Japolandia (2) - 14/10/2008

Hola, compania:

hoy esta lloviendo y por lo tanto no puedo ir a hacer una rutilla en bici fantastica, asi que me dedico a escribiros un poco.

 

Despues de la impresionante caldera de Aso, donde se podian hacer choricillos con el calor que hacia, me volvi a Kumamoto, donde queria ver un festival de cosas japonesas que habia.

 

Entre otras cosas, unos indigenas vestidos con varias tallas de mas, jugaban a los dardos con arco montados en unos jamelgos.

Despues asisti a unas sendas exhibiciones de artes marcianas. En definitiva, aprendi que:

-liarse a palos: kendo

-liarse a patadas: karate

-liarse a punetazos: jiu-jitsu

-liarse: judo

Y para terminar, una maravillosa sesion de teatro tradicional, con mascaras, dragones, despieces, asesinatos, destripamientos, descuartizamientos, descarrilamientos y malas caras.

Al salir de alli, despues de pasarme un rato en una casa de un lord sith samurai, miles de bambus con velitas dentro flotando en el rio, de forma armonica y silenciosa.

 

Al dia siguiente me vine a Okayama, el pais de los okayos. Aqui existe porque asi lo es, uno de los tres jardines mas bonitos de jamon.

Este jardin esta tapizado de cesped por la parte de abajo, con algunos charcos grandes con peces y pajaros con pico y patas largas, cielo en la parte de arriba, y aire por aqui y por alla, que los jaboneses (que son muy limpios, de ahi su nombre), van aspirando y expirando (solo los mas viejos, esto ultimo), participando de forma sistematica en la sistole y la diastole necesarias para el equilibro funcional.

 

En este jardin, amen de pastar un poco, asisti a una sesion de teatro Noh. Como su nombre indica, se trata de un alegato en contra del teatro, ya que produce fuertes jaquecas y ganas de no ir nunca mas.

Os describo como es: unos senores y senora con cara de Robert Mitchum estan de rodillas. Uno de ellos (o varios) cogen un abanico y empiezan:

-ooooooooooouuuagguuuunnnoorrtoskaaaannnnnnnnnnnnooodoooooommoossikrlsitngggggaaaaaaaaaaa...

A lo que otro individuo responde:

-uuuuuuuuuugannnnnnnnnaaaaaakkeeeeeeitttoooooooooooooooooommmmmmoommammmmmnnntaaaaaaaoooo...

Asi durante horas.

 

En una habitacion anexa existen unas senoras ataviadas de geishas, pero sin pintar, que ofrecen a los supervivientes una pastita y les agasajan con la ceremonia del te. Es como el entrenador de boxeo que le pone el algodon en la boca y le da una lucha con una esponja antes de continuar el combate.

 

Bien: hoy queria hacer un bonito paseo en bici pero esta lloviendo, asi que lo dejo para manana (es un gozo poder dejar las cosas para manana, porque si, verdad?).

Despues ire a ver los remolinos de Naruto (que es como quitarle el tapon a la banera llena de agua, pero a lo bestia), a ver a unos monjes en Koya-San (que cobran porque compartas sus tareas, despues de los rezos matutanos), a Nara y a Kyoto.

 

Veo que alguien levanta la mano por ahi. Bien, se que vas a apostillar que me estoy saltando parte del viaje.

Pues si, por que no. Estaba corriendo demasiado, he anadido cosas y he quitado otras. No hay nada como pasarse un dia sin hacer nada. Porque de hecho si que pasa: la vida. Y ver la vida pasar es algo que no tiene precio, y que a veces olvidamos, tan pendientes estamos de correr para no perdernos detalle.

 

Ya os contare, a los que querais, anecdotas curiosas de los aqui presentes. Todo es cortesia, limpieza, educacion... Parece que tienen la curiosa idea de que para que funcione un pais, ha de funcionar cada uno de sus habitantes.

Que raros son.

Pero bueno, ya os abundare en ello.

 

De momento, casi no me encuentro turistas. Muy raramente. Voy solo, habitualmente duermo solo en habitaciones compartidas... estamos en temporada baja, lo cual quiere decir que solo viajan niponeses, que son bajitos.

Pero ya sabeis: mas alto que un pino, mas tonto que un pepino.

Hala, bona cuina!