INTRODUCCIÓN
La refrigeración de los componentes electrónicos no es nada nuevo. La necesidad de disipar el calor generado por los equipos informáticos nace desde el mismo momento en que se construyen los primeros equipos electrónicos, más o menos desde la segunda guerra mundial.
Años mas tarde con la aparición de la informática doméstica en las décadas de los 70 y 80 del siglo XX estos equipos, que no eran aún demasiado potentes en términos computacionales, no consumían ni se calentaban tanto como hoy en día. Por ese motivo el calor generado por estos no suponía problema alguno y mucho menos que se debiera tomar medidas para corregirlo; como mucho un simple ventilador de caja y poco más. Pero conforme avanzaban los nuevos desarrollos y componentes, entre los que estaban las CPU, se vio la necesidad de liberar el exceso de calor que producían para mantener a salvo su integridad.
En los ordenadores tipo IBM-PC (extensivo a otros ordenadores) de las primeras épocas no existía tampoco la necesidad de disipar el calor de las CPU, pues su velocidad de proceso y consumo eran tan bajos que apenas generaban calor excesivo. Sin embargo con el paso de los años los modelos que iban apareciendo comenzaban a producir cada vez más temperatura, lo que obligó a los fabricantes a tomar medidas. Así, las primeras CPU que necesitaron mantener seriamente controlada la temperatura fueron los i486, en los cuales se añadía un radiador (de aluminio generalmente) que emitía el calor excesivo al aire. Con el tiempo las temperaturas aumentaron, lo que obligó a utilizar disipadores de mayor tamaño e incluso añadir ventiladores que forzaran el paso de aire.
Pero la tecnología continuaba avanzando a pasos agigantados. El calor de las CPU aumentó considerablemente conforme aparecían nuevos modelos más potentes al mercado, obligando una vez más a tomar medidas más drásticas: Disipadores y ventiladores de tamaños más grandes y eficientes. Como con el tiempo el calor seguía aumentando y esta solución no era suficiente, algunos fabricantes decidieron añadir los famosos heat-pipe que aumentaban considerablemente el rendimiento de los disipadores. Pero estos aumentos de tamaño afectaron también a los ventiladores, que debían mover cada vez más aire para mantener la temperatura dentro de unos márgenes aceptables; esto tuvo una repercusión directa, aumentar el tamaño de los ventiladores. Con ello también lo hizo el ruido generado, a parte de otras cosas, lo que provocó nuevos problemas.
Así que algunos fabricantes decidieron corregir esto, aunque en realidad antes fueron iniciativas por parte de ciertos usuarios. Por un lado era necesario un sistema de disipación de calor más eficaz, pero que a la vez no generase tanto ruido ni añadiese tanto peso y presión a las placas y las CPU. Fue cuando aparecieron los primeros sistemas de refrigeración líquida para PC. Durante la década de los 90 del siglo pasado algunos entusiastas tuvieron la idea de construir sus propios sistemas de refrigeración líquida de manera artesanal, inspirados en otros desarrollos industriales ya creados, aunque realmente no era desconocido de alguna manera en grandes sistemas informáticos. Y debió ser hacia finales del siglo XX o principios del siguiente cuando aparecieron los primeros sistemas de manera comercial.
Hoy en día no es raro ver un ordenador doméstico dotado de un sistema de refrigeración líquida, debido a que es cada vez más común encontrarlos en el mercado. En este artículo quiero poner sobre la mesa todo lo que hay que saber en esencia a cerca de estas refrigeraciones.
¿Origen de la refrigeración líquida?
Su origen nada tiene que ver con la informática, realmente se trata de un desarrollo adaptado. Los primeros sistemas de refrigeración que utilizan esta tecnología, más o menos, debieron ser los alambiques. Con ellos se destilaban antiguamente bebidas alcohólicas y otros productos químicos que requerían de una técnica similar. Probablemente los antiguos alquimistas ya los utilizaban. Más tarde, hacia finales del siglo XVIII comenzaron a aparecer las primeras ideas para fabricar hielo. Algún tiempo después en el siglo XIX aparecerían las primeras máquinas productoras de hielo. Aunque no es exactamente la misma tecnología, la ciencia que hay detrás de ello es prácticamente la misma.
