Después de utilizar mi ordenador PC durante bastantes años, ha llegado finalmente la hora de actualizarlo.
Y es que el viejo AMD FX6300 hace tiempo que da muestras de fatiga al enfrentarse al software más moderno, al menos el que me interesa. No es que funcione mal, el problema está en que algunos de los juegos que acaparan de vez en cuando mi atención comienzan a dar muestras de evolución en sus motores, lo que evidencia la necesidad de un mejor hardware para moverlos con soltura. Algo normal por otro lado.
Llevo mucho tiempo jugando a World of Warcraft, desde la segunda expansión del Rey Lich (Lich King en inglés). Aunque en aquella época un simple procesador de doble núcleo (Core 2 Duo de Intel o Athlon 64 x2 de AMD) era suficiente, las siguientes expansiones fueron pidiendo mejor CPU de manera progresiva; así que en su momento actualicé a este procesador concreto, el AMD FX6300. ¿Por qué este y no otro? Como siempre por una razón práctica en la que interviene siempre la inestimable relación precio/prestaciones, pensando en mis escuetos presupuestos.
Es cierto que podría haber instalado algo mejor para juegos con alguno de los ofertados por la competencia de AMD, pero Intel ofrecía procesadores que iban muy bien en juegos aunque con menos núcleos. No es que fuera una mala idea haber adquirido uno de estos, pero de cara al futuro no habrían llevado muy bien eso de cumplir años. A pesar de ser algo menos potente este procesador de AMD en ciertos aspectos, el estar dotado de 6 núcleos (3 completos y otros 3 que compartían la ULA) daba más juego al usarse en entornos reales. Gracias a ello podía jugar a WOW, o a cualquier otro, mientras se ejecutaban otros programas y la conmutación entre tareas era mucho más flexible que procesadores teóricamente más potentes pero con menos núcleos. Así que me decanté por este procesador que estaba muy bien de precio (creo que alrededor de unos 100-120 € en su momento).
Y la verdad es que acerté. Este procesador, acompañado de una magnífica placa Gigabyte con chipset 990X, me ha acompañado durante casi 10 años. Y creo que ahora, principios de 2021, a llegado el momento de su jubilación.
Mi anterior equipo con procesador AMD FX6300 estaba basado en la arquitectura AM3+, hoy en día totalmente desfasada y descatalogada. Así que la actualización de mi equipo pasa por un cambio completo de placa+CPU+RAM.
Los problemas que había tenido estos últimos años Intel con su producción de procesadores me había convencido para descartar su oferta en favor, otra vez, de AMD. Esta última había estrenado la tecnología Ryzen en 2017 y parecía estar haciendo muy bien las cosas; la diferencia básica entre la oferta de ambas compañías era que mientras AMD había ajustado muy bien los consumos, temperaturas y otros aspectos Intel tenía problemas para bajar la integración de sus productos, que parecían anclados en los 14nm y a duras penas avanzaban a su nuevo nodo de 10nm (aunque con previsión de amplias mejoras en no mucho tiempo); esto provocaba unos excesivos consumos y temperaturas en los últimos modelos del gigante azul, al menos en los de media y alta gama en comparación con los nuevos Ryzen.
Así que no me lo pensé. Adquirir un Intel habría sido suficiente para mejorar considerablemente mi equipo, pero con pocas garantías de aguantar mucho tiempo de cara al futuro. En cambio AMD ofrece una plataforma mucho más longeva, sobre todo pensando que la mayoría de sus micros están dotados de más núcleos que la contraparte de Intel. Todos los procesadores de AMD hasta la tercera generación son compatibles con el zócalo AM4, lo que permite a las placas basadas en este poder hacer funcionar una gran cantidad de modelos de CPU sin problemas futuros de recambios y/o mejoras. Puestos a actualizar el equipo, me puse a buscar el mejor que cumpliera las 3 bes (BBB, bueno, bonito y barato). Y lo encontré, no sin mucho esfuerzo de leer, leer y releer todo tipo de información en la red. El Ryzen 5 1600AF era el ganador.
