Introducción
Los ventiladores refrigeran nuestros equipos por medio del aire que desplazan. Unos introducen en la caja aire fresco mientras que otros se dedican a extraer el caliente. Con ello se consigue un control del calor interno que afecta a la temperatura de los componentes electrónicos.
Pero este efectivo sistema de ventilación tiene un inconveniente: El polvo. Las partículas de residuos que hay en el ambiente son arrastradas por los ventiladores hacia el interior y no siempre son expulsadas, por lo que tienden a acumularse en los diferentes recovecos. Para evitar el polvo se utilizan filtros, que frenarán la entrada de este en la medida de lo posible.
En el ámbito de las cajas de ordenadores, hay filtros que pueden ser muy tupidos para actuar sobre el polvo más fino, pero no lo frenan en su totalidad. Por ello, siempre que sea necesario, hay que realizar una limpieza al interior de la caja y, con más frecuencia, a los propios filtros.
Las cajas comerciales no siempre disponen de filtros y cuando los implementan no son siempre los más adecuados. En este tutorial vamos a aprender como fabricar artesanalmente filtros, que podemos ajustar a cualquier medida y prestaciones.
Materiales
Los materiales comerciales utilizados son habitualmente plásticos. Un filtro consta principalmente de un marco, que incluye las formas necesarias para su anclaje, y una malla tupida que realiza el trabajo de atrapar el polvo e impedir su paso al interior. Esta malla puede tener agujeros muy pequeños, lo que permitirá filtrar partículas diminutas, pero mermará el flujo de aire; otra menos tupida permitirá una mejor circulación de aire, pero no será capaz de atrapar el polvo más fino. Todo depende de las necesidades en cada caso. De cualquier manera nunca se podrá impedir por completo el paso del polvo ya que las partículas más finas siempre pasarán, lo que no evitará que se deba realizar una limpieza interna cada cierto tiempo.
El marco es lo que determinará el tamaño y la resistencia del filtro. Este puede ser metálico, plástico, madera, cartón... hecho a base de una chapa a medida en la que se recortará el interior, siendo este el hueco para el paso del aire.
La malla puede ser de varios materiales. De tela, plástico, etc. los tenemos en el mercado con diferentes densidades que filtrarán varios tamaños de polvo. Así, a groso modo, disponemos de telas (de diferentes tejidos), mallas de nailon, medias (pantis) o diferentes espumas porosas, como goma espuma (foam), estropajos de cocina (scotch brite), etc, siendo perfectos para fabricar nuestros propios filtros. Estos materiales son realmente baratos pero, si buscamos en su lugar filtros concretos en el mercado de informática, serán considerablemente más caros.
Si recurrimos a los almacenes de bricolaje, ferreterías, etc, los materiales "en bruto" suelen ser más caros de lo que deberían. En ocasiones se puede encontrar productos elaborados con los materiales necesitados, a un precio inferior. Es el caso de los bazares tipo "todo a 100" (como se conocen en España) resulta muy fácil encontrar este tipo de productos que son, con diferencia, los más baratos que se pueden encontrar (salvo excepciones puntuales).
Fabricando el filtro
Para construir un filtro a medida se necesitará únicamente dos piezas de chapa con la forma del marco, de un material adecuado como los expuestos en el apartado anterior.
La malla cubrirá el hueco de este marco y será por dónde penetrará el aire para ser filtrado. Para confeccionar el filtro hay que seguir estos sencillos pasos:
1) Para el marco, cortar la chapa a medida realizando el agujero de paso necesario.
2) Se corta la malla a medida, con un tamaño ligeramente mayor al marco para permitir tensar antes de su montaje.
3) Si la estructura no es suficientemente resistente, se puede añadir un segundo marco que servirá para fijar la malla en su sitio a modo de bocadillo. Este segundo marco puede ser ligeramente más pequeño, con lo que quedará un borde en el primero que servirá para deslizar en algún sistema de carriles/guía para su sujeción. También se pueden practicar agujeros para ser atornillado en su lugar.
