Uzbekistan 2009 - Diario

20/08/09 - 01/09/09

20/08/09

-Llegada de madrugada a Ali-tour.

-Interesante lugar, lleno de espejos y con el dueño ofreciendo vodka a todas horas.

-Mañana: cambio de moneda: fajos inmensos de billetes a cambio de mis euros: ¿dónde los meto?

-Tashkent:

-Compra de billete de avión para Bukhara: es casi más barato el avión que el tren.

-Chorsu bazaar (menudos melones y sandías: sabor exquisito, tamaño fantástico).

-Plaza de la Independencia: grande, con nombres de los caídos o desaparecidos en la guerra. Monumento gigante a la madre. Hay muchos como este.

-Metro espectacularmente bonito, que funciona con fichas. Compras una ficha (una persona vendiéndola), vas a las barras de paso (que están abiertas) y la introduces, y allí se queda (una persona controlando que metas la ficha, y un guardia de seguridad).

Bajas las escaleras: una persona en una garita al final de las escaleras mecánicas. Metro lleno de policías y personal (una persona con el banderín de verde/rojo para el metro).

Ahora, el metro, una preciosidad. Cada estación es distinta, y todas bellas. Está prohibido fotografiarlas.

-Cena en un coreano.

21/08/09

-Avión a Bukhara.

-Akhbar house: exquisita casa reformada por él, donde vive con su mujer, deliciosa, y su hijo. Tiene una sala que es un auténtico museo, con piezas preciosas como un pergamino judío. Las habitaciones son enormes, y llenas a su vez de obras de arte.

-Paseo por Bukhara: Plaza Lyabi-Hauz, con la estatua de Hoja Nasruddin, y un enorme estanque en el medio. La rodean las Medressas Nadir Divanbegi, Kukeldash y un teatro de marionetas.

-Cúpulas Taqi Sarrafon (bazar). En estos bazares se vende de todo. Parecen turísticos, pero de hecho son para ellos mismos, los productos que fabrican. Aún se respira el aroma de la edad media (nuestra) aquí, como si el tiempo no hubiese trastornado el quehacer cotidiano de las gentes.

-Maghoki Attar, la mezquita más antigua de Asia, del siglo IX, aún en pie. Está hundida en el terreno, y la fachada está ajada y se ve antigua.

-Cúpulas Taqi Zargaron (bazar).

-Madrassa de Ullugbek, la más antigua del Asia central. Allí dentro me quedo sólo a admirarla. Aunque de hecho, poco se puede admirar: la parte cubierta está llena de tiendecitas, y el interior está dejado por completo. De todas formas, es agradable estar allí. La mayoría de las Madrassas se han convertido en mercadillos, incluso en el Registán.

-Madrassa de Abdul Aziz Khan.

-A la izquierda de las cúpulas Taqi Zargaron, se llega a la plaza del minarete Kalon.

Allí están las dos joyas de Bukhara:

Mezquita Kalon: es un lugar sereno, plácido, de rezo. Como estábamos en Ramadán, las gentes van allí a rezar por la noche, y el ambiente es precioso. La plaza enorme alberga un árbol tranquilo.

Mir-i-Arab medressa: aún acoge a los estudiantes del Corán. No dejan pasar más allá del pórtico, impresionante.

Visito una biblioteca al lado de Kalon. Las bibliotecarias parecen sorprendidas de ver un bibliotecario (acabado en “o”). Hay estudios para ser bibliotecaria. Y de hecho, la biblioteca está muy bien.

-Visito las madrassas por la noche, y me quedo enfrente de la de Ullugbek un buen rato, escribiendo poemas, en una atmósfera mágica, de las Mil y una noches.

-Ceno pinchitos en la plaza de Lyabi-Khauz.

Es interesante sus asiento-mesa-cama: es una estructura de cama con una mesa bajita en medio, y lleno de cojines: ahí comen y hacen el post-ágape.