Con la aparición de las industrias y tecnologías modernas se debieron aplicar posteriormente a multitud de necesidades. Al aparecer los automóviles, y por ende el motor de explosión de gasolina, provocaron la necesidad de adaptar un sistema de refrigeración eficaz para liberar el exceso de calor que aquellos producían. Así se creó un sistema cerrado de tuberías por las que circulaba un líquido que conducía el calor lejos de la fuente de emisión, es decir del motor. Desde entonces no es extraño que los coches y otros vehículos tengan este sistema de refrigeración tan eficaz, de un tamaño lo suficientemente reducido como para integrarlo en su interior. Y es en este sistema concreto en el que se han basado para diseñar estos sistemas de refrigeración líquida para ordenadores.
Llevando esta idea a la informática, que como he indicado tampoco es nuevo, en el pasado se crearon algunos sistemas de refrigeración de este tipo pero de grandes proporciones, dados los tamaños de los ordenadores electrónicos de los primeros años que podían ocupar edificios o plantas enteras. Y volviendo a los años 90 del siglo XX en el ámbito doméstico, ¿qué hizo que alguien tuviera la necesidad de utilizar este sistema de refrigeración?. Probablemente el imparable aumento de temperatura de las nuevas CPU que iban apareciendo y la incapacidad para resolver los problemas que surgían con los modelos tradicionales por aire, todo ello unido probablemente a retos planteados en torno a superar la potencia de proceso de un ordenador (overclocking).
Así que durante la década de los 90 ciertos usuarios entusiastas fabricaban sus propios sistemas de refrigeración líquida para liberar el excesivo calor producido por las CPU de sus ordenadores, sobre todo en entornos en los que se aplicaba overclocking elevado. Con el tiempo aparecieron los modelos comerciales tal y como los conocemos hoy en día.
Pero, ¿Qué es una refrigeración líquida? ¿Cómo funciona?
Un sistema de refrigeración líquida, abreviado como RL, es un circuito estanco de tuberías por el que circula un líquido que es el encargado de transportar el calor generado por una CPU hacia el exterior del ordenador.
Comenzando desde el componente que emite el calor, como una CPU, existe un elemento llamado "bloque" (waterblock en inglés) que se une de manera directa con esta usando silicona termoconductora entremedias, del mismo modo que un radiador por aire convencional. Técnicamente es el intercambiador del sistema, encargado de absorber el calor del componente. Hasta aquí es similar a un bloque-radiador convencional, con la salvedad de que no dispone de las típicas aletas (aunque algún modelo antiguo si las incorporó). Este bloque está comunicado por medio de un tubo o manguera a una bomba que será la encargada de impulsar el líquido por el circuito; estas son prácticamente idénticas a las utilizadas en los acuarios, las cuales también pueden ser utilizadas.
Por medio de otro tubo se conecta el bloque a un radiador, al que generalmente acompaña uno o varios ventiladores para forzar el paso de aire. Este radiador está conectado a su vez a la bomba con otro tubo que cerrará el circuito, haciendo que el líquido circule en un ciclo constante. En el esquema de la imagen la bomba está dispuesta después del radiador, para que el agua que llegue a esta no sea caliente pues podría afectarla, aunque también es válida su posición antes de este. Aunque no es necesario, puede incorporarse un depósito de llenado en cualquier parte del circuito, generalmente junto a la bomba. Algunos entusiastas prefieren montar los componentes en un orden concreto dónde en algunos casos mejoran las prestaciones, obteniendo en ocasiones una mejor temperatura.
En el bloque es dónde se inicia todo el proceso. Al absorber el calor de la CPU se traspasa rápidamente al líquido que fluye por su interior. Como la bomba está en funcionamiento constante, la porción agua que ha capturado el calor es movida rápidamente hasta el radiador. Entonces el líquido se enfría a su paso por la estructura metálica del radiador, liberándolo finalmente al aire forzando su paso con el ventilador. Una vez enfriado el líquido volverá a pasar por el bloque, iniciando de nuevo el ciclo de refrigeración.
