Cuento Infantil
"Hacer la Tortuga"
"Hacer la Tortuga"
CUENTO INFANTIL PARA GESTIÓN ADECUADA DE EMOCIONES.
(Para trabajar con niños de entre tres y siete años de edad, tanto en el hogar como en el ámbito escolar)
Objetivo:
-Enseñar al niño a hacer consciente sus emociones, de su responsabilidad y regulación. Aumenta su autoconfianza y contribuye de forma positiva a su proceso de desarrollo y maduración.
-Entrenar la conversación con uno mismo (autocontrol verbal).
-Aprender a utilizar el lenguaje como un sustituto de la representación conductual y descontrol emocional.
"HACER LA TORTUGA"
"Esta es la historia de una pequeña tortuga a la que le gustaba jugar a solas y con sus amigos. También le gustaba mucho ver televisión y jugar en la calle, pero no parecía pasárselo muy bien en la escuela.
A esa tortuga le resultaba muy difícil permanecer sentada escuchando a su maestro. Cuando sus compañeros de clase le quitaban el lápiz o la empujaban, nuestra tortuguita se enfadaba tanto que no tardaba en pelearse o en insultarles hasta el punto de que luego la excluían de sus juegos.
La tortuguita estaba muy molesta. Estaba furiosa, confundida y triste porque no podía controlarse y no sabía como resolver el problema.
Cierto día se encontró con una vieja tortuga sabia que tenía trescientos años y vivía al otro lado del pueblo. Entonces le preguntó:
- T: "¿Qué es lo que puedo hacer? La escuela no me gusta. No puedo portarme bien y, por más que lo intento, nunca lo consigo".
Entonces la anciana tortuga le respondió:
-TS: "La solución a este problema está en ti misma. Cuando te sientas muy contrariada o enfadada y no puedas controlarte, métete en tu caparazón. Ahí dentro podrás calmarte. Cuando yo me escondo en mi caparazón, continuó la vieja tortuga, hago tres cosas. En primer lugar, me digo ¡ALTO!. Luego respiro profundamente una o más veces si así lo necesito y, por último, me digo a mí misma cuál es el problema".
Luego, las dos practicaron juntas varias veces hasta que nuestra tortuga dijo que estaba deseando que llegara el momento de volver a clase para probar su eficacia.
Al día siguiente, la tortuguita estaba en clase cuando otro niño empezó a molestarla y, apenas comenzó a sentir el surgimiento de la ira en su interior, que sus manos empezaban a calentarse y que se aceleraba el ritmo de su corazón, recordó lo que le había dicho su vieja amiga, se replegó en su interior, donde podía estar tranquila sin que nadie la molestase y pensó en lo que tenía que hacer. Después de respirar profundamente varias veces, salió nuevamente de su caparazón y vio que su maestro estaba sonriéndole.
Nuestra tortuga practicó una y otra vez. A veces lo conseguía y en otras no, pero, poco a poco, el hecho de replegarse dentro de su concha fue ayudándole a controlarse. Ahora ya ha aprendido, tiene más amigos y disfruta mucho yendo a la escuela".
-Además de narrar el cuento, se puede pedir a los niños representarlo, tomando los distintos papeles alternativamente, de manera que todos van adquiriendo gradualmente la capacidad de asumir los distintos puntos de vista.
-Se puede enseñar a los niños respiración profunda al tiempo que cruzan los brazos sobre el pecho, lo cual resulta muy tranquilizador, y en esa postura es difícil que puedan hacerse daño a sí mismos o a los demás.
-Cada vez que logren calmarse se puede premiar con el sello de una tortuga, de manera que asocien la noción de tranquilizarse con una acción, afianzando de esta manera su aprendizaje.
-Padres/Maestros pueden acompañar al niño a tranquilizarse, reconociendo y verbalizando el estado en el que el niño se encuentra, apoyándolo en acción de modelado. ("Veo que estas muy enojado. Vamos a tranquilizarnos. Yo lo haré contigo. Inspiremos juntos".) Una vez calmado consolidar la acción preguntando "¿Ya estás más tranquilo?"
- En niños más grandes adaptar el cuento con historias acordes a la edad e interés, y aplicar la técnica de modelado a cargo de los adultos, señalando la importancia de los tres tiempos de detención del pensamiento, respiración profunda y cuestionamiento a sí mismo acerca de lo que le sucede.