22/08/09

-Ark: es un fortín, es como la Ciudad Prohibida de China: una ciudad dentro de una ciudad. Es la estructura más antigua de Bukhara, donde vivieron los reyes desde el siglo V.

-Me subo a la torre del agua delante de Ark, donde hay una vista extraordinaria. Desde la explanada del Ark hay unas vistas muy bonitas de Kalon.

-Mezquita Bolo-Hauz: bonita mezquita, aún pintada de colorines.

-Espectáculo de danzas tradicionales (¿y moda?!!!!), en la madrassa Nodir Devan-Begi. Esta madrassa tiene unos pájaros en la fachada, cosa que me sorprende, pues los musulmanes no aceptan figuras. Creo que debe ser un símbolo. La Madrassa, como casi todas, durante el día es un mercadillo.

La cena, consistente en platos tradicionales, es interesante.

Pero la pierdo por las maravillosas danzas: el movimiento de manos es extraordinario, hechizador. Jamás había visto utilizarlas de esa manera. Parecen mariposas.

23/08/09

-Akhbar está de muy mal humor: está en pleno Ramadán y su señora no le ha preparado nada para comer. Su señora se chotea de él a sus espaldas.

-Compra de billetes de tren para Samarkanda.

-Mausoleo de Bakhautdin, uno de los sitios más sagrados del sufismo. Muy bonito jardín. Como es domingo, la gente, ataviada con bonitos vestidos, va allí a rezar. Toman un poco de agua rezan con las manos abiertas, y se las pasan por el rostro.

Atmósfera delicada y espiritual.

Dentro del mausoleo, el edificio, con sus techos pintados, es robusto, pero aún así elegante y sereno. La tumba está protegida por un palo con pelo de caballo, que es una especie de protector del difunto.

Hay un árbol retorcido que al parecer también tiene su sentido espiritual, aunque casi es de “suerte”, pues hay que dar vueltas en sentido contrario a las agujas del reloj alrededor de él.

-Palacio del verano del Emir, a donde llego con una botella de Sprite congelado, que se va descongelando por el camino.

Es un palacio, que según la guía, es el colmo del kitch, y de las excentricidades del emir, al parecer un berzotas de cuidado. Efectivamente, las salas parecen más unos autos de choque por la noche que un palacio. En fin: él quería ser lo más de lo más y estar a la última de la última. Al menos, él lo metía en su palacio, y no llenaba la ciudad de las últimas tendencias de “arte”, como otros que yo me sé.

En fin: pavos reales por aquí y por allá, para un palacio en completa decadencia. Es una lástima, pues aunque no me guste, es un gran trabajo y una parte de la historia.

-Por la noche, voy a la parte de atrás de la Madrassa de Kalon. En un momento, un coche pasa por detrás de donde estoy sentado, y el barrido de sus focos proyecta mi sombra sobre la pared, como si estuviese volando en una alfombra. Momento Nescafé.

24/08/09

-Puerta de Gallipolli, al final de la muralla original de Shaybanid.

-Parque Samani, donde está el mausoleo de Ismail Samani, el monumento más antiguo de Bukhara. Me sorprende la posición de la tumba, pegada a la puerta.

-Comida con una mezcla de avispa y hormiga gigantes. Al final, me arrebatan la comida, consistente en pinchitos de recia carne,  que se comen golosas!!! Mientras esto pasa, unos niños llevan a otro de paseo con una bolsa negra de plástico en la cabeza (¿???).

-Sesión de cuentos.

-Paso por las madrassas de Abdullah Khan, y de su madre, Modari Khan.

-Espectáculo de marionetas: las marionetas son muy simples, pero efectivas. El espectáculo es una mezcla de teatro (de hecho, mucho más), y marionetas, con canciones y danzas. El tema es la boda de una chica, con el ritual que representa. Me sorprenden las voces, muy bellas cantando a coro, y la poca gente: hay más gente en el escenario que en el público.

-Mmm… viento fuerte por la noche… Cena mientras unos chicos se tiran desde un árbol al estanque.

