VIOLENCIA INTRAFAMILIAR, DE GÉNERO Y MALTRATO INFANTIL
PRINCIPALES CREENCIAS ERRÓNEAS QUE PROPICIAN Y NATURALIZAN LA PROBLEMÁTICA.
Definimos Violencia Intrafamiliar a todo vínculo basado en el ejercicio del poder de uno de los integrantes sobre el otro, con el sólo objeto de satisfacer deseos y voluntades unilaterales bajo el principio de sometimiento y dominación, negación de la alteridad, con vulneración constante de la libertad y dignidad de la otra persona. Se trata de una relación asimétrica, desigual y de carácter abusivo.
Cuando se especifica que la Violencia es de Género alude a que la misma tiene lugar por el sólo hecho de pertenecer al género femenino. El concepto de género se constituyó para evidenciar la desigualdad de poder y acceso a derechos a los cuales la mujer ha estado sometida a lo largo de la historia.
La Convención Interamericana de Belem do Pará, Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y erradicar la Violencia contra la Mujer, de 1994, establece que "la Violencia de Género, es cualquier acción o conducta, basada en su género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto en el ámbito público como en el privado". (Red Municipalista de Lucha Contra las Violencias a las Mujeres, Protocolo de Funcionamiento, 2017).
El carácter de las agresiones incluye:
- Violencia Física: agresión o daño a la integridad física con intención de dominio y sometimiento.
- Violencia Psicológica o Emocional: intimidación, denigración, humillación constante tendientes al deterioro de la autoestima y afectación a la estructura de la personalidad.
- Relaciones sexuales forzadas y otras formas de coacción sexual.
- Violencia Simbólica: reproducción de prejuicios, estereotipos, mensajes, valores que perpetúen la dominación, desigualdad, y subordinación de la mujer.
- Violencia económica y Patrimonial: acciones u omisiones con el objeto de vulnerar el sustento económico y patrimonio personal, impidiendo de esta manera, la satisfacción de las necesidades básicas y autodeterminación de la persona.
A menudo este tipo de vínculos suele manifestarse desde el noviazgo, de ahí la importancia de trabajar en la promoción de relaciones basadas en el respeto y la tolerancia, la satisfacción de los deseos propios y ajenos en un mutuo reconocimiento como un Otro diferente; ambos con virtudes y defectos, modos de vinculación, tiempos compartidos, y sin que esto signifique perder la individualidad ni la independencia, de manera que se posibilite un crecimiento individual y de pareja.
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Si se encuentra en situación de violencia o conoce alguien que pueda estarlo dirigirse a:
-vía mail a: tratacordoba@cba.gov.ar
-llamando al: 0 800 888 9898, las 24hs y los 365 días del año. Ministerio de Justicia y derechos Humanos.
-Polo Integral de la Mujer en Situación de Violencia: Entre Ríos 680, Córdoba, Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.
-Unidades Judiciales: todas tienen obligación de tomar las denuncias. Ministerio Público Fiscal.
-Secretaría de Equidad y Promoción del Empleo.
-Consejo Provincial de las Mujeres. Poder Ejecutivo.
-Línea Nacional habilitada para denuncias: 144
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Dentro de las variables social/cultural que pueden predisponer a situaciones de violencia destacan en primer lugar los distintos prejuicios y creencias erróneas acerca del tema, y en segundo lugar el ideario machista.
1-Principales prejuicios y creencias erróneas acerca de la violencia intrafamiliar, de género y maltrato infantil.
Existen ciertas creencias muy difundidas que tienden a reducir a lo individual lo que es reflejo de un orden social general; algunas de las más habituales se incluyen entre las siguientes:
-”Se trata de sujetos enfermos”.
Las mujeres tienen una personalidad masoquista o débil y los golpeadores son psicopáticos o alcohólicos. A través de esta creencia se ubica el problema en el plano psicopatológico individual, negando la problemática de raíz social.
-”Ella hace algo para provocarlo”.
Este pensamiento naturaliza la estructura jerárquica de la familia patriarcal en la que los hombres tienen el papel dominante y la mujer y niños son subordinados a este. Concepto de propiedad a los cuales debe controlar y dominar.
-”Si ella quiere se puede ir”.
Niega la situación de pánico en la que la víctima se encuentra de ser castigada más duramente si intenta alejarse.
