Conceptos y Criterios del Dominó por parejas

El Libro de Ignacio Zaibert Conceptos y Criterios del dominó por parejas presenta una serie de conceptos (desarrollo de los principios de su libro del autor: Principios y Sistemas) y criterios a modo de estrategias como base de su juego. Actualmente no dispongo del mismo, si bien he podido encontrar en internet, al menos el decálogo de conceptos y los criterios básicos, cuyo resumen dejo para conocimiento general.

Por supuesto animo, a quién tenga oportunidad ya que desde España es difícil comprar este tipo de libros, a ampliar estos conocimientos con la lectura del libro.


CONCEPTOS DEL DOMINÓ POR PAREJAS

1. CONCEPTO IMPLÍCITO EN LAS JUGADAS, "CON PENSADA PREVIA" Y "SIN PENSADA PREVIA"

Conforme se ha dicho, las jugadas, según sus efectos y carácter intrínseco, son de dos tipos o formas, "con pensada previa" y "sin pensada previa". Pues bien, la jugada, "con pensada previa", es un indicador cierto e inequívoco de que el jugador que así procede, tiene más piedras que casan con el palo sobre el cual colocó su ficha. Mientras que la jugada, "sin pensada previa", es un indicador cierto e inequívoco, de que el jugador que así actúa, no tiene más piedras que casan con el palo sobre el cual colocó su ficha.

Mediante la correcta ejecución de uno u otro tipo de jugada, se logra conocer, de modo lícito y preciso, la ubicación de las fichas no jugadas. En el entendido, igualmente trascendente y determinante de que la pensada, la base de información de la jugada, debe referirse, única y exclusivamente, a una sola punta. A la punta, al lado, al extremo, sobre el que se coloca la ficha, sobre el cual se juega.

2. CONCEPTO IMPLÍCITO EN LAS JUGADAS QUE REPITEN LOS PALOS INICIADOS POR EL COMPAÑERO

Desde un punto de vista puro, no contaminado por incidencia alguna, es válido afirmar que el dominocista debe repetir los palos que inicia el compañero. La no repetición de los palos iniciados por el compañero, significa, en la inmensa mayoría de los casos, que el dominocista en cuestión, no tiene la ficha pertinente.

Y por razonamiento extensivo se llega al conocimiento de que esa ficha está en poder de los jugadores contrarios. Ahora bien, la repetición de los palos iniciados por el compañero, debe estar supeditada a las siguientes condiciones: A) Que en efecto, el compañero haya iniciado tal o cual palo. B) Que el jugador en turno, tenga fichas de ese tal o cual palo iniciado por el compañero. C) La forma, la manera, el modo en que el jugador inicio ese tal o cual palo (si determinado palo es iniciado de modo franco, firme, resuelto, "sin pensada previa", el que así procede tiene más fichas de ese palo; mientras que, si determinado palo es iniciado sin firmeza, con ambigüedad, con demora, "con pensada previa", el que así procede no tiene interés en ese palo).

3. CONCEPTO IMPLÍCITO EN LAS JUGADAS QUE CASTIGAN LOS PALOS INICIADOS POR EL CONTRARIO

El entendimiento de la naturaleza del juego, conduce, al entendimiento de que tan procedente es repetir los palos iniciados por el compañero, como castigar los palos iniciados por el contrario. Hay casos en que el dominocista no puede, o no debe castigar los palos iniciados por el contrario, a saber: A) Cuando el dominocista no tiene fichas de ese palo. B) Cuando el dominocista tiene una cantidad de fichas que representan la mayoría de ese palo. C) Cuando el dominocista tiene una sola ficha de ese palo y su compañero ninguna.

4. CONCEPTO IMPLÍCITO EN LAS JUGADAS INDICATIVAS DE LO QUE SE TIENE

La colocación de fichas representativas de lo que se tiene es un medio afirmativo, natural y coherente, para enfrentar la realidad con los mejores recursos disponibles, y con el apoyo potencial y posible del compañero.

