El aprendizaje autorregulado es una forma que tiene el aprendiz de regular el proceso de aprendizaje.
Gracias a la autorregulación del aprendizaje, las personas son capaces de ver la importancia de:
Sentirse responsable de nuestro aprendizaje.
Establecer metas y de monitorear nuestro progreso de aprendizaje.
Auto-motivarse.
Algunas claves de este aprendizaje son:
Requiere un proceso de autodirección mediante el cual los alumnos transforman sus habilidades mentales en habilidades académicas.
Involucra la autoconciencia, la automotivación y la habilidad de comportamiento para implementar ese conocimiento de manera apropiada.
Implica gestionar el aprendizaje: reconocer cuándo se ha fallado, para después enfocarse en cómo arreglar lo que fue mal.
Para que se dé un aprendizaje autorregulado, el aprendiz debe cumplir una serie de características:
Emplea estrategias cognitivas (de repetición, elaboración, organización).
Emplea estrategias metacognitivas (planificar, controlar y dirigir).
Sabe auto-motivarse y tiene emociones adaptativas.
Planifica y controla el tiempo y el esfuerzo, estructura ambientes favorables de aprendizaje y busca ayuda académica (help-seeking).
Muestra más interés por controlar sus tareas de aprendizaje.
Emplea estrategias volitivas: evitar distracciones, mantener su concentración y esfuerzo.
La autorregulación del aprendizaje se puede resumir, de manera simplificada, en la siguiente figura:
La teoría de la Carga Cognitiva (Sweller,1994) está relacionada con la memoria de trabajo y su capacidad limitada.
Esta teoría trata de explicar cómo podemos planificar la enseñanza para maximizar el aprendizaje de los alumnos, teniendo en cuenta cuánta nueva información puede procesar el cerebro.
Para ello, establecer 3 tipos de carga cognitiva:
Carga intrínseca: dificultad inherente del material
Carga pertinente: generada por la forma de presentación del nuevo contenido/información
Carga extraña: esfuerzo dedicado al procesamiento de la información y automatización de esquemas
Para reducir los diferentes tipos de carga cognitiva, podemos realizar diferentes aproximaciones hacia la enseñanza:
La carga intrínseca se reduce si dividimos la información en esquemas menores y más fáciles de entender
La carga pertinente se reduce si orientamos la información hacia procesos constructivos
La carga extraña se reduce si evitamos instrucciones confusas, información innecesaria, etc.
Como vemos, esta teoría se puede aplicar en la enseñanza, respaldando los modelos de enseñanza explícita:
El profesor enseña qué hay que hacer y cómo hay que hacerlo claramente a los alumnos (en lugar de hacer que los alumnos intenten descubrirlo o vayan construyendo su conocimiento por ellos mismos).
Esta teoría se puede traducir en:
1.Debe haber tiempo suficiente para procesar información sin carga cognitiva.
2.Deben establecerse unos objetivos claros y deben comunicarse a los alumnos.
La teoría del aprendizaje multimedia (Mayer, 2001) consiste en una serie de principios para el diseño de materiales multimedia para el aprendizaje, basados en diferentes teorías cognitivas.
Teoría de la capacidad limitada de la memoria de trabajo
Teoría de la carga cognitiva
Teoría del procesamiento dual
Esta última teoría hacer referencia a la disponibilidad de dos canales para procesar información: vista y escucha. Si aprovechamos ambos canales podemos aumentar la cantidad de información que se procesa de forma simultánea. Para ello, debemos aprovechar la vista para figuras y elementos visuales, y la escucha para la información textual.
Los 7 principios del aprendizaje multimedia son:
Principio multimedia: se aprende mejor con palabras e imágenes que sólo con palabras.
Principio de contigüidad espacial: se aprende mejor si las palabras e imágenes relacionadas son presentadas cerca unas de otras .
Principio de contigüidad temporal: se aprende mejor cuando las palabras y las imágenes relacionadas se presentan de forma simultánea.
Principio de coherencia: se aprende mejor cuando no hay información extraña (palabras, imágenes, sonidos,...) y sólo se presentan las ideas principales de forma clara y concisa.
Principio de modalidad: se aprende mejor cuanto más aprovechemos las posibilidades multimedia.
Principio de redundancia: Se aprende mejor si la información textual de los canales visual y auditivo es complementaria (y no redundante).
Principio de diferencias individuales: los principios de diseño son más efectivos con aprendices iniciales y con estilos visuales de aprendizaje.
Para cada uno de estos principios, podemos realizar diferentes aproximaciones hacia la enseñanza:
Principio multimedia: para explicar un contenido a través de una imagen es recomendable texto oral, aunque también mejora su comprensión con texto escrito.
Principio de contigüidad espacial: para explicar un contenido a través de imágenes y textos, preferiblemente deben situarse en la misma página o en la misma sección de la pantalla.
Principio de contigüidad temporal: para explicar un contenido a través de imágenes y texto oral, es más efectivo cuando se presentan simultáneamente a hacerlo de forma sucesiva.
Principio de coherencia: por ejemplo, es importante que las imágenes aporten a la comprensión, por lo que debemos evitar el uso de imágenes estéticas y no funcionales.
Principio de modalidad: una animación narrada será mejor que una imagen estética narrada, que será mejor que una imagen estética con texto escrito,...
Principio de redundancia: si la información se repite en el texto escrito y en el texto oral, estamos desaprovechando el potencial de nuestra arquitectura cognitiva para el aprendizaje.
Principio de diferencias individuales: es recomendable incluir tipos de formatos variados para explicar un tema, e incluir contenidos de diversos niveles de comprensión para asegurar bien las bases (contenidos de menor nivel) y poder profundizar si hay motivación (contenidos de mayor nivel).
En el siguiente vídeo, se puede ver un resumen de esta teoría: