Anna Ajmátova

Tres cosas le encantaban...

Tres cosas le encantaban a él:

los pavos reales blancos, las oraciones vespertinas

y los desteñidos mapas de América.

No soportaba los mocosos chillones,

ni la mermelada de frambuesa con su té,

ni la histeria femenina

...y estaba atado a mí.