Introducción
La mayoría de la gente piensa que el mantenimiento y reparación de ordenadores está limitado exclusivamente a profesionales, como poco a gente que es experta o tiene los conocimientos necesarios. Cuán equivocados están. La mayor parte del mantenimiento es tan fácil que cualquiera puede llevarlo a cabo con un poco de información.
¿Acaso llevamos el aparato de radio a un técnico de reparación, o a la tienda donde lo compramos, simplemente para cambiar las pilas? Es absurdo, ¿verdad?. Pues lo es también llevar nuestro ordenador a realizar un mantenimiento a un técnico, en la mayoría de los casos, que cobrará un pastón por hacer algo rutinario (siempre que no se niegue por no haber avería y no merecer la pena). O peor aún, no hacer ningún mantenimiento y dejar que muera por falta de atención. Puedo asegurar que SI merece la pena hacerlo uno mismo por los resultados tan estupendos que se pueden conseguir. Así que con esta pequeña guía aprenderéis como se debe realizar un mantenimiento periódico a nuestro ordenador, con muy poco esfuerzo y casi gratis. Quizás los portátiles sean lo suficientemente delicados y complicados como para no atrevernos. Es normal y por ello en esos casos sí es recomendable acudir a un experto.
Veamos como llevarlo a cabo.
Objetivos
El principal objetivo del trabajo a desarrollar en un mantenimiento típico será una limpieza a fondo de nuestro equipo. Hay que tener en cuenta que la suciedad, sobre todo en los equipos modernos, puede dañar los componentes. Existen partes internas de la circuitería electrónica que generan mucho calor, que debe ser extraído rápidamente para evitar averías por sobrecalentamiento. Por ello los elementos activos y pasivos deben ser limpiados periódicamente para permitir que el flujo de aire fresco circule por nuestro equipo sin obstáculos.
Con una limpieza adecuada no solo conseguiremos alargar la vida útil de nuestro equipo, sobre todo de portátiles, si no que veremos como en algún caso que otro el rendimiento mejora. Recordad que el calor es el peor enemigo de nuestros equipos y una limpieza a tiempo ayudará a tenerlo controlado.
Así que hay que armarse de valor y ganas, además de mucha paciencia y sentido común. Comencemos.
Herramientas necesarias
Antes de ponernos manos a la obra hay que proveerse de ciertos artilugios para llevar a cabo esta tarea. La mayoría son típicos en cualquier hogar, por lo que no tendremos que comprarlos y, en caso de faltar alguno y tener que adquirirlos, nos vendrá bien para usos futuros en cualquier tarea doméstica. Veamos:
- Destornilladores varios. Lo más práctico es tener un destornillador grande, de esos que se intercambian las puntas, generalmente para tornillería varia. Como complemento un pequeño juego de destornilladores de precisión, tipo relojero o los que venden para desarmar teléfonos celulares.
- Alicates de punta fina. No siempre son necesarios, pero en algunas ocasiones nos sacarán de más de un apuro.
- Pinzas de precisión, de esas que se parecen a las de depilar las cejas (que también valdrían).
- Alcohol. Lo ideal es que fuese tipo isopropílico (cuidado tóxico por ingestión), pero también se puede utilizar etílico de desinfectar heridas, eso sí, de la mayor graduación posible. Descartar siempre alcoholes que lleven algún otro componente, como el de romero o similar. Debe ser lo más puro posible para que no deje restos.
- Un pequeño trapo de algodón o similar. Se utilizará para limpiar restos y no debe dejar pelusa. También se puede utilizar papel absorbente de cocina; se debe descartar el papel higiénico del wc debido a que suelta muchos residuos de papel y se destruye al ser humedecido.
- Bastoncillos de algodón, de los típicos de farmacia para limpiar los oídos. Se utilizan en aquellos lugares de difícil acceso.
- Silicona termoconductora, también conocida como grasa o silicona térmica. Es un tipo de silicona especial que no fragua y se utiliza en electrónica para liberar el calor de los componentes que más se calientan.
