Palabras mayores: Metodología de la Investigación para Abogados

Aprender a investigar es tarea ya impostergable. Tenemos la idea, al parecer imposible de vencer, de que la Metodología de la Investigación es más una experiencia horrorosa de la que debemos alejarnos lo más posible, que una forma de conocer lo que nos rodea, lo que nos interesa, o bien, de aquello que tememos. ¿A qué obedece esa extraña idea de que la Metodología es temible? a que en el fondo no la conocemos; creemos saber de qué se trata, tenemos ideas vagas al respecto pero no es un conocimiento real, además, cuando cursamos esa materia de seguro nos representó un terrible dolor de cabeza porque la formación que recibimos fue más bien documental, farragosa, argumentativa, pero nunca se nos instó, o casi nunca, a hacer investigación. Entendamos algo desde ahora: a investigar se aprende investigando. Quede pues claro que si no vamos al campo de nuestro interés a investigar nada se hará. La experiencia nos dice una vez tras otra, que pretender enseñar a investigar a través del discurso epistemológico, a través de discusiones teóricas e incluso a partir de algún planteamiento metodológico vamos directo al abismo.