-Madrassa de Ullugbek de noche, con cuento de ranas.

25/08/09

-Comida de Somsa en el hotel. Akhbar me invita a comer después, pero le malinterpreto y no acudo (me invita a comer cuando estoy comiendo!!!). Está haciendo una comida deliciosa en medio del patio.

-Paseo: me compro un soporte para libros, en un artesano, de 3 posiciones. Magnífico trabajo en madera, con un solo tarugo.

-Camino de Kalon, unas niñas que venden cerámica me piden ayuda para transportarla. Por supuesto… pero tienen cientos de platos!!! Me pregunto cómo pueden transportarlos cada día 2 veces (para empezar, y para acabar), y más ahora, que están sin comer desde las 4 de la madrugada debido al Ramadán.

En fin, las ayudo, y me voy a la mezquita Kalon, donde la atmósfera es tan sutil y perfecta que me quedo allí. Un chico me da la mano y me invita a quedarme, mientras los rezos silenciosos continúan en la mezquita. Otro momento Nescafé.

-Voy al hotel, donde Akhbar me invita a cenar. Está bien, aunque pasado, pues es la comida que me había invitado, y que no comí. Juego con su hijo, Abdullah-Gis, que me pasa unos videos muy divertidos de chinos o japoneses haciendo de marionetas con tipos vestidos de negro detrás.

Antes de ello, unos chicos me habían cantado hasta que les di unos caramelos. Al parecer, la tradición exige que cuando te cantan les has de dar o bien caramelos, o bien dinero. Aunque parece que la segunda opción les gusta más.

26/08/09

-Tren a Samarcanda: no parece tan ruidoso como ponía en la guía. Es confortable.

-Dilshoda: otra bonita casa con patio en medio, y buenas habitaciones. Desgraciadamente, y como en los anteriores, no tienen habitaciones compartidas (no existen los youth hostels), así que pagas 30 $ por noche, un precio excesivo para el nivel de vida del país.

-La ciudad está tomada por la policía: hoy empieza el festival internacional de música, y cerrarán la ciudad, así que habrá que estar pronto de vuelta en el hotel, bajo el riesgo de que te quedes fuera.

Dilshoda, nombre tomado de la hija del propietario, está muy bien situado, al lado del mausoleo de Guri Amir, detrás de la muralla.

-Observatorio astronómico de Ulugbek, ruinas del extraordinario observatorio, exacto en sus mediciones hasta el día de hoy.

-Caminata por la carretera (niños en carro tirado por burro incluídos, y cuevas en la ladera), hasta Shah-i-Zinda, espectacular, preciosa, pero que habrá que dejar para mañana, pues ahora cierran… no sin antes devolverme el dinero de la entrada…

-Con la ciudad cerrada por la policía, consigo llegar hasta Dilshoda, y allí, sin cenar ni nada, hago un poco de lectura y de notas, antes de dormir.

27/08/09

Y nuevamente los problemas con el desayuno: ponen un desayuno extraordinario, desmesurado… poco adecuado a los gustos hispanos, de croissant con café… ¡y ya está! Sabe mal dejar todo el desayuno encima de la mesa, así que opto por no tomar nada, y hacer uso de mis Megachock.

-Visita a Sha-i-Zinda, hermoso conjunto de mausoleos en la ladera de la montaña. Todo está restaurado, pero con una exquisitez y un detalle que no hay lugar para la crítica.

-Voy a por el billete de tren de Samarcanda a Tashkent, sin gafas y teniendo que descubrir el número del autobús a toda marcha. Finalmente lo consigo.

-Festival de música: el escenario es precioso, excelente: toda la plaza del Registan. Una maravilla. Mucha de la música es realmente magnífica (excepto algunos aspirantes a Los del Río, que no pegaban nada con el resto): muestras de la excelente música que se hace en Asia central, y que nosotros desconocemos.

Allí conozco al niño Umar Biek y a una japonesa, Ayako, con la que comparto unos momentos y unas risas.