COMPONENTES
- El Bloque. En el mundillo informático se conoce como "bloque" a esta pieza debido a su denominación en inglés "waterblock". En términos técnicos es lo que se denomina "intercambiador de calor" o simplemente "intercambiador". Es el componente que se encarga de adquirir el calor del procesador y pasarlo a su vez al líquido que circula por el interior.
Básicamente tiene forma de bloque compacto. Está hueco en su interior, dónde dispone de un recorrido diseñado específicamente por el cual fluye el líquido en unas condiciones óptimas que permitan a este tomar la mayor cantidad de calor a su paso. Muchos modelos suelen tener en su interior una serie de pequeñas aletas conformadas en la parte central que aumentan la superficie de contacto del metal con el líquido, con lo que así mejoran el traspaso de temperatura; algo similar a las aletas de los típicos radiadores por aire.
En los comienzos de la comercialización de las RL, los bloques se fabricaban íntegramente en cobre (algunos usaban aluminio) pero en la actualidad es una práctica que está comercialmente en desuso debido a la dificultad de su fabricación. Lo habitual hoy en día es encontrar en el mercado modelos en los que solamente la parte inferior es de metal. Esta es la que entra en contacto con la CPU, fabricada a base de una lámina de cobre de cierto espesor sobre la que se crean unas pequeñas aletas y a veces los canales del recorrido. El resto lo forman otras piezas de plástico o resina (metacrilatos, acetatos, etc.) que juntos conforman el bloque. Aprovechando que estas últimas son de plástico generalmente transparente, permite la inspección visual que ayudará a verificar la correcta circulación del líquido; además crean una estética muy apreciada por gran parte de los usuarios pues permite acompañarlos de luces led, serigrafías, etc.
En la imagen anterior se puede observar la placa de cobre de un bloque, con las aletas de disipación en el centro formando una red de tupidos canales que aumentan considerablemente el contacto del metal con el líquido.
En ciertos modelos comercializados se integra en el mismo bloque la bomba del sistema. En otros casos suelen tener un pequeño depósito de líquido, también con ventanas transparentes para facilitar la inspección. Estas tendencias, cada vez más comunes, son las más habituales en las RL tipo AIO.
En la imagen se puede apreciar uno de estos bloques de una marca típica. En este caso la bomba está integrada en el conjunto. Se puede apreciar el cable de corriente de esta en la zona superior junto a los manguitos de entrada y salida de líquido, además de un tapón roscado para facilitar el rellenado. En la parte inferior la base es de cobre, que está unida con tornillos a la carcasa plástica con la que forman una estructura estanca.
- La bomba. Los modelos de bombas comercializados son muy parecidos a los utilizados en acuarios domésticos, por no decir que son prácticamente iguales en algunos casos. Sus prestaciones deben ser las necesarias para hacer funcionar correctamente el sistema, es decir, con suficiente presión como para hacer circular el líquido por todos los rincones del circuito.
Suelen mover con cierta soltura un caudal de líquido determinado, atendiendo a la capacidad del circuito, diámetro de los conductos, etc. Si no tuvieran suficiente fuerza el líquido no podría circular a la velocidad y presión necesarias e incluso podría detenerse, con lo que todo el sistema sufriría un inevitable aumento gradual de temperatura que sería muy negativo. Los diseños han ido cambiando bastante con el tiempo, adaptándose cada vez mejor a las necesidades de estos sistemas, mejorando sobre todo el ruido producido. Hoy en día se pueden encontrar modelos muy potentes con tan poco ruido que apenas son audibles, incluso entre los modelos AIO.
- El Radiador. Es el elemento que permite conducir al aire el calor acumulado en el líquido, haciendo que este circule por un circuito de finas tuberías metálicas que forman su estructura. Habitualmente son de cobre o aluminio, siendo el primero de mejores prestaciones pero más caro que el segundo.