- Aire comprimido. Puede utilizarse unos aerosoles especiales de aire seco que se venden en tiendas de electrónica o de informática. También puede utilizarse un compresor de aire, de los típicos de inflar las ruedas de coche o bicicletas, o incluso alguna aspiradora que permita "soplar" aire en lugar de aspirarlo (tener especial atención por si condensa líquido para no mojar la circuitería).
- Una pequeña brocha o pincel, que se usará a modo de pequeña escoba para barrer el polvo de los componentes. Es recomendable que sea de algún material anti estático, con el que minimizaremos los riesgos de descarga electrostática.
- Asegurar una buena iluminación. La luz solar directa es muy recomendable, pero una buena lámpara (si es de led mejor) de luz blanca también servirá; evitar en la medida de lo posible luz fluorescente, ya que produce constantes e imperceptibles parpadeos que fatigan la vista.
Pero antes de entrar en faena debemos aclarar una serie de conceptos. Si crees que eres un "listillo" que ya sabe de que va esto, sáltate esta sección.
¿Por qué se calienta tanto mi ordenador?
Los ordenadores se calientan de la misma forma que lo hacen el resto de aparatos eléctricos, sobre todo los electrónicos. Para no aburrir con detalles innecesarios diremos que la corriente eléctrica produce calor en los componentes de los aparatos por donde circula. Desde un punto de vista de la física "de libro" el concepto sería algo así: "Los circuitos eléctricos, y por extensión los electrónicos, desprenden calor provocado por la circulación de los electrones" (efecto Joule). Esto significa que por mucho que la industria se empeñe en producir aparatos electrónicos de menor consumo, estos generarán siempre calor. Por desgracia este es un efecto físico inevitable.
En los últimos años el sector se ha esforzado en producir componentes de menor consumo para, entre otras cosas, minimizar el problema del calor generado. A su vez ha conseguido un aumento de potencia ya que al reducir el tamaño producen menos calor y permite aumentar la velocidad, produciendo de nuevo más calor. En cualquier caso hay que ponerle remedio y eso se consigue añadiendo un radiador metálico que transmita el calor al aire.
Los componentes de los primeros ordenadores que se fabricaron, sobre todo los domésticos basados en microprocesador, eran capaces de soportar el calor que generaban. Pero al avanzar en su fabricación y dotarlos de mayores prestaciones y velocidad, se hizo imposible mantener unas temperaturas correctas que no dañaran sus diferentes componentes. Por ello se decidió dotar a ciertos integrados, como los procesadores, de estos radiadores para liberar al aire el exceso de calor. Esto ocurrió, dentro de la arquitectura PC, cuando apareció el procesador i80486 a principios de los años 90 del siglo pasado, siendo el primero de la familia al que era obligatorio instalar un disipador. Poco después esto no era suficiente y se instaló junto al disipador un ventilador. Así con el tiempo fueron mejorando las prestaciones de estos disipadores, como su tamaño y forma, hasta el día de hoy en el que alguno de los procesadores de última hornada (nunca mejor dicho) necesitan obligatoriamente refrigeración líquida como los motores de explosión. Una barbaridad.
Pero, ¿por qué se produce tanto calor? Realmente no es tanto calor el que se genera. El problema es que se concentra en pequeñas áreas. Veamos, por ejemplo, un microprocesador típico que consume 35W (no importa la medida, simplemente saber que a mayor número más calor). Eso, por un determinado cálculo matemático, generará una cierta cantidad de calor. Si la superficie fuera de 1m² el calor se repartiría por ella, siendo muy pocos grados en ese caso. Pero como la superficie de los procesadores es muy pequeña la energía se concentra en muy poco espacio (en torno a unos pocos mm²), llegando a alcanzar temperaturas muy elevadas, por encima de los 100º en muchos casos. Hay que tener en cuenta que la mayoría de los circuitos integrados a partir de 40º empiezan a degradar sus componentes internos, aunque la tecnología de fabricación de CPU actual ha superado este inconveniente.