-”Si ella quiere puede denunciar”.
Niega el temor ante la posibilidad de una venganza además de la burocracia y desidia del personal a cargo en comisarías o tribunales que desalientan la tramitación de las denuncias.
-”El problema está restringido a los sectores populares”.
Se adjudica el fenómeno a las clases sociales de escasos recursos por la mayor visibilidad de la violencia intrafamiliar y por la mayor tendencia a depender de las intervenciones policiales y de las instituciones asistenciales públicas.
-”En una sociedad violenta las familias también lo serán”.
Falso porque no todas las familias son violentas ni resuelven sus conflictos de manera violenta.
-”Si una familia tiene alto potencial de estrés, esto genera un alto potencial de frustración y de violencia”
Supone que la violencia es aquello a lo que se llega finalmente, y no una primera elección.
-“El maltrato infantil intrafamiliar sólo se da en clases sociales bajas o desfavorecidas socio económicamente”.
Si bien la pobreza es un importante factor de riesgo, el maltrato infantil ocurre en todas las clases sociales, las familias con altos recursos económicos y sociales no están exentas del problema.
-“Los padres pueden hacer con sus hijos lo que quieran".
Los hijos no son propiedad de sus padres de la misma manera que ninguna persona pertenece a otra. Si bien es responsabilidad de la familia cuidarlos y formarlos, su crianza no justifica conductas violentas que puedan dañarlos. La libertad de los padres para elegir las mejores medidas con las cuales educarlos tiene un límite: no se puede violar los Derechos Humanos de los hijos.
-“Los niños necesitan mano dura ya que de otro modo no aprenden”.
La violencia obstaculiza el pensamiento y dificulta la palabra. No produce mayor comprensión sino que genera desconfianza, temor y rencor. Crea una sensación de humillación y daño, despertando sentimientos destructivos. Una educación sustentada en principios democráticos y no violentos genera una interacción pacífica y de cooperación basada en el respeto acorde con los postulados que propone la Convención sobre los Derechos del Niño y, además,propicia el aprendizaje.
-“La naturaleza humana impulsa a los progenitores a cuidar y atender a sus hijos”.
La maternidad y paternidad se construyen culturalmente. La parentalidad está compuesta por una serie de comportamientos que se pueden aprender. Ser padre o madre no implica en todos los casos saber, querer o poder hacer lo mejor para los hijos/as. Se entiende así, porque algunas personas están, o se sienten, imposibilitadas de atender adecuadamente a sus hijos.
-“Sólo podemos decir que un niño es maltratado cuando los padres lo hacen de manera intencional”.
La intencionalidad en las conductas no es un requisito necesario para considerar que un niño está siendo maltratado; sin embargo deberá ser tenida en cuenta en relación con el modo de intervención. Muchos de los padres y madres que maltratan a sus hijos no tienen conciencia clara del daño que producen. En ocasiones, estos comportamientos y actitudes se deben a factores como la inexperiencia, creencias erróneas sobre la crianza, carencias socio económicas, presiones laborales, frustraciones personales, etc.
-“Sólo si los daños que sufre el niño son graves se puede y se debe intervenir”.
Toda situación de maltrato constituye una vulneración de derechos por lo cual se está obligado a intervenir, siendo ésta una iniciativa totalmente lícita. La gravedad de la situación tiene relevancia para definir el tipo o modo de intervención, pero no para elegir si se debe o no actuar.
-“Los padres y madres que maltratan a sus hijos merecen únicamente ser castigados”.
En algunos casos se suele pensar que lo más importante es anteponer las medidas punitivas a las reparadoras y rehabilitadoras, considerando primordialmente la culpabilidad de las personas por los actos cometidos (que “paguen por lo que hicieron”). La protección de los derechos de niños y adolescentes, por el contrario, requiere de una actitud social protectora, componedora y re-educadora que permita a los adultos responsables con dificultades afrontar de forma adecuada sus obligaciones.
-“Denunciando no se consigue que se resuelva la situación de la familia y muchas veces es peor para el chico; además, hacerlo es algo demasiado complicado y lento”.