Pueden encontrarse en el mercado en diferentes medidas, siendo las más comunes en informática de 12 ó 14 centímetros de ancho para acomodar ventiladores de estos tamaños, aunque los hay más grandes y más pequeños. Existen algunas marcas especializadas que comercializan modelos desde 8 centímetros hasta 18 o más. Los utilizados comúnmente en informática tienen una longitud que permite acomodar de uno a tres ventiladores, aunque no es difícil encontrarlos de cuatro o más. En la imagen anterior se puede apreciar un mismo diseño de radiador en tres tamaños diferentes, los más habituales. Por supuesto pueden incorporar ventiladores en ambas caras del radiador que aumentarán la presión de aire a su paso, mejorando la eficacia en la refrigeración. Ciertas marcas especializadas disponen de un gran catálogo de modelos, con tamaños verdaderamente gigantes (para 6 o más ventiladores) que obligan a una instalación externa y a la utilización de bombas más potentes. Otro aspecto a remarcar en el radiador es su grosor. Cuanto mayor sea más caudal de líquido circulará simultáneamente por el interior, mejorando así sus prestaciones.
- El Depósito. Este no es más que un recipiente de llenado e inspección. Dispone de un tapón de fácil acceso (normalmente) que permite rellenar el circuito cuando este ha perdido parte del líquido por fugas o evaporación.
Suelen estar construidos en algún tipo de plástico o resina transparente, que permite visualizar en todo momento el nivel del líquido. Tiene también la función de purgar las burbujas de aire que quedan atrapadas en el circuito, que al llegar estas al depósito se acumularán en una pequeña cámara, evitando así su re-circulación.
Realmente las funciones del depósito son similares al vaso de expansión del motor de un coche, ya que vienen a ser lo mismo. Esto es debido a que están basados exactamente en el mismo principio de funcionamiento, por lo que los diseños están inspirados en parte en la dilatada experiencia en el terreno de la automoción.
- Tuberías. Llamadas también racores, manguitos, etc, conectan los diferentes elementos que forman el conjunto por los que circulará líquido refrigerante. Suelen estar fabricados de diferentes materiales sintéticos flexibles, aunque este aspecto varía de un modelo a otro.
Las hay lisas y corrugadas, siendo las segundas especiales para impedir aplastamientos del conducto en las curvas del recorrido. En ocasiones, ciertas marcas, añaden mecanismos para evitar este problema, como muelles externos o internos en los manguitos.
En las RL de calidad se ha popularizado la utilización de tuberías rígidas que deben mecanizarse a medida. Para ello hay que construir todo el sistema a base de componentes sueltos, ya que en la actualidad los kits comerciales no incluyen estas opciones (o son pocos modelos). Este tipo de montaje es muy parecido a un trabajo de fontanería tradicional.
El único aspecto a tener en cuenta en las tuberías es el diámetro interno, ya que cuanto mayor sea más líquido se moverá y con menor dificultad (presión). Esto aumenta considerablemente las prestaciones de la RL, pero obliga a utilizar bombas de mayor potencia que aumenten a su vez el caudal, haciendo así circular una mayor cantidad de líquido.
- Otras Partes. Otros componentes que se suelen utilizar en menor medida son:
Medidores de flujo: Son piezas que se intercalan entre las tuberías para comprobar visualmente que el líquido del circuito está en movimiento y determinar su velocidad. No tiene demasiada importancia su utilización, ya que esto se puede comprobar por otros medios, siendo más un elemento estético que práctico.
Sonda de temperatura: Se instala en alguna sección del circuito para permitir verificar la temperatura del líquido en todo momento. Tampoco es muy práctica, ya que normalmente lo que se verifica es la temperatura del procesador a través de los mecanismos típicos de la placa.
Tomas de tuberías: En el mercado se encuentran tomas de todas las medidas típicas. Algunas con formas adecuadas a necesidades concretas, como rectas, curvas con varios ángulos, con forma de T o Y para bifurcar el circuito, etc. Normalmente son utilizadas por entusiastas que quieren dar un aspecto estético particular a sus equipos, aunque son muy prácticos en caso de fabricar un sistema artesanal, por componentes sueltos o para ampliaciones.
TIPOS DE RL
Ahora que ya sabemos que es una RL y que componentes son los que tiene, veamos que se puede encontrar en el mercado. Todos sistemas de RL funcionan por el mismo principio explicado al comienzo de este artículo, aunque se comercializan en dos variantes que se diferencian levemente la una de la otra: Kits de montaje y los llamados AIO.