Todo esto se produce por la pequeña superficie que entra en contacto con el aire al que se irradia este calor. Por tanto se instala un radiador (disipador) al que se traspasa ese calor, aumentando con este el tamaño de contacto con el aire al que pasar ese exceso de calor. Se añaden ventiladores a estos para hacer que el aire se mueva por su interior siempre fresco, y así el calor es liberado más rápidamente.
Los disipadores son de metal. El aluminio es el más utilizado, ya que es un buen transmisor de calor, ligero y barato. El cobre tiene mejores prestaciones pero es más pesado y caro, por lo que se destina su uso principalmente a disipadores de gama alta o a los portátiles, que necesitan una máxima refrigeración en el menor espacio posible. En general hoy en día suelen encontrarse con materiales mixtos, con partes de aluminio y cobre. Generalmente se añaden unos tubos de cobre (heat pipe), que están cerrados en sus extremos. El interior de estos contiene un líquido refrigerante a baja presión que se evapora en contacto con una fuente de calor, pero se vuelve a licuar cuando alcanza los extremos del tubo que están más fríos, con lo que retorna hacia la parte más caliente absorbiendo de nuevo el calor generado. Esto permite una mayor y más rápida transmisión de este hacia el exterior.
Como a nivel microscópico las superficies del procesador y del disipador no son totalmente planas y hay que conseguir la mayor superficie de contacto posible, se recurre a añadir entre medias un componente viscoso (de textura similar a la mantequilla) que rellena todos esos huecos microscópicos, aumenta este contacto y por tanto acelera la transmisión de calor. Este producto se conoce como silicona termoconductora o silicona térmica, de venta en tiendas de informática o componentes electrónicos. La que está especialmente diseñada para microprocesadores suele ser de color gris o plata, es de mejor calidad y están envasadas en recipientes muy pequeños para uno o dos usos. En las tiendas de electrónica general suelen vender, en envases de mayor tamaño, una silicona que es de color blanco y sus características técnicas son ligeramente inferiores. En la práctica no hay tanta diferencia entre una u otra que, en condiciones normales y según mi experiencia, son muy pocos grados nada más, lo que me inclina a esta decisión por ser más barata.
Aunque esto no corresponde a este artículo, decir que los diferentes componentes en el interior de la caja del ordenador (gabinete por América) deben estar distribuidos de manera lógica, con los cables perfectamente recogidos para evitar que nada impida la libre circulación de aire por el interior. Los modernos diseños ya contemplan diversas soluciones. En el caso de portátiles estamos limitados al diseño del fabricante, evitando en todo momento que se obstruyan las rejillas de ventilación y manteniendo perfectamente limpios los huecos por donde circula el aire, incluidos los ventiladores. (Ver Refrigeración de ordenadores)
¡Al turrón!
Lo primero que hay que diferenciar es si nuestro equipo es un sobremesa (torres, semitorres, barebone, etc.) o un portátil. Realmente no hay mucho que diferenciar en cuanto al mantenimiento, pero la forma de desarmar uno u otro difiere bastante. En los sobremesa basta con retirar una o dos "tapas", sujetas generalmente con tornillos normales, para acceder al interior donde trabajaremos.
En el caso de portátiles la mayoría de las veces tendremos que desarmar casi por completo el equipo, para acceder a las partes que nos interesan y realizar la limpieza. Esto significa tener que quitar unos cuantos tornillos, generalmente de pequeño tamaño, retirar la carcasa y desmontar más partes internas. Lo más recomendable es conseguir el "manual técnico" exclusivo de cada modelo, donde se muestra el procedimiento para desarmar e identificar las diferentes partes. Hay que tener mucha seguridad a la hora de iniciar el desmontaje de un portátil y seguir unas normas básicas, que son:
- Trabajar en una superficie (mesa) completamente plana, que no esté inclinada, a la que se colocará un paño o mantel con la función de proteger de arañazos el portátil, así como evitar que alguna pequeña pieza pueda rebotar y caer al suelo. Preferiblemente de color liso y uniforme para que no se "camuflen" las piezas depositadas en el estampado, por que después costará encontrarlas, sobre todo las más pequeñas como los tornillos.
