TEMA 2: SIGLOS DE ORO. EL RENACIMIENTO
TEMA 2: SIGLOS DE ORO. EL RENACIMIENTO
1. CONTEXTO HISTÓRICO, SOCIAL Y CULTURAL
A comienzos del siglo XVI el mundo comienza a cambiar:
- En cuanto a la cultura, hubo un florecimiento cultural y artístico. La lengua castellana estaba de moda en las cortes europeas, se estudiaba en Italia, en Francia, en Flandes. Y, con ella, nuestra cultura no solo se difundía en Europa, destacando el Renacimiento Italiano, sino también en el continente americano con el proceso de colonización.
- La renovación política supone una nueva forma de gobierno y, junto a Inglaterra y Francia, España será una monarquía absolutista.
- La sociedad observa un crecimiento de las ciudades, el desplazamiento del comercio, el dinero, el arte y las personas a los nuevos núcleos urbanos. La burguesía se afianza como nueva clase social. La expansión territorial y las nuevas rutas comerciales repercutirán en su crecimiento y enriquecimiento.
- Nuevas corrientes filosóficas e intelectuales se expanden:
· Antropocentrismo: en contraposición a la idea medieval teocentrista, se defiende que es el ser humano el centro de todo. Tiene capacidad de escoger y es dueño de sus decisiones.
· Neoplatonismo: retoma la doctrina de Platón y abandona el escolaticismo propio del medievo. Aporta una visión idealizada del mundo, en un intento de plasmar esa belleza inalcanzable del mundo de las ideas.
· Humanismo: movimiento cultural (musical, literario, pictórico…) que exalta los valores y virtudes del mundo antiguo, de las civilizaciones griegas y romana. Se intentó aprender e imitar a los clásicos y para ello se buscaron modelos y se tradujeron muchas obras. Una de las principales preocupaciones de los humanistas será la transmisión del conocimiento, lograr una mejora en la educación.
Por tanto, podemos decir que:
2. LITERATURA RENACENTISTA
El florecimiento de la cultura española en el siglo XVI está muy relacionada con el prestigio que alcanzó en este momento la lengua castellana, que culmina su formación: se consolidan las bases de la gramática, se enriquece el léxico con italianismos, americanismos y se fija su representación gráfica.
Durante la Edad Media, existía un gran recelo a usar la lengua romance para los textos de tema elevado, sin embargo, ahora la lengua castellana adquiere prestigio y se la considera lengua apropiada para la literatura.
En cuanto a la producción literaria, se forja toda una corriente estética que proviene del Renacimiento Italiano, aunque con personalidad propia gracias a la labor ejercida por Garcilaso de la Vega y Juan Boscán, quienes configuran una estética literaria caracterizada por los siguientes rasgos:
- Los temas más importantes son la naturaleza, que se presenta siempre de forma idealizada, y el amor, que se enfoca siempre desde la línea petrarquista. Además, los motivos de la mitología clásicas están muy presentes.
- En la poesía renacentista será frecuente el uso de tópicos literarios, como el carpe diem ( “coge el día”, “disfruta el día”, “aprovecha el momento presente”); collige, virgo, rosas ( “coge, doncella las rosas”, que hace la misma invitación que el anterior); o el beatus ille ( “dichoso aquel” que se evade del mundo para disfrutar del sosiego y la naturaleza).
- La influencia de la poesía italiana se refleja en el uso de versos de marcado ritmo como el endecasílabo, estrofas como el terceto y composiciones como el soneto.
- En cuanto al estilo, el ideal es la elegancia y el equilibrio, se rechazan los ornamentos excesivos y el retorcimiento expresivo.
Estos rasgos persisten a lo largo de toda la centuria, si bien hemos de hablar de una evolución de los temas que dará lugar a nuevas corrientes:
· En primer lugar, hablamos de la poesía mística, que surge como respuesta a la religiosidad propia de la segunda mitad del siglo.
· En segundo lugar, hay una tendencia realista que se contrapone a la idealista propia del Renacimiento. Esta tendencia encuentra su mejor vehículo expresivo en la narrativa y, de este modo, nace la novela picaresca.
En resumen, hablamos de una época de consolidación del florecimiento cultural que abre una etapa de nuestra literatura que se conoce como Siglos de Oro.