La lepra aún existe en España
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La lepra aún existe en España ya que cada año se registra en el país una media de entre 15 y 20 nuevos casos, en su mayoría importados, según ha señalado a José Ramón Gómez, director médico del sanatorio San Francisco de Borja, creado en 1902 para atender a estos enfermos.
Este domingo se conmemora el Día Mundial contra la Lepra, una enfermedad a la que presta especial atención la asociación sin ánimo de lucro Fontilles, de la que Gómez forma parte como responsable médico de esta patología, y que se creó en el marco del proceso de construcción de este sanatorio ubicado en Vall de Laguar (Alicante).
Según datos de la asociación, en 2012 en España se notificaron nueve casos de lepra, en su mayoría importados, aunque también hay algunos autóctonos, como Andalucía, Galicia y Levante. Ese mismo año, en lo que respecta a la prevalencia de la enfermedad, había 56 casos registrados frente a los 72 de 2011.
Estas cifras, según la asociación, viene a constatar que, pese a ser una enfermedad erradicada en los países desarrollados, se siguen registrando casos en el primer mundo, posiblemente por fenómenos, como la globalización o el incremento del turismo y los viajes, muchos de ellos a países castigados por esta patología.
La fuente de contagio de la lepra es "el enfermo no tratado", el que cuando habla, tose o estornuda elimina el germen al ambiente, aunque la mayoría de personas, que cuenta con un buen sistema defensivo, lo rechaza. "Sólo un pequeño grupo parece estar predispuesto a padecer la enfermedad", según Gómez.
Pero tras el contagio, la enfermedad puede tardar en manifestarse "a veces años" y lo hace con una especie de manchas blancas en la piel, en las que el individuo "no siente ni frío, ni calor". Son los primeros síntomas porque luego llegan otros si la enfermedad no se trata. Más manchas, bultos y luego "el gran problema", cuando afecta a los nervios, los responsables de recoger la sensibilidad y movilidad de manos pies, antebrazos o la cara.
"Cuando el germen daña al nervio a veces aparece una parálisis y con ella se va a quedar toda la vida. Ahí está el problema", comenta el doctor. Pero en lo que hay que insistir es que esta enfermedad causada por un bacilo descubierto en 1873 "tiene cura" con un tratamiento, la poliquimioterapia, que consiste en la combinación de tres fármacos: dapsona, rifampicina y clofazimina.
La aplicación de las tres sustancias cura al paciente en un periodo que oscila entre los seis y los doce meses, según la gravedad, y acabado el tratamiento normalmente no suele reaparecer la enfermedad. No obstante, a pesar de que existe un tratamiento efectivo, los afectados y sus familias siguen padeciendo el rechazo y se ven marginados en su entorno.
Precisamente, uno de mitos que perpetúan el estigma de la lepra es que se piensa que ésta no tiene tratamiento, que quien enferma se muere de lepra, "cosa que es falsa". Otra de las "etiquetas" de la enfermedad es la creencia de que es "muy contagiosa, lo que no sucede, porque hay que tener predisposición a ella".
"La población tiene algunos conceptos erróneos -dice Gómez-. Piensa por ejemplo que la lepra no existe actualmente, que es una cosa antigua, de los tiempos de la Biblia, de las películas de Ben-Hur. Y en muchos países es un problema que supone importantes problemas de salud pública".
Las últimas estadísticas oficiales disponibles, correspondientes al año 2012, apuntan a que 115 países notificaron a la OMS 232.857 nuevos casos de lepra, una cifra que suponen un ligero incremento respecto a la de 2011, en que se notificaron 226.626. De los 115 países que las notificaron, dieciséis continúan contabilizando más de mil casos nuevos cada año y acumulan el 95 % de lepra en el mundo.
Encabezan la lista de países más endémicos, India con un 58 % de los nuevos casos, seguido de Brasil (14 %), Indonesia (8 %). Detrás de ellos están Bangladesh, República Democrática del Congo, Myanmar, Nepal, y Nigeria.
Fontilles, a través de la campaña "Niños con lepra en el siglo XXI. Tu ayuda es VIDA", dedica este Día Mundial a los niños que padecen esta enfermedad en India. La asociación pide la colaboración de todas las personas para eliminar de nuestro lenguaje el uso del término "leproso" y "lepra" como sinónimos de algo negativo y maldito.