¿Qué me hizo escoger este y no otro? Lo primero que tenía claro es que debía ser un Ryzen 5. Un R3 no habría sido suficiente para aguantar mucho tiempo. Un R7 es muy caro para los propósitos para los que estaba destinado (y no digamos un R9). Así que mi primera intención era evaluar las últimas hornadas de los R5, que en principio me hizo mirar hacia los R5 3600 y R5 5600 (seguna y tercera generación respectivamente). Estos eran muy caros para mi presupuesto, así que evalué la idea final de adquirir un R5 2600 que andaba mucho mejor de precio. Pero el mercado estaba en claro ascenso de precios, en muy poco tiempo subían considerablemente, así que incluso este comenzaba a salirse de mi pobre presupuesto. Finalmente algo me hizo mirar a la primera generación, el R5 1600, del que había salido hacía a penas algo más de 1 año una revisión denominada Ryzen 5 1600 AF.
Este procesador es un movimiento maestro por parte de AMD, me explico. Debido a la escasez de chips de todo tipo (CPU, RAM y otros) por la excesiva producción mundial y los problemas para fabricar con una mayor escala de integración (7nm y menos), AMD parece haber visto que sus procesadores Ryzen más antiguos podría tener un hueco en el mercado debido principalmente a la facilidad para fabricarlos con tecnología de hace un par de años.
Los Ryzen de primera generación, todos aquellos que comienza por 1xxx en la denominación, se fabricaron en obleas de 14nm. Como la fabricación de estas parece que ya no es una opción, AMD decidió lanzar una nueva remesa de procesadores de esa generación pero utilizando esta vez una integración a 12nm, que en realidad corresponde a la generación siguiente; esta era la denominada 2xxx que en realidad es una mejora de la primera generación que se llamó Ryzen+ (la segunda generación tiene en realidad la denominación 3xxx)¹.
Este procesador, el Ryzen 5 1600 AF, es algo más que esto. En realidad parece que se trata de el mismo modelo que el R5 2600, pero al que han configurado la velocidad igual que su hermano menor R5 1600. Así que tenemos en realidad un 2600 con la velocidad bajada unos 100MHz y con denominación de primera generación.
No se sabe a ciencia cierta por qué AMD ha tomado esta decisión, pero quizás la explicación más lógica fuera lanzar un procesador que permitiese seguir disponiendo de estos en el mercado mientras se distribuían a cuenta-gotas los modelos más modernos, debido principalmente al colapso de las fábricas por la excesiva demanda de las diferentes marcas (Intel, AMD, Apple, ARM...).
Así que este R5 1600 AF permite a AMD distribuirlo a bajo precio precisamente por que la tecnología que integra está ahora mismo algo desfasada y hay hueco en la producción para su fabricación, aunque es suficiente para seguir haciendo competencia a su eterno rival, Intel.
Pero esto no es todo. Como he comentado, en realidad se trata de todo un R5 2600 y no uno de la primera generación 1xxx. Esto significa que nace con los problemas de la primera generación corregidos, que fueron el detonante de la aparición de la serie 2xxx; entre otros problemas iniciales estaban los que afectaban a la compatibilidad con la memoria RAM que, una vez parcheadas las BIOS de las primeras placas, consiguieron solucionarse sacrificando algo de rendimiento (baja velocidad de memoria RAM). Así que este nuevo R5 1600 AF no sufre estos problemas, tal y como ocurre con la serie 2xxx.
Y como el precio es muy bueno lo convierte en una de las mejores compras en su rango de precio. No solamente hace competencia a otros modelos de AMD sino que Intel no es capaz de ofertar nada tan bueno en este rango de precio.
Este procesador se ha podido comprar por menos de 100$ (ó €) en el momento de aterrizar al mercado en Diciembre de 2019, aunque ahora con la escasez que hay ha llegado a superar los 120€ en Europa; incluso más, ya que hay tiendas, como por ejemplo CoolMod, en las que en Febrero de 2021 supera los 140€, evidenciando una clara especulación de precios (tendencia en casi todos los componentes informáticos).
Bueno, las pruebas realizadas son las que he podido hacer sobre la plataforma que me he configurado. Como indico, el procesador es este R5 1600 AF (el original 1600 de primera generación tiene el stepping AE).
