Rosario Castellanos

Elegía

Cuerpo, criatura, sí, tú y yo nos conocimos.


Tal vez corrí a tu encuentro

como corre la nube cargada de relámpagos.


Ay, esa luz tan breve, esa fulminación,

ese vasto silencio que sigue a la catástrofe.


Quienes ahora nos miran (piedras oscuras, trozos de materia ya usada)

no sabrán que un instante nuestro nombre fue amor

y que en la eternidad nos llamamos destino.