EL BRILLANTE Y POLVORIENTO CORAZÓN DE ORIÓN: Las enormes nubes de polvo y gas conocidas como nebulosas pueden ser los restos de estrellas moribundas o el lugar donde se forman otras nuevas. Eso último es lo que ocurre en la nebulosa de Orión. El etéreo resplandor del gas se debe a la radiación ultravioleta que emiten cuatro grandes estrellas jóvenes y calientes de un cúmulo abierto situado en el corazón de la nebulosa.
La NASA obtiene instantáneas increíbles de las estrellas, galaxias y nubes de gas que llenan el cosmos, pero tiene a su disposición potentes telescopios espaciales. Imágenes tomadas del cielo nocturno desde la superficie, y se puede llegar a usar casi cinco horas de exposición para cada una de ellas.
A continuación, mostramos algunas de sus fotografías.
Nebulosa Espagueti: Un remanente de supernova rojizo y tenue.
SIMEIS 147, TAMBIÉN CONOCIDA COMO NEBULOSA ESPAGUETI: Los delgados filamentos, visibles gracias a los filtros fotográficos, persisten alrededor del lugar donde estalló una estrella. La explosión dejó una estrella de neutrones en rotación, en cuyo interior podría existir una nueva fase de la materia denominada «pasta nuclear».
El cometa NEOWISE con sus bandas sincrónicas, su coma verde y su cola de iones azulada. S
La galaxia del Remolino M51, inmersa en un gran campo de galaxias tenues en la constelación de Canes Venatici.
GALAXIA DEL REMOLINO (M51): Los brazos espirales de la galaxia de la derecha están compuestos por gas de mayor densidad y generan estrellas, mientras que la galaxia más pequeña y amarilla de la izquierda, NGC 5195, se ha ido desplazando en segundo plano durante cientos de millones de años.
NGC 1977: Un hombre que corre en el espacio.
NGC 1977: A menudo llamada la «nebulosa del Corredor», esta nube consta de tres cuerpos celestes, NGC 1973, 1975 y 1977 (en azul), que se reúnen en torno a una silueta púrpura. Dicha figura está formada por espesas nubes de polvo que bloquean la luz de las estrellas que hay detrás.
Rho Ophiuchi: Una maravillosa nube cósmica.
EL SISTEMA ESTELAR RHO OPHIUCHI: A 400 años luz nos encontramos con esta paleta de colores, que corresponde a una de las regiones de formación estelar más próximas a la Tierra. Una nebulosa que refleja la luz de las estrellas cercanas crea las brumas azules, mientras que el gas ionizado por la luz estelar emite los tonos rojos.
El Árbol de Navidad y la nebulosa del Cono en una colorida y brillante nube de gas.
LA NEBULOSA DEL CONO Y EL CÚMULO DEL ÁRBOL DE NAVIDAD: A la derecha de la imagen, apuntando al centro azul, se encuentra la nebulosa del Cono, un oscuro embudo de gas que contiene estrellas en formación. La estrella más próxima a la punta del cono marca la parte superior del Árbol de Navidad (que aquí aparece tumbado), una agrupación triangular de estrellas.
El campo de polvo y estrellas del centro de la Vía Láctea.
EL NÚCLEO DE LA VÍA LÁCTEA: Nos hallamos a 26.000 años luz del centro de nuestra galaxia, el cual es difícil de vislumbrar sin cámaras o telescopios. Varias de las manchas coloreadas pertenecen al catálogo de Messier, una colección de 110 objetos fascinantes y muy populares entre los astrónomos aficionados.
Las Híades y las Pléyades brillan en el colorido polvo de Tauro.
CÚMULOS ESTELARES DE LAS HÍADES Y LAS PLÉYADES: El cúmulo de las Pléyades, en el extremo inferior de la imagen, se formó cuando siete hermanas se convirtieron en estrellas, de acuerdo con la mitología griega. El cúmulo de las Híades (arriba a la izquierda) aparece junto a Aldebarán, o Alfa Tauri, una estrella 44 veces más grande que el Sol (en amarillo).
La nebulosa de la Cabeza de Caballo, en un colorido campo de gas y estrellas.
UNA PARTE DEL COMPLEJO DE NUBES MOLECULARES DE ORIÓN: La estrella más brillante de la imagen pertenece al cinturón de Orión, y a su derecha se encuentra una inquietante nube oscura, la nebulosa de la Cabeza de Caballo. Al igual que la nebulosa del Cono, en esta acumulación de gas se están formando estrellas.