Anna Ajmátova

Una insulsa experiencia…

A V. S. Sreznévskaya


Una insulsa experiencia –en vez de sabiduría–,

una insaciable bebida.

Pues la juventud era cual en domingo una misa

¿Olvidarla ahora yo debería?

¡Cuántos caminos recorrí desiertos

con quien jamás por mí fue amado!

¡Cuántas veces me santigüé en el templo

por quien me amaba tanto…!

Me he vuelto la distraída de las distraídas

y fluyen los años con serenidad.

Pero mi boca sin besos y mis ojos sin risa

ya nadie me los devolverá jamás.