El diseño curricular se establece a partir de la leyes educativas de nuestra Comunidad Autónoma. En estas leyes, creadas bajo el marco del Boletín Oficial del Estado (BOE), permiten conocer los contenidos mínimos que se deben trabajar en cada curso de cada una de las asignaturas.
Es importante entender que el Currículo oficial contempla únicamente contenidos y criterios de evaluación, los objetivos aparecen en los reales decretos para toda la etapa.
Por tanto, para concretar los objetivos de aprendizaje, tenemos que atender a:
los objetivos del real decreto para toda la etapa
los contenidos/criterios de evaluación del curso en el Currículo de la comunidad
Los criterios de evaluación y estándares de aprendizaje deben trabajarse de forma coherente en el diseño curricular e instruccional.
La evaluación debe medir el logro de los objetivos de aprendizaje, por tanto, los criterios de evaluación deben representar fielmente todos los objetivos de aprendizaje.
Con esta información debemos redactar los objetivos teniendo en cuenta algunos aspectos:
Se expresan en infinitivo.
P.e. Enumerar
Son unitarios: independientes.
P.e. Calcular e interpretar tantos por ciento. NO
(Obj 1) Calcular %. (Obj 2) Interpretar %. SÍ
Se formulan con el alumno como sujeto.
P.e. “mostrarse crítico ante injusticias” antes que “potenciar la capacidad crítica de los alumnos”.
Están relacionados de forma coherente. Se proponen varios específicos por cada objetivo general.
Reflejan el aspecto concreto del contenido que desean desarrollar.
P.e. Comentar las características de los animales vertebrados.
Están adaptados a la realidad del aula: es posible que tengamos que refrescar contenidos previos para construir una base sólida.
Aunque las competencias se incluyen en un apartado diferente en la programación didáctica, debemos tratarlos como objetivos.
Como hemos visto los criterios de evaluación deben representar a todos los objetivos de aprendizaje, para asegurarnos de que al final del curso se han alcanzado dichos objetivos.
Por tanto, al tratar las competencias a la vez que los objetivos, podremos medir el logro de estas competencias como criterios de evaluación, y obtener una medida más completa del aprendizaje y desarrollo de nuestros alumnos.
Una competencia es un conjunto de conocimientos conceptuales, procedimentales y actitudinales dirigidos a intervenir en un ámbito concreto de la vida.
Los conceptos se extraen de los contenidos de la ley
Los procedimientos sirven para aplicar los conceptos a través de estrategias de aprendizaje
Las actitudes se definen para promover determinados comportamientos
Las competencias básicas que se proponen desde la LOMCE son:
Comunicación lingüística
Competencia matemáticas y competencias básicas en ciencia y tecnología
Competencia digital
Aprender a aprender
Competencias sociales y cívicas
Sentido de la iniciativa y espíritu emprendedor
Conciencia y expresiones culturales
Un estudio de necesidades se refiere a la evaluación de carencias en el grupo-clase, o una estimación de estas carencias en función de experiencias previas, que sirven para mejorar la propuesta de los objetivos.
En determinadas ocasiones, los alumnos no consiguen alcanzar los objetivos que nos proponemos debido a que no tienen asentadas las bases de conocimiento previo que deberían haber adquirido en cursos pasados.
Por tanto, debemos evaluar el conocimiento previo de los alumnos para poder trabajar esta base de forma previa a los contenidos del curso. Podemos hacerlo a través de actividades previas que se puedan realizar en casa, como un vídeo y unas preguntas para asegurarnos que comprenden la base necesaria.
Otras ocasiones, aunque tengan los conocimientos de base necesarios, es posible que no los apliquen de forma correcta debido a debilidades en el desarrollo de determinadas competencias y/o estrategias de aprendizaje.
Por tanto, debemos evaluar las competencias y/o estrategias de aprendizaje para poder planificar una estrategia didáctica que se centre en desarrollar dichas carencias.