Psicología del Deporte
Y
DE LA ACTIVIDAD FÍSICA
Y
DE LA ACTIVIDAD FÍSICA
Pilares Básicos Relacionados al Rendimiento del Deportista
PSICOLOGÍA DEL DEPORTE Y DE LA ACTIVIDAD FÍSICA.
Pilares Básicos Relacionados al Rendimiento del Deportista
Introducción.
El papel de la Psicología en relación al deporte se encuentra en pleno y continuo desarrollo y es reconocida su importancia como herramienta esencial en la preparación de los deportistas, no solo para el entrenamiento regular sino también en lo que respecta al nivel de competencia. Por tanto, puede ser implementada en los distintos niveles que van desde amateur, recreativo, y profesional o alto rendimiento.
Su beneficio radica en garantizar el rendimiento y salud mental del deportista, optimizando el desempeño de su práctica, pero también, y quizás lo más importante, el desarrollo armónico e integral de la persona.
Esta optimización se logra a través del estudio científico, de la subjetividad de los/as atletas para con su desempeño, vinculación y compromiso con la práctica, pensamientos y emociones asociados que resultan de ella, y en un sentido más amplio al vínculo instituido con los otros deportistas y las instituciones de formación y pertenencia, en lo que hace al despliegue de la habilidad social.
Una mente en equilibrio de pensamiento/emoción/sentimiento se refleja en la conducta para con uno mismo, los demás y el contexto. En la forma de relación, en la percepción de la realidad, y significación de lo percibido. El poder obrar mediante reflexión, templanza, confianza, sentido común, adaptación, tolerancia a la frustración, repentización, habla de una personalidad armónica, que a la hora de tomar decisiones y afrontar problemas, no se verá desbordada por las emociones ni por impulsividad, en resumen, resulta en una mejor calidad de vida con la satisfactoria proyección personal en todos sus ámbitos de desempeño.
La práctica deportiva, en todos sus niveles (amateur, recreativo, profesional), requiere constantemente el despliegue de este tipo de cualidades y aspectos , tanto en el campo de juego, como en la vinculación que existe del deportista para sí mismo, con la actividad (compromiso), los familiares, los compañeros, o la institución formadora y de pertenencia.
De ahí que la importancia y pertinencia de una intervención de la psicología en la actividad deportiva podría resumirse en lo siguiente:
-Sentar las bases para el desarrollo de una personalidad armónica e integral, atendiendo y adaptando las técnicas de acuerdo a las necesidades de cada grupo etario y disciplina.
-Formación integral de la persona en pos de optimizar la proyección social personal y de las instituciones.
-Complementar la preparación física lograda a través del entrenamiento diario, logrando el desarrollo integral de las personas y los grupos (cohesión grupal).
-Mejorar el rendimiento deportivo mediante la implementación de principios psicológicos.
-Comprender cómo la práctica deportiva favorece al desarrollo psicológico de la persona, su salud y bienestar a lo largo de su vida.
Somos unidad mente-cuerpo, en la que los factores psicológicos potencian las virtudes físicas, ya que tanto la fuerza, el talento o el trabajo duro no siempre son suficientes para triunfar.
La intervención del Psicólogo en el Deporte se concreta a través del trabajo interdisciplinario con el entrenador y el preparador físico, para lograr una preparación integral del deportista o equipo deportivo.
La labor es de tipo preventivo y educativa y la misma puede hacerse extensiva a todos los ámbitos en los que la persona se desempeñe con el correspondiente enriquecimiento de su historia de vida.
De aquí la importancia que cobra la Psicología aplicada al deporte especialmente en la niñez y adolescencia, en las etapas de iniciación y formación, respectivamente, para mejorar las habilidades y destrezas del orden psicológico, propiciando de esta manera la práctica saludable de la actividad deportiva, como así también lo referido a la detección de presiones individuales, o familiares que pueden afectar al niño/adolescente en la práctica del deporte de su preferencia, y que a veces lo conducen al abandono de la misma por falta o pérdida de motivación.