- Utilizar una caja para ir depositando los tornillos y otras pequeñas piezas. Si la caja tiene compartimentos podemos etiquetar cada uno para identificar su ubicación. También se puede rotular en una hoja de papel un esquema con la ubicación de los tornillos.
- Utilizar una pieza de plástico plana, con borde afilado. Esto servirá para "apalancar" entre dos piezas de plástico unidas por pestañas que deben ser separadas, como las de la carcasa por ejemplo, igual que si de un punzón se tratara. Así se evitarán marcas en el portátil, como las que podría producir un destornillador metálico. Se puede utilizar una púa de guitarra, la tapa de un bolígrafo "Bic", una tarjeta de crédito vieja, etc. Personalmente utilizo la tapa del bolígrafo, ya que es un plástico muy blando que nunca producirá marcas.
- Una lupa también puede ayudarnos en ciertos momentos.
Identificación de componentes
Lo primero que hay que hacer es abrir la caja y acceder al interior. Nos podemos encontrar algo parecido a esto:
En este gráfico se representa el interior de una caja tipo torre moderna, algo muy sencillo y bastante habitual. Como dijo Jack el destripador, vayamos por partes.
Ventiladores. En este caso vemos que hay 4.
El de la derecha, correspondiente al frontal del equipo, tenemos uno que es generalmente de gran tamaño o dos algo menores. Provoca la entrada de aire fresco desde el exterior que se repartirá por todo el interior.
El que está situado junto a la tarjeta gráfica está dedicado a refrigerar esta.
El que corresponde al disipador de la CPU está igualmente dedicado a refrigerar este.
El colocado a la izquierda del todo, parte trasera de la caja, fuerza la salida de aire "viciado" (caliente) después de haber recorrido el interior, evitando que quede estancado.
Fuente de alimentación. Aunque no está representado como tal en el gráfico, en el interior de la fuente hay otro dedicado a su refrigeración.
Se pueden encontrar algunos más de entrada o de salida ubicados en otros sitios, como en la parte superior para extraer más calor aún.
Disipadores. En este caso hay dos.
CPU. Es el más importante y suele ser de un gran tamaño, sobre todo los de mejor calidad. Hay que verificar periódicamente que esté lo más limpio posible ya que podría ser causa de un aumento de la temperatura del procesador, algo bastante perjudicial.
Tarjeta gráfica. Las tarjetas gráficas cada vez se calientan más, debido al aumento de potencia de procesamiento en los últimos años. Suelen ir de un tamaño pequeño, las menos potentes, hasta alguno más que considerable en las más potentes. Como el de la CPU hay que mantener este lo más limpio posible ya que puede aumentar la temperatura del procesador gráfico, también muy perjudicial.
CPU. Justo debajo del disipador de la CPU se encuentra esta. Entre los dos hay una silicona térmica que permite una mayor transmisión de calor entre la CPU y el disipador haciendo que el calor sea más rápidamente conducido al aire, gracias al ventilador. La tarjeta gráfica también lleva esta silicona entre su disipador y el procesador gráfico.
Tarjeta gráfica. Las hay más o menos potentes y de tamaños varios. Hay que tener cuidado en colocarla en el lugar correcto, no solamente por el tipo de conector que lleva hacia la placa base, si no para evitar que sirva de escudo al flujo de aire. Debe permitir en todo momento que el aire circule correctamente sin obstaculizarlo.
Disco duro. La ubicación de este puede variar, pero casi siempre estará ubicado cerca del frontal del ordenador. Es frecuente encontrar algún ventilador junto a este para su refrigeración, que también introduce el aire directamente desde el exterior.
