Yo brindo por la casa arruinada,
por la vida que sufrí,
por la soledad a dos llevada,
y también por ti,–
por la mentira de los labios traicioneros,
por tus ojos fríos de muerte,
por el mundo cruel y grosero,
Por Dios que no asignó la suerte.
Anna Ajmátova en Réquiem y otros escritos [2000]