Este sentimiento de descreimiento puede proceder de una mala experiencia del docente o de comentarios que circulan, por ejemplo, acerca de que hubo represalias de la familia contra el niño/a o que los han separado de la misma. Sin embargo, si un niño/a se encuentra inmerso en una situación de maltrato, de nada va a servir dejar las cosas como están. Es cierto que el hecho de denunciar no garantiza que el niño y su familia reciban la ayuda que necesitan. Se trata de generar una intervención colaborativa e intersectorial en la cual todas las personas y/o instituciones involucradas cumplan su rol para alcanzar un objetivo común: restituir de manera rápida y efectiva los derechos vulnerados. Si no reciben ayuda, las personas involucradas se encuentran con menos recursos para modificar el tipo de vínculo establecido, resultando más perjudicados los miembros más vulnerables del grupo familiar. Por otro lado, intervenir es un deber, no una facultad; una responsabilidad que todo docente debe asumir por su calidad de tal. Que un docente no denuncie un caso de maltrato infantil excusándose en la lentitud y burocracia del proceso, lo hace “cómplice” de esa situación.
-“Todas las personas que son maltratadas en la infancia serán maltratadoras en el futuro”.
No todos los que fueron maltratados serán maltratadores, ni tampoco todas las personas que maltratan a sus hijos han padecido maltrato durante su infancia. Si bien una biografía de violencia familiar constituye un factor de riesgo, no podemos olvidar que el modelo de la violencia se puede modificar.
-“Cada sociedad y cada familia tienen costumbres y valores propios en el modo de criar, cuidar y educar a los niños”.
Si bien es importante el respeto a la diversidad cultural, en nuestra legislación está claramente penalizado el maltrato a niños y niñas ya que afecta la integridad de la persona y, por lo tanto, vulnera Derechos Humanos fundamentales. Hay un piso mínimo o núcleo duro de derechos que debe garantizarse a todos los niños y adolescentes. Ellos tienen necesidades físicas, emocionales, cognitivas y sociales básicas que han de ser cubiertas, independientemente de los valores culturales de la sociedad y de la familia.
-“Golpean los padres alcohólicos, drogadictos o ignorantes”.
Los padres con vínculos violentos no necesariamente son adictos, tienen problemas manifiestos en otros campos de su vida social, o carecen de instrucción.
2- Lo que se conoce como Machismo es otra variable a tener en cuenta por considerarse primordial en la incidencia de aparición de episodios violentos. Somos sujetos sociales y por ello respondemos a creencias e imaginarios que la sociedad reproduce como propios y que van moldeando nuestra personalidad a través de nuestras prácticas cotidianas.
El ideario machista sostiene la creencia que el hombre es superior a la mujer y que por lo tanto esta debe ser sometida, en una relación asimétrica de modo que no se vea afectada su superioridad ni condición masculina. El hombre machista se vale de argumentos al cual adhiere cual dogma, que legitiman y justifican sus acciones abusivas en caso que la mujer no adopte sus disposiciones o intente oponerse a ellas en un intento por mantener su dignidad y libertad individual.
Las principales ideas que sustentan el machismo se detallan a continuación:
El hombre tiene derechos sobre la mujer.
La mujer tiene que atender bien al hombre.
La mujer tiene que ocuparse de las tareas del hogar.
El lugar de una mujer es la casa.
La mujer debe obediencia al hombre.
La mujer, si quiere iniciar un proyecto o plan, debe pedir permiso a su esposo.
La mujer debe complacer sexualmente al hombre siempre que éste se lo requiera.
La mujer debe comprender y perdonar las infidelidades del hombre.
La mujer que es infiel merece la muerte.
Si el hombre se pone celoso con su mujer, es porque la quiere.
Si el hombre pega a la mujer, tendrá sus motivos para ello.
El hombre tiene derecho a pegar a su mujer si ésta se opone a su autoridad.
El hombre es superior a la mujer.
El proceso de socialización entonces, afecta a los sujetos e incentiva las conductas y respuestas pasivas y sumisas en las mujeres, y favorece las experiencias de poder en los varones, quienes asocian la fuerza a su identidad, así como la necesidad de protección y la inseguridad forman parte de la identidad femenina.