Además de las etapas de iniciación y formación en el deporte, resulta indispensable la intervención de un psicólogo en todo proceso de selección de talentos, dado el carácter movilizador de estados de ánimo, expectativas, deseos, logros, objetivos a cumplir, miedos, temores, presiones, etc. que este tipo de selecciones representan para los postulantes. Su importancia radica en que este tipo de procesos selectivos podría originar algún tipo de frustración o condicionante que posteriormente impacten en la vida adulta del niño o adolescente, en el caso que no pueda ser asimilada como un proceso de aprendizaje o una instancia más de las que la vida le presenta.
Resulta de utilidad además, para todas aquellas selecciones en otros ámbitos a las cuales se sometan en el futuro como por ejemplo el educativo, laboral, etc.
Claves para una mentalidad ganadora.
Son cinco los pilares fundamentales en los cuales asienta el rendimiento del deportista en el aspecto mental.
-OBJETIVOS.
Corresponden a los logros específicos que se quieren conseguir y para lo cual se necesita una estrategia de fijación de metas que se irá cumpliendo paulatinamente y que pueden ser de corto, mediano y largo plazo.
Influye en el rendimiento de la siguiente manera:
focalización en los elementos importantes de la destreza a ejecutar.
requiere un mayor esfuerzo.
perseverancia
favorecen el desarrollo de nuevas estrategias de aprendizaje.
-Podemos distinguir entre metas de resultado y de desempeño:
Las de resultado son por ejemplo hacer un gol, hacer podio, bajar el tiempo.
Las de desempeño son mejorar la técnica, no perder la concentración, tener ganas de entrenar con regularidad, etc., tienen que ver con la actitud y compromiso para con la actividad.
Logrando las de desempeño las de resultado llegan solas.
-Lineamientos para la fijación de metas.
Fijar metas específicas.
Fijar metas difíciles pero realistas.
Fijar metas a corto, mediano y largo plazo.
Enfatizar metas de tarea y de proceso (sin obviar las de resultado).
Fijar metas para el entrenamiento y para la competencia.
Llevar un registro de las metas una vez que han sido fijadas.
Fijar metas positivas.
Fijar fechas en las cuales deben ser alcanzadas las metas.
Identificar las estrategias que van a llevar a lograr esas metas.
Lograr compromiso con las metas.
Considerar los intereses y la personalidad del deportista.
Proveer periódicamente evaluación y feedback sobre las metas.
Apoyar la persecución y logro de las metas.
-MOTIVACIÓN.
Es la causa de una acción, el interés por jugar, entrenar, disfrutar de lo que se hace y ganar. Se relaciona con el plan de objetivos a alcanzar. Puede suceder que haya baja o sobre motivación, será tarea del psicólogo detectar tales estados.
Se identifica la motivación básica y cómo se relaciona con el compromiso de entrenar regularmente, siguiendo un determinado plan o rutina propuesto y el cual requiere de una cierta regularidad para su concreción.
Sin esta condición la práctica deportiva de cualquier tipo no será adecuada.
A su vez, la motivación básica se relaciona e interactúa con la motivación cotidiana que representa la gratificación y satisfacción diaria obtenida por la práctica de la actividad, condición necesaria para poder perseverar en el esfuerzo, conseguir la adherencia al entrenamiento y superar momentos más difíciles.
-Hay tres orientaciones desde donde se puede abordar la motivación:
-Centrada en el Rasgo: es una función de características individuales según la personalidad, las necesidades, los objetivos.
-Centrada en la Situación: de acuerdo a la situación (menos recomendada)
-Interaccional: es la combinación de las dos anteriores (la más apropiada).
-Motivación de Logro: consecución de un determinado objetivo o meta, la persistencia a pesar de posibles obstáculos que puedan surgir en el proceso.
-Teoría de la Motivación Intrínseca/Extrínseca.
La intrínseca tiene que ver con las ganas de sentirse bien, autoestima, auto confianza, identidad, socializar, ansias de ganar, etc.
Las extrínsecas están centradas en recompensas, premios, reconocimiento, status, fama, etc.
-CONFIANZA.
Aptitud decisiva en el momento de competir. Un deportista puede estar óptimamente entrenado y preparado físicamente para la competición pero si no cree en sí mismo y sus aptitudes difícilmente pueda desarrollar a pleno su potencial. No solamente bajará su rendimiento sino también que podrá ser atacado por miedos y temores que mermen su desempeño en la competencia, lo que podría propiciar un mayor riesgo de lesiones.
