se nos une Sally, una auténtica preciosidad, con un gran carácter y fortaleza, y pasamos el día juntos.

Iniciamos la ascensión: montones de chinos, abuelos, adultos y niños por aquellos escalones durísimos, mientras las personas de avituallamiento suben y bajan cargadísimos de cosas sobre las espaldas (probé a levantar una, y no pude, y ellos los llevan todos los días), y otros con sillas para personas.

Damos la vuelta grande, y descubrimos el mar del cielo, hermosísimo: mar de nubes entre montañas. Lástima que cuando volvemos para la puesta de sol se nubla y no podemos verla bien.

Cenamos salchichas y noodles (potes de sopinstant enormes que se hacen con agua hirviendo), mientras el gerente del hotel nos quiere cobrar por estar sentados. De hecho, me parece extraño que en ese hotel admitan a personas por 4.000 yuanes (463 euros) y por 70 (8 euros): en algún lado ha de estar el truco.

Después de hablar un rato con Sally y Aaron sobre el egoismo de los chinos, nos vamos a dormir, en una habitación para veinte personas.

19/08/05

A las 4 de la mañana, una luna extraordinaria llena y roja se ve por la ventana. Todo el mundo se levanta como caballos armando un escándalo increible para ver la salida del sol. Apunte: los chinos son así: van a lo bruto y no se preocupan para nada de quien haya durmiendo, al lado o en medio. No es que sean malos, es que es su forma de ser.

Bien: no podemos ver la salida del sol, al estar nublado, y Aaron se queda sin su foto tras tres cuartos de hora.

Aaron y Sally bajan en el teleférico, mientras yo me voy a la montaña de 1810 metros (la otra, según parece, no es espectacular), y bajaré por el camino largo (el del oeste).

Impresionante: en la montaña, arriba del todo, hay señores vendiendo pepinos y bebidas, como si tal. Me tumbo un rato, y emprendo la bajada: una preciosidad. Está empezando a llover, lo cual la hace más verde y fresca.

Me encuentro con Pan Muxuan [paeh-muu-xuéh] (profesora de aeronáutica en la universidad) y Chenjide [txen xí de] (copiloto de avión), que había conocido ayer, y bajamos juntos. Me invitan a comer y me dirijen al autobús de vuelta al hostal.

Aaron y yo nos vamos de masaje (habitaciones de hotel) y nos vamos con nuestros compañeros de habitación y con Sally a cenar al Ancient Street.

Volvemos los tres en una bicicleta, aunque bajamos antes porque el taxistero está rebentado.

20/08/05

Me voy a Ancient Street, después de comprar unos carretes de fotos. Oyes: los semáforos tiene contador inverso (cuántos segundos faltan para que se ponga en verde / rojo).

En Ancient Street me compro unos pastelitos deliciosos, miro sellos, me dan la referencia de un libro muy famoso en China, del cual un picapedrero está escribiendo algunos trozos en una roca, y compro los candados, del 1890, unos con escritura antigua y otros con moderna.

La preciosa recepcionista del hostal me la descifra. Resulta que la contraseña de los candados es un poema, y que según el poema, se pueden regalar a una persona o a otra.

Como allí, hablo con diversas personas, y me voy al aeropuerto para coger, a las 21:25, el avión hacia Beijing.

A las 23:35 llego a Beijing.

Un taxista me estafa ¡desde la parada de autobús del centro hasta el hostal! A mitad del camino le hago parar y me voy caminando. Indignado, llego al hostal (Far East International Youth Hostel), y me voy a dormir.

21/08/05

En autobuses, me voy hacia Tian Qiao (el sitio donde me había dicho la china camino de Longshan que podía encontrar marionetas), pero resulta ser un teatro donde se representa con marionetas (que terminaron ayer), y me voy a buscar el autobús para el Palacio de Verano. De camino, me compro unas camisetas.

Palacio de Verano, muy hermoso, con su túnel de madera, el barco de mármol y el jardín de loto. Allí me quedo hasta tarde.

Cena de Pato Pekín en Quan Ju De. Tengo que cenar con una familia porque no hay más sitio, y es incómodo.

La verdad es que esperaba algo distinto, pero me parece como un Kentucky Fried Chicken pero de Pato Pekín, aunque con precios altísimos. La gente come en media hora y se va pitando.

Bien, camino hacia el hostal me encuentro con una tienda de CDs y DVDs tirados de precio y con repertorio en los cedes rarísimos: en The Wall, aparte del The Wall, hay un montón de canciones más de Pink Floyd; en el II del American Songbook de Rod Stewart, está todo el primero, más un montón de canciones variadas de él. Y además a 2 euros…

Paseo de noche por el hutong y me quedo a ver una partida de damas chinas (o similar).

A dormir, que mañana hay muralla.

22/08/05

Emocionado, llego a la Muralla (parte de Simatai). Por un camino por en medio de la montaña, subimos. Me voy en primera línea con Brian, profesor en inglaterra, a punto de fundar una escuela en Thailandia, de donde es su novia.

Pasamos el día juntos por la Muralla, preciosa, con sus treinta torres, sin turistas, con mongoles vendiendo latas y camisetas al carísimo precio de 1 euro.

Me despego de Brian para llegar al final de la Muralla, durísimo tramo de escaleras.

Me lo vuelvo a encontrar en la bajada y volvemos en un autocar con los frenos espantosos y yo con los pantalones rotos.

Cena de nuevo en el “Welcome”, lectura durante un rato, y a dormir.

23/08/05

Unos franceses que encuentro allí me invitan a desayunar, y parto andando hacia la estación de autobuses, camino de la cual me compro un atril por 4 euros.

Cojo el avión a las 13:15 de Beijing a París (17:40), y el de París a Barcelona a las 18:45 (20:30).