Los kits de montaje son aquellos que deben ser montadas todas las piezas para formar el conjunto del sistema y después llenarlo con el líquido refrigerante. Todos los componentes del conjunto están desmontados, teniendo que pasar por un proceso de montaje y adaptación al espacio y forma disponible en el interior de la caja. Por este motivo tienen la ventaja de permitir su adaptación a cualquier configuración. La calidad suele ser muy buena, debido principalmente a un interés por evitar en la medida de lo posible fugas de líquido. Como desventaja son más complicados de montar, su mantenimiento es mayor (rellenados) y su precio suele ser más elevado, pues normalmente presumen de una mayor calidad de materiales y rendimiento.
Los sistemas AIO ("All In One" en inglés, "Todo en uno" en español) son modelos pre-montados en fábrica, que llevan el líquido incorporado en fábrica, con fuertes sellados que evitan fugas. Suelen componerlos un radiador unido a un bloque por medio de dos tuberías. Con frecuencia la bomba está incorporada en el bloque, aunque en algunos modelos se encuentra en el radiador. Suelen tener bastante buena aceptación en el mercado debido principalmente a un menor precio que los sistemas en kit, la facilidad de montaje y una calidad bastante aceptable en la mayoría de los casos. Son un poco menos potentes que los kits debido principalmente a que las bombas que incorporan son también menos potentes pues están adaptadas al poco recorrido que tiene el circuito, salvo excepciones. Al estar sellados en fábrica no se pueden ampliar o modificar, salvo algunas excepciones; en caso de ampliar aquellos que no están diseñados para ello se dañan los extremos de las tuberías al ser forzadas teniendo que ser estas sustituidas o acortadas ligeramente, con la complicación añadida de tener que llenar de nuevo el circuito y sellarlo (aunque no es imposible).
No obstante el mercado está cambiando, por lo que cada vez se encuentran con mayor frecuencia sistemas AIO con sellados que permiten su apertura, generalmente por medio de rosca, similares o iguales a los utilizados en kits. Esto hace que algunos puedan ser abiertos para rellenar el líquido en caso de fuga e incluso ampliados, ya que las bombas en estos modelos tienen suficiente potencia para ello.
En general los kits de montaje suelen ser modelos más potentes que los AIO debido principalmente a que incorporan una bomba más potente, aunque con el tiempo se están igualando, lo que permite encontrar algunos AIO que poco se diferencian en la práctica.
¿MERECE LA PENA UNA RL?
Y este es el eterno debate en los foros de Internet.
Lo primero que llama la atención es el precio. Los sistemas de RL son generalmente más caros que una refrigeración tradicional basada en radiador+heatpipes+ventilador, aunque no siempre es así. Existen algunos modelos tradicionales de altas prestaciones (marcas prestigiosas) que son bastante caros, pues son capaces de disipar gran cantidad de calor. En contra, es frecuente encontrar RL a precios reducidos por debajo de otros modelos por aire, sobre todo si están fuera de catálogo y se trata de restos de series (aunque también hay otros de bajas prestaciones de los que hay que huir).
Pero seamos realistas. Un sistema RL habitualmente producirá una refrigeración por encima de cualquier solución por aire del mercado (salvo algunos modelos muy malos) y con un menor esfuerzo (no siempre). Esto tiene como resultado un sistema de refrigeración que, si está bien construido, en condiciones normales no deben sacar músculo para mantener las temperaturas perfectamente controladas. Los ventiladores suelen girar a pocas revoluciones por que no es necesario forzar la ventilación en una RL. Por tanto, suelen ser bastante más silenciosas que cualquier otro sistema existente.