Antes de Dilshoda, voy al mausoleo de Guri Amir, donde un tipo me dice que me deja entrar (es el portero), yo solito y con todo el mausoleo y las luces para mí… extraordinario. Está la tumba de Tamerlán (bueno, la tumba está en una estancia debajo: la piedra sólo marca el sitio). El mausoleo es precioso, blanco, azul, jade y dorado.

28/08/09

Visito la plaza del Registan. Con el escenario en medio, la vista no es tan fabulosa, pero es igual. Lo que no me gusta son los mercadillos dentro de las madrassas, pero es lo que hay.

Veo el ensayo de un grupo extraordinario (creo que son israelíes). Me propongo verlos a la noche y grabarlos.

-Estoy un rato en una de las madrassas, hablando con la gente y comprando.

Por la tarde estoy en Guri Amir viendo la puesta de sol reflejada.

-Festival de música: veo a unos músicos rusos excelentes, mientras espero a los israelíes.

Después de unas horas, y habiéndome tragado a nefastos músicos, creo que ya han tocado y me voy.

Vuelvo a Guri Amir, donde me quedo acostado mirando la cúpula y las estrellas… y desde allí oigo la música de los israelíes tocando en el Registán.

29/08/09

Vuelvo al Registán, donde veo los ensayos para la ceremonia de clausura del festival, esta noche.

-Mezquita Bibi-Khanym, una de las más grandes del mundo islámico.

-Cena con un chico de Chicago, Noel, que está haciendo desde Portugal hasta Hong-Kong… ¡en bicicleta! Dice que es una prueba personal, que no es ciclista, y que cuando vuelva a su tierra, para navidades, venderá su piso y se comprará una granja. Me cuenta anécdotas de su viaje, y pasamos un rato agradable.

Me lo llevo a Guri Amir, donde entramos de nuevo con el portero, y allí nos quedamos un rato.

30/08/09

-Afrosiab, la antigua Samarcanda. Hay que echarle imaginación para ver algo, pero bueno, no me falta precisamente de eso. Algo decepcionante, vamos.

-Me voy a la tumba del profeta Daniel, donde me hacen descuento por ser quien soy. La tumba es extraordinariamente larga. La leyenda dice que crece media pulgada al año, y ahora ya lleva 18 metros…

-De ahí corro a hacer una foto rápida en Sha-i-Zinda, donde me dejan entrar por ese motivo.

-Mercado: qué gozada: pura fruta, pura comida… mmm… se hace la boca agua. Busco desesperado monedas para David, pero no hay manera. Finalmente las encuentro en un super, donde el dependiente me saca ¡una caja llena!

-Tren a Tashkent.

-Ali-tour.

31/08/09

-Museo, cerrado.

-Parque de la Independencia.

-Metro hasta el Parque con la estatua de Timur: allí me dedico a mirar a la gente y a disfrutar de una siesta y de un descanso largo.

-Paseo entre muchas flores del parque.

-Calle Broadway, parecido al corazón de la ciudad.

-Teatro.

Hay mucha policía, porque el día siguiente es el día de la independencia.

-Una chica uzbeca que fue a Barcelona a aprender flamenco me indica cómo volver al hotel.

01/09/09

-Paseo por el mercado Chorsu. Fotos y éxtasis ante la maravillosa calidad y variedad de frutas, panes, hortalizas, especias…

-Khast Imom: aquí vive el gran muftí, que es como el arzobispo.

-En un edificio propio, aquí está el Corán más antiguo del mundo, del siglo VII.

-Es el día de la Independencia. Con otra gente del hotel, voy a la plaza mayor, donde habrá unos fuegos artificiales. Una de las personas que vienen es negra, y los uzbecos no paran de pararle para hacerse fotos con él.

La fiesta consiste en gente paseando, sin más historia. Así que decidimos irnos y ver los fuegos desde el terrado del hotel.

Cenamos unos pinchos, y a dormir, que el avión me sale de madrugada.