Sin embrago se presentan casos, en que no es aplicable el concepto que sirve de base a estas jugadas, sino que es recomendable lo contrario, esto es, indicar lo que no se tiene. Pero ellos se presentan en situaciones muy especiales y excepcionales, que en modo alguno no invalidan la vigencia y validez de este concepto. No se debe confundir la excepción con la norma.

5. CONCEPTO IMPLÍCITO EN LAS JUGADAS QUE CASTIGAN POR ENCIMA LA SALIDA DEL CONTRARIO

En la mayoría de los casos, la ficha de salida correcta es el doble mayor más acompañado.

De modo que, y cualquiera sea la realidad de la ubicación de los dobles superiores al de salida, siempre resulta pertinente castigar la salida por encima. Claro está, con la salvedad de que si quien castiga la salida tuviere un juego poderoso, de cuatro o cinco elementos, de un palo inferior al de salida, en cuyo caso, lo pertinente es iniciar, de una vez, sin dilaciones, el ataque con las fichas de ese palo. Si el que castiga la salida, él mismo tiene el doble del palo superior al de la salida, al jugar así, indica e informa esa realidad. Y en caso de que él no lo tenga, va a averiguar, de inmediato, si quien lo tiene es el compañero del salidor o su propio compañero.

6. CONCEPTO IMPLÍCITO EN LAS JUGADAS QUE INICIAN PALOS POR ENCIMA DE LA SALIDA DEL CONTRARIO

Si la ficha de salida pertenece a las series bajas, doble-blanco, doble-uno o doble-dos, las fichas dobles y complementarias de las series medias, las del palo tres y las del palo cuatro; y de las series altas, las del palo cinco y las del palo seis, están en poder de los integrantes de la pareja contraria a la del salidor, es de dos a uno, ya que la suma de las fichas de esa pareja, duplica la cantidad de piedras del compañero del salidor. De modo que resulta lógico y recomendable que los integrantes de la pareja contraria a la del salidor, inicien palos por encima de la salida.

Claro está, que la conducta que recomienda este concepto, no tiene, ni puede tener carácter absoluto, ya que hay situaciones, hay manos en que los jugadores contrarios al salidor, tienen mayoría de fichas de palos inferiores al de la salida; en cuyo caso, nos e deben de inhibir de iniciar y desarrollar esos palos.

7. CONCEPTO IMPLÍCITO EN LAS JUGADAS QUE CASTIGAN POR DEBAJO LA SALIDA DEL COMPAÑERO

Habida cuenta de que en la mayoría de los casos, la ficha de salida correcta es el doble mayor más acompañado, el compañero del salidor, debe excluir de la mano de aquél, todo doble superior al de la salida. Y en atención de esta premisa, el compañero del salidor debe castigar la salida con palos inferiores a la misma. Al actuar así, impide, al menos potencialmente, que el o los jugadores contrarios le den salida a sus fichas dobles. Claro está que lo antes dicho no es válido ni aplicable cuajo el mismo compañero del salidor quien tiene el o los dobles superiores al de la salida. En tal supuesto, el compañero del salidor, lejos de mantener la conducta a que se contrae el presente concepto, debe, sin pérdida de tiempo, indicar tal realidad, más aún, si el doble superior al de la salida, lo tiene en cuarta, es decir, acompañado de tres fichas. Y la razón de ser de tal recomendación estriba en que el concepto que sirve de base al principio de indicar lo que se tiene, es de mayor jerarquía que el que sirve de fundamento al principio de castigar la salida del compañero por debajo.

8. CONCEPTO IMPLÍCITO EN LAS JUGADAS QUE INICIAN PALOS POR DEBAJO DE LA SALIDA DEL COMPAÑERO

El compañero del salidor, no debe iniciar palos por encima del de salida, a menos, claro está, que él mismo, tuviere en su poder algunas de esas fichas domables superiores al doble de salida. Recomendación que se formula en atención al concepto que sirve de base al principio de indicar lo que se tiene, que como ya se ha visto, pertenece a una categoría superior a la del que aquí se comenta.