Con la creciente incorporación de la mujer en la vida pública de los países latinoamericanos, tanto en lo socio económico, laboral, político, social y comunitario, los roles tradicionalmente asignados a las mujeres, han ido cambiando paulatinamente, no obstante todavía no se logra separar las funciones femeninas de los papeles que la cultura dominante le asigna a los varones. Se produce una redefinición de los roles sexuales y se ponen en revisión las categorías mismas de lo femenino y lo masculino. Ante esto muchos hombres se ven desplazados y perdiendo referentes en los que asentaban parte de su identidad, fundamentalmente el valor moral de su autoridad. Es así como recurren a la violencia cuando los controles ideológicos se debilitan.
En una sociedad donde este tipo de ideal se reproduce a través del discurso y las prácticas, no sólo del hombre sino también de la mujer, la atención generalmente se vuelca sobre la víctima, como generadora y principal causa de este tipo de comportamiento. Ahora, que una sociedad sea machista no quiere decir que ésta lo sea en su totalidad, o lo que es lo mismo, que todos los hombres adhieran a este tipo de creencia.
El porqué hay hombres que adoptan esta ideología y otros no, se explica en la presión que la cultura bajo el principio de normalidad ejerce sobre su psiquismo evidenciando dificultades para relacionarse afectivamente con el género femenino, y que subyace en un gran temor de crisis existencial.
Reflejaría una gran inseguridad del hombre acerca de su propia masculinidad, por eso no sólo el hombre debe ser “macho” sino también parecerlo, en otras palabras, debe mostrarlo y demostrarlo, asegurándose así la constatación ante sí mismo y los demás.
En esa continua búsqueda de reconocimiento, teme al cuestionamiento y la descalificación por parte de la mujer, que podría poner en tela de juicio su poder y suficiencia, de tal manera que recurre a la violencia a modo restitutivo de eso que ve peligrar. Podría reconocerse así, que el maltrato hacia la mujer representa una huida ante la sensación de pánico que el hombre machista no se atreve a reconocer o enfrentar.
Habría ambivalencia con respecto a la actitud hacia la mujer: por un lado se siente poderosamente atraído por ella pero a la vez teme quedar subyugado por el poder de ésta. Por un lado la exalta y por el otro la menosprecia. En las sociedades machistas la mujer como madre es ensalzada y reverenciada, mientras que la condición femenina es objeto de desvalorización.
Pretende una relación de amor exclusivo y absoluto en la que él se posiciona como el único y gran amor para la mujer, que ha venido a protegerla, cuidarla y que la ha elegido entre muchas, por lo que la mujer debe sentirse eternamente agradecida y hasta bendecida por tal gracia. Esto exige un nivel de sumisión y complacencia hacia sus necesidades que nunca se ven satisfechas originando continuos sentimientos de frustración que dan pie para la consiguiente desvalorización de su pareja.
La pareja en sí está atravesada por el sentimiento de frustración; en él por pretender un nivel de excelencia de su mujer que nunca será alcanzado, y en ella por sentir que nada de lo que haga está bien y será motivo de desacreditación que puede llegar al maltrato físico o psicológico.
Dependerá de la fortaleza psíquica de la pareja como afronte este tipo de comportamientos, por tratarse de un vínculo sumamente desgastante y perturbador. La mujer que sucumbe a este trato es aquella que se sacrifica totalmente para y por ese tipo de hombre y en cierta forma hasta lo defiende o justifica, actitud resultante del aniquilamiento progresivo y sistemático de su psiquismo a lo largo del tiempo por parte de su pareja, asegurando de esta manera la dependencia emocional que caracteriza a este tipo de vínculos.
Resumiendo, en el comportamiento del hombre machista subyace una gran inseguridad que pone en jaque su virilidad y hombría, conjuntamente al temor de dependencia y dominación con respecto a la figura femenina.
Infografía - Creencias Erróneas que propician Violencia de Género, Intrafamiliar y Maltrato Infantil.
VIOLENCIA DE GÉNERO - MANDATO DE MASCULINIDAD
Rita Segato
En la charla pedagógica dictada por la antropóloga Rita Segato, en el marco de la Diplomatura en Formación de Acompañantes Comunitarios contra la Violencia de Género, en la Universidad Provincial de Córdoba (UPC), expuso uno de sus conceptos principales denominado Mandato de Masculinidad, y por el cual explica su origen, desarrollo y como este mandato ha venido reproduciéndose a través de los tiempos, definiendo la sociedad patriarcal en la que estamos inmersos.