-CONCENTRACIÓN.
Capacidad para estar atento durante el tiempo que requiera la competencia. Es la focalización sostenida de la atención durante un cierto tiempo. La intervención de pensamientos ajenos a la competencia que originan desatenciones interfieren con el rendimiento del deportista. Otros distractores son: rivales, gritos , insultos, árbitro, altura, etc.
¿Cómo mantener la concentración?
Comprometerse con el juego, responder al rol que el entrenador le asignó dentro del equipo para ese partido, seguir estrategia diseñada específicamente para la competencia.
No pensar, evitar hacer juicios de uno mismo y los demás. Concentrarse sólo en el juego.
No responder agresiones. Concentrar la energía positiva en la acción. Si hubo un error no quedarse fijado a ese error y focalizar la atención en la siguiente jugada.
Restar efectos negativos del entorno.
Controlar la ansiedad.
Si hubo una distracción poder focalizar nuevamente.
-CONTROL DE LAS PRESIONES.
Internas y Externas. La autoexigencia desmedida o pronunciada origina en el deportista presiones internas difíciles de manejar. Como por ejemplo, temor a equivocarse, a realizar acciones inadecuadas o a no rendir al máximo de su potencial. Pensamientos tales como “hoy no es mi día” “empecé mal y voy a terminar mal”, etc.
También se pueden ver influenciados por las presiones externas tales como, el público en general, los entrenadores, los sponsors, la familia, los amigos, el entorno o medios de comunicación.
Si no hay control de las presiones estas incidirán directamente en las otras variables psicológicas, como por ejemplo, disminución de la concentración en la competencia, propensión a cometer errores, toma de decisiones erróneas, disminución de auto confianza y rendimiento.
En el caso de niños y adolescentes, tanto los padres como las autoexigencias suelen ser unas de las causas a señalar.
En lo que respecta a los padres, estos pueden ser una fuente constante de presión, ansiedad y hostilidad. La gran mayoría obedece a una proyección de sus propios deseos sobre sus hijos y es necesario una o varias entrevistas para señalarles este aspecto que podría condicionar el desempeño de sus hijos en el plano deportivo y en la vida en general.
Con respecto a las autoexigencias son a veces las más duras, especialmente cuando estas son excesivas y plantean metas difíciles de alcanzar. Es necesario un buen equilibrio mental, emocional y afectivo para controlar estos pensamientos que suelen manifestarse negativamente. No obstante la autoexigencia es necesaria como motivador de las aspiraciones personales y deportivas, el secreto es no perder el control ante estas.
-MIEDOS.
Es la emoción que se caracteriza por una intensa sensación desagradable ante la percepción de un peligro real o imaginado. Se relaciona con un objeto o causa específica.
Es normal tener miedo, lo anormal es no tenerlo. El miedo actúa como un sistema de alarma que nos protege y nos permite superar los peligros.
Cuando el miedo no es gestionado adecuadamente, se originan una serie de pensamientos negativos que inciden en el desempeño. Aumentan a mayor presión y disminuyen a mayor confianza.
Se suele tener el concepto que los miedos son limitantes y por eso no debemos pensar en ellos o simplemente negarlos mostrando de esta manera fortaleza, cuando en realidad la mejor manera de tratar un miedo es hablarlo, ponerlo en palabras, hacerlos conscientes, sólo de esta manera podemos trabajarlos y controlarlos o eliminarlos.
Para poder neutralizar los miedos primero hay que reconocerlos, identificarlos.
El mayor miedo que se presenta en los deportistas es el de lesión, fracaso, o relacionados a sus familiares.
Tanto el miedo como las presiones se tornarán limitantes según el recorte perceptivo de una determinada situación y que corresponde a cada persona de una manera particular, acorde a los modos subjetivos de percepción que posea.
Tanto los miedos como las presiones se relacionan con el modelo cognitivo de pensamiento de cada persona. En dicho modelo se identifican una diversidad de distorsiones cognitivas y creencias erróneas más comunes que propician pensamientos negativos que inciden directamente sobre la autoestima, y autoconfianza pudiendo así afectar el modo de relacionarse consigo mismo, los demás y el entorno.
