Rosario Castellanos - Transito

  I


Niña ciega palpaba mi rostro con mis manos

no para ver, para borrar la línea

donde el perfil dice "mañana"; donde

alza el mentón su hueso que se opone a la muerte.


Y con el ademán se iban desvaneciendo

el dolor, la presencia, la memoria.


(No, no moría. No supe

cómo borrar el nombre de Rosario.)


    II


No conocí la ley, esa constelación

bajo la que mis padres me engendraron.

No supe mi destino de vegetal, mi nombre

que termina en la punta de mis dedos

y quise dar un paso más allá

donde se ahoga el pez, donde estalla la piedra.


Más allá de los límites. Aquí,

profundidad o altura, inhabitable

lugar para mi especie.


    III


Subí hasta donde el hombre

movía sus figuras de ajedrez

y era una transparente atmósfera de águilas.


(He debido cubrirme el rostro con un velo

por no mostrar este color de selva

-esplendor y catástrofe-

que todavía no me ha abandonado.)