Algunas pueden parecer obviedades, pero, de acuerdo a lo que viene pasando en los últimos cursos en clase, sabemos que no es así.
He aquí algunas de estas pautas que iremos completando a lo largo del tiempo:
Los alumnos llegan a clase a su hora y se sientan correctamente en la silla.
Esperan al profesor en silencio y, como mucho, hablan en tono bajo con los compañeros. No se sale a los pasillos o se espera al profesor en la puerta.
Sacan de la mochila el material correspondiente a la asignatura de inglés y lo disponen sobre el pupitre, esto es, archivador, bolígrafos y libro de texto.
Durante la clase, especialmente durante las explicaciones del profesor o intervenciones de los compañeros, debemos guardar silencio. En caso de duda o de querer intervenir en clase, se levanta la mano y se espera a que el profesor le permita intervenir.
Si algún alumno decidiera no participar en clase (de lo cual será informada la familia), éste debe permanecer en silencio sin distorsionar el normal desarrollo de la clase. Aunque estuviera haciendo otra asignatura o DURMIENDO, el alumno debe tener siempre dispuesto el material de clase sobre el pupitre. Esto será motivo de parte grave si no lo hace.
Cuando suena la música para el cambio de clase no significa que la clase ha terminado, simplemente es un aviso. Del mismo modo, cuando se está haciendo una prueba, la música no implica que automáticamente el alumno deje de escribir y entregue. Siempre debe haber un margen.
El aula debe siempre permanecer ordenada y limpia, sin ningún papel en el suelo.
La disposición del alumnado en el aula será decisión del tutor o del profesor de la asignatura y se acatará sin discusiones. Generalmente se suele dar libertad, especialmente a aquellos alumnos que cumplen con las normas. En caso de tener algún tipo de problema (no ver bien la pizarra, por ejemplo) se le comunicará inmediatamente al profesor para el cambio.