Anna Ajmátova

Hay en la intimidad un límite sagrado...

Hay en la intimidad un límite sagrado

Que trasponer no puede aun la pasión más loca

Siquiera si el amor el corazón desgarra

Y en medio del silencio se funden nuestras bocas.


La amistad nada puede, nada pueden los años

De vuelos elevados, de llameante dicha,

Cuando es el alma libre y no la vence

La dulce languidez del goce y la lascivia.


Pretenden alcanzarlo mentes enajenadas,

Y a quienes lo trasponen los colma la tristeza.

¿Comprendes tú ahora por qué mi corazón

No late a ritmo debajo de tu diestra?