Pero cuidado, no siempre son sistemas silenciosos; la bomba es un elemento que puede llegar a ser muy ruidoso. Este es un aspecto del cuál ha habido muchas quejas por parte de los usuarios, aunque parece que poco a poco se ha ido solucionando este aspecto. Hoy en día, en los modelos más recientes, las bombas han reducido el ruido producido debido en gran parte a los nuevos diseños de los fabricantes. Así podemos encontrar algunos sistemas, incluso de bajo precio, en los que el ruido de la bomba no se aprecia lo más mínimo. Sin embargo aún existen modelos que hacen un ruido elevado (siguen existiendo quejas), sobre todo aquellos que son muy potentes y que corresponden generalmente a los kits de montaje. También añadir que los mayores niveles sonoros estarán en los ventiladores al alcanzar estos altas velocidades, debido principalmente a modelos de bajas prestaciones.
Pero la baja sonoridad es en situaciones normales, es decir, configuraciones de fábrica en condiciones de uso normal. En caso de overclock, una práctica bastante extendida, la refrigeración por aire no es tan eficiente, incluso para los más potentes, utilizando en la mayoría de los casos una RL. Esta puede disipar muchos más vatios de calor que cualquier sistema refrigerado simplemente por aire, ya que una RL típica puede tener fácilmente una potencia de refrigeración de al menos 300 vatios mientras que otro sistema por aire de alta calidad con el ventilador a máximas revoluciones difícilmente llegará mucho más allá de 200 vatios, con una gran cantidad de ruido producido por los ventiladores y unos tamaños y pesos exagerados.
Por tanto en condiciones normales, incluso demandando gran cantidad de proceso, una RL disipará con bastante eficacia el calor de una CPU y/o GPU sin forzar en exceso los ventiladores. En cambio una refrigeración por aire tendrá que subir la velocidad del ventilador para poder disipar el calor producido por un aumento de proceso, ya que la transmisión del calor fuera del bloque de la CPU es menos eficiente.
Otro factor que se debe tener en cuenta son las posibilidades de adaptación de cada sistema. Una RL puede refrigerar fácilmente una CPU, GPU, chipset, discos duros, etc, añadiendo los componentes adecuados. En cambio una tradicional no podrá hacer esto, pues cada elemento a refrigerar tiene sus propios diseños que rara vez o nunca podrán intercambiarse entre ellos; eso significa que un disipador fabricado para una CPU no podrá adaptarse (normalmente) a una tarjeta gráfica para refrigerar una GPU o para el chipset en el caso de una placa base.
Ya he comentado que el precio puede ser un factor determinante a la hora de decidirse por una refrigeración de este tipo. Los sistemas de RL son generalmente más caros que los tradicionales por aire. Pero el mercado está cambiando y hoy en día la RL tiene unos precios bastante atractivos para un consumidor medio, pensando que el ruido generado por estas puede ser muy bajo o inexistente. Además siempre tendremos la seguridad de que una RL mantendrá la temperatura bastante bien controlada, incluso en momentos de máximo rendimiento para una CPU. Pero no hay que equivocarse, existen sistemas tradicionales a muy buen precio con los que se consiguen buenas prestaciones sin ser caros, una solución ideal para aquellos que no necesiten forzar el equipo y para presupuestos modestos.
La cosa cambia cuando hablamos de equipos de altas prestaciones, para jugar o como estación de trabajo de alto rendimiento, sobre todo si se practica el overclocking con ellos. En estos casos es recomendable una RL por su potencia, ya que rara vez una tradicional conseguirá mantener el sistema dentro de unas temperaturas aceptables en momentos de alta demanda de proceso. Y esto se traduce en una mayor longevidad para nuestro equipo.
Entonces, ¿cuál es la recomendable? Para ello veamos los pros y los contras de cada una:
VENTAJAS
Alta potencia refrigeradora
Bajo ruido (en condiciones normales)
Sin peso ni presión excesivos en la CPU
Fácil integración en GPU, discos duros, chipset, etc.
DESVENTAJAS
Más caro
Mayor mantenimiento (kits)
Alto ruido (en modelos baratos y overclocking extremo)
Montaje más complicado (kits)
VENTAJAS
Más barato
Menor mantenimiento
Facilidad de montaje
DESVENTAJAS
Menor potencia refrigeradora
Ruidosa en alto rendimiento (no siempre)
Necesitan mucho espacio y son pesados
Modelos exclusivos para CPU, GPU, chipset, etc. que no son ampliables ni intercambiables.