Señala que se caracteriza por la implicación de un doble orden, porque por un lado empodera e inviste al hombre ante el ojo social, pero por otro, lo amarra, lo sujeta a la ley que este mandato representa. Le otorga además un orden jerárquico por el cual está obligado a demostrar su poder, y así diferencia a los machos alfa poderosos, de aquellos que son considerados más débiles y que justamente son los que recurren a la violencia en su afán de demostrar su poderío ante los machos alfa.
Se declara feminista pero no radical, y cuando señala que el patriarcado va a caer no lo considera como una cuestión de pelea entre hombre y mujer, o de supremacía de un movimiento sobre otro porque no concibe el monopolio de la verdad.
Alude a la necesidad de transformar y generar una política en clave femenina, pragmática, ego sintónica, tópica, de proximidad e intimación.
Señala también el carácter, funcionalidad y poder corporativo que poseen las principales instituciones tales como la Iglesia, las Fuerzas Armadas, la Policía, el Poder Judicial, etc. y cómo estos obran según las leyes corporativas que aseguran su lealtad a las mismas.
Así a lo largo de la charla, y a través de numerosas digresiones que enriquecen aún más su exposición va uniendo el concepto principal de Mandato de Masculinidad con los principales acontecimientos que han sucedido en nuestro país, como por ejemplo el asesinato de Micaela en la Provincia de Entre Ríos, causa por la cual fue consultada como experta en el tema de violencia de género..
Así, luego de un breve resumen, comparto el vídeo de una hora y cincuenta y tres minutos de duración, en los que la autora va abriendo distintas líneas de reflexión que permite pensar y pensarse desde otros lugares.
Rita Segato en la Diplomatura en Formación de Acompañantes Comunitarios (UPC).
Rita Laura Segato (Buenos Aires, 14 de agosto de 1951) es una antropóloga y feminista argentina residente entre Brasilia y Tilcara. Es especialmente conocida por sus investigaciones que se han orientado a las cuestiones de género en los pueblos indígenas y comunidades latinoamericanas, a la violencia de género y a las relaciones entre género, racismo y colonialidad. Considera que las relaciones de género son un campo de poder y que es un error hablar de crímenes sexuales sino que deben considerarse "crímenes del poder, de la dominación, de la punición".
Como aprender a amar en igualdad. Marina Marroquí Educadora Social.
Marina Marroquí comparte su experiencia como superviviente de violencia de género. "Decidí que, ya que había sobrevivido, que había tenido la suerte de salir viva, lo mínimo que me merecía era ser feliz", afirma. Además, Marroquí está convencida de que la educación es el único camino para erradicar la violencia de género. "Educación, educación y educación. No hay otra fórmula", asegura. En sus talleres utiliza el humor para ridiculizar el machismo y los estereotipos. Además, sostiene "el feminismo fue mi tabla salvavidas, fue la respuesta a todas esas preguntas en las que me culpaba una y otra vez".
Ovillo de Lana
Campaña nacional contra la Violencia de Género (2011)
No olvidar la otra pandemia que nos aqueja: Violencia de Género.
Se cometieron 49 femicidios y femicidios vinculados de mujeres y niñas desde el comienzo del aislamiento obligatorio, el 20 de marzo.
Que una pandemia no oculte otra.
Si estás en situación de violencia o si sabés de alguien que lo esté, no dudes en llamar al:
-Tel: 0800 888 9898 (De la Secretaría de Lucha contra la Violencia a la Mujer y Trata de Personas).
Número gratuito provincial para asesoramiento en violencia familiar y de género.
Todos los días, las 24 hs.
- Tel: 144 (Del Consejo Nacional de las Mujeres dependiente del Ministerio de Desarrollo Social)
Número gratuito nacional destinado a brindar información, orientación, asesoramiento y
contención para las mujeres en situación de violencia.
Todos los días, las 24 hs.
-Polo Integral de la Mujer en Situación de Violencia
Dirección: Entre Ríos 680 esquina Bv. Perón
Guardia las 24 hs. Todos los días del año.
Atención del Equipo Profesional de la Brigada de Protección a la Mujer.
Campaña Argentina sobre Violencia Contra las Mujeres
El Orden de las Cosas.
Corto contra la Violencia de Género
Eso que llaman amor es trabajo no pago.