-Lista de comprobación de distorsiones cognitivas.
-Pensamiento todo o nada.
Considera las cosas en categorías absolutas, o blanco o negro.
-Magnificación y Minimización.
Maximiza o minimiza la importancia de las cosas desproporcionadamente.
-Generalización excesiva.
Toma un hecho negativo aislado por una pauta interminable de derrotas (“eso pasa siempre”)
-Razonamiento emocional.
Razona en función de cómo se siente, diciéndose por ejemplo: “me siento idiota, así que debo serlo de verdad”.
-Filtro mental:
Resalta lo negativo y pasa por alto lo positivo.
-Afirmación del tipo “debería”.
Utiliza verbos del tipo “debería”, “no debería”, tendría/tengo que”, no tendría/tengo que” a modo de auto imposiciones o autoexigencias.
-Descartar lo positivo.
Se empeña en que sus cualidades positivas no cuentan.
-Poner etiquetas.
En vez de decirse “he cometido un error”, dice, “soy tonto” o “soy un perdedor”.
-Saltar a conclusiones.
Saca conclusiones que no se justifican con los hechos.
-Lectura del pensamiento.
Supone que la gente reacciona negativamente ante uno mismo.
-La adivinación del porvenir.
Predice que las cosas saldrán mal.
-Inculpación.
En lugar de detectar la causa del problema, asigna culpabilidades.
-Autoinculpación.
Se culpa a sí mismo de algo que no fue su responsabilidad.
-Inculpación de los demás:
Culpa a los demás, negando la propia responsabilidad en el problema.
-Creencias erróneas más frecuentes.
Logros.
Perfeccionismo de la actuación: no debo fracasar jamás ni cometer nunca un error.
Perfeccionismo percibido: la gente no me querrá ni me aceptará si tengo algún defecto o si soy vulnerable.
Adicción a los logros: mi valía como ser humano depende de mis logros o de mi inteligencia, talento, estatus, ingresos o belleza.
Amor.
Adicción a la aprobación: necesito recibir la aprobación de todo el mundo para valer algo.
Adicción al amor: no puedo sentirme feliz y realizado sin ser querido. Si no me quieren, no vale la pena vivir.
Miedo al rechazo: si me rechazas, eso demuestra que hay algo malo en mí. Si estoy solo, tiendo a sentirme desgraciado y sin valía.
Sumisión.
Agradar a los demás: siempre debo procurar agradar, aunque para ello me haga desgraciado a mí mismo.
Fobia a los conflictos: las personas que se quieren no deben reñir ni discutir jamás.
Autoinculpación: los problemas de mis relaciones personales siempre son por culpa de la otra persona.
Exigencias.
Inculpación a los demás: los problemas de mis relaciones personales siempre son por culpa de la otra persona.
Prerrogativas: debes tratarme siempre como yo quiero.
Verdad: yo tengo la razón y tú estás equivocado.
Depresión.
Desesperanza: mis problemas no podrán resolverse nunca. Jamás podré sentirme verdaderamente feliz o realizado.
Falta de valor/Inferioridad: soy eminentemente falto de valor, deficiente e inferior a los demás.
Ansiedad.
Perfeccionismo emocional: debo sentirme siempre feliz, confiado y controlado.
Fobia a la Ira: la ira es peligrosa y debe evitarse a cualquier precio.
Emotofobia: nunca debo sentirme triste, angustiado, inadecuado, celoso ni vulnerable. Debo esconder mis sentimientos bajo la alfombra y no trastornar a nadie.
Narcisismo percibido: las personas que me importan son exigentes, manipuladoras y poderosas.
Falacia del reguero de pólvora: las personas son clones que piensan todos iguales. Si una persona me desprecia, correrá la voz como un reguero de pólvora y pronto me despreciará todo el mundo.
Falacia del foco: hablar con las personas es como tener que actuar en un escenario bajo la luz de un foco. Si no las impresiono, siendo sofisticado, ingenioso o interesante, no les gustare.