Fuente de Alimentación. Como se ha comentado tiene un ventilador que permite su enfriado. Los componentes electrónicos que contiene se calientan bastante, sobre todo las más potentes, y deben ser enfriados lo más eficientemente posible. En este esquema está colocada en la parte inferior, hacia el suelo, que es la solución más eficiente ya que el aire es introducido directamente desde el exterior que es más fresco. En cambio este aire es menos limpio por lo que esta entrada dispone frecuentemente de un filtro desmontable que debe ser limpiado periódicamente. También puede ser ubicada esta en la parte superior, aunque el aire será adquirido desde el interior que es más caliente, siendo una solución que actualmente tiende al desuso.
Procedimiento de limpieza
Los componentes que se deberán limpiar en profundidad son los ventiladores y los disipadores. El resto tendrá una limpieza básica, es decir, retirar la mayor cantidad de polvo posible y nada más. Hay que recordar trabajar con el ordenador apagado y desconectado de la corriente, dejando pasar unos 5 minutos en reposo para que termine de liberar la electricidad residual.
Se debe evitar utilizar aspiradoras. Estas provocan remolinos de aire que, unido a las partículas de polvo arrastradas, pueden producir descargas de corriente estática sobre la electrónica, algo muy perjudicial para esta ya que algún componente puede averiarse y el ordenador dejará de funcionar.
Para ello utilizaremos aire comprimido y para las zonas con mayor suciedad acumulada utilizaremos la brocha o pincel y/o bastoncillos de algodón. En la medida de lo posible estos no deben de usarse como una escoba, es decir, frotando como si se barriera. En cambio la utilizaremos como si de un punzón se tratara, intentando "pinchar" la suciedad para que se suelte y sea arrastrada por el aire. No se debe tocar los componentes electrónicos, simplemente con soplar aire es suficiente. Aunque sea una verdad de Perogrullo, jamás se debe mojar la electrónica.
Los ventiladores
Los limpiaremos con la misma técnica. Hay que tener especial cuidado en el manejo para no hacer demasiada presión sobre las aspas, ya que podríamos forzar los cojinetes o rodamientos e inclinar en un ángulo incorrecto el giro de estas. Si están torcidas no girarán de manera uniforme y provocarán ruidos y vibraciones innecesarios, lo que producirá averías en estos. Si se puede (y se atreve) las aspas pueden ser desmontadas para su limpieza (algunos modelos lo permiten directamente); en este caso se aprovechará para lubricar el eje. Recomiendo grasa de litio, que protege los plásticos, aguanta un gran rango de temperaturas, es barata, puede ser utilizada en mil cosas más y mejorará el funcionamiento del ventilador de manera considerable por mucho tiempo.
Descartar siempre aquellos ventiladores que sean viejos y no funcionen de manera correcta. Los síntomas para determinar si ha llegado su hora y ser sustituidos son:
Ruido producido por desgaste de los cojinetes o rodamientos. Es muy estridente y este puede desaparecer o atenuarse a bajas revoluciones y al parar. Suele ir acompañado de vibraciones acompasadas con el ruido provocadas por el desequilibrio del eje, pues tiene demasiada holgura por dicho desgaste.
No se mueve o lo hace a muy baja velocidad. Suele ser debido a un atasco en los cojinetes o rodamientos. A veces la limpieza y engrase de estas partes suele dar buen resultado. Si no es así debe ser descartado.
Los disipadores
Es la parte más delicada. De aluminio o cobre (los de mejor calidad) suelen llevar unos pequeños tubos de cobre (llamados heatpipe), con un líquido refrigerante en su interior que aumenta la eficacia, como ya se ha comentado. (Ver Refrigeración de Ordenadores)
Tienen una serie de láminas formando huecos en su interior, con diferentes diseños. Estos con el tiempo se obstruyen con polvo y pelusas, por lo que, una vez desmontados, un buen lavado con chorros de agua y jabón los dejarán como nuevos. (No olvidar secar completamente para evitar humedad y óxido).
