4.2. Mosaicos

Mosaicos

La palabra “mosaico” deriva de μοῦσαι (arte inspirado por las Musas). Este arte fue conocido por sumerios y minoicos, pero los romanos lo perfeccionaron adaptando el modo de hacer helenístico. Al principio se utilizaron para decorar paredes y techos, pero con la mejora técnica cubrieron los suelos de las villas en espectaculares pavimentos. En época imperial el mosaico se popularizó y se extendió a templos, teatros, baños públicos e incluso tiendas. Llegaron a ser tan apreciados que en el siglo III Diocleciano promulgó un decreto en el que se establecía el precio según unos grados de calificación previa.

Los mosaicos están compuestos por pequeñas piezas cúbicas, tessellae (τέσσαρες, “cuatro”), de ahí su nombre latino, opus tessellatum. Los materiales de las tessellae eran muy variados, desde rocas calcáreas hasta cerámica o vidrio. Aunque en los primeros tiempos los mosaicos solían realizarse con teselas pequeñas después se usaron piezas de mayor tamaño, combinando el policromismo con el blanco y negro.

¿Cómo se construían?

El trabajo de los artesanos musivarios partía de una pintura (émblema) que se dividía en parcelas por su color y de las que se sacaba una plantilla en tela o en papiro; sobre ella se colocaban en posición invertida las teselas siguiendo el dibujo. Allanada la superficie (con una ligera inclinación para facilitar la evacuación del agua) y sobre un lecho de cemento se situaban las teselas hasta completar el conjunto, que se aglomeraba rellenando los huecos con masilla de cemento.

Temas

Entre los temas más frecuentes estaban los mitológicos, pero también se representaban escenas de caza o de la vida cotidiana, monstruos marinos, símbolos o figuras geométricas elaboradas con grecas o diseños en forma de estrella.

Tipos

Según las piezas que lo constituían, los motivos decorativos o el lugar donde se colocaban recibían diferentes nombres:

  • opus sectile: de origen oriental empleaba piedras cortadas en diferentes tamaños, generalmente de mármol de varios colores, para componer formas geométricas o figuras al modo de la taracea.

  • opus vermiculatum: (vermis, “gusano”): de origen egipcio utilizaba teselas muy pequeñas para definir con facilidad las siluetas de las figuras y aquellos objetos que requerían más precisión.

  • opus signinum: procedía de Signia, en el Lacio; donde se elaboraba un cemento a base de cal y los deshechos rojizos de las tejas que allí fabricaban; este cemento duro e impermeable se empleaba para suelos y como revestimiento de piscinas y aljibes. Para darle más consistencia se solían añadir guijarros y piedras machacadas.

  • opus musivum: ornamentación de paredes y techos con incrustaciones de vidrios y esmaltes de colores.

  • opus scutulatum: suelos con incrustaciones marmóreas sin ningún orden; posteriormente designó al mosaico que dibujaba cubos tridimensionales con rombos recortados.