Desarrollo de palos propios y evitar el desarrollo de palos ajenos

Básicamente una partida de Dominó se compone de: La Primera Ronda (la Salida y la respuesta a la misma del resto de jugadores), El Juego Medio (desde la 2ª ficha hasta la 5ª ficha, más o menos, de las siete que posee el jugador) y Las Jugadas Finales o de Definición (las últimas fichas, normalmente 6ª y 7ª). Prácticamente la Primera Ronda y el Juego Medio pasan por el desarrollo de los palos propios (nuestros y del compañero) y evitar el desarrollo de los palos contrarios.

En este sentido hay que decir que el desarrollo de un palo se puede hacer: bien respetando el palo (no tapando el palo a desarrollar salvo no tener opción), bien directamente abriendo el palo que nos interesa (por ejemplo si el palo a desarrollar es el dos, colocando el 5-2 sobre un cinco), bien cuadrando al palo (colocando ambas puntas del juego a nuestro palo, para que el compañero coloque un doble, para dar un pase al rival, para que el rival gaste sus fichas en nuestro palo fuerte), bien facilitando la entrada (abriendo los palos de las fichas que están pendientes de jugar del palo a desarrollar, por ejemplo siendo el palo a desarrollar el dos, dejando abiertos números como el cinco, si la 5-2 está pendiente de jugar), o bien sacándoselo al rival (jugando el palo complementario de la ficha que el contrario posee de nuestro palo, al igual que en el caso anterior, pero esta vez de forma involuntaria al no disponer de más cincos el contrario). Los términos generalmente usados anteriormente descritos para el desarrollo de un palo son: Respetar, Abrir (cuando se juega por primera vez Marcar o Indicar, en siguientes Repetir propias o Reproducir las del compañero), Cuadrar (Doblar el Juego, Golpear, Hacer Postura), Buscar la Entrada y Sacar “Buchera”.

De igual forma podemos evitar el desarrollo de un palo rival: bien no abriendo nunca el palo, bien tapando el palo directamente, bien dificultando su entrada (dejando fichas abiertas a palos de fichas ya jugadas del palo, por ejemplo si pretendo evitar el palo del 2, dejando un cinco si el 5-2 ya fue jugado), bien tapando el palo rival con el palo menos acompañado (se trata de una jugada muy técnica que consiste en jugar de los palos rivales las fichas con menor acompañamiento para que no nos la saquen buchera). De igual forma los términos usados para evitar el desarrollo de un palo son: Evitar Abrir, Tapar, Evitar la Entrada, y Pegar con “Falla”.

Una vez sabemos cómo se desarrollan los palos propios y se evita el desarrollo de los ajenos, faltarían por saber: ¿Cómo reconocer los palos propios y los ajenos durante la partida?

Por nuestras propias fichas consideramos propios los que tengamos fuerza (mayor número de fichas), y contrarios a los que tengamos menos fuerza. Si bien al ser un juego de parejas los palos propios o ajenos dependerán también, y en mayor medida, de las combinaciones que presenten las catorce fichas propias (nuestras y del compañero), frente a las catorce rivales (de los contrarios).

Además, y aunque esto no es del todo cierto ya que debe ser comprobado durante el desarrollo de la partida, consideraremos el palo/s de Salida como palo/s propio/s de la pareja que ha salido y, por tanto, palo/s contrarios para la pareja rival.

Después, y ante jugadas aparentemente forzadas, distinguiremos los palos que “hacen daño” o “pican” a los rivales. Así, si un miembro de la pareja salidora juega sobre el palo de salida teniendo otra opción en la otra punta, presumiremos que ha jugado obligado por estar a fallo de la otra punta. De igual forma si ya conocemos un palo rival favorable a sus intereses y uno de los jugadores lo tapa (similar al caso del palo de salida); o bien si un palo propio, intuimos que ha sido reconocido por los rivales como tal, y no es tapado (presuponemos fallo al mismo) y si es abierto por el rival, podemos intuir que falla tanto al palo abierto en la otra punta como al palo que tapó (por ejemplo si el palo fuerte nuestro es el uno y encontrándose abierto el cinco y el dos, el rival juega el 2-1, puede que el rival no tenga cincos y haya jugado su último dos).

Otro caso especial es cuando conocemos la posesión de un doble en manos del compañero por jugadas aparentes o por haber sido marcado (remitirse al artículo perseguir al doble seis). En estos casos consideraremos al palo como propio, facilitando su desarrollo y buscando especialmente el cuadre, hasta que sea puesto. Por supuesto si el doble lo reconocemos en manos contrarias, será considerado palo contrario evitando su desarrollo, salvo una gran mayoría entre nuestras fichas y cuya falta de desarrollo pueda ser perjudicial para nuestros intereses.

Por último y más sencillo es por los pases cantados durante la partida, donde tenemos la seguridad de los fallos del compañero y de los rivales, por los palos abiertos cuando se dio el pase. De igual forma ante nuestro pase a un palo o palos quedarán reconocidas por el resto de jugadores nuestras debilidades.

Para finalizar el artículo señalar que el jugador deberá en ocasiones elegir entre el desarrollo de los palos propios o evitar el desarrollo de los palos ajenos. Por ejemplo, tiene la posibilidad de tapar un palo rival o bien abrir un palo propio. ¿Qué jugada debe elegir?. En principio deberíamos considerar las siguientes reglas:

El jugador preferirá Tapar el palo propio a tener que Abrir un palo rival. Nunca debemos dar de cara los palos rivales, siendo preferible tapar nuestros palos, a excepción de que nos estemos apropiando del palo marcado por los rivales para jugarlo (si bien, técnicamente, al apropiarse de un palo rival no puede ser considerado como tal).

El jugador preferirá Tapar un palo rival a Abrir un palo propio, salvo que tenga la seguridad de que abriendo el palo propio el contrario se verá obligado a tapar el suyo. De no existir esta seguridad, el rival tapará el nuestro y dejará expuesto a nuestro compañero.

Para finalizar señalar la importancia de estas acciones ya que un jugador de Dominó pasará el 80 % de su tiempo de partida en el llamado Juego Medio, deduciendo los palos propios y rivales, y desarrollando los propios y/o evitando el desarrollo de los palos ajenos.