9. CONCEPTO IMPLÍCITO EN LAS JUGADAS QUE CREAN FACILIDADES AL COMPAÑERO

Fundamentalmente equivale y significa el ejercicio de una conducta que se manifiesta en jugadas particulares, tales como la repetición de los palos iniciados recíprocamente, la ejecución de cuadros a favor y la apertura tendiente a la entrada en juego de las fichas de esos palos.

No en todos los casos, los dominocistas tienen las fichas que permiten el cumplimiento de tal objetivo. No obstante, tal circunstancia también tiene sus efectos positivos, esto es, que los dominocistas pueden y deben diseñar entonces planes defensivos, estrategias coyunturales, que tienden, en definitiva, a minimizar las adversidades.

Hay ocasiones en que el salidor de turno no levanta una mano buena, ni siquiera regular, y es entonces inadmisible e inoperante que pretenda, por el solo hecho de ser "la mano", llevar las iniciativas y aspirar a ganar la mano. Por el contrario, debe, lo antes posible, delegar tales funciones en su compañero.

10. CONCEPTO IMPLÍCITO EN LAS JUGADAS QUE CREAN DIFICULTADES AL CONTRARIO

El concepto que aquí se comenta, se remite pues, a obstaculizar, a impedir al máximo, la colaboración entre los integrantes de la pareja contraria. Frustrar sus planes. Impedir el logro de sus objetivos. Equivale, en la práctica, a la ejecución de ciertas jugadas, tales como impedir la repetición de los palos iniciados por los contrarios, la ejecución de cuadros en contra y el cerrojo tendiente al bloqueo de la entrada en juego de las fichas de esos palos.

Hay ocasiones en que el salidor de turno levanta una mano buena, una mano poderosa, que le permite llevar iniciativas, con claras pretensiones de victoria. Y entonces, no debe perder tiempo ni oportunidad para iniciar su ataque, y crear la mayor suma posible de dificultades a la pareja contraria.

CRITERIOS DEL DOMINÓ POR PAREJAS

1. CRITERIO ATINENTE A LA "COLABORACIÓN QUE DEBE EXISTIR ENTRE LOS INTEGRANTES DE LA PAREJA"

El Dominó por Parejas, por su naturaleza, por su esencia, por sus características, es un juego en el que es fundamental e imprescindible, la colaboración entre los compañeros de parejas, quienes deben aunar esfuerzos en obsequio de un objetivo común.

Ahora bien, ¿Qué significa todo esto en la práctica? Significa que los dominocistas deben mantener, en todo momento, una conducta cuyos límites y alcances, estén definidos por una cantidad de normas que, recogidas en principios rectores, apoyados a su vez en sólidos conceptos, les permitan recorrer con seguridad, propiedad y responsabilidad todas las instancias e incidencias del Dominó por Parejas. Y les permita también, la máxima consecución de los objetivos. De modo que, es necesario, que los dominocistas estén equipados con los conocimientos, la estructura teórica, la doctrina del juego, a fin de poder actuar de modo correcto.

La razón de ser de una jugada, nunca está, ni debe estar divorciada de un soporte doctrinario, como tampoco del contexto de la mano del ejecutante. Y es en base a la interrelación y alta calidad de las jugadas como se logra y perfecciona la colaboración entre los compañeros de pareja.

2. CRITERIO ATINENTE AL "APROVECHAMIENTO DE LA FUERZA"

Hay manos buenas, malas y regulares. Y, naturalmente es evidente que, según la naturaleza de la mano, según la calidad y cantidad de elementos que presenta, es admisible pensar y actuar de una u otra forma. Esto es, de modo ofensivo o defensivo. En otras palabras, si la mano presenta fuerza en determinado palo, esa fuerza debe de ser aprovechada. Y si no hay fuerza, tal realidad, debe ser tomada muy en cuenta, a fin de una abstención de conducta ofensiva, y el despliegue de planes y estrategias de carácter defensivo.

