4.3. Pintura

Pintura al fresco

Los romanos admiraban la pintura griega y animaban a los artistas a hacer copias de obras griegas especialmente famosas o populares. Los procedimientos más usados fueron:

  • el encausto (colores mezclados con cera sobre un enlucido seco);

  • el estuco (con pasta de cal apagada y mármol pulverizado);

  • y el fresco (pintura aplicada sobre la pared aún húmeda para que los colores penetraran profundamente).

  • también practicaron la pintura sobre tabla.

La mayor parte de las pinturas descubiertas son decorativas: paisajes, retratos, escenas cotidianas, imitaciones arquitectónicas o combinaciones fantásticas de objetos naturales (grutesco). Las decoraciones murales de Pompeya son la mejor representación de este arte. El llamado estilo pompeyano se distingue por la delicadeza del dibujo, por la viveza del colorido, así como por el realismo y la voluptuosidad de sus figuras y por el contraste de colores y luces.

Se han distinguido cuatro estilos pictóricos, pero es frecuente la mezcla y superposición de estilos en una misma casa e, incluso, en la misma estancia:

  • Primer estilo o de incrustaciones

De origen helenístico se extiende desde la segunda mitad del siglo II a.n.e. hasta principios del I a.n.e. Imita la decoración con mármoles al dividir la pared en tres bandas horizontales: zócalo, zona media con varias capas de mármol, y friso corrido generalmente blanco (Casa del Fauno; Casa de Salustio).

  • Segundo estilo o arquitectónico

Iniciado en el siglo I a.n.e. pervive hasta los comienzos del Principado de Tiberio. Presenta cierta perspectiva para dar sensación de profundidad por medio de las “arquitecturas pintadas” que conducen a un paisaje imaginario (Villa de los Misterios).

  • Tercer estilo u ornamental

Primera mitad del siglo I a.n.e. Desaparecen los efectos espaciales arquitectónicos para centrarse en cuadros con figuras o paisajes con más elementos de carácter decorativo (“estilo de la pared real”). (Casa de Lucrecia; o en Roma la Domus Aurea de Nerón).

  • Cuarto estilo o del ilusionismo arquitectónico

Se desarrolla en la segunda mitad del siglo I a.n.e. como síntesis de las tendencias anteriores y con una escenografía fantástica y barroca en la que se combinan los motivos imaginarios y las perspectivas arquitectónicas. El estuco da relieve a estas pinturas (Casa de Lucretius Fronto, Casa de los Vettii).

cuarto estilo