Hay que tener mucho cuidado con la superficie plana que entra en contacto con el procesador. Debe estar lo más perfecta posible, libre de arañazos o picaduras, por lo que se utilizará cinta adhesiva para proteger la superficie durante el manipulado, que será retirada y limpiada al final. Se limpiará esta parte con un trapo o papel limpio impregnado en alcohol hasta dejarla muy limpia, sin huellas de ningún tipo. Cuanto más lisa esté su superficie mejor, motivo por el cual algunos entusiastas realizan un pulido "extra" al de fábrica, dejándolos en ocasiones "a espejo" donde dan el mejor resultado. Se aplicará una pequeña cantidad de silicona térmica para formar una fina capa y se instalará de nuevo sobre el procesador, que habrá sido limpiado previamente con la misma técnica.Al instalar un disipador hay que tener mucho cuidado de ponerlo en su posición final al primer intento, ya que si hay que rectificar podemos arañar con el movimiento la superficie o dañar ciertos procesadores, como los de los portátiles. Hay que ser extremadamente cuidadoso en ese aspecto. La técnica de instalación puede variar de un modelo a otro, por lo que se debe seguir las instrucciones del fabricante en cada caso.
Filtros
Es habitual encontrar filtros en algunas cajas. Estos corresponden generalmente a los ventiladores de entrada de aire y suelen ser desmontables. Su función es evitar que entre la menor cantidad posible de suciedad (pelusas, pelos, etc.) aunque no evitarán que entre el polvo más fino.
Su limpieza es tan sencilla como ponerlos debajo del chorro de agua del grifo. A veces, si están muy sucios, un poco de jabón completará el trabajo. Muy importante secar antes de volver a montarlos.
Aunque es poco común existen algunas cajas que no permiten desmontar los filtros. En ese caso nos conformaremos con soplar aire comprimido mientras se libera la suciedad con una brocha o pincel, incluso puede ser utilizada en estos casos una aspiradora (con precaución de no acercarla a la circuitería).
Aplicando silicona térmica
Lo primero que hay que tener en cuenta, a la hora de desmontar un disipador, es no mancharlo. En las manos tenemos grasa que puede perjudicar con el tiempo el metal del disipador, por lo que una precaución básica es utilizar guantes.
Cuando se retira el disipador encontramos una mancha entre este y en el procesador, generalmente de color blanca o gris. Es la pasta termoconductora que permite un mejor traspaso de calor desde el procesador hacia el disipador.
El objetivo en el mantenimiento es sustituir esta pasta, si lleva demasiado tiempo puesta o cada vez que se desmonte el disipador. Suele secarse con el tiempo y en esos casos se vuelve bastante ineficaz, impidiendo la liberación de calor necesaria. Se debe consultar periódicamente las temperaturas para asegurar que ha llegado el momento de sustituirla, si estas aumentan demasiado. No hay una regla fija que indique cada cuanto tiempo debe ser cambiada, pero la vigilancia de la temperatura de la CPU nos puede servir de guía.
Los pasos para una correcta sustitución son:
Limpiar las superficies del disipador y la CPU. A veces la pasta se vuelve demasiado sólida, como pegamento, en cuyo caso tendremos que despegarla con una espátula (utilizar una herramienta de plástico para no rayar, como una tarjeta de crédito o similar). Con un trozo de papel de cocina se retiran los restos y con un algodón o papel impregnado en alcohol se frotará suavemente. Se repetirá el proceso hasta dejar las superficies completamente limpias. Una vez que lo estén no se deben tocar con nada, sobre todo los dedos, para evitar que se ensucien.
En algunos casos, si la pasta está demasiado fijada a alguna de las superficies, se debe utilizar una fina lija para retirarla. Algunas personas aprovechan a realizar un suave pulido para retirar la capa externa de óxido del metal o para mejorar la superficie del disipador. Si no es mucho lo que hay que corregir del pulido de fábrica se puede utilizar un viejo cepillo y pasta de dientes suave para realizar el proceso, con movimientos circulares constantes. Evitar utilizar herramientas eléctricas, tipo Dremel o similares, ya que pulen en exceso y pueden rayar o producir irregularidades en la superficie.
