Jugada Única

Un punto importante a tener en cuenta en todas las partidas es que en nuestro turno solamente tengamos una ficha para jugar. Toda la teoría, toda la estrategia, cae por tierra y se vuelve inútil cuando solamente tenemos una opción. La jugada forzada o única es más compleja para el compañero que incluso la pérdida de turno: cuando perdemos el turno, por lo menos nuestro compañero (y nuestros contrincantes) se da una clara idea de los fallos que llevamos; en cambio, cuando jugamos una ficha forzada, el compañero nunca está seguro de la razón de la jugada. Puede pensar que estamos cambiando de estrategia, que no ha entendido nuestro juego, que cometimos un error o que es una ficha forzada.

Por eso no debemos perder de vista la posibilidad de la ficha única, particularmente con el juego del compañero. Si de pronto la jugada del compañero no tiene sentido, debemos considerar la posibilidad de que haya jugado una ficha forzada; la información que podemos obtener de este pensamiento es valiosa: nos damos cuenta de que nuestro compañero podría tener un fallo en el número del extremo donde no jugó, e incluso otro fallo en el número donde jugó (pues tal vez la ficha jugada era la única que le quedaba de ese número), y no debemos fiarnos del número abierto por la jugada forzada de nuestra pareja.

Es buena costumbre, y en ciertos reglamentos norma, jugar la ficha forzada de forma rápida, sin pensarla, para que su compañero sepa que se trata de la única ficha que podía jugar.