La lepra pudo originarse en Europa
Un nuevo estudio demuestra que había una diversidad mucho mayor de lo que se creía en las cepas de lepra que circulaban por la Europa medieval
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Cráneo
Restos esqueléticos, entre ellos este cráneo, con evidencias de lepra, procedentes del cementerio de St. Jørgen en Odense, en Dinamarca, que fue creado en 1270 y que funcionó hasta el 1560.
Foto: Dorthe Dangvard Pedersen
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Huesos de los pies
Huesos de los pies de un individuo con evidencias de lepra, procedentes del cementerio de St. Jørgen en Odense, en Dinamarca.
Foto: Dorthe Dangvard Pedersen
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Lepra en la Europa medieval
Restos esqueléticos de un individuo con evidencias de lepra, del cementerio de St. Jørgen en Dinamarca. Todas las cepas de la bacteria de la lepra estaban presentes en la Europa medieval, según un nuevo estudio.
Foto: Dorthe Dangvard Pedersen
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Restos esqueléticos
Restos esqueléticos del cementerio de Great Chesterford, con evidencias de lepra. Este es el caso de lepra más antiguo que se conoce en el Reino Unido. Los huesos humanos del cementerio de Great Chesterford (condado de Essex, este de Inglaterra) han sido fechados entre el 415 y el 545 d.C.
Foto: Sarah Inskip
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Laboratorio de Paleogenética
Verena Schuenemann en el Laboratorio de Paleogenética de la Universidad de Tübingen, en Alemania. Johannes Krause, de la Universidad de Tübingen, es el principal autor del estudio.
Foto: Johannes Krause
La lepra pudo originarse en Europa
El mayor estudio genómico hasta la fecha sobre la antigua enfermedad infecciosa de la lepra, publicado el pasado jueves en PLOS Pathogens, demuestra que "todas las cepas de la bacteria de la lepra estaban presentes en la Europa medieval, lo que sugiere firmemente que la lepra se originó mucho más cerca de aquí, posiblemente en el lejano sureste de Europa o en Asia Occidental", afirma Helen Donoghue, coautora de este estudio internacional, de la University College de Londres.
Los investigadores han analizado diez nuevos genomas medievales de la especie bacteriana Mycobacterium leprae, la que causa la lepra, procedentes de 90 individuos europeos del 400 al 1400 d.C. aproximadamente, cuyas deformaciones esqueléticas son características de la lepra. Las muestras obtenidas incluyen el genoma de Mycobacterium leprae más antiguo que se ha secuenciado hasta ahora, de unos huesos humanos del cementerio de Great Chesterford (condado de Essex, este de Inglaterra), fechados entre el 415 y el 545 d.C. La cepa es la misma hallada hoy en día las ardillas rojas, lo que respalda la hipótesis de que las ardillas y el comercio de pieles de ardilla fueron un factor decisivo en la propagación de la lepra entre los humanos que vivieron en Europa durante la Edad Media, según explica la University College de Londres en un comunicado.
Las ardillas y comercio de sus pieles pudieron ser un factor decisivo en la propagación de la lepra
La especie bacteriana Mycobacterium leprae se agrupa en varios tipos de cepas y, hasta ahora, sólo se conocía la existencia de dos tipos de cepas en la Europa medieval. El nuevo estudio demuestra que había una diversidad mucho mayor de lo que se creía en las cepas de lepra que circulaban por la Europa medieval. Las muestras obtenidas, de diez nuevos genomas medievales, representan casi todos los tipos de cepas de Mycobacterium leprae que se conocen actualmente y que se encuentran en diferentes regiones, incluyendo los continentes asiático, africano y americano. E incluso se han detectado a menudo múltiples tipos de cepas en el mismo cementerio, lo que refleja la diversidad de cepas de lepra que había en el continente europeo en aquella época.
LA EPIDEMIA QUE ASOLÓ MÉXICO EN EL SIGLO XVI
La lepra era frecuente en Europa hasta el siglo XVI y hoy todavía es endémica en muchos países, principalmente aquellos que se encuentran en regiones ecuatoriales y entre los trópicos de Cáncer y Capricornio, cada año se dan a conocer 200.000 nuevos casos. "A diferencia de Europa, la lepra sigue siendo un problema en muchos países endémicos. El estudio de la propagación de Mycobacterium leprae en el pasado podría ayudarnos a detectar aquellos mecanismos que todavía contribuyen a la persistencia de esta enfermedad alrededor del mundo", destaca Andrej Benjak, coautor del estudio, del Instituto de Salud Global de la Escuela Politécnica Federal de Lausana, en Suiza.