Se aplicará una pequeña cantidad de pasta en una de las superficies, preferiblemente en la CPU. No debe ser demasiada, pensando que al presionar el disipador debe quedar una muy fina capa de material. Si se aplica demasiada excederá por los bordes al ser presionada y derrocharemos material a la vez que no será tan eficaz.
Para una mayor referencia se puede consultar la página de Puget Systems, en la que realizan un estudio para determinar la mejor forma de aplicar esta pasta.
Discos Duros y otras unidades
Los discos duros y CD/DVD no necesitan limpieza especial. Como el resto de la circuitería se limpiará solamente con aire comprimido. Si la unidad óptica fallase, salvo que se sepa lo que se hace, no debe abrirse para reparar y se sustituirá dado su bajo coste. Jamás se debe presionar un disco duro, podrían dañarse partes internas irremediablemente.
Otro tipo de unidades como LS-120, floptical o disqueteras tienen una ventana que permite introducir los discos en el interior. Con el paso del tiempo el polvo puede introducirse e impedir una correcta lectura de los medios. En ese caso habría que limpiar el interior desarmando previamente, con mucha precaución para no dañar los cabezales en ningún caso.
Fuente de alimentación
A la hora de limpiar el polvo de una fuente de alimentación se aprovechará a limpiar también el ventilador. Abriendo la caja se soplará con aire comprimido si hacer nada más.
Hay que tener en cuenta que aunque la fuente se haya desconectado de la corriente siempre queda alguna cantidad residual. Extremar la precaución con guantes adecuados para evitar una mala experiencia y utilizar en todo momento un destornillador con mango aislante. Aunque sea pesado, la electrónica jamás se debe mojar.
Otros sistemas de disipación
A parte del sistema clásico de disipación (disipador + ventilador) existen otros alternativos más sofisticados. Los más habituales son aquellos basados en un circuito cerrado por el que circula un líquido refrigerante que absorbe el calor de la CPU y GPU, el mismo método para refrigerar los motores de los coches. El líquido, gracias a una bomba similar a las utilizadas en los acuarios domésticos, circula por un sistema de racores que enfría un pequeño disipador instalado sobre la CPU/GPU; después pasa por un radiador con un ventilador que dispersa el calor al aire y enfría de nuevo el líquido. Este sistema se conoce como refrigeración líquida (RL).
También existen sistemas basados en compresores de aceite o similares, iguales a los que se utilizan en las neveras de las cocinas.
Aunque estos sistemas son muy eficientes hay que tener en cuenta que también se ensucian, impidiendo disipar al aire el calor de manera optima. Una limpieza periódica de los elementos activos y pasivos (disipadores, ventiladores...) los mantendrá en forma.
En la red se puede encontrar otros métodos de refrigeración basados en hidrógeno líquido, hielo seco, etc. Aunque son los sistemas más eficaces para disipar el calor no son muy recomendables por el excesivo mantenimiento, alto coste y peligrosidad que tienen. Quedan reservados a pruebas de laboratorio, tales como las realizadas por entusiastas del overclocking.
CONCLUSIONES
Siguiendo estos sencillos pasos podemos dejar nuestro equipo en perfectas condiciones para seguir funcionando sin problemas. La falta de limpieza en muchos casos será motivo de un mal funcionamiento y una posible avería.
Los componentes electrónicos no se averían por acumular polvo, pero si han de liberar calor lo harán con menos eficacia. Ese es el motivo principal por el cual se recomienda una limpieza preventiva cada cierto tiempo. No existen unas pautas a seguir en cuanto a la periodicidad, depende de las condiciones de uso, pero el sentido común y nuestra intuición serán importantes en ese sentido.
Esta guía tiene como objetivo mostrar el procedimiento básico, que puede variar dependiendo de cada situación. Por ello remitirse siempre a la mayor cantidad de información posible que permita completar a esta. Por supuesto declino toda responsabilidad, cada uno es responsable de sus acciones. Si no se está seguro de algo, mejor acudir a alguien que nos garantice el éxito.