La fuerza en un palo es consecuencia directa de la presencia de una cantidad de fichas que constituya mayoría. Y esta mayoría, significa un mínimo de cuatro elementos. Esto es, si un dominocista levanta el doble-seis, el seis-cinco, el seis-tres, el seis-uno, el doble-cuatro, el cinco-dos y el tres-blanco, tiene mayoría en el palo seis, tiene fuerza en ese palo. La mayoría permite iniciar y mantener una conducta ofensiva. Hay con que atacar, con que presionar. Tres fichas de un palo no significan mayoría. Y aunque representan cierta fuerza, no constituyen mayoría.

Habida cuenta de lo antes comentado, es preciso destacar que la mayoría, y por lo tanto la fuerza, puede ser natural o adquirida. Es natural, cuando se remite, de modo excluyente, a las fichas levantadas por el dominocista. Y es adquirida, cuando se remite, tanto a las levantadas por el dominocista, como a las ya colocadas en la mesa. Esto es, si en el desarrollo de una mano, un jugador inicia un cuatro, y otro jugador castiga dicho cuatro, resulta que hay dos piedras ya colocadas del palo cuatro. Y si determinado dominocista tiene en su mano tres fichas del palo cuatro, tiene mayoría de ese palo. Y tiene, en consecuencia, fuerza en ese palo. De modo que, y aunque el cuatro primero hubiere sido iniciado por un jugador contrario, y castigado por su compañero, el dominocista que tiene la mayoría adquirida, la fuerza en el palo cuatro, no se debe inhibir de poner en juego sus fichas de dicho palo.

3. CRITERIO ATINENTE A LA "PERSECUCION DE LOS DOBLES EN PODER DE LOS CONTRARIOS"

Ciertos dominocistas fundamentan toda su conducta en este criterio, y le otorgan carácter primario, es en realidad, un criterio secundario, accesorio, no principal. No siempre es posible. No siempre es recomendable, perseguir y eliminar un doble de los contrarios. No tiene, por ejemplo, sentido ni explicación, que una pareja sacrifique el desarrollo de cinco o seis piezas de un determinado palo, por el mero afán de impedir la colocación del doble de dicho palo.

La persecución de los dobles en manos de los contrarios, debe, en todo caso, estar respaldada por las condiciones siguientes: A) La existencia de dobles en manos contrarias,

B) El conocimiento, cierto, de su ubicación, C) La posesión de los recursos necesarios y suficientes para lograr su eliminación, D) La consecución de la victoria, y la captura de una cantidad de tantos superior a la que se lograría sin la eliminación de dichos dobles.

¿Vale la pena, por ejemplo, ahorcar un doble-blanco, a despecho de desarrollar dicho palo blanco? Y la respuesta tiene que ser negativa y contundente, No! En general, los dobles que deben servir de estímulo para la puesta en marcha de este criterio, son los dobles de las series altas, el doble-seis y el doble-cinco, y en ocasiones los correspondientes a las series medias, el doble-cuatro y el doble-tres. Los dobles de las series bajas, sin caer en afirmaciones de carácter absoluto, no merecen atención.

4. CRITERIO ATINENTE A LA "CONDUCTA INDICATIVA DE LO QUE SE TIENE"

El criterio que aquí se comenta, parece insinuar una perogrullada, ya que nadie puede dar lo que no tiene. Sin embargo, ello no es del todo cierto. Hay dominocistas que, lejos de proceder en un sentido afirmativo, se comportan de modo diametralmente opuesto. No dan lo que tienen, no indican, no informan lo conducente, y esperan a que la divina providencia los favorezca. Permanecen escondidos, agachados, encuevados. Tal conducta condenable, ya que no sólo dejan de asumir sus obligaciones, y se mantienen pasivos, sino que delegan en el azar, en el levante, en la suerte, los resultados del juego. Si un jugador no ha dado ficha alguna de un palo, por ejemplo, si no ha jugado ninguna piedra del palo tres, mal puede su compañero, a menos que el mismo tenga mayoría de fichas de ese palo, jugar fichas del mismo. Si el dominocista deja de informar a su compañero sobre lo que tiene, éste, a menos que sea adivino o brujo, puede conocer las fichas de aquél.

FUENTE: http://dominopro.forumotion.com/forum