Pensamiento mágico: si me preocupo lo suficiente, todo saldrá bien.
Otras.
Bajo umbral de tolerancia a la frustración: nunca debo sentirme frustrado. La vida debe ser siempre fácil.
Superhombre/Supermujer: siempre debo ser fuerte, nunca debo ser débil.
-Estrés.
Es común referirse al estrés como otra posible reacción ante algo que no conocemos, de tipo causa-efecto, obviando el aspecto dinámico del proceso que lo genera y que es totalmente individual y particular de cada persona. Un monto adecuado de estrés es aceptable porque eso predispone a la acción, ayuda a mantener el foco, la motivación y el entusiasmo, y prepara al organismo para un mejor rendimiento.
Cuando la evaluación que hacemos de una determinada situación sobrepasa las posibilidades de respuesta y adaptación se genera un monto de estrés excesivo pero que al ser totalmente individual algo que puede ser estresante para una persona puede no serlo para otra.
Si el monto de estrés sobrepasa lo aceptable, en lugar de motivar y propiciar la acción la disminuye o inhibe provocando una baja en el rendimiento deportivo con la correspondiente insatisfacción y sentimientos asociados tales como culpa, frustración, enojo, angustia, etc.,y que tendrá que ver a su vez con el nivel de autoexigencia que posea el deportista.
Entre las posibles situaciones estresantes encontramos:
en entrenamientos y competencias situaciones no previstas pueden alterar el equilibrio emocional del futbolista.
con un monto excesivo de estrés el funcionamiento psicológico y físico empeora pudiendo sufrir, contracturas, calambres, reacciones tardías, actuar impulsivamente, inhibición, etc.
el ser evaluados constantemente por el entrenador, familiares, medios de comunicación propicia el cometer errores y el miedo a cometerlos hace a su vez disminuir el rendimiento en la competencia aplicando una acción conservadora, pudiendo originar excesivas críticas propias y ajenas.
-el miedo de no estar a la altura de la situación es un factor sumamente estresante y que se relaciona directamente con la auto confianza y autoestima del jugador.
-COHESIÓN GRUPAL.
Es un concepto dinámico que fluctúa aumentando o disminuyendo en relación con la competencia y los resultados obtenidos. Tiene que ver con la comunicación dentro del grupo tanto entre jugadores como con estos y el entrenador. Se basa en un modo vincular común en el que la prioridad es el equipo. Los individualismos trabajan en función de la labor de equipo. Sentir el equipo como suyo, que habla de compromiso, colaboración, aspectos que contribuyen a la construcción de una identidad colectiva, que los hace sentirse partícipe de ese equipo.
De esto se deduce que todo equipo es un grupo pero no todo grupo es un equipo.
Para que exista equipo tiene que haber cohesión afectiva o social y de tarea y estas a su vez se relacionan con los objetivos y metas y sus logros.
-A partir de estos pilares se despliegan una variedad de factores psicológicos a considerar persiguiendo el objetivo de que el deportista de cualquier disciplina rinda al máximo su potencial consiguiendo una buena perfomance.
Existen seis variables a tener en cuenta en la constitución de los equipos:
La proximidad física que se evidencia en entrenamientos, vestuarios, desplazamientos, competiciones y que ayuda a catalizar otros elementos que tienden a cristalizar en el grupo. Habla del clima y afinidad social afectiva entre los integrantes.
La identidad y diferenciación del equipo. Conformado por elementos objetivos tales como la cancha, la camiseta, los colores, etc. y los subjetivos como las tradiciones, estilo de juego, memoria colectiva; ambos sirven a la diferenciación con respecto a los demás equipos.
La similaridad entre los jugadores de un equipo. Refiere a una des-individualización en pos de la pertenencia al grupo; no significa que el jugador pierda su individualidad como persona, sino que incorpora la misma a la dinámica grupal en la que todos están en un mismo plano y en la que puede existir un líder, referente o no, electo naturalmente o por consenso de todos los integrantes.
La especialización que refiere al puesto o rol que desempeña cada quién en el equipo y que se relaciona con las habilidades técnicas, físicas y tácticas.
