Mongolia 2010 (1) - 16/07/2010

Hola, majetos y majetas:

introduzco mi viaje a Mongolia, para los que no lo supieren. Pues sí, durante un mes estaré en ese país. Ahora mismo estoy en el aeropuerto de Moscú, después de pasarme 10 horas visitando la ciudad. Os iré escribiendo cuando pueda, porque allí las conexiones no sé cómo serán.

 

El primer capítulo va de mis sensaciones en Rusialandia, espero que os interesen...

Reflexiones no resueltas sobre Rusia

Y me acogió la Madre Rusia.

Dice Kapuscinski en “El Imperio”, mi libro de cabecera en este viaje, que es imposible comprender o conocer a los rusos. Él cuenta su propia visión, pero parafrasea a otros autores, sobre todo de este país: ellos mismos se definen como completamente diferentes a cualquier otra cosa.

No sé si será verdad, pero sí que es cierto que sería necesario mucho tiempo y voluntad para poder comprender este amasijo de sensaciones, esperanzas, realidades, sueños... que conforman la realidad rusa.

Efectivamente, con las poquísimas horas que he estado en Moscú, y sólo visitando un sitio, no soy el más indicado, pero sí ha sido tiempo más que suficiente como para entender que la sociedad rusa es mucho más compleja que la australiana, por ejemplo.

¿Por tanto tiempo cerrados, sin que hayamos podido tender puentes, que aún ahora son frágiles y suspicaces?

¿Por el idioma? Ellos no entienden inglés, y nosotros no entendemos que el ruso es una de las 3 lenguas con las que podemos viajar en el 80% del mundo: las otras son el inglés y el castellano. No me refiero al número de hablantes, sino a la cantidad de territorio abarcado, y a no comprender más lenguas: podemos decir que los hindús y los chinos son muchos hablando una lengua, pero se circunscriben a su territorio.

También sabemos que el swahili es una de las lenguas más habladas y más extensamente en África, pero al combinarse con la cooficialidad con el inglés, también podemos viajar tranquilamente por allí.

Pero el ruso se puede hablar por toda el Asia central, y además únicamente esa lengua. Así que ya podemos darle máxima importancia. Si exigimos que ellos hagan un esfuerzo, nosotros también, que somos lo visitantes...

Efectivamente, no mucha gente habla inglés, y realmente de forma parca. Los letreros están escritos en cirílico, así que cuesta mucho moverse.

Los metros, fabulosos, como museos preciosos, cada uno diferente...

Los edificios, infraestructuras... anticuadas y sucias, muy regulares. Apelando al desgraciado, pero adecuado epíteto: soviético.

Aeroflot, no me causó problemas... Sí que es cierto que las azafatas eran bastante sargentos, pero eso en un momento resultó adecuado: al aterrizar, alguna gente hizo gala de su exquisita educación levantándose antes de que apagasen la luz del cinturón (para 2 normas que hay en un avión, y qué fácil y alegremente nos gusta saltárnoslas)... Salieron las sargentos, pegaron cuatro gritos, e hicieron sentar a la gente que había desobedecido.

A pesar de que tenía referencias de lo estúpida y maleducada que es la gente, lo que sí que me encontré es una gran seriedad, y sobre todo suspicacia. Dirigirte a alguien era una prueba para romper un muro de desconfianza. Ese muro es la clave.

Cómo quisiera entender a la sociedad rusa: ¿qué piensan ellos del mundo que los rodea? ¿Y del que se les desmoronó? ¿Se han recuperado económicamente? ¿Cómo viven? ¿Cómo piensan? ¿Están rehaciendo sus estructuras mentales? ¿Cómo combinan la democracia con el totalitarismo ciego? ¿Y el vivir y el creerse la nación más grande del mundo, y encontrar ahora que algo no cuadra? ¿Y los hombres y las mujeres?: nunca había visto tanta belleza femenina por metro cuadrado. Son guapísimas, extraordinariamente hermosas... y sin embargo... ¿qué relación tienen con los hombres? ¿Y qué cambios se han producido, si lo han hecho, en ellos? Sé que las mujeres de allí se quejaban de que los hombres se emborrachaban y las pegaban. Por eso querían (y quieren) salir de allí. Aún sueñan en el príncipe azul que vendrá en su caballo blanco a llevarlas al castillo maravilloso... ¿Pero esto es real? ¿Qué les pasa después, cuando se dan cuenta que no existe, o que no es tan así? Según conozco, ellas quieren un hombre con un carácter fuerte, pero que no las pegue. Esto es importante: uno de los peores insultos que pueden dar a alguien, es que es un idealista. Una persona que no sea fuerte, o que no tenga los pies en el suelo, ¿será capaz de sostentar a la familia?

¿Cómo se combina una mujer extraordinariamente bella, con una cultura y unos estudios superiores, con una emocionalidad basada en los cuentos de hadas? ¿Y cómo se combina esto con los maridos borrachos? ¿Y cómo han reaccionado los jóvenes a esto?

Rusia: ese cofre cerrado por cien candados... Dice Kapuscinski, referenciando a otros escritores, que no se puede entender. Pero, ¡qué diablos!: si no nos entendemos, ¿cómo vamos a relacionarnos, aprender los unos de los otros, hacernos más grandes y más sabios?

Bueno, él lo intentó, y algo hizo. Eso demuestra que los demás también podemos.

Quizás sea otro viaje...