Como se puede observar lo que para un sistema es una ventaja se vuelve desventaja en el otro. Sinceramente, para equipos normales, los dos sistemas son válidos. Es verdad que una RL es válida en cualquier caso, pero por aire hay que elegir bien el modelo para disponer de unas prestaciones adecuadas (sobre todo en equipos de alto rendimiento), algo que se vuelve muy complicado y caro en ciertas ocasiones.
Aquellos que necesiten la máxima refrigeración por el motivo que sea, deben escoger la RL. Será más cara y más complicada de instalar (aunque cada vez menos), pero con el tiempo se amortizará debido a que los resultados obtenidos son verdaderamente espectaculares. Quien se decante por un sistema de estos, debe tener en cuenta el mantenimiento que hay que realizar cada cierto tiempo, que consiste básicamente en comprobar el nivel del líquido para rellenar si es necesario (salvo los modelos cerrados AIO).
Los que quieran ahorrar dinero en la refrigeración, lo suyo será entonces una tradicional por aire. En este caso lo único que hay que tener en cuenta es saber escoger el modelo con las prestaciones adecuadas a la CPU. Pero si es necesario un modelo caro es muy probable que una RL cueste lo mismo o incluso sea más barata, por lo que en un caso así podría no merecer la pena una tradicional.
En algunas páginas indican que una refrigeración tradicional por aire pueden durar toda la vida, mientras que en una RL es más corta. No es cierto del todo, por que si se cuida bien una RL puede durar mucho tiempo, sobre todo si es de buena calidad. No obstante para cualquiera de los sistemas hay que saber que los ventiladores no son eternos y que, aunque los fabricantes prometen otra cosa, la verdad es que no duran todo lo que indican y deben ser sustituidos con el tiempo en ambos casos; además sabiendo que los ventiladores en una RL no se fuerzan tanto... por lógica deben durar más. El único punto flojo en una RL puede estar en la bomba, pero puede ser sustituida y seguir utilizándose a un coste menor que comprar un sistema completo.
RECOMENDACIONES CON LAS RL
He contado en algún momento que una RL no tiene por que ser silenciosa. Hay usuarios a los que no importa el ruido, pero la verdad es que es muy molesto. Sabiendo que hay modelos de RL en el mercado que no son precisamente silenciosos, lo recomendable en estos casos es buscar información y probar (si es posible) antes de elegir. Las más modernas suelen ser bastante silenciosas, pero como digo depende del fabricante y modelo. He tenido oportunidad de comprobar el funcionamiento de varios modelos de RL y en ningún caso eran ruidosos; en este aspecto creo que el ruido generado puede ser debido a unidades defectuosas o exageraciones de usuarios y webs especializadas. Mi experiencia me dice que no son nada ruidosas incluso con un overclock moderado.
Los kits de montaje no son muy recomendables para novatos, pues tienen mayor dificultad de montaje al disponer de todos sus componentes desmontados, lo que requiere una cierta experiencia previa. En estos casos un modelo tipo AIO es lo más recomendado, pues son casi tan fáciles de montar como una refrigeración tradicional.
Es muy importante que los metales utilizados en su fabricación sean todos del mismo tipo. Se han popularizado los modelos AIO por su bajo precio, pero el truco de esto es que integran un radiador de aluminio (bastante más barato) y un bloque de cobre. Al ser metales diferentes se producirá con el tiempo la llamada corrosión galvánica, que no es más que un proceso electro-químico que desgasta prematuramente los metales, más acentuado en el aluminio, con posibles fugas de líquido en el futuro. Es recomendable que ambos componentes sean de cobre, pues así se evita por completo este problema. Los kits suelen ser la mayoría de cobre, pero algunos tienen también el radiador de aluminio. En el lado de las AIO ya existen modelos con los componentes de cobre sin aluminio, lo que evitará también en el futuro este problema y alargará considerablemente su vida útil. Existe la posibilidad de montar un sistema fabricado todo en aluminio, pero en este caso los componentes han de adquirirse de manera independiente pues no son comercializados en kits o en formato AIO y frecuentemente solo en tiendas virtuales en web (generalmente chinas).