Un objetivo común que es compartido en mayor o menor medida por los miembros del equipo, de manera explícita o tácita y que se relaciona con la especialidad.
La interdependencia dada por la incidencia de la acción de un jugador sobre otro. Hay interdependencia de tarea y de resultado.
-¿Es siempre el entrenador un buen líder?
Depende de los factores personales, situacionales y estilo de liderazgo, pero para una adecuada gestión del mismo, se requiere presencia de algunos principios y características básicas tales como:
La comunicación: saber comunicar en el contexto, lugar y espacio adecuado, atenta escucha, voluntad de comunicar y comprensión de la necesidad de hacerlo para un objetivo común. Utilización de lenguaje claro, coherencia verbal y de acción.
Transmisión de cultura y valores a través del respeto y educación.
Favorecer la colaboración y cooperación, con objetivos, tareas y actividades conjuntas.
Propiciar la des-centralización de tareas, y delegación como herramienta de crecimiento profesional propio y de colaboradores.
Orientación hacia las personas, la tarea y los resultados.
Influenciar a través de sus acciones y no solamente con sus dichos.
Brindar seguridad al entorno.
Actitud resolutiva, toma de decisiones y responsabilidad de sus actos.
Convertir la dificultad o crisis en posibilidad de aprendizaje y crecimiento.
Orientación positiva para la resolución de conflictos.
Desarrollo de la empatía, comprendiendo los motivos y emociones de los demás y respondiendo a tal efecto.
“El líder es como un director de orquesta que permite que los instrumentos suenen de tal manera que se exprese la melodía. Pero no se olvida que cada instrumento es importante y necesario” (Roffé, M., 2009).
-Características a tener en cuenta para una gestión adecuada del rol de entrenador.
Proximidad y cercanía física.
Ir de frente y fundamentar.
Ser creativo: decir cosas diferentes.
Ser coherente y justo en la conducción del grupo.
Reforzar lo positivo y no remarcar lo negativo.
Estar atento en los más mínimos detalles.
Hacer uso del lenguaje corporal.
Nunca ser agresivo u hostil.
Instaurar el respeto vía el saludo cotidiano.
Darle valor al ida y vuelta del mensaje (feedback).
Mirar a los ojos al hablar y exigir la misma conducta.
Plantear metas comunes con el grupo.
Subrayar el desempeño y no el resultado.
Hablar de alguien sólo si está presente.
Reforzar continuamente al jugador que está modificando con mucho esfuerzo un gesto deportivo.
Tomar conciencia de que el tono de voz y los gestos realizados, muchas veces llegan más que las palabras, saber elegir el canal correcto.
No abusar de las técnicas de premios y castigos.
Saber escuchar y conocer bien que agrada y que desagrada a cada jugador.
Aparte de saber mucho y de querer seguir creciendo, hay que saber transmitir y llegar al jugador.
No sirve decir muchas cosas juntas: usar, valorar y entender los silencios.
(Bibliografía, Roffé, M. (2009), Evaluación Psicodeportologica, 30 Test Psicométricos y Proyectivos, Lugar Editorial).
Psicología del Deporte de Alto Rendimiento. Steve Peters.
El Poder de la Mente es un factor clave para alcanzar el máximo rendimiento. A medida que las presiones sobre el atleta, estudiante de oposiciones o cualquier persona que se propone alcanzar una meta difícil sea en el área que sea, se intensifican, el papel del psicólogo es más importante.
Lo que impulsa a las personas (atletas, científicos, artistas, estudiantes) para alcanzar cimas extraordinarias es, a menudo, una combinación de genética, entrenamiento,técnica y psicología. Una buena preparación mental para luchar contra el estrés, contra la adversidad, contra las presiones internas y externas; contar con herramientas y estrategias psicológicas que te ayuden a superar esos momentos de falta de confianza y de estrés es una faceta decisiva para lograr la meta deseada.
La Psicología del Deporte representa hoy día un área de trabajo donde los psicólogos han conseguido un lugar importante para desarrollar su labor. Se han generado estrategias, métodos e instrumentos propios, que utilizados apropiadamente consiguen una mejora del rendimiento, tanto en deportistas de élite como en otros contextos, por ejemplo en el marco del estudio o del trabajo.