4) El conjunto se puede unir por medio de adhesivo, remaches, tornillos... Teniendo en cuenta tensar antes del apriete definitivo. Una vez concluido, se recortará el sobrante de malla de los bordes.
En ocasiones no es necesario implementar el marco. Esto sucede cuando el material del filtro es relativamente rígido; es el caso de ciertas espumas (foam, poliestirenos, gomaespuma...) que son capaces de mantener la forma por si solos sin más necesidad que un sistema de retención al chasis, que puede ser simplemente por clips o tornillos.
Variantes y diferencias
Como ya he explicado, una de las diferencias entre filtros es el material de filtrado. En ciertas cajas, dónde en ocasiones no se montan verdaderos filtros, hay una serie de rejillas metálicas tupidas con un buen paso de aire que también sirven para filtrar. En estos casos lo único que pueden retener son las pelusas y a los insectos.
No son realmente filtros, ya que el polvo de cualquier tamaño pasará, pero también tienen su función. Los ventiladores de entrada sí que deben disponer de filtros verdaderos, si queremos mantener el interior relativamente limpio, siendo las rejillas metálicas aquí un simple adorno. En cambio en los de salida no son necesarios los filtros. Estos mallados metálicos pueden acompañar a los ventiladores de entrada pero se hacen casi obligatorios en los de salida, ya que al no disponer de filtros tienen como función impedir el paso de objetos indeseados, como los citados insectos o algo caído accidentalmente.
Aunque no es necesario, en ciertas ocasiones si que es recomendable el uso de filtros en los ventiladores de salida. Debido a que, como he indicado, los filtros no son capaces de retener todo el polvo, cierta cantidad pasará al interior. Y parte de este polvo que penetra se va quedando depositado en el interior, sobre todo en disipadores y otros rincones, pero el resto será expulsado de nuevo al exterior por los ventiladores de salida. En caso de alergias respiratorias o en ambientes que deban estar más limpios de lo normal por alguna otra causa, se puede minimizar utilizando estos filtros en la salida. Con ello mermará bastante la emisión de polvo al ambiente, dónde se encuentran gran parte de las partículas alérgenas.
Presión positiva y negativa
A la hora de montar el sistema de ventilación en un ordenador, hay que tener en cuenta algo que en principio no parece importante pero que sí lo es: la presión de aire interna.
Si la cantidad de aire que entra, provocada por los ventiladores de entrada, es mayor que el expulsado, se dice que es "de presión positiva". Esto significa que se crea un pequeño aumento de presión en el interior, por lo que el aire de más que no puede ser expulsado por los ventiladores de salida intentará escapar por otras rejillas y resquicios de la caja.
Por contra, si la cantidad de aire expulsado es mayor que el introducido por los ventiladores de entrada, se creará el efecto contrario que es llamado "de presión negativa". En este caso el aire de más que es expulsado entrará por las mismas rejillas y resquicios de la caja, que no tienen filtros. Por tanto, este aire sin filtrar introducirá polvo directamente al interior.
Normalmente no hay mucha diferencia entre una técnica u otra en términos de rendimiento, aunque hay ciertos usuarios que prefieren una concreta. De cualquier manera, si queremos ayudar a mantener lo más limpio posible el interior de nuestra caja, es recomendable crear presión positiva.
Para controlar la presión de aire que se genera en el interior, se puede recurrir a los filtros. Si se necesita introducir más aire que el expulsado, se dotarán a los ventiladores de salida de filtros más densos que tengan un peor paso de aire. En caso contrario, será en los de entrada dónde se instalarán estos filtros más densos.
Conclusiones
Los filtros tienen la función básica de limpiar el aire que circula por el interior de la caja del ordenador. Pero también tienen alguna que otra función secundaria que permite jugar con ciertas variables que influirán en las prestaciones de la ventilación. No hay que fiarse de los filtros, pueden jugar una mala pasada si se atascan por falta de limpieza; por ello es recomendable estar atentos y realizar esta limpieza periódicamente para evitar una incorrecta circulación del aire de ventilación, algo que es fundamental.
Espero que este artículo sea de ayuda a aquellos que necesiten fabricar sus propios filtros, una tarea bastante sencilla.