Salir de la Dependencia Emocional.
1)Buscar ayuda.
Es el primer paso e implica desde la búsqueda y consulta de un libro pertinente, página de Internet relacionado al tema o bien, buscar y concertar una cita con un terapeuta.
-Acudir a instituciones especializadas en la temática, tanto públicas como privadas, que puedan brindarle ayuda.
-Contactar y acudir a grupos de auto ayuda donde pueda compartir, escuchar, empatizar e identificarse con experiencias que habiliten la reflexión y el diálogo interno y que a la vez, le permitan sentirse contenido, escuchado y que no se encuentra en soledad, propiciando el comienzo de la auto aceptación.
Le permitirá conocer estrategias de recuperación que otros han realizado y que han sido efectivas, como así también aquellas que no lo han sido tanto.
Aprenderá de los errores.
Aumentará su seguridad y disminuirá su sensación de aislamiento.
-Decídase por usted, por una necesidad de cambio de, por y para usted.
-Evite caer en chantajes tales como amenazar buscar ayuda o alejarse, esperando con esto un cambio en el otro.
-Si busca ayuda hágalo por usted y solo por usted.
2)Tomar conciencia de la situación.
Es lo más difícil porque implica aceptar que la relación en estos términos no funciona y que lo mejor es terminar, lo que significa abstraerse del objeto de adicción.
-Sincerarse con uno mismo acerca de la realidad en la que se encuentra y en que inicialmente necesita asesoramiento que le ayude a resolver el problema, dado que lo que hasta ahora ha venido haciendo no ha sido efectivo.
Puede que haya momentos de calma o alivio, pero este tipo de vínculos por lo general muestran un deterioro progresivo.
3)Pensar en lo sufrido.
Una vez aceptada la dependencia, introducir la idea de necesidad de cambio y soltar al otro.
-Evitar el auto engaño y la justificación inconsciente propiciado por la negación y el miedo a enfrentar una realidad dolorosa, no sólo para usted sino también para los hijos en el caso que los hubiere, los cuales muchas veces se convierten en testigos silenciosos de la disfuncionalidad familiar, sin atreverse a hablar por miedo a agravar la situación o perjudicar a uno de sus progenitores
-Enfrentar los miedos a:
a- Que la relación pueda terminar: proponerse el estar solo en términos de comienzo de un proceso de aprendizaje, crecimiento y auto conocimiento, un reencuentro con uno mismo, sus gustos, ganas, intereses, valores y prioridades.
La soledad es un concepto que se teme si se relaciona con tristeza y depresión como resultado de la romantización y exaltación del amor de pareja, como único modo de crecimiento y realización de una persona.
Nacemos completos por lo que no necesitamos que nadie venga a completarnos.
b- A contar su situación: ya sea que se constituya en una amenaza para su vida, que esté mediado por el orgullo, la sensación de ser prejuzgada, o a la espera paciente de que algo cambie, se suele abrazar la pasividad y la naturalización de lo insatisfactorio de la relación como algo dado y por lo que nada se puede hacer.
No tema y busque asesoramiento.
Ejercicio de concientización.
-Hacer una lista de todo aquello que considera que ha hecho para mantener la relación y con ello la dependencia, tanto sea descabellado o no.
-O bien de cuánto hemos cambiado por mantener la dependencia.
-¿Qué parte de responsabilidad le toca en el sostenimiento de la relación?
-Pensar en términos de merecimiento.
¿Merezco estar y sostener una relación que me es insatisfactoria?
¿Qué puedo hacer para cambiar por mínimo que sea esta situación?
¿Qué estoy dispuesto/a a hacer para introducir un cambio que mejore esta situación? ¿Qué estoy dispuesto a dejar en pos de un cambio que mejore mi situación? (en cada decisión que tomamos hay algo que se elige pero también algo que se deja; por ejemplo si decido optar por una alimentación y vida sana en pos de una mejor calidad de vida, renuncio a ingerir comida chatarra, alimentos multiprocesados o a los excesos de alcohol o cualquier otra sustancia problemática).
4)Evidenciar lo que no me gusta.
-Hacer una lista de todo lo que NO me gusta del otro.
-Hacer una lista de todo lo que NO me gusta de la relación.
No se trata de cambiar al otro. Permite identificar lo que ya no quiero, y plantea la necesidad de un cambio.
Del propio cambio hacia eso que ya no quiero para mi.
5)Percepción “terrenal” de sí mismo y del otro.
-Evite idealizaciones o sobre estimaciones tanto de la capacidad de uno mismo como del otro.
-Aceptación de uno mismo con fortalezas y debilidades, con zonas luminosas y otras no tanto.
-Aceptar no ser la persona que rescata (“ayuda”), la que persigue (“culpa”), la que soluciona (“control”), ni la víctima (“vulnerable”), con respecto al otro.
-Concentre su energía en recuperarse, convierta este objetivo en su prioridad, realice un compromiso de cuidado y amor hacia su persona.
-Sea constante en el deseo de recuperación a pesar del dolor, malestar o miedo inicial que tuviere que afrontar.
-Intente no adoptar conductas evitativas que minimicen la percepción del problema y que solo colaboran al sostenimiento del mismo en el tiempo (consumo de sustancias problemáticas, compras compulsivas, ejercicio excesivo, extensas jornadas laborales).