(Fuente: "Emociones Destructivas - Cómo entenderlas y superarlas" - Daniel Goleman, 2001).
El Rock de las Emociones: proyecto Emoticantos
"No basta con querer a los hijos, también hay que creer en ellos"
María Jesús Álava - Psicóloga.
En este vídeo, la psicóloga María Jesús Álava Reyes plantea las claves para fomentar la autonomía en los niños, para que puedan desarrollar criterio propio, resiliencia y seguridad en sí mismos. Afirma que la base de esta confianza nace en la familia, con pequeños gestos que pueden suponer el cambio. “¿Qué transmites a tus hijos? Tu confianza o desconfianza en ellos, que es crucial. No basta con quererles, hay que creer en ellos. Es decir, transmitir: ‘Te conozco muy bien y me encanta cómo eres. Sé que tienes cosas maravillosas y te las pondero; y sé que tienes otras que se te darán peor y te las valoro’. El éxito en la vida no es importante; lo que importa es el esfuerzo y aprender de los errores”, afirma la psicóloga.
Educación y Crianza Respetuosa. Alberto Soler, Psicólogo.
El psicólogo Alberto Soler responde ante dudas universales en la educación, el crecimiento personal y la crianza. Entre sus propuestas, destaca el concepto de la co-paternidad donde los hombres no “ayudan” en casa, sino que se responsabilizan, y donde la parentalidad consiste en reconocer y dar espacio para la educación de madres y padres, con sus diferencias y peculiaridades. Soler advierte también de los peligros de la enseñanza con “etiquetas” y de la obediencia ciega: el futuro de los niños pasa más por la educación en valores como la asertividad, el pensamiento crítico y la autonomía.
Disciplina Positiva: Educar con Amabilidad y Firmeza.
Marisa Moya, Maestra y Psicóloga.
¿Es compatible la amabilidad con la firmeza en educación? Marisa Moya, maestra de Educación Infantil, psicóloga, y máxima representante de la Disciplina Positiva en España, nos invita a ponernos en la piel de los niños y a ser conscientes de los límites y retos que afloran en el día a día de padres y educadores. “La disciplina positiva es sentido común y coherencia en la vida, en la educación y en las relaciones humanas”.
Moya insiste en que la clave de la educación en el siglo XXI consiste en crear gimnasios emocionales en cada hogar y en cada escuela, ya que es a través de la experiencia como uno aprende a humanizarse. “Los niños necesitan experimentar para convertirse en personas. El castigo no es una estrategia educativa, es una inseguridad adulta”, concluye la educadora. Actualmente compagina su labor de directora de una escuela infantil con talleres y charlas para familias, docentes y formación de educadores en los que insiste en que hay tener la valentía y el coraje de la imperfección. “No hay padres ni madres, maestros ni maestras, no hay seres perfectos”.
En Todo Ser Humano Hay Grandeza.
Mario Alonso Puig.
Mario Alonso Puig defiende que “nunca hay que dar a nadie por perdido” porque en todo ser humano existe grandeza. Señala la importancia de los educadores para descubrir ese potencial, desarrollarlo y dar oportunidades. “Hay que vivir con pasión, con entusiasmo, con confianza en nuestras capacidades y entrenar el cerebro para conseguir nuestro objetivo”, afirma.
Las emociones no se aprenden por apuntes, hay que vivirlas.
Mar Romera, Maestra.
Maestra en mayúsculas, confiesa que lo que más le gusta es que sus niños le llamen “Seño”. Ha trabajado en todas las etapas educativas: educación infantil, primaria, secundaria, formación profesional y universidad.Esta licenciada en pedagogía y psicopedagogía, es una de las referencias en inteligencia emocional en la educación española. Mar Romera reivindica a la familia como la primera escuela de las emociones y avisa que sobreprotegemos tanto a nuestros hijos que les hacemos débiles emocionalmente: “El mejor regalo que podemos dar a nuestros niños es enseñarles a reconocer y entender sus emociones para que elijan la más adecuada en cada momento”.
Las Emociones Impactan mucho en la Inteligencia de los Niños.
Elsa Punset
Elsa Punset habla en este video del impacto de las emociones en la inteligencia de los niños y el papel que los padres y educadores pueden tener en su gestión.”El mejor favor que podemos hacer a los niños es ayudarlos a vivir con todas las emociones y ser ejemplo para enseñarles a poner nombre, encontrar soluciones y ayudarles a ser autónomos”.