Los depósitos se utilizan habitualmente para el rellenado de líquido. También he explicado que tienen como función secundaria purgar el circuito, por medio de una cámara de aire en su interior que retiene las burbujas. En estos casos hay que mantener el depósito lo más alto posible para asegurar que todas las burbujas de aire ascienden hasta él y no queden atrapadas en cualquier otra sección, a la vez que impide que retornen de nuevo al circuito. Pero realmente no es necesario su uso y pueden obviarse, sobre todo en los modelos AIO, pues esta función la puede llevar perfectamente el radiador si es instalado en la zona más elevada.
El aire expulsado por una RL es caliente, por lo que es recomendable instalar el radiador en la zona superior o trasera de la caja. Esto tiene como ventaja lo indicado en el párrafo anterior ya que además expulsa directamente el aire caliente al exterior sin pasar por el interior de la caja. Algunos usuarios instalan el radiador en la parte frontal, introduciendo el aire caliente al interior. Esto es una mala práctica, pues ese aire caliente es el que servirá para enfriar el resto de componentes (placa base, GPU, etc.) y siempre será mejor si este es frío. También puede instalarse el radiador en el exterior, por ejemplo en la parte trasera, en cuyo caso hay que tener en cuenta que esté elevado y expulsando el aire siempre hacia el exterior.
Otra consideración importante a tener en cuenta es que la caja disponga del espacio necesario para la instalación. Muchas de las cajas modernas disponen de espacios dónde instalar cómodamente modelos AIO, incluso aquellas de bajo presupuesto. Otras, generalmente más caras, disponen de configuraciones especiales para acomodar fácilmente kits más completos y voluminosos.
En el mundo del modding se ha popularizado la iluminación tipo UV, que genera unos efectos similares a la iluminación de neón. En una RL se consigue un efecto similar utilizando mangueras translúcidas que dejan ver el líquido del circuito. Este suele estar tintado con colores que reaccionan a la luz UV, consiguiendo unos efectos muy llamativos. Sin embargo hay que tener en cuenta que esto puede ser perjudicial para el sistema de RL, pues los pigmentos contenidos se pueden acumular y provocar atascos en ciertas partes del circuito, como las finas aletas ubicadas en el interior del bloque. Aunque los fabricantes aseguran que esto no sucede, lo cierto es que tarde o temprano ocurrirá, por lo que se recomienda únicamente la utilización de agua destilada y desmineralizada; con ella se consigue bastante buen resultado sin tener que añadir ningún componente más. Algunos de los líquidos comercializados, tintados o no, suelen contener otros productos (aditivos) para evitar la aparición de algas o la corrosión galvánica, pero su efectividad es ciertamente dudosa (al menos comparado solo con agua destilada).
CONSIDERACIÓN FINAL
Después de soltar este rollo, todavía se pueden tener dudas a cerca del uso de una RL. Mi recomendación es, en caso de decidirse por una, utilizar una RL de calidad aceptable.
Cuando digo "calidad aceptable" me refiero a una que no sea ruidosa (bomba y ventiladores) y que esté construida enteramente de cobre (bloque y radiador). Es posible construir una RL en aluminio pero su potencia no es tan alta, aunque probablemente siga siendo suficiente para la mayoría de los casos, a parte de que no existen actualmente en formato AIO y solo como piezas sueltas que frecuentemente hay que adquirir vía Internet en webs de origen chino o similares. Lo importante es no mezclar distintos metales (cobre con aluminio, por ejemplo). Por increíble que parezca, hoy en día (2017) se pueden encontrar modelos de estas características a precios bastante buenos; tan buenos que algunas por aire de marcas prestigiosas de alta calidad son más caras y con menores prestaciones. No hace falta que sean kits, una AIO que cumpla es perfectamente válida para cualquier equipo que, con un poco de cuidado, puede durar mucho tiempo durante el cuál mantendrá la temperatura de la CPU a raya, incluso en verano.
Para todos aquellos que puedan utilizar una refrigeración por aire, por que su equipo no necesite más y quieran reducir el gasto, únicamente escoger un modelo que sea lo más silencioso posible. Aunque no sea necesario, sigo recomendando incluso a estos una RL.