La placa base es la GigaByte B450M DS3H V2, de bajo coste, sobre unos 70€ (o menos, sobre todo cuando ha estado de oferta). Tuve la oportunidad de probar esta placa en su primera versión, que en realidad son prácticamente idénticas, con un procesador Ryzen 3 2200G y con muy buenas sensaciones. Funciona bien, muy compatible con memorias de alta velocidad (3000 MHz y más) y ningún problema software con este hardware tan normalito. Vamos, buena estabilidad con valores de fábrica que es lo que buscamos la mayoría.
La memoria es de la marca Kingstone, un modelo de 3200MHz certificada por GigaByte que funciona correctamente.
El resto del hardware es el mismo del equipo anterior.
Las pruebas que he podido realizar son algunas típicas. Con el software Ryzen Master de AMD se puede comprobar que sube muy bien de vueltas al realizar overclock. No he querido forzarlo demasiado, quizás más adelante, pero he podido comprobar que aumentando manualmente la velocidad base de 3200MHz a 3600MHz responde magníficamente, sin resentirse lo más mínimo.
He pasado algunas pruebas típicas como SuperPi y otras, que ponen el procesador y la memoria al 100%. Los resultados han sido satisfactorios en todos los sentidos. Ningún fallo apreciable. Quizás un buen punto en todo esto es disponer de una magnífica refrigeración líquida de Fractal Design Kelvin S24, que no tiene nada que envidiar a las de otras marcas, la cual es capaz de mantener al Ryzen siempre por debajo de 60º al 100% de proceso (con temperatura de 24º en el ambiente).
He comprobado que supera ampliamente en potencia al viejo FX6300 en pruebas sintéticas, además de notar cierta mejoría en algunos juegos; algo bastante lógico pues es un procesador más moderno y dispone de más núcleos e hilos de ejecución.
Pero en el rendimiento general del sistema operativo, Windows 10, no se nota mucha diferencia, más bien nada. Esto es así, según mis apreciaciones personales, debido principalmente a que Microsoft ha conseguido optimizar el rendimiento que se debe basar en una cierta cantidad de núcleos de procesador; en este sentido tanto el FX6300 como el R5 1600 cumplen estos requisitos con soltura, lo que produce más o menos el mismo rendimiento manejando solo el sistema operativo.
En cuanto al resto de pruebas, independientemente de rendimiento, tenemos las de temperaturas. Como ya he comentado con el R5 1600AF al 100% no sube de 60º con una temperatura ambiente de 24º. Es algo similar al FX6300, aunque estos valores están cogidos con pinzas debido a la refrigeración líquida que utilizo; en otro caso idéntico, en el que se ha utilizado una refrigeración líquida de radiador simple (120mm, 1 ventilador) y no doble como la mía (240mm, 2 ventiladores), los resultados son similares.
Saber que el disipador incluido con el R5 es el Wraith STEALTH. Es el más bajo de la gama de disipadores que AMD distribuye junto a los Ryzen, suficiente para refrigerar adecuadamente según pruebas realizadas en múltiples páginas de la red.
Parece que incluso se puede realizar un overclock suave con este, lo que significa que no es un procesador especialmente caluroso. Esto evidencia que en cuanto a la producción de calor están muy bien diseñados estos procesadores. Se nota que AMD ha hecho bien los deberes.
El Ryzen 5 1600 AF es hoy en día, a principios de 2021, un modelo bastante digno de encuadrarse en la gama media del ranking de procesadores actuales. Es evidente que en el futuro irá perdiendo enteros conforme aparezcan nuevos modelos supuestamente más potentes, tando de AMD como de Intel. Debido a que se trata de una CPU con 12 hilos de procesamiento es de prever que tenga una vida ciertamente longeva, en comparación con otros que envejecerán mucho antes.
A todo esto no queda más que indicar que todo el proceso de configuración e instalación de software, tanto el propietario de AMD, el de la placa GigaByte y el sistema operativo estuvieron exentos de fallos en todo momento. Así que parece que todo el conjunto está bastante bien equilibrado.
Solo espero que el equipo dure mucho tiempo. Si no se producen fallos de hardware y todo continúa como hasta ahora habré conseguido mi objetivo, un ordenador que dure mucho tiempo antes de tener que actualizarlo de nuevo. Tiempo al tiempo.