-Aceptación del otro como un otro diferente, no pretender cambiarlo.
6)Trabajar en la autoestima y autoconcepto.
Significa reencontrarse con uno mismo, con sus prioridades, ganas, intereses, valores, lo que nos gusta y lo que no, lo que consideramos nuestras fortalezas y debilidades, lo que queremos para nuestra vida desde un espacio de auto afirmación.
En la medida que se es consciente de lo que somos, de lo que queremos y que nos queremos, menor será la tendencia a hacer vínculos dependientes, porque seremos capaces de tomar decisiones, asumir responsabilidades, y establecer límites a lo que no es congruente con lo que deseamos para nuestra vida.
Es expresarnos desde la madurez, la adultez, dejando de culpar a los demás, el pasado, o al contexto por las propias falencias o imposibilidad de decidir.
-No esperar que los demás o el contexto cambien para poder estar bien.
-No subordinar planes o actividades a la espera de las ganas, tiempo, espacio o voluntad de los demás.
-Jamás dudar de las propias capacidades.
-Entender que establecer límites es sano y un acto de auto afirmación. Piense, ¿Cuántas de las decisiones o actos que a veces se toman se hacen solo por complacer a los demás por miedo al rechazo, reprobación o por la propia creencia de que los demás esperan que se piense, sienta o actúe de una determinada manera?
-Poder decir NO sin culpa, comprendiendo que nuestros pedidos también pueden ser denegados de igual manera como parte de un derecho propio de las personas.
-No caer en juegos de manipulación o justificaciones a enojos atribuidos ante la percepción de un cambio de actitud, como consecuencia lógica de mantener el orden y dinámica establecida desde siempre, que solo denotan falta de adaptación y flexibilidad ante los cambios (si siempre se ha dependido de los demás para tomar decisiones, el hecho de que comience a tomarlas por sí mismo, originará una reacción de extrañeza o llamado de atención, seguida o no de algún tipo de acción o reclamo, como intento de restablecer el orden anterior).
Centre su atención en usted y su voz interior.
-Recuerde que no se es mejor pareja siendo complaciente o pasivo. Y que cuanto más honesto se es consigo mismo, menos dependerá de una pareja, lo que paradójicamente lo tornará mejor pareja, porque de esta manera sólo hará vínculos sanos.
7)Pasar a la acción.
-Proponer un cambio y realizarlo.
-Retomar planes y actividades postergados.
-Asumir la responsabilidad de su vida y bienestar. Es el mejor regalo que puede otorgarse a sí mismo y a los que lo rodean, especialmente a los hijos. Si se está bien, pleno, con paz mental, transmite el gusto por la vida, caso contrario podría percibirse ésta relacionada al sufrimiento y dolor.
De igual manera, si en su contexto de crianza predominaba la dependencia o el conflicto, existe probabilidad que en la adultez, sus vínculos repitan el modelo relacional aprendido.
-Dejar la relación. A medida que se trabaja en la auto afirmación, reconocimiento del propio valor, la importancia de expresarse y proyectarse en pos de la realización personal, lograr una identidad personal, la opción de dejar la relación se presentará por sí sola, porque ya no se estará dispuesto a relacionarse de una manera disfuncional ni tóxica.
8)Reconocer y soportar con entereza el síndrome de abstinencia de la relación por el cual posiblemente sienta:
-Ansiedad.
-Desgarro en el corazón.
-Pensamientos obsesivos acerca del otro.
-Odio por haber dejado la relación.
-No comprender porqué lo hicimos.
-Arrepentimiento.
-Recordar todo lo bueno que tenía y olvidar el resto más importante y por lo que precisamente dejamos la relación.
-Llanto desconsolado.
-Insomnio.
-Necesidad incontrolable de contactar con el otro.
Si se logra resistir esta fase, poco a poco habrá una desensibilización progresiva hasta desaparecer la necesidad de contacto.
Si no lo supera y regresa, sentirá calma inicial pero a los pocos días volverá la insatisfacción y malestar anterior, mismas quejas y lamentos, discusiones y problemas entre los dos.
Recaer es normal, pero la idea es que estas sean las menos y salir de cada una de esas recaídas más fortalecidos y determinados, de ahí la importancia de trabajar en la autoestima y el autoconcepto.
9)Contacto Cero.
Si ha decidido dejar la relación, evitar todo contacto para no recaer, al menos en el tiempo inicial de separación reciente.
10)Aprender a estar solo.
No significa convertirse en alguien hiper defensivo encontrando el mínimo detalle para descalificar cualquier posibilidad de nueva relación.
Pero sí tiene que haber un tiempo de desenganche, de alejamiento, que permita al YO recuperarse y fortalecerse, para lo que es primordial trabajar en la autoestima.
Evitar una nueva pareja rápidamente porque hay riesgo de:
-Comparar al nuevo con el anterior y que salga perdiendo.
-Empezar bien la relación y de a poco repetir la dinámica dependiente que teníamos con el otro.
11)Compartir lo aprendido.
-Una vez que se ha superado la relación, constituirse en red de contención de otras personas que estén transitando por situaciones similares, sin intención de controlar ni manejar, sino desde el compartir sus experiencias y conocimiento por el solo motivo de dar sin esperar nada a cambio.
A la vez que otorga esperanza en la recuperación, también mantiene su propia recuperación.